EL ENSUCIAMIENTO DE LAURA PREÁMBULO

Julen un chico de 19 años vive en las afueras de una ciudad de la costa, estudia informática en un curso de formación profesional, como la mayoría de jóvenes con su edad iba de fiesta, se emborrachaba, conocía chicos y chicas, su carácter acomplejado le hacía tener muchos problemas, un chico de origen árabe llamado Omar frecuentaba el mismo grupo de amigos, era 4 años mayor que él y su aspecto físico y musculado lo hacían totalmente opuesto a Julen, le sacaba un palmo de altura y cuando los veías a los dos juntos quedaba claro quién era el fuerte y el débil, el carácter de los dos también era un punto en contra de Julen, no tenían una buena relación, pero Omar supo enseguida que de todo el grupo Julen era el eslabón más débil y así comenzó Omar a acosar a Julen.
Primero fueron burlas y maltratos, después obligo a Julen a quitar dinero a su madre para asumir los gastos de las fiestas y la marihuana que consumían, cualquier cosa en la que estuvieran involucrados primero era Omar y luego Julen, si una chica le gustaba a Julen primero pasaba por Omar, otra cosa por el que fue objeto de muchas burlas fue por los atributos de uno y de otro, las chicas siempre hablaban de el pene de gran tamaño de Omar y por otro el pene ridículo y normalizado de Julen. En lo único que tenía alguna similitud es que a Julen su padre unos cuatro años atrás había sido el director de un centro dental y había huido a Sudamérica con una secretaría dejando una estafa millonaria, por su parte Omar era huérfano y vivía con una hermana.
Un día estaban en casa de Julen, que vivía en una urbanización apartada y llegó a casa su madre y los encontró jugando a la Play, rápidamente Omar fijo sus ojos en la madre de Julen y la escaneó con una mirada profunda y penetrante.
– Hola soy Omar – se presento levantándose y dirigiéndose a la madre de Julen sin que esta pudiese reaccionar, le dio dos besos y sus manos la acariciaron las caderas sin ningún pudor – soy el amigo de su hijo.
Laura, como se llama la madre de Julen se quedo sorprendida por la insólita presentación y también le dedico una mirada morbosa, después Laura los dejo solos.
– Joder no me habías dicho que tu mama es un todo un pibón – le exclamo Omar.
– No me dirás que también te gustan las mujeres maduras – le soltó Julen.
– Me gustan como tu mama – soltó sin ningún reparo Omar – bajitas, gorditas con unas buenas tetas y un buen culo, es un poco feúcha pero seguro que comiéndose una polla y follando tiene que ser mejor que una puta.
– Venga déjate de tonterías – le dijo Julen.
– Mira como tengo el rabo – dijo Omar levantándose y agarrándose aquel bulto erecto y burlándose de él.
Cuando se fue Omar, al pasar por la cocina vio a Laura y entro en la cocina y volvió a saludarla
– ¡Ya te vas! – exclamó Laura – ¿Quieres quedarte a cenar con nosotros?
– Otro día sí que me quedare – contestó Omar – Si quieres que me quede.
Omar le volvió a pasar las manos por la cintura, esta vez con más descaro y le dio dos besos, el primero en la mejilla, pero el segundo Omar no giro la cara y el beso fue a parar en los labios de Laura, fue un movimiento que paso inadvertido para Julen en tanto que perturbo a Laura que se sonrojo ante el descaro de aquel chico.
Julen lo acompaño hasta la puerta, Omar se giró y miro si Laura estaba mirando al ver que no era así.
– Tú crees que le va a caber todo este pollón en el chochito – le dijo Omar mientras se restregaba la mano por el pantalón y le dio una palmada en la cara a modo de despedida.
Aquella noche mientras cenaban Julen estaba absorto en lo que le había dicho Omar y solo fue interrumpido por las preguntas de su madre.
– Háblame de ese chico – le dijo Laura – estudia contigo.
– Si estudiamos juntos – le mintió Julen – pero en otro curso.
– Vaya cuerpazo que tiene – dijo Laura – ¿hace deporte?
– Hay mama déjame ya de tanta pregunta – le exclamó Julen enojado por cómo su madre alababa el físico y atractivo de Omar.
Su madre se giro y se puso a fregar los platos, mientras su hijo la observaba de espaldas, estaba tan preocupado por las palabras de su amigo como por las preguntas de su madre, eran las mismas que hacían las chicas que se querían acostar con Omar. Por un instante se quedo mirando fijamente a su madre, nunca la había imaginado como mujer y cómo le había dicho Omar no era muy atractiva, Laura tiene 39 años mide 1.60 y pesa algo más de 70 kilos, es un poco obesa, tiene el pelo castaño y le llega hasta el cuello, conserva un buen culo y unas buenas tetas y apetecible para los hombres.
Se despidieron con un beso, Julen se fue a dormir y su cabeza no paraba de darle vueltas a todo lo acontecido, su pene se puso erecto y tuvo que hacerse una paja, lo que no sabía es que su madre también se estaba masturbando.
Julen y Omar no se volvieron a ver hasta el fin de semana, salieron de fiesta con toda su gente, hicieron botellón y se fumaron unos petarditos antes de ir a la discoteca cuando volvieron a casa, se pararon en un parque a fumarse un petardito, tanto él como Omar ya iban un poco pasados.
– Tu madre ¿cómo esta?- preguntó maliciosamente Omar
– ¡Estas obsesionado con mi madre! – le dijo sonriente Julen – tenías razón, si no fuese mi madre tiene un buen polvo.
Los dos se echaron a reír el alcohol y los porritos hacían su efecto
– ¿No tiene nadie que la ponga a gusto? – le dijo Omar – vamos alguien que se la folle.
– El año pasado salió con uno – contestó Julen – pero no llegaron a nada, además mi madre desde que la dejo mi padre es una mujer de estar por casa, su trabajo, es una mojigata.
– Debe tener el chochito cerradito – observo Omar.
– Va deja de fantasear con mi madre – le dijo Julen – Te crees que es como las putitas del puticlub, que llegas y te la follas.
– Tú me vas a ayudar a follármela – le insinuó Omar mirándolo fijamente – Me vas a entregar a tu mama para que me la folle.
– No te pases conmigo – le dijo Julen – ya ésta bien el cachondeo.
Omar se levanto y agarró a Julen por el cuello y le levanto la mano amenazando con soltarle un guantazo.
– Te crees que estoy de cachondeo – le susurró Omar – quieres que le diga a tu madre lo gilipollas que es su hijo, que tengo que estar contigo para que no te inflen a ostias por ahí.
Julen se quedo agazapado y atemorizado, sabía que Omar era capaz de soltarle unos guantazos impunemente.
– Le digo a tu madre que no paras de fumar porros – le menciono Omar – y que le quitas el dinero para irte de marcha o que la mitad de los días no vas a clase.
Julen quedo indeciso por un lado su madre no se podía enterar de todo lo que él le amenazaba con contarle, por otro no quería llevarse ningún guantazo por lo que hizo un gesto afirmativo con la cabeza y acepto.
Omar lo soltó y se fueron, Julen llegó a su casa y abrió la puerta sin hacer ruido, paso por la habitación de su madre y la vio durmiendo plácidamente, se fue a su dormitorio y se estiró en la cama, la cabeza le daba vueltas, el alcohol le estaba pasando factura, antes de dormirse pensó en las palabras de Omar sobre su madre y hubo una frase que se le quedo grabada que su madre tendría el chocho cerrado, se quedo pensativo, si su madre llevaba tanto tiempo sin tener relaciones a lo mejor tenía razón, rápidamente se quedo dormido.
– Venga levántate ya que son las tres de la tarde – le grito su madre levantando las persianas.
– Mama déjame dormir – le contestó Julen resacoso.
– ¡Espabila! ya tengo la comida hecha y tu amigo ha venido a verte – le vociferó Laura – si no comemos él y yo.
– ¡Mi amigo! – Julen se levantó exaltado y se vistió rápidamente aunque el dolor de cabeza le impedía coordinar sus movimientos y casi se cae de la cama.
Julen llegó a la cocina exaltado y allí estaba Omar sentado frente a un plato, le saludo con el brazo y le dedico una sonrisa perversa.
– Tú amigo ha venido a verte y no había comido – le dijo Laura – así que se queda a comer con nosotros.
Julen hizo un gesto de aprobación, pero de golpe recordó todo lo acontecido la noche anterior, aquel cabrón venía a intentar follarse a su madre, la comida discurrió con normalidad, su madre y Omar hablaron amistosamente mientras Julen los contemplaba estupefacto.
– Come más hijo – le señaló Laura.
– No tengo mucha hambre – le contestó Julen.
– Es igual que su padre – le comentó Laura a Omar – cuando bebe ésta dos días que no sirve para nada.
– A usted le hace falta un hombre en esta casa – le expresó Omar mientras le dedicaba una mirada picara a Julen.
– ¡huy un hombre! – dijo sonriente Laura – donde encuentras eso.
Julen clavo su mirada en Omar, ese cabrón le estaba tirando los tejos a su madre delante de él y encima le obsequio con una mirada burlona. Acabaron la comida y Laura preparo café, Omar y Julen se fueron a su habitación.
– ¡Éstas loco! – le dijo Julen – que te has creído.
– Acuérdate lo que te dije ayer maricona – le dijo Omar mientras le levantaba la mano amenazante – quieres que le diga cómo eres.
Julen asintió con la cabeza y se sentó encima de la cama.
– Ahora quédate aquí y no te muevas – le dijo Omar – voy a ayudar a tu madre… ves preparando la Play.
Omar se dirigió a la cocina, Julen lo siguió y se quedo escuchando la conversación.
– Ya la ayudo con los platos – dijo Omar
– ¡Vaya! Que educado que eres – contestó Laura – anda yo fregó y tú los secas…. ¿qué más sabes hacer?
– Se hacer casi de todo – contestó Omar – pero hay algunas cosas que me salen mejor que otras.
– ¿Qué cosas te salen mejor? – preguntó con curiosidad Laura.
– Las mujeres – susurró Omar – a las mujeres las sé tratar como se merecen.
– ¡huau! – exclamó Laura – y a mi cómo me tienen que tratar.
– Una mujer cómo tú necesita un cuidado especial – le susurró – Tanto tiempo sin un hombre no puedes estar.
– ¿Y tú que sabes como estoy? – le susurró Laura
Julen ya había escuchado bastante, Omar estaba seduciendo a su madre y esta se dejaba llevar por él sin ningún impedimento y entró en la cocina haciendo ruido.
– estáis aquí – dijo Julen al entrar Ya tengo lista la Play.
– Sí ya estamos – dijo Laura sonrojada – me voy a casa de una amiga volveré tarde.
Julen observo la cara de su madre al pasar delante de él y nunca había visto aquella expresión, Omar se giró con una sonrisa burlona y con un buen bulto en su entrepierna, estaba empalmado el cabrón.
– Me parece que tu mama no es tan mojigata como tú te crees – le dijo humillándolo Omar que le tiro el trapo con el que estaba secando a la cara a Julen mientras se marchaba – va a ser una buena putita.

Deja una respuesta 0

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *