Mi profesor siempre me gusto, a pesar de que no cumplía con todas mis normas no podía evitar sentirme atraído por el
Esta fue mi primera experiencia sexual y además fue con mi profesor de inglés, imagínate tu a donde va a parar. Y todo esto empezó el año pasado y aún continúa.
Todavía no me he presentado, me llamo Guillermo, pero prefiero que me llamen con el apodo cariñoso que me da mi crush, que es Will (la traducción de mi nombre al inglés).
Y ahora pensarán que soy su alumno favorito por como me llama para contestar a alguna de sus preguntas, pero no soy el único: a Alejandro lo llama Ale, a Cristina obviamente Cris… Pero yo soy el único que se siente especial al oír de sus labios como formula ese Will.
Él es alto, no muy musculado, recién salido de la universidad, pero lo que más me llama la atención es su barba larga, pelirroja y muy bien recortada. Debajo de su pelo corto marrón y su camiseta simple, se esconde un hombre de pelo en pecho, no es de esos que se afeitan todos y cada uno de los días como si fuese un Kent humano. (Aunque si fuese un muñeco yo lo compraría).
Yo en cambio, soy un chico de 13 años más bien regordete, digamos que odio hacer deportes, también tengo ese bigotillo de adolescente que por vergüenza no le digo a mi padre “¡Papa, enseñame a afeitarte!”. También me está creciendo pelo en el pecho y me lo estoy afeitando a escondidas para que me crezca más rápido, para ser un machito.
Todo esto empezó con el inicio del curso y veo a un hombre alto, elegante y con su barba pelirroja al lado del director. Yo tuve la teoría conspiranoica de que sería mi profesor de inglés durante aquel curso y estaba en lo cierto.
Tras la primera clase no me sentía atraído por él, hasta Octubre, que fue entonces cuando me fijé en los pelos que asomaban en aquellas camisetas de un solo color, en sus brazos (que se notaban que los trabajaban). Incluso me fijé una vez que tuvo que apagar el proyector y acto seguido, después de subir el brazo pude ver como su camiseta y su chaqueta de cuero se deslizaban hacia arriba, dejando ver sus calzoncillos negros con letras moradas y su vello corporal.
Yo cada vez que llegaba a casa, me encerraba en mi cuarto o en el baño, me ponía mi porno favorito o me ponía a leer un relato erótico, sin embargo lo que me ponía a mil era cuando cerraba los ojos y pensaba en Thomas haciendo el amor con otros compañeros de clase incluyendome a mi. Y estas fantasías terminaban cuando me corría, retorciendome de placer, otras veces me introducía los dedos en el culo para sentir placer, mas no lo conseguía.
La verdad todo fue bastante bien hasta que descubrí junto a una amiga, que Thomas (así lo llamábamos aunque su nombre era español /Tomás/) es un fumador y yo me desilusioné porque mi chico perfecto tiene que cumplir estas normas:
- Tiene que ser mayor (con barba y peludo).
- Blanquito y alto (sin ser muy musculado).
- No fuma, no tiene tatuaje ni ninguna perforación.
No obstante, no pude olvidarlo y en poco tiempo me quedaba los martes por la tarde en la hora de recuperación de inglés, lo malo era convencer que un chico sobresaliente quisiera malgastar una tarde mejorando su inglés, (y sí, era verdad, quería ver a mi crush y también quería que me ayudara en la asignatura).
Me encantaba mientras me miraba con esos ojos marrón claro cuando fallaba en un ejercicio (y te juro que no lo hacía a propósito).
Poco a poco le iba preguntando cosas personales pero lo hacía del modo que estaba “practicando el vocabulario nuevo” y él me respondía encantado a la preguntas:
- Tengo 25 años, jugaba al fútbol de pequeño, vivo en el centro, mi padre tenía un enorme teléfono móvil en los noventas…
Además un día en clase de inglés, en la casi me desmayo por darle un pañuelo, estaban hablando de películas y Thomas mencionó una película de amor gay, él me miró y me sonrojé aún más (pese a que seguramente es hetero).
En el momento en el que tocó el timbre de “fin de las clases, hasta mañana”, pensé que Thomas se iba a largar sin mirarme (como siempre) pero esta vez se paró al lado mío y me dijo
- Perdona Will, la Srta. Loli me dijo que dejaste una nota en la mesa, ¿pasó algo?
- No nada, sino que era una cosa relacionada con la recuperación de ayer y me lié y esas cosas.
La nota ponía que iba a llegar tarde a la recuperación, sin embargo, me enteré que le estaba ayudando a unos de varios cursos mayores que yo.
- ¡Ah! es que he estado ayudando a los mayores a preparase para un examen, pero esta tarde puedes venir a la recuperación.
- OK, se lo diré a mis padre, seguramente iré.
Ya por la tarde, fui a la clase y pasaban los minuto, éramos 3 alumnos (los dos cenutrios y yo) y como siempre, iban a la siguiente hora a la recuperación de matemáticas, eso significa que Thomas y yo nos quedamos solos hasta las 18:00.
Cuando José y Claudia se largaron, el profesor me dice que salga a la pizarra y me tendió un rotulador para escribir en ella.
Thomas me dijo:
- Rellena los espacios con un máximo de dos palabras, solo dos.
Entonces, empecé a rellenar los espacios y al finalizar el profesor me miró y señaló una de las frases, y acto seguido mencionó:
- ¿Qué pone aquí? No lo entiendo.
- Lo siento por la letra, lo escribí demasiado rápido, quise decir…- y le dije la respuesta en inglés.
- Trae acá – me cogió de la mano y empezó a escribir la respuesta con ella – ¿ahora lo ves? así es como se escribe.
Yo asentí y me sonrojé de tal manera que me tropecé con su pie (pobrecito él, que lo pisé) él me cogió en sus brazos y yo me disculpé:
- Lo siento Thomas, no era mi intención.
Después me dijo dos palabras que nunca olvidaría:
- Lo sé
Y fue entonces que mi pene empezaba a molestarme, aquel bulto me estaba reventando el boxer que tenía y no te cuento el del profesor eso sí que era un buen paquete y él era el cartero que tenía un paquete entre sus piernas que tenía que ser abierto por mi.
Me miró a los ojos y todavía tenía sujetada mi mano, la movió desde su firme pecho bajando por su cuerpo hasta llegar a sus bajos.
Mientras lo agarraba con cierto desconocimiento, podía sentir los latidos de su miembro incluso empezaba a echar líquido preseminal. Estaba a punto de reventar, mi corazón iba latiendo a toda prisa.
De pronto apareció la señora de la limpieza en frente de la clase, Thomas y yo nos separamos en un abrir de ojos y avergonzados de aquella situación sonó el timbre.
Sonrojado Thomas en tono profesional (ya que la limpiadora estaba limpiando dentro del aula) dijo:
- Bueno… la próxima clase continuamos
- ¿De 16:30 a 18:00?
Y se despidió con una sonrisa. Yo me despedí y corrí por todo el lugar hasta llegar parking donde mi padre me esperaba refunfuñando, y en cuanto nos subimos al coche me hecho el sermón todo el trayecto.
De todos modos ambos estábamos acostumbrados de que yo llegara tarde, me inventé una hitorieta relacionadas con las “dudas” que tenía para Thomas.
Aquella misma tarde saludé a mi madre le dije una excusa barata para que me dejara en paz y me fui derechito a mi habitación, cerré la puerta y eché el pestillo.
Subí la persiana y comencé a quitarme el uniforme poco a poco, me estaba dando un morbo a ver si mi vecino (de enfrente) de unos 3 años mayor que yo, que todas la tardes hacía lo mismo a ver si lograba captar su atención. cuando me quedé en mi boxer de marinerito, me acerqué a la ventana (me daba igual si alguna vecina vieja viera lo que hacía).
Ahí estaba él, haciendo la tarea y yo también estaba realizando los deberes de inglés. Tiré hacia abajo mi ropa interior y mi órgano viril salió disparado, me daba un morbo que te cagas, inicié un movimiento lento y cerré los ojos.
Me estaba imaginando lo que hubiera ocurrido si esa limpiadora no pasara por ahí, ni que el timbre sonara; qué pasaría si hubiéramos sostenido durante más tiempo la mirada.
En aquel momento él me cogería la polla y me masajearía a través del pantalón del uniforme, nuestros jadeos se unirían al unísono. De repente se separa de mí y pienso que se arrepentirá de lo ocurrido, sin embargo, no fue así, Thomas empieza a desabrocharse el cinturón, los botones… ya solo falta la bragueta, yo impaciente pero me quede tieso (mi pene y yo), podía vislumbrar unos pelos rizados, se estaba bajando la bragueta lentamente y cada vez habían más y más pelos de color marrón oscuro, y ahí se encontraba entre aquella jungla peluda, su arma. Tenía unas ganas de que me dispara pero… me corrí y cuando abrí los ojos,toda la ventana estaba cubierto de mi semen, pude ver a mi vecino Marco mirándome, mas no le hice caso y mi táctica fue coger mi leche y me la empecé a embadurnar todo mi pecho semi afeitado y me lo tragué.
Fue lo más raro que había probado pero no iba a ser la última vez.