Me folla un viejo en un baño
Hola todos y todas:
Soy Fer tengo 26 años, soy de un pueblo de Andalucía. Soy alto 1.86, moreno, 77kg, fornido, ojos miel claros.
Hoy les comentaré lo hice con un desconocido en el baño de un Centro Comercial:
Era febrero de este año, yo necesitaba, más bien exigía un buen rabo, tengo pareja, una mujer, hacemos nuestras cosas incluso con un tercero o tercera, somos bastante abiertos sexualmente y eso entre otras cosas me encanta de ella.
Yo estaba y estoy agusto con ella, pero me sentía un poco vacío al no disfrutar yo solo de un buen rabo, por lo que metí a buscar por internet. Llegué a una página de anuncios, me metí en mi ciudad y hubo un anuncio que ponía:
«SI BUSCAS POYA ESTARÉ EL SÁBADO A LAS 18 EN EL CENTRO COMERCIAL X EN LA ÚLTIMA PUERTA DE LOS BAÑOS
DE LA SEGUNDA PLANTA» y las instrucciones para saber a lo que ibas
No ponía ni edad ni una foto suya, lo cual me hizo dudar, todavía era jueves, por lo que me dije para mí mismo: Me lo pensaré.
Recuerdo que esa noche lo hice con mi mujer, no me podía concentrar, tenía ese mensaje haciéndome eco en mi cabeza y pasé toda la noche en vela pensando si ir o si no.
Quería ir porque necesitaba rabo pero por otro lado no lo conocía, no sabía cómo era, y si era uno que no se cuida?.. .
Llegó el viernes y las dudas seguían sin aclararse, mi mujer hasta se percató que estaba raro por lo que dije que no era nada, cosas mías y el tema se quedó ahí.
Llegó el sábado, y seguí indeciso si ir o no. Al final me pudo más las ganas que la prudencia, por lo que decidir ir y ver que pasaba. Después de comer me duché y me puse los vaqueros apretados, una camisa negra y con el pretexto de ir a comprar unas cosas a las 17:30h me monté en el coche y salí para allá.
Llegué sobre menos cuarto, pero en el parking de nuevo me entraron las dudas. En ese momento pensé un plan. Consistiría en entrar antes al baño y esperar a ver quién entraba en ese habitáculo y si se le veía bien pues seguirle. Me armé de nuevo de valentía y subí a la segunda planta, eran menos diez, los nervios a flor de piel pero decidido fui al baño.
Hacia como que meaba, me lavaba las manos, volvía a mear, no sé cuántas veces me lavé las manos.
Entraron varios hombres, algunos guapos, jóvenes, viejos etc pero nadie se metía en el habitáculo. Eran y cinco por lo que me sentía algo defraudado, tanta duda, tanta pérdida de tiempo para nada.
Entró al baño un hombre de unos 50 años, ya algo deteriorado, con algo de barriga cervecera, algo canoso… yo estaba haciendo que meaba y se metió en el habitáculo que decía el anuncio y oí como echaba el pestillo. De nuevo las dudas, no era mi tipo, pero de nuevo las ganas me superaron.
Me acerqué con sigilo al habitáculo y como ponía en el anuncio, llamé cuatro veces. Se escuchó como quitaba el pestillo y abrió la puerta, me quedé un poco petrificado pero sus palabras me llevaron hacia dentro:
– No pensé que estarías aquí para esto, pero pasa ya que no quiero perder el tiempo.
Entré y echó el pestillo. Yo estaba donde el baño, era un habitáculo pequeño, apenas se cabía por lo que me senté en el retrete.
El viejo se desabrochó el pantalón, y ante mí salió un pene arrugado, no muy grande (15-16cm) algo grueso y venoso.
Tan solo la cogí y me la llevé a la boca, sabía agria pero con el paso de la baba se fue yendo ese sabor y pasó a su gusto normal. Mientras se la mamaba al viejo, le empecé a masajear los testículos caídos y peludos por lo que el viejo empezó a gemir bajito. El pene no reaccionaba por lo que empecé a sacar la lengua, meterla entera succionar y a la vez lamer los testículos mientras se los seguía masajeando.
Ahora sí, empezó a reaccionar en mi boca, ahora se sentía muy bien, tenía mi ansiado premio.
El hombre de dejaba mamar, por lo que yo succionaba, lamía el capullo, la mordía con los labios y yo mismo me la dejaba dentro tirando de sus piernas hacia mí.
Notaba que como siguiera mucho el viejo no iba a aguantar, pero yo quería que me preñara, quería que me inundara mis entrañas, por lo que me la saqué de la boca:
+ Sólo será una mamada? Le dije
– como sigas así sí
+ Yo quería que me follaras
– bueno acomódate
Como pude después de bajarme los pantalones me apoyé contra la pared apoyando una rodilla en la taza para que mi culo quedara a la altura y en pompa.
El viejo parecía que no sabía por donde iba, me tuve que abrir las nalgas para que encontrara mi ano, yo ya estaba algo decepcionado, pensaba que la follada iba a ser pésima, eso pensaba yo.
Puso su pene en mi ano, que estaba dilatado esperaron el pene del viejo, ahí cambió el pensamiento que tenía de él y su penosa follada. Fue metiéndola poco a poco, dejando que mi ano fuera abriéndose más para que entrara, sentía muy rico la verdad, iba lento pero sin pausa y eso se agradecía. Cuando entró su pene en mi culo sentí los testículos rozándole los muslos. Empezó a sacarla poco a poco y a meterla de nuevo poco a poco se sentía muy rico, el viejo me estaba dando una lección, cuando ya vio que mi culo la aceptaba sin problema, empezó a darme más rápido, la sacaba entera y me la metía de una, notaba como mi ano se abría al notar su cabeza, me cogió por la cintura y empezó a darme más duro, el viejito se esforzaba, se sentía muy rico, notaba sus testículos golpearme, solo en el baño se escuchaba el clásico «plof» «plof», yo noté como mi pene se puso erecto y el viejo también, por lo que me lo agarró y mientras me seguía dando apretaba mi capullo, Dios que placer me daba eso, nunca me lo habían hecho, y se sentía muy bien. La velocidad del viejo se frenaba, cogía aire y seguía dándome, pero sin dejar de agarrar mi pene a veces con algo de fuerza, pero el placer era muchísimo más que el dolor.
El viejo empezó a moverse más rápido, notaba como se esforzaba para llenarme el culo, se lo estaba currando y mucho, estaba yo en pleno éxtasis, hasta que el viejo la sacó entera, y con mucha fuerza la metió hasta dentro, para empezar a llenar mi culo, lo que más me dio gusto es que mientras se corría la iba sacando dejando su rastro de leche en mi culo, y Dios que bien se sentía. Cuando terminó de llenarme la volvió a meter entera en mi culo para que no se saliera nada de su preciado néctar y me empezó a masturbar, tenía muy buen ritmo de muñeca, y con lo excitado que estaba, no tarde mucho en empezar a correrme entre gemidos que él me ahogaba poniéndome la mano en la boca.
Al correrme yo me la sacó y se empezó a vestir, yo me quedé en la misma posición recuperándome, a lo que el viejo me puso en un trozo de papel su número y antes de despedirse me dio una nalgada que me dejó el culo dolorido pero me gustó. Nada más recuperarme me fui al habitáculo de al lado para escurrir el semen de mi culo, agragarle al WhatsApp y mandarle un mensaje en el que solo ponía «GRACIAS».
El viejo y yo nos volveríamos a ver pero eso ya es otro relato