Mi papá borracho quiere follar mientras duermo
Me desperté con un fuerte dolor que me subía por la columna, y sintiendo un zarandeo. Cuando mi mente recobró el sentido, supe lo que estaba pasando. Mi padre me estaba rompiendo el culo.
Había vuelto a llegar borracho. Era la segunda noche que lo hacía desde que mamá nos abandonó a mis hermanos y a mí. Yo era el mayor.
Nunca antes mi padre se había propasaso conmigo, así que el shock fue brutal. Además, mi culo en ese entonces era virgen, y el dolor que sentía… insoportable.
Empecé a gemir de dolor, pero sentí entonces la mano de mi padre en la boca. El olor a aliento de borracho me inundó la nariz mientras me susurraba al oído…
—Shhh, vas a despertar a tus hermanos. Los vas a asustar….
Y era cierto, por falta de espacio dormíamos en la misma habitación en una litera dos de nosotros y el pequeño en una cama adicional a nuestro lado. Yo estaba en la cama de arriba del todo y no sé en qué momento papá, borracho perdido, habia subido y me ha Ia empezado a follar.
Para no asustarlos y traumarlos, obedecí. Me eche a llorar del dolor en silencio. Apenas susurraba….
—Ayy… Ay… Me duele, papá, me duele mucho. Para, por favor, me duele…
Pero eso pareció gustarle, pues noté que empezaba a embestirme más fuerte que antes. Sentía su bello púbico en mi culo, y sus huevos chocar con mi piel. Con un brazo me tenía rodeado el cuello, dificultandome cada vez más respirar. Con la otra mano me tapaba la mano cuando mis gemidos subían de volumen.
Sentía el culo arder. La cama empezó a sonar cada vez más fuerte con dos embestidas y a zarandearse violentamente. Papi perdió el control y comenzó a gemir más fuerte que yo incluso. Fue entonces cuando sentí su leche inundarme por primera vez. Fue una sensación extraña, entre miedo y placer, mezclado con el ardor del ano maltratado al entrar en contacto con su lefada y el calor de su aliento en mi nuca.
Para ese momento, entre sus gemidos, mis jadeos y el temblor de la cama, mi hermano, que dormía en la parte baja de la litera, estaba más que despierto y más que enterado de lo que estaba pasando encima de su cabeza.
Mi padre, igual como vino y me folló sin explicación alguna, tal cual se marchó, sin decir ni adiós. Dejándome con el culo en carne viva y chorreando semen, mientras mi hermano se hacía una paja debajo flipando por el espectáculo que acababa de presenciar.
Y así, sin previo aviso, fue como mi padre inauguró mi culo y lo dejo abierto de par en par para quien quisiera tomarlo.