Mi hermana Y Yo gozabamos
Me llamo Eduardo, actualmente tengo 21 años, tengo 5 hermanas y yo soy el menor de ellas mi hermana la menor (aunque mayor que yo por 8 años) se llama Mireya, ella desde pequeña fue una niña «precoz» ya que veia con morbo las peliculas con escenas sexuales, en varias ocasiones la encontré masturbandose aunque al yo ser un niño no sabía lo que hacía y por si fuera poco se desarrolló de manera espectacular, pues cuando iba en 6o de primaria tenía mas cuerpo que todas las demás niñas de su salón. Ella me inició en esto del incesto de alguna u otra forma pues fueron varios los encuentros que tuve con ella. El primero recuerdo bien fue cuando yo tenía más o menos 5 años estabamos haciendo la cama cuando me dijo : «te doy 10 pesos si me das un beso aquí» y me mostró su vagina, impecable, lampiña yo lo tomaba como juego de niños asi que me encantaba «jugar» con ella. Fueron varias las ocasiones en las que me mostró poco a poco su cuerpo entero, desde situaciones donde me pedía que le ayudara a bañarse hasta cuando me pedía que masajeara sus piernas y más arriba…
La ocasión más memorable y la que me hizo declararme amante del incesto fue una vez en la que yo volvía de la primaria, en ese entonces yo tenía 9 años, ella tenía 17 añitos, ya era toda una señorita super desarrollada, era una de las chicas más guapas de su preparatoria.
Viviamos mi mamá, mi papá mi hermana la mayor, mi hermana Mireya o «Miri» como yo le decía y yo, todos excepto Miri y yo trabajaban cuando yo llegaba del colegio ella me daba de comer y se iba a su colegio. Ese día regresé a casa y después de que me dió de comer me dijo que me lavara los dientes (como siempre lo hacía) y cuando salí del baño estaba en su cama acostada, su semblante parecía triste así que le pregunté que le pasaba a lo que me contestó:
-estoy adolorida porque ayer hice ejercicio. ¿me masajeas la espalda? Nuestros «juegos» siempre empezaban así asi que yo ya sabía a que se refería así que ella se volteó, se alzó la falda de su colegio hasta un poquito arriba de sus rodillas y me dijo que empezara, se veía hermosa con el uniforme de su colegio, yo me subí encima de ella y comencé a sobar su espalda como 5 minutos después ella se levantó, me besó en la boca y se alzó su blusa, me metió debajo de ella y me dijo que hiciera lo que quisiera; yo estaba debajo de su blusa y en medio de sus tetas, casi no podía respirar pero no me importaba poruqe yo, a pesar de mi corta edadlo disfrutaba, le mordía, besaba, apachurraba y lamía su par de pechos con su areola y su pezón de un color café claro, casi llegando al rosado y ella sólo gemía. Estuve así un rato hasta que ella me sacó, me siguió besando y después se alzó la falda, se bajó su calzoncito rosa semi-transparente y me mostró su panochita en todo su esplendor, abrió las piernas y me dijo:
-hazme lo mismo pero aquí. Y me señalaba su preciosa vagina (la mas hermosa que he visto en toda mi vida, con unos jugosos labios vaginales, carnosos y con abundante vello aunque no demasiado, aunque en ese entonces no sabía apreciarla al 100% me gustaba lo que veía) le practiqué sexo oral (hasta ahora lo sé) por alrededor de 10 minutos, hasta que me dijo que me bajara el pantalón, me lo bajé y me hizo el primer oral de mi vida, solo recuerdo que su lengua recorría mi entonces pequeño pene y sentí una sensación rara, una sensación deliciosa y cuando sentí que me hize pipi me dijo:
-oooh el tuyo aun parece agüita, el de abraham (su novio) ya parece leche jaja.
Y se saboreaba en su boca esa «agüita» babosa y yo me sentía mejor que nunca. Después de eso sacó algo raro que tenía debajo de su colchón (ahora sé que rea un consolador) y se lo metió por la vagina hasta que de ella salió también una especie de agua. cuando se fue me dijo:
-¿te gustó lo que te hice? Pues no le digas a nadie y cada que te diga que guardes un secreto te haré lo mismo ¿ok?
Por eso cuando la encontré en más de una ocasión follando con mi cuñado, con su novio, con el casero, con el amigo de papá y con el amigo de su novio, siempre me decía :-guarda el secreto. Y yo ya sabía que mi recompensa vendría luego.