Deseaba con fuerzas poder cumplir una de mis fantasías sexuales, disfrute de la clase de comunicación porque fue cuando todos me vieron tener sexo
En clases de comunicación y algo más
En vacaciones de verano, sin labores escolares, planifiqué unas clases de reforzamiento escolar, en el área de matemáticas con el apoyo de uno de mis tíos. En estos dos meses me apliqué muy bien llegando a tener casi 12 estudiantes de clase particular, me parecieron muchos en realidad.
Así, en menos de una semana pude reducir el grupo a 6, divididos en dos subgrupos de 3 estudiantes. Y las clases se tornan más privadas, más participativas, más personalizadas. Ahí empezaron mis travesuras.
Empecé a vestirme provocativamente, me encanta ser admirada con deseo sexual, pantalones de lycra muy ceñido al cuerpo debajo una ropa interior con los bordes en relieve, de modo que en el pantalón se marcaba bien y, con una blusa poco escotada con un brasier que me permitía lucir un poco de mis pechos juntos. Percibía miradas lujuriosas que me excitaban mucho, escuchando comentarios entre ellos que me incitaban a ir más lejos.
Las clases las dábamos mi tío y yo. Por esos días les conté una historia ficticia, al final me apliqué más a un grupo que al otro, reuní a los más morbosos, los más mirones. Les dije que mi tío era un hombre casado, que yo era su novia secreta, que nadie debía enterarse de nada, que podían vernos cuando nos dábamos cariño mientras nada dijeran. Todo encaminaba bien.
En los siguientes días casi al terminar mi clase las caricias entre mi tío y yo iban en aumento para deleitar a mis alumnos. Llegaba mi tío, se me acercaba por detrás pegaba su verga a mis nalgas, me besaba el cuello, deslizaba una de sus manos cerca de mi coño y me sobaba; los chicos seguían atentamente el movimiento de las manos de mi tío y mis gestos. Me excitaba ser mirada con lujuria, como queriéndose poner en el lugar de mi tío.
En los siguientes días vestía las mismas ropas excepto que no llevaba ropa interior y la forma de mi coño se me marcaba en el pantalón, así como mis pezones y algo más se notaban por el polo blanco que lucía. Como era costumbre, minutos por terminar la clase, llegaba mi tío por detrás, me besaba el cuello y una de sus manos se iba directo a mi coño frotándolo por encima de mis pantalones y otra de sus manos masajeaba mis pechos por encima de mi polo aumentando mi excitación por las miradas de los chicos.
Días después cambié de vestimenta, usaba unas minifaldas y una blusa con escote sugerente, esta vez si llevaba ropa interior pero era muy pequeña. Llegaba mi tío al comienzo de mis clases y al tomarle atención le daba la espalda a los chicos, estaba a un metro de distancia de ellos y más cerca de mi tío que no perdió tiempo en meter mano debajo de mi faldita y manosearme el culo, al darme la vuelta y pegar mis nalgas a la verga de mi tío que la sentía dura quedaba mi faldita subida con lo que se me veía parte de mi tanguita y mi tío aprovechaba frotando mi coño por encima de la tanguita ante las miradas sonrientes y lujuriosas de mis invitados, diciéndole que al terminar la clase iba a verlo a su cuarto, a mi tío claro.
Ya después las interrupciones eran más frecuentes, mi tío vestía truzas ceñidas al cuerpo, que al tenerla dura se le notaba grande, un buen bulto y se me acercaba dándome los mismas caricias; los chicos cada día se concentraban menos en las clases y más en mí y mi tío.
Pocos días después, con aire de inocencia, reafirmaba que éramos una pareja de enamorados, que nadie tenía porque saberlo, que eran pocos momentos que teníamos para abrazarnos y besarnos, que toda pareja que se ama lo hace, así como ellos lo hacían con alguna novia por ahí, lo cual permitió sonrisas y miradas cómplices.
Cercanos a culminar el mes de enero, el último fin de semana, ideamos ver una película de corte romántico: “Diario de una Pasión”, el motivo principal era juntarnos todos en una habitación, para ese día solo hubo trabajo individual de aplicación de las clases. Así lo convinimos, en una habitación más privada, los chicos en una mesa sentados frente a nosotros, los tres realizando el trabajo mirando la película y mi tío y yo en un sofá cama al costado, de manera que los chicos, al mirar la película, lo hagan de costado.
En las escenas románticas mi supuesto novio y yo hacíamos lo mismo echados en el mueble, al darle la espalda a los chicos me abrazaba a mi tío, besarnos apasionadamente con el jugueteo de nuestras lenguas a boca medio abierta y sus manos sobre mis nalgas subiéndome la faldita de modo que todo mi culo quedaba a la vista, con mi tanguita puesta, durante tres a cinco minutos, ante las miradas casi disimuladas de los chicos que mi tío observaba y después todos con sonrisa cómplice continuábamos viendo la película y ellos también a su tarea. En otro momento de la película estaba mi espalda sobre el pecho de mi tío y en otra escena el me besa y muerde la orejita, hurgando con la punta de su lengua dentro de mi oreja provocando mi excitación, me permití abrir un poco las piernas y el buscando mi coño por encima de mi tanguita, levantó la faldita y al encontrarlo lo frotaba suavemente como masturbándome con la ropa interior puesta; yo miraba a los chicos y sonreía y ellos tímidamente correspondían también.
Al día siguiente propuse a los chicos un trabajo sin supervisión de dos a tres horas viendo otra película, o clase dirigida sin trabajo alguno ni película. Nos decidimos por la película en la habitación donde estaba el sofá cama. De hecho la película era lo menos importante así que tomé la primera que encontré: “Lazos Ardientes”, las escenas de las chicas era muy excitante en verdad. El jueguito sexual continuaba en marcha, una de mis muchas fantasías. Estábamos mi tío y yo echados en el mueble, uno junto al otro, en un momento de la película su mano toca mi coño por encima de mis ropas y yo correspondo tocando su verga también por encima de sus ropas apretándola duro de vez en cuando. Era la primera vez que le cogía su verga delante de los chicos que miraban embelesados.
Aún en escenas de violencia nos tocábamos porque la intención no era saber qué trataban en la película sino satisfacer mi fantasía sexual. Las caricias iban en aumento, estaba recostada sobre su pecho, me besó nuevamente el cuello, una de sus manos sujetaba mi cabeza, la otra subía mi faldita buscando mi coño, me lo acariciaba por encima de la tanguita, luego introdujo su mano dentro y con uno de sus dedos me penetró hasta el fondo; como tengo el coño algo peludo pues es normal que se me vea mucho más de lo normal ante la mirada inquietante de los chicos. Fue un momento de silencio donde, solo mis gemidos podía escuchar. Después de ese momento, fui a la cocina a traer unos refrescos y pasar por el cuarto para cambiarme la blusa por una de las camisas de mi tío.
Después de servir los refrescos me senté a su lado, quedando mi culo pegado a su verga, yo de espaldas a él. Levanté la cabeza, giré hacia mi tío buscando su boca y darnos un apasionado beso, jugueteando con nuestras lenguas una y otra vez, sus manos fueron desabrochando los botones de la camisa dejando al descubierto mi brasier, luego y con mi complicidad, aflojó mi brasier y todo mi pecho quedó desnudo, él tomó mis senos con una mano, los empezó a apretar, a masajear y después de besarme me chupó mis pezones y lamió mis senos; estaba atenta a las miradas de los chicos a los cuales sonreía y puse un dedo entre mis labios en señal que hicieran silencio, asintiendo ellos con su cabeza afirmativamente. Luego, me di vuelta y tiré hacia abajo su bóxer y él echado en el sofá cogí con mis manos su verga dura, la acaricié con mis manos, la lamí, metí la cabecita de su verga en mi boca y la chupé largamente.
El día siguiente era domingo, no había clases, pero les dije que iba a hacer unos cambios a mi cuarto, que si querían ayudarme, sin compromiso, pero que si venían no dijeran a sus papás que llegarían a mi casa para que no se molestaran conmigo. Creo que al día siguiente llegaron muy temprano, me levantaron de la cama. Improvisé que sacaran unas cosas de mi cuarto, mientras entraban y salía me cambié de ropa, me cambié mis pantalones largos por la minifalda y el polo por la camisa de mi tío que había dejado a propósito; ellos me vieron aunque solo en ropa interior. Cuando llegó mi tío, pues con gesto y una sonrisa disimulada entendió todo. Ya estos chicos eran nuestros, manipulados a nuestros deseos de placer y para que hacerlos esperar, lo que tanto querían ver y aprender.
En mi cuarto dejamos la cama y muebles chicos donde ellos pudieran sentarse. En un descanso pusimos la televisión y buscamos una película. Los chicos en los muebles al lado de la cabecera mi de cama, mi tío y yo en la cama. Mientras la película seguía, mi tío y yo nos acariciábamos mucho, besos apasionados, su mano subiendo mi faldita y apretando mis nalgas; cuando me daba vuelta, sintiendo que mi amante mordía mi cuello desde atrás abría mis piernas para que su mano acaricie mi coño, metiéndola dentro de mi tanguita. Después de desabrochar los botones de la camisa, chupó mis pezones, con la punta de su lengua rodeaba mis pezones, abría grande su boca para que todo mi seno entrara en su boca y mordía usando sus labios. Luego mi tío se quedó en bóxer solamente, me quité la camisa y lo que quedaba del brasier dejando mis pechos al descubierto para alegría de mis invitados. Mi tío se puso de pie en la cama, le quité su bóxer, una gran verga se dejó ver; empecé a lamer desde sus bolas y con mi lengua fui subiendo, sosteniéndolo con una mano, lamiendo todo el tronco de su verga hasta la punta, subiendo y bajando cada minuto, luego me detuve, la cogí del medio del tronco y la metí en mi boca; subía y bajaba mi cabeza chupándosela, sosteniéndola con la palma de mis manos y él con sus manos en mi cabeza, moviéndola de arriba hacia abajo. Después bajé de la cama, me puse de pie junto a ella y detrás de mí sentado a la cama mi tío, que me tocaba los senos, fue bajando sus manos hasta mis muslos y empezó a subir la faldita, mostrando toda mi tanguita, estaba frente a los chicos, menos de dos metros de distancia. Me quitó toda la tanguita, con mi complicidad, luego la tiró a los pies de los chicos, sobre los muebles, y, finalmente la faldita; nos quedamos desnudos los dos frente a los chicos que sonrientes nos miraban, uno de los dedos de mi tío me penetró el coño, provocándome grata masturbación.
Me senté en la cama, me abrí de piernas, la lengua de mi tío se fue acercando a mi coño, lamiendo los costados, los bordes de mi vagina, metió su lengua en mí, con deseo buscó mi clítoris, luego uno de sus dedos me volvía a penetrar, provocándome gemidos de placer. Subí en la cama, me puse boca arriba, con las piernas ligeramente abiertas, con las rodillas mirando el techo de la habitación. En esa posición con su verga en la mano apuntó la entrada de mi coño, me la fue metiendo despacio; cuando me entró toda, mis piernas quedaron sobre sus hombros, apoyaba su pecho sobre mis muslos, empujando con fuerza como queriéndola meter más, luego se hacía hacia atrás y volvía a empujar, sintiendo que cada vez la tenía más adentro; de rato en rato miraba a los chicos sonriéndoles, ellos también a mí, les pedí que suban el volumen del televisor para que los vecinos no sepan lo que hacíamos y lo hicieron. Después me puso en cuatro patas, con mi cara frente a los chicos y mi culo frente a mi tío; desde atrás su verga buscó mi coño y me penetró, fui bajando mi cuerpo hasta dejar mi cara sobre la cama con mis brazos sobre ella. Él me empujaba desde atrás y yo con mis brazos extendidos en la cama formando una letra “c”, con mi carita de costado y tratando de mirar a los chicos, sonriendo y gimiendo. Luego de un rato, él se echó en la cama, me subí encima suyo, puse mi coño a la altura de su verga, se la cogí con una mano y me la fui metiendo despacio, cuando la tenía toda adentro, me empecé a mover de adelante hacia atrás, cabalgando despacio y luego más rápido hasta sentir mi orgasmo. Él no había terminado y con parte de mis jugos en sus manos me frotaba el ano, metiendo uno de sus dedos suavemente y luego más rápido hasta que mi culo se acostumbró a él. Con mi culo húmedo, me la fue metiendo por ahí, despacio al principio, moviéndose lento; sintiendo algo de dolor pero conteniéndome, no quería dar una mala imagen a los chicos. Así con este ritmo de meter y sacar, terminó vaciándose en mi ano, sujetándose de mis pechos, apretándolos cuando descargaba dentro de mi culo; se quedó así unos minutos hasta que su verga fue reduciendo su tamaño, sacándola muy despacio en medio de ruidos extraños. Luego, me limpié los residuos de leche en mi culo, me recosté junto a mi tío en la cama, desnudos los dos, terminando de ver la última media hora de película, aunque solo por hacer tiempo.
Cuando terminó la película, me levanté fui hacia ellos, les pregunté si estaba buena la películas y todos se echaron a reír. Les hice prometer que no dijeran nada, tomé una de sus manos y me la sobé por el coño, lo cual les encantó. También aprovecharon, me tocaron las nalgas y los pechos, lo cual me empezaba a excitar, yo también se las cogí por encima de su pantalón y se las sentí duritas. Minutos después se percataron que mi tío se empezaba a coger la verga, todos lo miramos y ellos dijeron que le dieron ganas de cachar o querer metérmela otra vez sonriendo.
En mi casa tenemos un gran baño, de más de un metro de ancho por más de dos metros de largo, creo que fácilmente podíamos bañarnos todos juntos. Así que propuse bañarnos juntos, refiriéndome a los chicos y yo, solamente los cuatro, uno de los chicos dijo que también mi tío, pensando que querían ver que trataría de hacerme en el baño. Estaba desnuda con tres vergas, frotándome por todos lados, me penetraron los tres uno por uno, en un polvo rápido que no pudieron controlar, porque mientras lo hacía con uno los otros tocaban mi culo y mis pechos, teniendo su excitación al límite. Casi una hora habría transcurrido, tenía todo el cuerpo pegajoso por la leche de los chicos y quedaba seguir recibiendo agua de la ducha; mi tío entró a la ducha con ganas de bañarse no creo porque su verga estaba dura, al caminar se le bamboleaba como un palo duro y grande, no diré el tamaño de su verga pero acá en el norte del Perú las vergas de los chicos son generosas.
Los chicos le dieron espacio para que ingrese. Lo primero que hice fue humedecer su verga con mi mano, frotándosela suavemente, los chicos habían salido de la ducha pero a un metro de distancia de nosotros esperando ver más. Todos pedían que me cojan en la cama por ser más cómoda. Así sucedió, me puso al filo de la cama, desde mi culo hasta mi cabeza en la cama, todas mis piernas en el piso, luego el levantó mis piernas, las abrió un poco para ver mejor mi coño donde meter su verga, y pidió a uno de los chicos ayuda para cogerme mejor; algo peculiar uno de los chicos cogió la verga de mi tío y la metió dentro de mi coño mientras él me sostenía las piernas, una en cada mano. Un momento excitante confundido en tantas travesuras.
Después de este momento los chicos se vistieron menos nosotros, les pedí que no salieran juntos. Decidí que el chico que cogió la verga de mi tío se quede al final. A solas los tres, le dije que para hacerlo de nuevo los tres juntos, el chico aceptó gustoso. Nos subimos a la cama los tres, para estar con más ganas, le pedí al chico que masturbe a mi tío con sus manos mientras mis ponía mis pechos a la altura de su boca. El chico vivía alabando lo grande y dura que mi tío tenía su verga; el chico tenía una verga aceptable así que me eché en la cama cogí su verga la fui acercando a mi coño penetrándome, el chico sólo se dejaba hacer. Mientras el chico me penetraba, yo lo tenía cogido de sus nalgas como tratando de tenerlo más dentro de mí, mi tío se puso de pie en la misma cama acercando la punta de su verga a la boca del chico que aceptó gustoso, el chico era bisexual tan igual a mí, y, en esta posición sentía que me penetraba cada vez más rico. Como el chico ya lo había hecho antes duraba un poco más, quién no tardó en vaciarse todo fue mi tío, ensuciándome a mí y al chico. Quedamos el chico y yo con nuestro placer, sintiendo su verga cada vez más dentro de mi coño, mientras lo hacía, las manos de mi tío acariciaban su culo; luego se oyó un quejido y una expresión del chico que penetren su culo con delicadeza. La verga de mi tío ya no tenía energía para más marcha, solo quedó frotarla en las nalgas del chico mientras yo seguía recibiendo verga.
Mientras estaba con el chico mi tío aprovecho para darse un baño, yo estaba al borde, el cansancio me decía que pare, pero este chico estaba con ganas, hasta que después de unas movidas terminó vaciándose en mis pechos, pidiéndole repetirlo otro día. Quedé descansando en la cama frente al baño viendo como mi tío se refregaba todo, el chico también le urgía el baño para limpiar su cuerpo. Este chico era incansable, en el baño no perdía detalle para acariciar la verga de mi tío como queriendo que cobre fuerza como la primera vez. Mi tío lo abrazó por detrás pegando su verga al culo del chico buscando su boca para darse un gran beso mientras el agua caía sobre su cuerpos. Minutos después estaban en mi cama, sin tomarme en cuenta se echaron en mi cama, la sonrisa del chico iluminaba el ambiente, los gemidos empezaron e escucharse en cada penetración suave, desde el rincón al que había sido puesta, me entraron ganas de masturbarme, que dos de mis dedos no bastaron. El cansancio, la excitación, la cúspide del placer, mi fantasía superada por tan inesperado suceso, hizo de mi noche un feliz sueño.