Con 20 años de edad, una calentura digna de mi edad y un maduro de 60… MMMMM pueden pasar muchas cosas
Hola mi nombre es Matilde tengo 20 años de edad y soy súper cachonda. Suelo tocar constantemente mi tierno clítoris, lo froto contra cualquier objeto, casi siempre es mi forma de calentamiento y lo voy aumentando viendo pornografía, revistas y usando la imaginación, pero nada comparado con lo que me sucedió.
Mi historia comienza cuando por medio de internet cambie mi foto con un señor de 60 años, su nombre es Alex y a sus 60 años esta muy bien conservado, solíamos vernos algunas veces acompañados de amigos para tomar café pero nunca solos…
Una tarde me fui con unas amigas de pinta al cine y al salir de la función, cual fue mi impresión que me lleve al verlo comiendo solo en un mini restauran que esta en la plaza comercial que había ido, en ese momento les dije a mis amigas que tenia que irme y que las vería al otro día en la escuela.
Llegue a la mesa donde Alex estaba y al verme como que no le agrado mucho la idea pero yo atrevidamente me senté a su lado y lo salude y empezamos a platicar un poco, estaba algo nervioso pues no pasaron ni 5 minutos cuando me dijo: “Mati, tengo que irme nena, es tarde y mañana tengo que ir a trabajar…” para suerte mía ese día estaba lloviendo y le dije con cara de lastima “esta bien Alex, otra día nos veremos, espero no mojarme…” como el tiene auto, ofreció darme un “aventon” al metro, y esta era mi oportunidad y no podía desaprovecharla.
Ya estando en el auto empezó a platicarme cosas que ni al caso, pero de mi mente no se quitaba esa imagen de verlo con la verga parada, o eyaculando en mi cara, imaginaba su tamaño de su verga, el sabor de su leche, en fin, imaginaba todo y nunca escuche su platica. (han de saber que a estas alturas yo ya estaba mas mojada que nada…)
Cuando llego la hora de despedirnos se despidió de mi con un beso en la mejilla, pero no pude contenerme y le dije ¿te puedo decir algo sin que lo tomes a mal?” al contestarme que si le dije: “me excitas mucho cabron” y se quedo quieto sin saber que decir, yo usando mi sarcasmo le dije: “porque no me dejas conocer tu departamento” lo negó dos veces pero era tanta mi desesperación que le agarraré fuertemente los huevos y le dije: “¿vamos a ir o no, que no te gustan las mujeres?” y sin decir nada fuimos a su apartamento…
Al llegar lo primero que hice fue quitarle el saco y comérmelo a besos, yo ya no aguantaba gemía de placer con los puros besos, lo acariciaba por todas partes pero la verga no se le paraba, pues aunque había aumentado de tamaño no era lo suficiente como para llenar mi coño y satisfacerlo, así que sin mas ni mas, lo senté en el sillón en el que estábamos y le baje el cierre, el tenia los ojos cerrados pues le gustaba lo que le hacia, saque su flácido pené y comencé a masajearlo mmmm era lo que mas había deseado en toda mi vida, era una sensación tan bella sentir esa verga caliente y con olor a macho en mi mano, jugueteaba con ella, baja el prepucio lo subía, volvía a bajar hasta que casi sin respiración me dijo “chupamela por favor”, le dije suavemente “tienes que ganártelo” y lo lleve a la cama donde con su corbata y su cinturón lo até a la cama, para estas alturas ya tenia el pobre la verga a punto de reventarle pero quería hacerlo sufrir, así que lo excitaba para que no perdiera la erección pero mantenía el ritmo para que no se viniera.
Me pidió que me masturbara enfrente de el y lo hice sin pensar, tuve un mega orgasmo, pues esa imagen de verlo amarrado me éxito y el exhibicionismo me puso a mil.
Le hacia sexo oral por periodos muy cortos siempre para hacerlo sufrir de placer…
Le vende los ojos y le pregunte si quería gozar como solo yo sabia hacerlo y me dijo que si, entonces fui a la cocina y tome una zanahoria pequeña, le puse un condón y con mucha saliva empecé a meteré la puntita en su hermoso y peludo ano, al principio me dijo que no le gustaba eso, así que tuve que taparle los ojos y la boca con una de sus corbatas que tenia en el guardarropa, la zanahoria entraba y salía de su ano suavemente y la metía poquito pues se veía que en sus 60 años su culo era virgen, estuve estimulando así hasta que sentí que se iba a venir, pero al sentir eso apreté la punta de su pene fuertemente con mis labios para que no se viniera, una vez que pude meter media zanahoria en su ano, sabia que era mi turno, así que sin mas espera me monte sobre el dejando la zanahoria en su ano y metí esa deliciosa y gruesa verga en mi coño y comencé a dar saltos en ella hasta que tuve un orgasmos, el me dijo que ya no aguantaba mas entonces me la saque y empecé a frotar con su hermoso glande mi clítoris y justo cuando se empezó a venir seguia frotándome mi clítoris con su hinchado glande su leche se esparcía por mi clítoris y le daba mas lubricación por lo que tuve un orgasmo digno de un gemido que se oyó en toda la cuadra. Obviamente no desperdiciaría esa lechita, por lo que con unas mamaditas lo deje rechinando de limpio.
Se que quedo fascinado y ahora es el quien me busca, pero como no le voy a dar el gusto cada que el quiera ahora lo hago sufrir, me llama mucho, me invita a comer etc, lo que el no sabe es que desde esa ocasión yo me la paso masturbándome día y noche pensando en aquel momento tan orgasmico que me hizo gemir como loca…