Cogiéndome a una jovencita que era mi fan
Florencia era una jovencita que solía leer mis relatos y un día decidió escribirme:
– Me llamo Florencia, tengo 19 años… y lo mejor de todo soy tu fan!!!!! Me ha encantado lo que escribes y espero podamos estar en contacto y seguir leyéndote!!!
Todo comenzó así y después de varios correos decidimos charlar por el Skype y así fue que hicimos cierta amistad, se la veía tan dulce en la cam que día a día aumentaron mis deseos por verla, a ella también le estaba sucediendo lo mismo, era de Santa Fe una bonita provincia de Argentina, llego el día que decidimos vernos.
Me fui con mi auto desde buenos aires. Yo había alquilado un apartamento en el centro de la ciudad, era pequeño un solo ambiente con una pequeña cocina, un sofá y la cama, tenía cochera para guardar el auto ya que era una zona de difícil estacionamiento, ahí ella me podría visitar sin problemas, si bien nos habíamos visto varias veces en la cam, cuando llego el momento oportuno en que sonó el timbre, se aceleraron mis pulsaciones al abrir, me quede inmóvil al verla.
Florencia era morocha, ojos pardos y unos hermosos labios, su cabello le llegaba casi a la cintura, delgada, media alrededor de 1,70, llevaba puesta una camiseta que resaltaba sus pechos muy parados, su fino sostén hacia que se notasen los pezones, debajo un jean que se ajustaba a un hermoso culo. Me abrazo y me beso, fue un beso muy cálido:
– Aquí me tienes Antonio
– Si pasa hermosa, estaba deseando llegase el momento de vernos y aquí estas, ha sucedido
Entro y ni bien cerré la puerta nos abrazamos besándonos apasionadamente, un largo beso con una mezcla de amor y deseo
– Ven siéntate preciosa
Nos sentamos en un sillón y charlamos un rato, ella era muy dulce y tímida, pero ya al entrar en confianza me dijo lo que sentía por mí:
– Antonio si estoy acá es porque es grande lo que siento por vos, no es el capricho de una jovencita por un hombre mayor.
– Si Flor a mí me pasa igual, los sentimientos van más allá del sexo
– Bueno aquí me tienes, entregándome a vos, mi primera vez con un maduro de 69 años, con un total deseo y una mezcla de amor y sexo
Comenzamos a darnos besos con mucha pasión, sentía su cuerpo junto al mío, lo que me excitaba mucho, puse mis manos por debajo de su camisa y me encontré con sus ricos pechos cubiertos por su sujetador, lleve mis manos atrás y lo desabroche, al fin podía tocarlos, sentir la dureza de sus pezones, sin dejar de besarnos ella desabrocho su camiseta y se quitó ambas cosas.
Sus pechos desnudos quedaron ante mí, comencé a chupar esos pechos que yo solía llamar los dulces recipientes de leche, los mamaba como si fuese un niño buscando ese dulce néctar muerto de sed, empapaba los mismos con mi saliva, ella gemía al sentir ese placer que le estaba dando
Baje mi mano desabroche su cinturón y luego su pantalón, baje el cierre y metí mi mano buscando esa sabrosa cueva que tanto me gustaba, hasta que sentí mojar mis dedos por los fluidos que tanto le brotaban y que habían empapado su tanga, solo sentir mi dedo sobre ella hizo que diese gritos como poseída, me arrodille en el piso, saque sus zapatos, su pantalón y su tanga, quedo ante mí una hermosa concha bien depilada, sus labios bien cerrados, baje mi cabeza y la metí entre sus piernas.
Comencé a saborear tan ricos jugos que la estaban empapando, con mi lengua abrí sus labios, Florencia se había transformado ya no era esa joven tímida, se había liberado ahora era una mujer disfrutando junto a su hombre, sintiendo mi lengua que avanzaba para penetrar su interior, su clítoris comenzó a crecer y endurecerse, ya que yo por momentos sacaba la lengua de su vagina y le daba fuertes lamidos al mismo, sus piernas temblaban
– Espera Antonio déjame recostar en la cama, estaremos más cómodos que en el sillón, es muy fuerte lo que siento
Se sentó en la cama y se recostó quedando sus piernas afuera, yo me dirigí a la cama y me arrodille en el piso nuevamente en medio de sus piernas, me acerque y volví a saborear sus jugos, mientras metía dos dedos dentro de su concha cogiéndola, de pronto ella se corrió con un fuerte grito pero yo no podía dejar de saborearla y me dijo:
– Bueno Antonio ahora me toca a mi
Se levantó y me quito el short y la camisa dejándome desnudo, solo eso tenía yo puesto, me hizo recostar, tomo mi verga que ya estaba dura y comenzó a jugar con ella pasándole la lengua como si fuese un helado, saboreando mis huevos, los rozaba con sus mejilla, los lamia, los metía en su boca. De repente metió mi verga dentro de su boca, bien profunda y sin moverla jugaba con su lengua, hasta que empezó el movimiento, me estaba desesperando, los gemidos escapaban de mi garganta
Le pedí que parase, ya mi excitación me lo pedía, quería sentir esa vagina por dentro y si seguía yo acabaría, la recosté de espaldas, puse una almohada debajo de su culo para que su clítoris quedase más expuesto, tome un preservativo de la mesita de noche y ella me dijo:
– No lo pongas, no hay problema tomo anticonceptivos, confió en vos
Al oír eso levante sus piernas, acerque mi verga y la penetre de golpe, me metí en esa cueva muy mojada que chorreaba jugos los cuales hicieron que mi verga se deslizase hasta lo más profundo, sus gemidos eran gritos
– Antonio que me estás haciendo, esto que siento, no lo he sentido nunca, siento un fuego interior que brota hasta en mis entrañas
– Disfruta Florencia, que esto recién empieza
Por mi edad yo sabía que demoraba en acabar eso me daba la ventaja que podríamos los dos gozar mucho más tiempo, los orgasmos de ella no dejaban de sentirse cuando latían en su interior y se contraía pero yo seguía adentro de ella, decidí seguir con las posiciones que tanto me excitan y me recosté de espalda:
– Ven preciosa móntame
– Si mi Amo, a partir de ahora, me entrego a vos, tu eres el hombre que tanto he deseado
Al montarme cuando abrió sus piernas sentí sus jugos que caían en mi cuerpo, realmente estaba muy mojada, se sentó sobre mi verga mirándome y empezó a subir y bajar en una endemoniada cabalgata
Ambos gemíamos de placer, yo jugaba con sus pechos, los acariciaba, retorcía sus pezones, los cacheteaba con mi mano, a ella le enloquecía lo que le hacia
– Antonio ya he tenido cuatro orgasmos. Acaba quiero tu leche, si no lo haces me mataras
Yo hacía rato que estaba al límite, apure, mi respiración estaba muy agitada y ahí fui que explote en su interior, mezclando mis jugos con los de ella, me seguí moviendo un poco más mi verga aun dura y ella tuvo su ultimo orgasmo, sintiendo esas contracciones en la punta de mi verga.
– Que hermosa cogida me has brindado pequeña
– Esta solo es la primera amor, yo me tengo que ir pero mañana te tengo una sorpresa.
– Estaré ansioso esperándola.
Se vistió, nos dimos unos besos eternos y se fue, esa noche hablamos por whatsap, eso hizo que siguiese mi excitación
Ya por la mañana suena el timbre, era ella, nos besamos entro y se puso cómoda, se quitó su ropa, ahora la confianza era mucha, solo dejo su tanga y su sostén de encaje, me excitaba mucho verla así, me calienta mucho ver la lencería en una mujer, yo solo tenía puesto un short.
Nos pusimos a charlar.
– Bueno niña cuéntame cual es la sorpresa
– A ver cómo empezar, tu habrás notado que soy muy tímida, pero con vos me pasa algo diferente, tengo mucha confianza y tú has visto que me entregue totalmente
– Si es verdad, pero bueno de eso me di cuenta y veo que hoy entraste y te pusiste cómoda con esa bella lencería, bueno ahora dime la sorpresa, estoy ansioso
– Espera déjame terminar, quiero pedirte algo que sé que contigo todo ira muy bien
Toma su cartera, y busca algo en ella saca un pote de gel
– Quiero entregarte mi culo, confió en vos, es aun virgen, sé que me cuidaras hace tiempo lo deseo pero no me he animado y contigo no tengo miedo, sé que habrá más excitación que dolor
– Pequeña me das algo que yo deseaba mucho, tienes un hermoso culo, tus nalgas son divinas, no te preocupes disfrutaras, eso sí entrégate y no estés pensando cuando te voy a penetrar, sucederá sin que lo notes
– Gracias amor, estoy deseando entregarte este regalo que tanto guarde.
Nos acostamos en la cama, le quite su sostén y su tanga y me quite el short.
Ya desnudos comenzamos a besarnos, bese su cuello, sus orejas, sus pechos ella se estaba poniendo muy caliente, la di vuelta, abrí sus nalgas , su ano era pequeño, nunca lo había usado, le puse bastante gel, la di vuelta nuevamente y empecé a jugar con el clítoris, mi lengua lo saboreaba, lleve mi mano derecha hacia el orificio de su ano y un dedo comenzó a deslizarse en su interior ella gemía pero aun no le molestaba, luego de jugar un rato y viendo que estaba por tener un orgasmo metí dos ahí note como que retrocedió y me quede quieto, de pronto acelero sus gemidos y yo aproveche y empecé a mover mis dos dedos y ella me acompañaba el ritmo, hasta que acabo gimiendo muy fuerte, saque mis dedos
– Que buen orgasmo amor, te han molestado mis juegos
– Si , un orgasmo divino, al acariciarme también el clítoris me tenías muy caliente, hubo un momento que me dolía pero luego el placer fue tan grande que olvide todo
– Bueno es el principio, te animas a seguir
– Claro , te dije que te lo entregaría , es mi regalo, pero además quiero dejar de ser virgen
– Adelante entonces
La hice poner de costado, me daba su espalda yo estaba detrás de ella, llene mi verga de gel y la puse entre sus nalgas en la puerta del ano sin meterla, comencé a acariciar su espalda, a besarla , besaba su cuello por detrás, ella seguía muy excitada, pase mi mano hacia adelante y empecé a jugar con sus pechos sin dejar de besar su espalda, sus gemidos cada vez se hacían más fuertes, baje mi mano y empecé a acariciar su clítoris, ella empezó a moverse como cogiendo mi dedo y ahí mi verga comenzó a meterse en su culo , con cada movimiento de ella se metía un poco más.
Cada vez estaba más excitada, mis dedos jugaban con su clítoris, se movía más fuerte y ese fue el momento, presione y mi verga se deslizo en las entrañas de su culo
– Aaaayyyyy aaaaahhhhh,
Acelere mis movimientos de ambos lados, se sentía divino ese ano pequeño apretaba mi verga de una forma deliciosa, ella tuvo un gran orgasmo yo ya no podía aguantar más y acabe, sintiendo como esa leche caliente invadía su interior. Espere a que bajase para sacarla y no le doliese.
– Como estas amor
– Nunca pensé que se sentiría tan rico, ni con un noviecito que tuve me deje penetrar por ahí, tuve un orgasmo distinto, aunque no me hubieses tocado adelante hubiese acabado
– Si es cierto pero acaricie tu clítoris para que no pensases en tu culo y estando caliente se dilata más fácil
– Gracias amor, me siento maravillosamente bien, un poco me arde el culo, no te diré que no sentí dolor, pero fue un dolor muy placentero no estoy arrepentida de mi decisión, has sido el hombre ideal para dejar de ser virgen a mi culo.
Comimos algo, brindamos con un rico champagne y nos despedimos, con el deseo de que vuelva yo pronto a verla o quizás ella vaya a buenos aires a verme a mí.