Y así es como muchas cosas de la infancia se terminan convirtiendo en una realidad, esta vez el jugar a ser doctor fue lo que se me cumplió

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Jugando al doctor

Quiero hacerles llegar a mis lectores mis vivencias de mi infancia y juventud, mi nombre es Ariel, durante nuestra niñez quien no ha jugado al doctor con alguna amiguita o con su prima, que sería mi caso. Esto que relato ocurrió hace mucho tiempo en esa época carecíamos de computadora, así que los juegos eran en conjunto, tanto los de mesa como los al aire libre, por supuesto  que actualmente existen, pero no en la escala de aquella época.

Mi lugar de residencia era en Miramar, partido de Gral. Alvarado, si bien es un lugar turístico, la actividad merma en la época de invierno, a pesar de contar con vida propia durante el año, quedamos solo los residentes.

Tengo varias primas que viven en esta ciudad, pero con la que tengo mayor relación es con Gaby, una niña  muy bonita en aquella época, aunque actualmente lo sique siendo. Con la que jugábamos muchísimo, además vivía a una cuadra de casa. En esa época yo tendría alrededor de 10 años y era bastante inocente mientras que Gaby me llevaba algunos meses, prácticamente no había diferencia de edad, por lo que había muy buena relación entre ambos, yo era algo escrupuloso, mientras que Gaby era muy extrovertida y decidida, determinaba a que jugar y yo aceptaba complacido.

Un día me dice

-“ Vamos a jugar al  doctor?

-“Y cómo es?”- le expresé.

-“Vos eres el enfermo y yo te reviso” me contesta.

-“Bueno, juguemos” respondí entusiasmado

Quien más, quien menos, la gran mayoría lo ha practicado, era una manera de ir descubriendo el sexo, ver las partes “prohibidas” de nuestro cuerpo, tanto del hombre como la mujer. La mayoría de las veces que yo era el enfermo, me hacia quedar en calzoncillos, empezaba a revisarme, me tocaba por todos lados, principalmente en la zona de mi pequeñito órgano, me hacia dar vuelta, me metía un lápiz o algo similar por el culo, me pellizcaba mis glúteos, cosas que me excitaban bastante, aunque yo conocía muy poco sobre el sexo, pero lógicamente me encantaba hacerlo.

Cada tanto repetíamos este juego, pero solamente en su casa porque sus padres trabajaban y permanecíamos solos mucho tiempo.

Por supuesto estos jueguitos se fueron incrementando con el tiempo, además me encantaba por las nuevas sensaciones que me producía, de alguna manera alteraba nuestras hormonas.

Un día me dice –

-Hoy te tendrás que desnudar, porque tengo que revisarte a fondo.

Tímidamente y con un dejo de vergüenza, empecé a hacer lo que ordenaba mi prima, Una vez desnudo, me tire boca abajo, sobre una mesita baja que usábamos de «camilla» donde hacíamos los «exámenes».

Comenzó a «explorar», mi cuerpo, a pellizcar mis glúteos para terminar introduciendo ese lápiz por mi ano, tengo que confesar que en ese momento tuve una extraña sensación, sentí que mi pequeñín se paraba, una especie de revolución en mi zona genital, era evidente que estaba excitado.

En un momento me dio vuelta, y vio que mi pitito estaba erguido (por supuesto que sería de un tamaño de 6 o 7 cm,), sin mucho esperar lo comenzó a tocar y agitar, hasta que le dio unos besos. Sentir mi pene en contacto con la boca de mi primita, me produjo una sensación extraña, y muy placentera, que debo haber evacuado algo, porque impregnó su dedo en ese  líquido, para después olerlo. A pesar de llegar hasta ese  punto, nunca las cosas pasaron a mayores.

Cuando me tocaba hacer de doctor, repetía con mi prima lo mismo que ella hacia conmigo, a lo que aceptaba gustosa. Por lo general, solamente lograba levantar su vestido, y hacia las cosas a través de él, o de su bombachita.

Un día, decidí tomar yo la iniciativa así que le dije

-Hoy la tengo que revisar a fondo, por lo tanto debes  desnudarse.

-Muy bien pero la bombachita no me la saco. Me contesta

De acuerdo le digo

Se quita su vestidito, los zapatos y se tiro sobre la camilla, boca abajo y comencé mi labor, cuando empecé con la operación «lápiz», al cabo de un rato notaba que exhalaba como una exclamación una especie de :

UUUUUUUUUUAAAAAAAAAAAUUUUUUUU!!!!!!!!

y unos suaves movimientos, por supuesto que no entendía bien, que le pasaba, me detuve en lo que hacía y la hice dar vuelta.

En ese momento me percate de sus pechitos, que comenzaban a crecer y el nacimiento de unos delicados pezones rosados que estaban en pleno desarrollo.

Continué «revisando a la paciente», empecé a tocar sus tetitas, que me habían atraído bastante, bajando mis manos de a poco, a través de su bombachita, donde se demarcaba su pequeña vagina, que me atrajo enormemente, me tenté de  bajársela, pero lo volvió a impedir. Hoy recuerdo que me atrajo su cuerpo casi desnudo y hasta me llegó a estimular, lo que fue una sensación nueva y distinta. Bajé hasta donde me permitió su bombachita, y a través de ella introduje el lápiz que utilizábamos para revisarnos, hasta llegar a su sexo que empecé a friccionar a través de sus labios vaginales,  así estuve un rato, acariciándola, hasta que le comento

-¿Ya está el examen, tiene alguna otra molestia? 

Me contesta

–Si  doctor, me duele mucho entre las piernas, vea que tengo.

Abriendo sus piernitas, paso mi mano por su entrepierna, acariciándola bastante, noto como que las cierra, apresando mi mano, con el dorso refriego sobre su vaginita, oprimiéndola, en su abertura, cuando oigo unos suaves gemidos y una entrecortada voz, que me dice

-“Siga, siga doctor que se me va pasando”.

Seguí, hasta que en momento notaba su prenda húmeda, pensé que se le habría salido unas gotas de orín, mientras no paraba de exclamar.

-Siga doctor, siga- repitió

Volví a deslizarle su prenda, con la intención de sacársela, lo hice bastante más con la intención de desnudarla,  y a su vez no dejaba de tocarla, en el momento que vi algo de su sexo,  cuando  pegó unos gemidos, como un aaaayyyyyyyyy!!!!!!!!!!!!

Contrayendo sus piernas y apretando su mano contra la mía, en la zona «examinada». En ese instante me sorprendí, no entendía que le estaba sucediendo, (cosa que con el pasar de los años determine, que había sido posiblemente su primer orgasmo.)

-Estas bien? –le pregunte

-Si, si.-contesto.

La encontraba distinta, su aptitud había cambiado, se levanto y se  vistió rápidamente, y me dijo que me fuera que tenía que hacer los deberes para el colegio.

A partir de ese momento jamás volvimos a jugar al «doctor», a veces me hacia fantasías, de haberla desnudado y besarla íntegramente, cosas así. Si bien nos  continuamos viendo, con el tiempo fuimos cambiando, los amigos, los estudios todo eso hizo que nuestros grupos de relaciones fuesen distintos.

Pasaron unos cuantos años, yo ya contaba con unos 23 años, tenía mi novia, y mi prima estaba comprometida, cerca de casarse. Es de acotar que Gaby con los años se había puesto muy buena, bonita, alta y hermoso físico.

Por lo general nos veíamos poco, ella estudiaba en la facultad, en Mar del Plata, muy cerca de mi ciudad, y yo trabajaba, nos encontrábamos en alguna reunión familiar.

Un día tuve una fiesta en casa de un amigo en Mar del Plata, concurrí solo, porque mi novia no podía venir, cuando sorpresivamente llega Gaby con su novio, nos saludamos estuvimos charlando un rato. Realmente mi prima estaba espectacular, con ese vestido corto y además parecía no llevar sostén, no niego que me imagine sus tetas al descubierto, rememorando aquel día tan especial, de nuestra infancia.

Cuando termino la reunión, le pregunte a su novio, para donde iban, me contesta que iba a llevar a Gaby a Miramar,

Para que llevarla si yo voy para ese lado, que venga conmigo y te ahorras el viaje, conteste

–      Buena idea dijo mi prima.

Se despidió de su novio subió al auto y partimos.

En el trayecto, note a Gaby bastante alegre, posiblemente había tomado algo de mas, pero no le di mayor importancia.

Hablamos bastante, recordando cosas de nuestra infancia y así continuamos hasta llegar a su casa.

–      Bajá y nos tomamos una cervecita– dijo mi prima

Bueno OK- conteste

Entramos a la casa, estábamos solos porque sus padres estaban de viaje, y regresaban al dia siguiente.

Nos sentamos en un sillón, mientras tomábamos la cerveza, retornado la conversación al tema de nuestra infancia.

En un momento le comento

–      Uh ¡¡¡¡¡ esta es la mesa que usábamos de camilla para jugar al doctor.

-Si –me respondió

En ese momento, viaje en el tiempo y recordé la última vez que jugamos (que con los años, cuando la recordaba realmente me excitaba, y además entendía la situación que habíamos pasado)

Le comento

-Porque no recordamos esos tiempos y jugamos al doctor ahora?

-Estás loco ¡¡¡¡¡¡ contesto, con un esbozo de sonrisa en sus labios.

Me cambio de conversación rápidamente. Después de un rato, retome el tema nuevamente

-No me digas que no te gustaría repetir, lo que hacíamos cuando éramos chicos. Le digo

-No sé, en esa época era otra cosa. – Respondió

-Probemos, total que puede pasar ?= le digo

-Para loco.¡¡¡¡¡ Me repite

No contesto nada, pero note en su expresión como un dejo de curiosidad o de liviandad, mientras baja la cabeza.

A esta altura de los acontecimientos, estaba comenzando a estimularme, ella evidentemente también, noté que me estaba provocando, al verla con esa pollera corta y entreabriendo sus piernas.. Por un lado pensaba, que es mi prima pero por otro que era una mujer y estaba muy buena.

Volví a insistir, parecía un poco más convencida, pero no cedía.

-No me digas que antes te gustaba y ahora no – le digo

-Lo que pasa que en esa época no era tan peligroso.

-Que tiene de peligroso ahora –le contesto.

-Vos sabes, no te hagas el boludo.

Si bien notaba, que estaba interesada en hacerlo, tenía que hacerla cruzar ese límite, así que le digo

 

-Hagamos una cosa, yo me desnudo, como la ultima vez y vos me revisas, que te parece?

Con una sonrisa me dice,

-Lo que pasa que esta mesa ya es chica

-Busquemos una más grande -le respondo

-Sos un hijo de puta, me contesta. Riéndose, como aprobando, se quedo un rato pensativa y dice

-Está bien, vamos al dormitorio, pero yo no voy a hacer nada, estamos?

No digo nada y me encamino a la habitación, empecé a desnudarme, mientras Gaby, observaba curiosamente, sentada sobre la cama, apreciando el show que le estaba ofreciendo. No me animaba a sacarme los calzoncillos, por la erección que tenia, así que prolongué mi striptease, hasta que Gaby se me acerco y me bajo mi prenda. Que al ver mi aparato erecto, sus hormonas se alborotaron, me tomo de la cintura y me hizo acostar boca abajo. Rápidamente, como tratando de evitar lo que había visto, comenzó a frotarme la espalda, hasta que de a poco llego a mis glúteos, apretándolos y pellizcando, yo me iba calentando cada vez más, mis pensamientos se adelantaban a lo que llegaría a suceder.

Mi prima continuaba con los masajes, hasta que comenzó a meter su dedo en mi ano, y jugar con mis testículos, me excito como loco. Siguió jugando, y en un momento me dio vuelta, notando que mi pija está muy parada.

Comenta

-Parece que el paciente esta calentito.

Al tiempo que me empieza a besar las tetillas, bajando su mano hasta mi pija, para iniciar una serie de besos en la zona, y unas suaves y deliciosas chupadas, que de haberse prolongado acababa en su boca, trate de relajarme y evitar venirme.

En un momento se frena y dice

-Bueno ya esta ¡¡¡¡

-¿Cómo que ya está? no notas lo afiebrado que estoy. le digo

-Por supuesto, que quieres, que siga toda la noche? Ahora es mi turno.

Sin decir nada mas, comienza a sacarse el vestido y los zapatos, quedando sus tetas al descubierto, viéndolas unos segundos, porque se tiro boca abajo en la cama, viendo su hermoso culo apenas cubierto con una diminuta tanga.

-Un momento, así no vale, tienes que desnudartecomo yo -le digo

-OK, haremos como aquella vez, pero la bombachita, queda puesta – me responde.

Comencé a «examinarla» empecé por su espalda, hombros, para bajar hasta sus pies, volviendo a subir por esas piernas, hasta llegar a sus muslos, lentamente acerco mis manos a sus glúteos, continuo, meto mis dedos, a través de su braga y los deslizo por su zanja hasta llegar al ano, donde comienzo a introducirlo muy suave, noto unas exclamaciones de placer, continuo con mi «examen” cada vez más exhaustivo y profundo.

En un momento mi prima dice

-Necesito doctor que me revise por adelante.

Dándose vuelta, mostrando esas tetas, bien formadas y duras con sus pezones rosados bien erguidos, mientras que sus braguitas dejaban aflorar muy poco vello cerca de su pubis.

Comencé a tocarle sus hombros, fui bajando mis manos hasta llegar a sus tetas, que estaban  más que tentadoras y sus erguidos pezones, a los que apreté suavemente, hasta llevarlos a mi boca y succionarlos como bebé con hambre.

Cuando dice

-Doctor que me haaaaceeee ¡¡¡¡¡¡¡¡¡

Seguí chupándolas y bajé mi mano hasta introducirlas en su braga metiendo mis dedos en su raja, húmeda con ese juguito vaginal, tan especial, ella no ofrecía ninguna resistencia, se notaba que estaba muy caliente y gozaba como loca, yo continué y continué, mientras elevaba su culito, para disfrutar mejor de mis dedos.

En ese momento intente besarla, estaba deliciosa pero me detuvo diciendo

“ Tranquilo, esto no le corresponde al doctor”

Sabía que estaba jugando conmigo, o por lo menos intentando poner un límite a la situación. Continúe acariciando su bello cuerpo, hasta ponerla en un estado de agitación, y lanzar una serie de grititos de placer y ofreciendo su cuerpo para que continuase con esa excitante recorrida.

No me detuve ni un instante, tratando de llevarla a un estado de total paroxismo, comenzando a arquear su divino cuerpo, gimiendo como gata en celo, aprovechando su estado para comenzar a bajar su única prenda.

Su vagina se iba humedeciendo cada vez más, lubricándose para un pronto acontecimiento.

Seguí, masturbándola, para no cortar su orgasmo e intentar producirle otro, mientras continuaba bajando su  tanga hasta quitársela,  aprovechando la elevación de sus glúteos. Vi ese lunar que estaba en su ingle, recordé cuando de niños ya me atraía esa peca tan excitante. Era una belleza ver su desnudo cuerpo, con su respiración entrecortada, que agitaba sus pechos, abrí bien sus piernas, para separar los labios de su vagina y lamérsela con todo mi ser, estábamos a punto así que me monté sobre ella, con mi miembro en mano para introducirlo en su sexo, cuando me corta con un rotundo

-Noooooooooooo¡¡¡

-Estoy recaliento no me vas a dejar en este estadio- le rogué,

Está bien querido primito, no te preocupes -dijo, mientras se daba vuelta, quedando boca abajo

-Pero no uses el lápiz esta vez. Me decía, mientras se reía.

Así que tome mi aparato con la intensión de introducirlo por ese hermoso culito bien redondito y parado, no fue fácil meterlo, por su estreches además se quejaba un poco, Le coloque una almohada en su vientre, elevando su trasero, dejé caer saliva en su ano, introduciendo mi dedo, oprimiendo las paredes de su recto, luego un segundo dedo hasta lograr dilatarlo. Le hice humedecer mi verga con su boca, y apoye mi glande en su ano, fui empujándolo lentamente, deslizándose por su recto, cada centímetro que lo introducía, era un gemido de mi querida prima, hasta topar mi pelvis con sus nalgas.

Al lograr penetrarla totalmente, me quede quieto sintiendo las palpitaciones de su conducto. Giró su cabeza para besarme, sin  quitar mi aparato, lo hicimos intensamente, no había dudas  que le gustaba, porque cada vez se agitaba más y me pedía que siguiera, así que empecé a bombearla con todo. Lamentablemente no permanecí demasiado tiempo con mi aparato en su culo, porque con la excitación que tenía en unas pocas envestidas, eyacule mi leche rápidamente, mientras Gaby gritaba de placer ante la llegada de su segundo orgasmo.

Realmente fue algo inolvidable, la mantuve penetrada, todo lo que pude, hasta que mi miembro se puso flácido. La giré y nos besamos. Y me dice :

-Tú has sido el que me ha desvirgado analmente, te confieso que siempre lo desee, querido primo.

Nos quedamos un rato así, continuamos besándonos hasta que nos levantamos de la cama para dirigirnos al baño a ducharnos juntos.

Lo que aconteció después, será motivo de un próximo relato.