Pasando San Valentín con mi único amor: Mi perro
¡Hola! De nuevo estoy por aquí para contarles como pasamos mi amante canino y yo este San Valentín. Y es que como ya sabrán algunos que hayan leído mi primer relato llevaba dos años dejándome ser montada por Max, dos años que se convirtieron en 3 hace poco, por lo cual este sería nuestro tercer 14 de febrero como amantes y para ser sincera ha sido el mejor lo cual es de esperarse porque no puedo comparar a un Max que apenas se enseñaba a hacer a su dueña y mami toda una perrita, con uno que ya es todo un experto a la hora de hacerme suya. Así que hay que ir a lo que les interesa.
Para que entren en contexto, desde que inicie con esto de la zoofilia he hecho algo “especial” los 14 del segundo mes del año, el primero fue cuando recién probé dejarlo darme de frente o misionero si lo prefieres y que empezaba a animarme a besarlo y el segundo, fue una pequeña fantasía mía vestida con mi viejo uniforme de la secundaria (vestida como colegiala por así decirlo) disfrutando la verga de un Max que llevaba tiempo queriendo dominarme, por eso mismo sabía que tenía que hacer algo diferente otra vez.
Así pues, llegando del trabajo y mientras él me recibía me acerque a su hocico para besarlo mientras el igual me lamia toda la cara y le dije “Hoy hasta sexy me voy a vestir para ti bebe” y entonces me fui a mi cuarto a buscar algo para ponerme. Esta vez me decidí por no usar nada muy de fantasía sexual, solo una especie de corset negro que tengo por ahí y que resalta más mi cinturita junto a unas mallas negras que dejaban mi puchita expuesta excelentes para la ocasión.
Ya vestida así fui al sillón y me subí mientras comenzaba a tocarme viéndolo y recordando su verga dentro de mí, Max no tardo en notar que su hembra se estaba poniendo cachonda y se acercó a olerme mientras yo me abría de piernas y le dije “Date gusto con la puchita de tu mami, ¡Cómetela!” La verdad es que no hacía falta que se lo dijera porque aún no terminaba de mencionarlo cuando él ya me saboreaba, yo estaba encantada sintiendo su lengua pasar por mis labios y clítoris estimulándome bastante. “Mmmmm sigue mi amor sigue hazme chorrearme” le dije mientras acariciaba su cabeza y el no paraba de lamer pues cuando se envicia con mi vagina no se quita hasta que yo lo obligo, después comencé a jalar su pelaje y gemir porque ya me estaba viniendo y le aventaba mis chorros justo en el hocico lo que lo hacía excitarse más y lamerme como desquiciado.
Para eso a mí me sobraban las ganas de tener su verga adentro así que lo quite y lo hice que subiera para poder jalársela, ya con el frente mío me di cuenta que su pene ya estaba algo de fuera entonces lo ayude a que terminara de salir mientras le decía viendo sus ojos “Te gusta comerte la puchita de tu mami verdad” y en casi nada se la saque, con una mano lo agarre del cuello acercándolo a mí y con la otra le agarraba sus huevos para que se le pusiera un poco más dura mientras me rosaba la panocha con su verga.
Después de poco tiempo él supo que ya tenía que metérmela y lo hizo pero no la dejaba adentro mucho hasta que me acomode mejor y me metió su verga sin problema, comenzaba a arremeter con fuerza mientras lo abrazaba con mis piernas y aparte se sentía resbalar riquísimo de tan mojada que estaba “Sigue bebe, sigue, métesela bien rico a tu puta” decía entre gemidos y cada embestida sonaba bastante por mi humedad además de que el entre rebuznos y gruñidos me lamia toda y yo a él hasta que sentí como se descargaba adentro de mi le dije entre gemidos “Ahh mi amor, si llena toda de leche a tu perra mmmm” y después me la saco botando jugo todavía.
Él se bajó del sillón y yo lo seguí poniéndome debajo de el para darle una mamada a su rica verga roja y gorda, mientras volvía a tocarme mi vagina de la que escurría su leche y me tragaba el semen que aun botaba Max además de llenar mi corset de un poco de sus fluidos. “¡Todavía quiero más cabrón!” le grite después de un descanso que le di, a lo cual él se me acerco y nos dimos besos de lengua, mire su pene que aún estaba de muy buen tamaño así que me di la vuelta y me apoye en el sillón mientras lo incitaba moviendo mi culo de un lado a otro.
Su instinto de macho lo hizo no dudar en montarme entonces dio un brinco agarrando mi cadera y de un jalón me ensarto su trozo de nuevo y yo gritando “¡Más, más la quiero toda!…¡AHHH cógete a tu pinche puta, a tu hembra, COGEME!” me tenía vuelta loca dándome duro que hasta el sillón chocaba contra la pared y escuchaba mis mallas desgarrarse de tanta embestida y rasguño. Al poco rato me dio un buen empujón que hizo entrar su bola mientras él me agarraba el pelo con su hocico y me jalaba hacia el levantando mi cabeza “Haces que tu mami se venga otra vez ahhhh” le dije excitadísima y aún más me ponían sus gruñidos y agregue “Tu mandas, yo soy tu hembra y tu mi hermoso macho”. Me echo lo que le quedaba de leche y me sometió poniendo sus patas en mi espalda gruñéndome, y como lo eduque a no intentar zafarse se quedó encima de mi hasta que pudo sacar su verga, entonces por mi panocha escurrió su leche y mi líquido que tenía adentro el cual agarre con mis dedos que luego pase a chupar, después me cheque mi ropa y pues las mallas quedaron muy rotas por tanta acción y el corset un tanto lleno de leche y rasguñado, ya al final solo pensé “Feliz San Valentín para nosotros”.
Bien eso sería todo esta vez, creo que me extendí un poco más ahora pero considero que de verdad paso tanto que no podía omitirlo. Como siempre les digo déjenme en los comentarios que les pareció si fue largo, corto, que les gusto, que no realmente estoy abierta a las opiniones para mejorar y que ustedes disfruten más mis relatos con mi bebe. Sin más por ahora pues ¡Bye!