Nunca me dio vergüenza ser gay, es lo que me gusta. En el cine perdí el tiempo, pero de una forma que me gusto, muy satisfactoriamente
Una manera de perder el tiempo en un cine (I)
Mirad, como alguno saben bien de mí, yo comencé en esta andadura del sexo a la temprana edad de trece años. Mis gustos de siempre han sido los hombres mayores, para haceros una idea de cincuenta y tantos en adelante… mmm. Quizás sea simplemente porque con ellos me inicie, bueno para ser exacto… ellos me iniciaron, yo fui de inocente y curioso, aspectos que ellos aprovecharon. Al principio ni me lo plantee, fue algo fortuito… e incluso podría decir que fue un desliz, claro está no fue planeado la cosa salió sobre la marcha, precisamente estas experiencias o encuentros son aquellos que más se disfruta… mmm. Comencé como activo, pues los hombres que estuvieron conmigo me veían como un objeto de placer, pudiendo realizar conmigo aquellas fantasías que en esa época podían. Pero con el paso de los años… aumentaron mis educadores, todos maduros o muy maduros y cuya iba dirigida hacia su propio disfrute, acabando poco a poco por ser pasivo, dejándome por el morbo y claro está por mí curiosidad. Bueno dejando claro mí condición, comenzare.
Os voy a contar un hecho que lo tome y la verdad lo tomo como una anécdota, no fue ni una fábula ni menos una historia, pues siendo de aquellos años quedo en eso. No porque haya sido mala ni traumática la experiencia, sino porque simplemente se quedó en eso… en una experiencia. Mirad, aún recuerdo aquellos años en que deje de estudiar un año para ir a realizar el servicio militar, servicio que temía por notarse mi condición, pero que fue allí donde pude descubrir que nadie supo y menos la noto. Bueno como os he dicho, no deseaba que mis inclinaciones se descubrieran y sobre todo en las duchas. Pero gracias a Dios esto no ocurrió, quizás porque no me iban los jóvenes y claro está, no soy homosexual, ni bisexual, ni cosa rara como escuchaban referirse a otros, ya que me iba de putas como cualquiera de ellos, dejándolas tan satisfechas como me dejo yo… mmm. Mi falta de vello tampoco sorprendió a nadie entre los militares, ya que mi fama de mujeriego lo impedía. Pero sí que cuando iba a Madrid a algún Cine X, no iba a buscar rollo sino que parecía que el rollo me buscaba a mí, pues acababa ya sea en la misma sala de butacas como en los aseos, dando placer como recibiendo… mmm.
Bueno tras el servicio militar vino por fin acabar mis estudios, comenzando mi época universitaria y donde me encontraba también dentro de la búsqueda de empleo. Búsqueda que me llevo a encontrar un empleo, pero este iba de la mano de un curso preparatorio, curso que debía de realizarlo en Madrid. Pero este curso que por causa de un sorteo que toco realizarlo en turno de tarde, teniendo las mañanas para mí. Mañanas que debido al aburrimiento me hizo deambular por Madrid, aburrido y sin ganas de gastar el dinero, pues la cosa no estaba para tantos gastos,
El tiempo al principio lo mataba realizando tareas como preparar el material y estudiando, encargándome estar el mayor tiempo ocupado hasta la hora de entrar, ya que las clases no comenzaban hasta las cuatro de la tarde. Después y alternándolo con mis tareas, comencé a recorrerme los museos, comenzando por el Museo del Prado y continuando por una serie de museos, como el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, el Museo Arqueológico Nacional, el Museo Nacional de Ciencias Naturales, el Museo Sorolla, el Museo Naval, el Museo Municipal de Arte Contemporáneo, el Museo del ferrocarril, el Museo de cera, el Museo de América y alguno más. Aunque algunos pensareis que me habría gastado una pasta en entrar, os puedo asegurar que gracias a mi interés por verlos no me costó nada, ya que la misma empresa se encargó de eso a mí y a otros.
El tiempo se me hacía eterno pues mí recorrido por los museos eran rápidos, ya que algunos apenas llamarón mi atención y esto hizo que pasara fugazmente por ellos. Haciéndome buscar otros entretenimientos, como el de irme a leer al Parque del Prado cuyas horas pasaba allí, pero no siempre fue leer ya que antes me daba por recorrerme el parque y disfrutar de la naturaleza y sus monumentos, acabando por encontrarme visiones muy parecidas a las del parque de María Luisa. Cosa que me dio por recorrerme la gran variedad de parques de Madrid, descubriendo la extensión de bellos parques que posee y como el del Prado, todos pecan de una manera u otra de lo mismo.
Creo recordar que cuando estaba descubriendo las bellezas del Parque del Cuartel de la Montaña, parque que está cerca de la Plaza, aquí encuentras entre otras bellezas un templo egipcio. Pero en un momento dado de mí visita, me entraron unas ganas tremenda de orinar, no encontrando en ese momento lugar para ello, teniendo que preguntar a un trabajador de mantenimiento de los jardines. Este me indico una zona donde con precaución podría hacer mis necesidades, aun hoy día no pienso que este hombre actuó de mala fe, ya que me mando a la zona de los aparcamiento del Templo de Debod, zona que más tarde comprobé que no era muy buena para ir.
Pero en los siguientes días acabe por descubrir otros lugares de “ocio”, donde a veces parecía que más me buscaban a mí que otra cosa. Pues cerca del parque del Retiro, me sentaba a leer ya sea un libro o la documentación que debía de saberme para el curso, acabando por aparecer o deambular caballeros mayores, mayores me refiero pues estos pasaban de los cincuenta y tantos. Hombres que caminaban de un lado hacia el otro, acabando por sentarse unos en el banco de enfrente y mientras no aparta su mirada de mí, mientras me magrea con descaro su entrepierna, acción que me pone muy nervioso pues aquel sitio es un lugar público. Otros se sentaban juntos a mí, mostrando interés por los libros que leía, dándome conversación al tiempo que poco a poco intentaban intimar. Invitándome a sus casas a continuar la conversación más cómodos, mientras me acariciaban en la mayoría de las veces… mmm!, lógicamente sabían a lo que iba, no soy nuevo en esto, pero yo cortaba sutilmente toda esperanza.
Cansado de perder mi tiempo en un lugar que más parecía que iba a otra cosa, no me quedo más remedio que buscar otro lugar que siendo más económico me permita quemar las horas, lugar que conocía desde un primer momento pero que en verdad era mi última opción, no siendo estos que los Cines X y en Madrid en aquellos tiempos había muchísimos… mmm!. No solo estaban esos que tan conocidos eran como el Cine Duque de Alba, el Cine de la Corredera o el Cine de la calle Postas, conocidos quizás por ser los últimos en cerrar. Recuerdo que el primer cine que entre fue ese que está situado en la calle Postas, recuerdo un poco el cine más por el precio, pues cuando me plante delante de la taquilla y pregunte…
- “¿Cuánto cuesta una entrada?”.
Y que esa persona me respondiera…
- “Son trescientas pesetas”.
En ese momento me quede sorprendido y llegue a pensar lo caro que era, pero os acordáis de las pesetas… uuufff!… qué tiempos aquellos. Os debo recordar que en año mil novecientos noventa y nueve aún se pagaba en pesetas, aún recuerdo al entrar en un cine x costaba unas trecientas pesetas que sería alrededor de un euro ochenta a día de hoy. Os debo refrescar la memoria y haceros recordar que fue en el año dos mil dos cuando entro el euro, pasando el coste de la entrada a tres euros o sea a unas cuatrocientos noventa y nueve euros, joder como cambio aquello económicamente para algunos.
Aquellos cines eran de sesión continua y podría ver las películas las veces que quiera, pues estos estaban abiertos desde las diez y media de la mañana hasta las once de la noche. Aquel día por ejemplo entre tarde por culpa de mis dudas, ya que entre sobre las doce del mediodía, hora más que tarde si quería disfrutar, pues nada más entrar en la sala y sentarme, no tardaron mucho en acercarse aquellos buitres. Yo como era habitual nervioso a no más, entrándome ese tic nervioso tan peculiar en mí, mientras ocultaba mi bulto con alguna prenda… mmm!. Aquel día solo disfrute a medias, pues me hicieron comenzar masturbando a uno, acabando por comerme hasta tres miembros… mmm!, mientras era acariciado y magreado por desconocidos, encabezonados unos en pellizcarme los pezones y glúteos, mientras otros se dedicaban a introducirme sus dedos por mi orificio anal… aaahhh!. Acabando por irme no porque deseara sino porque no podía llegar tarde al curso, claro está antes debía de llegar a la pensión a ducharme y comer algo.
Mi segunda y quizás nacimiento, fue en el Cine o también llamado Sala X, sala que estaba situado en la calle Duque de Alba. El cual tras comprar mi entrada, caminaba por ese largo pasillo hasta la puerta de acceso a la sala. Tras abrir la puerta y echar a un lado esa pesada lona, aquella oscuridad infinita nos hace perder la visión hasta pasados unos segundos, tiempo en que tarda nuestra retina en adaptarse. Observando antes de sentarme, descubriendo a varios hombres de píe, algunos a pocos metros de mí apoyados en la pared, otros caminando por los pasillos de butacas.
Comencé a andar en dirección al pasillo que separa las dos hileras de butacas, dándome cuenta que no habría más de tres hombres sentados. Camine por ese pasillo buscando una fila de butaca que me agradara… mmm!, pero mientras no perdía las escenas de la pantalla en la cual se podía ver como una hembra era penetrada hasta por dos sementales. Creo recordar que fue a medio camino por ese pasillo, sentí como me palmeaban las nalgas, mire un poco enfuscado y pude ver gracias a la penumbra y por la claridad de la pantalla, que era un hombre canoso no quedándome dudas que ese era el autor, ya que este me sonreía. No echándole cuenta, continúe hasta detenerme a pedía sala, adentrándome en la fila y sentándome a medía de esta.
Ya sentado y a los pocos minutos, comencé a frotar mi miembro sobre la tela de mí vaquero… mmm!, sintiéndome muy caliente y excitado… uuummm!. Miraba con precaución a mí alrededor, no deseando al menos de momento que se me acercaran. Incluso ahora que caído, recuerdo el ruido proveniente de la misma sala, ruido que no eran otros que gemidos y el crujir de las butacas, ruido que se perfectamente que no eran proveniente de la película… mmm!. Acabo por ocurrir algo muy normal, pues apareció un hombre al inicio de mi fila, no dijo nada… simplemente camino hasta donde yo estaba. Acabando por sentarse en la butaca contigua a la mía, dando por hecho que este venía a lo que venía y no deseaba perder mucho tiempo. Deje de tocarme con descaro, continuando algo más sigiloso… mmm!, acabando este por soltarme…
- «Buena película… verdad, pedazo de chavala”.
Recuerdo que me quede callado, no eche cuenta y menos le mire. Volviéndome a soltar…
- “Uuufff!, como se están poniendo los de la pantalla, y nosotros aquí todo salidos por su culpa”.
Seguí ignorándole, no porque no tuviera educación sino porque en esos momentos no deseaba nada, pensando que la mejor manera de evitarla era ignorándole. Pero este me dice primero y continúa después…
- «¿Como un chico tan guapo y tan bueno, está en un sitio como este?».
- ”Nunca te he visto por aquí, tú no eres de por aquí… verdad”.
- “Mira, me llamo Nicolás y tú».
Contestándole…
- “Jhosua”.
Tras contestar, vuelvo a poner la vista en la pantalla, mientras escuchaba ruido de butacas crujir a poca distancia de nosotros. Coge y vuelve a soltarme…
- “No te cortes si te quieres masturbar, yo también lo hare, además aquí estamos para eso… mmm!”.
No contesto, pero ante los movimientos suyos, me da por mirarlo y ver sorprendido, como este se está masturbando o al menos eso parecía. Pero cuando digo que me quede sorprendido, no fue por el hecho de que tuviera su miembro fuera del pantalón, sino por el hecho de que se estuviera masturbando sin pudor alguno… mmm!.
En esos momentos no sabía ni cuando y como lo había hecho, pero él estaba con su pantalón desabrochado y abierto, bajado tanto este como sus calzoncillos hasta por debajo de sus genitales. Y encima para colmo… se me quedo mirando con descaro… mmm!, acabando por hacerme transmitir el calor que sentía al pegar su pierna a la mía… mmm!. Comenzándose a oler ese olor tan genuino como el precúm, no siendo otro este olor que de macho en celo… uuummm!. Sentí como una descarga eléctrica cuando poso una de sus manos en mi muslo, mano que deje y que permití que acariciara mi muslo… mmm!, descendiéndola hasta mi rodilla e ir ascendiéndola hasta mi ingle… mmm!!.
Aun recordando ese momento, pienso en cada minuto, como deje que este hiciera y le permití todo, quizás sea porque lo deseara o quizás fuera por averiguar hasta donde llegaría… mmm!. Era tal mi curiosidad en ese tiempo y momento que me dio por separar mis piernas… mmm!, pues esas caricias me estremecieron y claro esta le deje hacer, pues ese calor que sentía me embriagaba y deseaba más… aaahhh!. Este claro esta y como cualquier otro, tomo mis actos como una invitación a seguir… mmm!. Aumentando en el momento en que poso su mano sobre mi miembro, y ruborizado le escuche decirme…
- “Veo que estas caliente… eeehhh!”.
- «Menudo empalme tienes… uuummm!, sabes tengo la solución para esto, todo depende de lo que te guste”.
Yo seguía callado y dejándole hacer, sintiendo como su mano la deslizaba a lo largo de mí miembro… mmm!, estremeciéndome del placer que sentía… ooohhh!, acabando por cerrar los ojos y disfrutar… uuummm!. Sintiendo como apartaba su mano de mi miembro y posarla sobre mi mano, mano que tras cogérmela me hace posarla sobre su miembro, sobresaltándome pues la noto húmeda… mmm!, tanto que la palma de mí mano se queda impregnada en su liquido preseminal… mmm!. Coge este y apretando su manos sobre la mía hace que la palma de mi mano se aferre a su tronco… mmm!, sintiendo sus gruesas venas palpitar… aaahhh!. Noto mis labios secos e incluso mi respiración acelerada, tanto como las palpitaciones… mmm, deseando dentro de mí en saborearla, deseando en verdad probarla… mmm. Este comienza a “obligarme” a masturbársela… mmm!, acabando por apartar su mano de la mía y dejarme a mí seguir… ooohhh!. Volviéndome a soltar…
- “Te gusta verdad… mmm”.
- “Sigue… sigue… mmm!, no pares… sigue que lo haces muy bien… ooouuufff!”.
Por el ruido que hace, presiento y poco después veo, como este se gira hacia mí, posando al mismo tiempo su mano derecha sobre mi pecho, desabotonando un botón de mi camisa e introducir su mano por esta… mmm!. Noto su mano áspera pero por fuerte, me hace estremecerme al deslizarla por mi pecho y acariciar mis pezones… ooohhh!. Asciende hacia mi cuello y la limitación de mis botones hace que acabe por sacarme la camisa del interior de mis pantalones, acabando por sacar su mano y continuar por desabotonar el resto de los botones con tan solo una mano, mientras no deja de masturbarme con su mano izquierda… ooohhh!.
Escuchamos el ruido de gente moverse, ruido que se suma al crujir de butacas a pesar del sonido proveniente de la película. Noto como aparta su mano izquierda de mi miembro, viendo como sube su brazo hasta colocarlo por detrás de mis hombros. Viéndole segundos después inclinar su cabeza hasta sentir sus labios posarse sobre uno de mis pezones… ooohhh!, sintiendo esos labios ásperos aunque carnosos chupar y absorver mi pezón… uuummm!. No corriéndome en esos momentos porque Dios no quiere, deja de morderme mi pezón y apartar unos centímetros su rostro… mmm!, para comenzar por lamerlo… ooohhh!, dejándolo y continuar con el otro… uuufff!. Acabando por dejar mis pezones… mmm!, ascendiendo por mi pecho mientras me besaba hasta mi hombro e ir subiendo por mi cuello… mmm, besos que me ponen la piel de gallina y me ponen aún más… aaahhh!. Acabando por llegar a mi oreja y soltarme…
- «Me gustas un montón y mira como me tienes… puta”.
Escucharle como me insulta más que molestarme hizo que me gustara aún más, sintiéndome deseado… aaahhh!. Continuando este…
- “No tengo mucho tiempo y menos un sitio más cómodo donde podamos estar, pero deseo aprovechar el momento contigo y salir satisfecho de aquí… mmm!”.
- “¿Qué te gusta a ti… mmm, dime”.
- “Te gusta hacer o dejarte hacer… pasivo o activo”.
Respondiendo…
- “No lo sé”.
Acabando por decirme…
- “Pues tu tranquilo que lo vamos a averiguar… mmm!”.
Aparta su mano de mi pecho para posarla en mi mejilla, presionando a modo de que gire mi rostro hacia él, momento que este aprovecha para darme un beso en la mejilla e ir acercando sus labios a los míos. Intento apartarlos pero lo único que consigo es sentir su lengua dentro de mi boca, buscando la mía al tiempo que sus labios comen los míos… mmm!. El volvió a colocar su mano sobre mi miembro y sentir como la deslizaba por mi tronco… mmm!, haciéndome ceder a sus pretensiones dando un gesto de aprobación… mmm!. Mientras yo continuaba masturbándolo, haciéndole disfrutar de una buena paja… mmm!, llegando incluso a magrear sus genitales y hacerle soltar un tremendo gemido… uuummm!. Soltándome…
- “Uuufff!, sigue cariño… sigue… mmm!, como lo haces… mmm!”.
Notando en esos momentos como su brazo izquierdo comienza a presionar mis hombros hacia mí, presión que hace que me vaya acercando y al tiempo me obliga a inclinarme. Acabando por retirar mi mano derecha de su miembro por la incomodidad, intentando negarme a sus pretensiones aunque sé que ya es tarde, más aun cuando noto la presión de su mano derecha sobre mi nuca, haciendo que mi cabeza baje tanto que su glande choca contra mi boca. Notándolo hasta el mismo y comenzar a mover mi cabeza, movimiento que hace que su glande se restriegue por mis labios… mmm!, presionando y tras separar mis labios… esta se introduce… mmm!. Acabando por decirme…
- “Sabes… te gusta hacer y dejarte hacer, tu eres pasivo por si no lo sabias… mmm!”.
Siento como su mano derecha dejo de presionar mi nuca, comenzando ahora a acariciármela al tiempo que su brazo izquierdo deja de hacer fuerza sobre mis hombros. Descendiendo por mi espalda desnuda hasta mi culo, magreando primero sobre la tela de mis vaqueros… mmm!. Para intentar introducirla por entre el pantalón y mi cintura, acto que me veo en la labor de facilitarla en soltarme el cinturón, desabotonar el botón de mi pantalón y bajarme la cremallera. Notando este mi gesto al introducir sin obstrucción e impedimento alguno su mano, sintiéndola sobre mis nalgas… mmm!, notando como magrea mis glúteos a su antojo… ooohhh!, e intentar introducir uno de sus dedos en mi orificio anal… mmm!, intento que noto que no le iba a hacer tan fácil.
El sonido de crujir de las butacas se hizo más cercano, tanto que llegue incluso a presentir la presencia de otra persona al lado, claro está no pude comprobarlo y menos aún me lo permitió. Pues en aquellos momentos me tenía chupando y lamiendo su miembro… mmm!, lamiendo y mordisqueando con soltura su glande… ooohhh!, deslizando mis labios no solo por su glande sino por su tronco hasta llegar a sus genitales… mmm!. Acabando por introducírmela dentro de mi boca… ooohhh!, tragándomela en su totalidad y saborear su líquido preseminal… aaahhh!, disfrutar y hacerle disfrutar… uuufff!. Llegando a escuchar comentarios jocosos por mi labor…
- “Joder como la chupa… mmm!, no veas como… eeehhh!”.
Ignoro en que momento sentí como me acariciaban mi costado e incluso mis nalgas, sabiendo de sobra que no era el por el tacto y que además sus manos estaban entre mi nuca y mi espalda… mmm!. Aprovechaban por darme nalgadas y me magreaban… mmm!, lógicamente me había percatado que teníamos compañía… mmm!. Llegándome a decir este…
- «No te haces una idea de cuantos moscones han aparecido”.
Me decía mientras aprovechaba por acariciar mis nalgas, llegando a introducirla entre mis muslos hasta llegar a mis genitales, magreándolos e incluso masturbarme… ooohhh!. Qué tras dos magreos acabe viniéndome como un simple chiquillo… mmm!, acabe corriéndome sobre su mano y el asiento del sillón… aaahhh!. Acelerando y poniendo todo mi empeño en esa mamada… mmm!. Cuando sin esperarlo, noto como comienza a escupir semen dentro de mi boca… mmm!, mientras su dueño presionaba fuertemente mí nuca y soltaba algún que otro graznido, entre suspiros y gemidos…
“Aaahhh!… si… si… aaahhh!… uuummm”.
Fueron minutos en que tardo en venirse, acabando por tirar de mis cabellos y tirar de mi cabeza hacia arriba, llevándome la sorpresa de ver como no más de tres hombres me miraban, hombres que disfrutaban al tiempo que su pollas en manos me apuntaban. Enrojecido me quede mientras escuchaba…
- «Bueno ahora nos toca a nosotros… no!”.
Mientras ambos nos arreglábamos la ropa, agradeciéndome el rato, acabo por decirme…
- “Me ha encantado, cuando quieras repetimos… mmm!”.
Callo no diciendo nada, pero este me propone…
- “¿Qué te parece si mañana nos vemos aquí a la misma hora?”.
Acabando por asentar, pues la verdad no tenía nada mejor que hacer y viendo la hora que era, me venía muy bien. Fue en esos momentos en que se te acercan los moscones, hombres que me proponen seguir con ellos, hombres que me proponen otros vicios. Precisamente fue uno de ellos que acabo por soltarme…
- “Me ha sorprendido el ver tu cuerpo sin un solo vello, te depilas o quizás eres lampiño”.
Recuerdo esa conversación precisamente por lo que me explico, pues a raíz de esta en verdad comienza o más bien da pie a otra. Comencé a hablar con esta persona hasta la salida, pues su conversación en verdad me atrajo mucho, sobre todo por tratarse por la falta de vello. Pues me explico que ser lampiño es una enfermedad y va ligado al “Síndrome de Klinefelter” o trastorno cromosómico, este hombre me dijo qué hay hormonas y medicaciones (como el Minoxidil o el Finastiride) que podría tomar para aumentar en el cuerpo, sobre todo en los brazos, piernas, pecho, axilas e incluso ingle.
Aunque esta persona se ofreció a ayudarme gratis, cosa que me extraño pero como no soy tonto pues en este mundo no hay nada gratis. Cuando en verdad le pregunte que quería a cambio, este me contesto…
- “El precio no sería otro que hacer realidad una fantasía que tengo, fantasía que debes de aceptar sin preguntar el cómo”.
Acepte tal propuesta, no solo porque me ayudara a dejar de ser lampiño sino también por mí curiosidad, aceptando sin llegar a llegar a preguntar cuál era y el cómo. Pero bueno, esto ya os lo hare saber en otro momento… vale, bueno dicho esto, espero que os haya gustado tanto como a mí recordarla, espero vuestros comentarios. Mi email (lógicamente todo junto) es… Jhosua 1974 @ Gmail . com