Mi primera vez con un hombre mayor: mi profesor

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A mi madre le costaba trabajo lidiar conmigo, así que me envio a vivir con papa, que no sufria tanto porque sencillamente no le importaba. Me fui a otra ciudad donde conocí un equipo de gimnasia que entrenaba en un parque comunitario, asi que me gustaba sentarme a verlos.

Un dia llegue muy temprano asi que me sente a esperar.

Llevaba un rato cuando sentí como si alguien pusiera su mano en mi hombro, me sorprendí cuando ante mis ojos apareció el alto y acuerpado profesor de la escuela, quien con una hermosa sonrisa me saludaba y me preguntaba si quería algo de información, dándome a entender que ya me había visto varias veces. Nerviosamente me puse de pie, cuando el me pidió que lo acompañara a traer algunas cosas mientras sus alumnos llegaban, yo, claro, acepte.

Llegamos a un apartamento donde había un montón de colchoneta asi como aros y otras cosas, más adentr habia un sofá con una cobija doblada y pude ver, al fondo, una foto del profe con una mujer, la cual supuse era su esposa. Me sente en el sofá y el se sento a mi lado, conversábamos de muchas cosas mientras mi corazón latiaa un millón, enserio ese hombre producía muchas cosas en mi.

Le conté que tenia una lesión reciente en un hombro y el se ofreció a hacerme un masaje con una crema que ocupaban para ello, pidiéndome que me quitara la blusa.

Aunque era virgen, no era boba, y sabia lo que quería, yo también lo deseaba lo confieso, así, que con timidez comencé a quitarme la blusa, y asentí su mirada sobre mi torso desnudo, ya que no tenia nada debajo, empezó un corto e incomodo silencio, durante el cual, no me atreví a ver a su rostro.

Sentí su mano sobre mi hombro, y según lo acordado comenzó su masaje con su crema, cuando vi su rostro miraba mis pequeños y firmes senos con una chispa de lujuria que me encendió.

No soporto más y me hizo saber que esta situación lo tenia muy excitado, que nunca le había pasado algo así, y que deseaba saber que estaba pensado, yo solo respondí Soy Virgen. Suavemente se acerco a mi y me beso con delicadeza, yo correspondí y sentí sus manos sobre mi pecho, sentí como su cuerpo se pego al mio, sintiendo una gran erección a través de su ropa. Luego bajo lentamente por mi cuello y poso sus labios en mis pezones, pasaba su lengua y me mordía con suavidad, eso me enloquecía.

Bajo por mi vientre, y antes de bajar mi pantalón me lanzo una mirada que solicitaba aprobación a lo que yo respondí si con la cabeza.

Se quito la camisa y el pantalón, quedando desnudo, ante mí, y yo veía una enorme verga, que se veía dura y muy roja, lo que me asusto un poco, a lo que el respondió hábilmente quitando mi pantalón y dejándome desnuda ante él. Abrió mis piernas y beso mis muslos, me hacía temblar, me pidió abrir más las piernas y sentí su boca en mi coñito virgen, caliente y húmedo, me retorcía sintiendo su lengua apretando mi clítoris, sentía como lo chupaba primero suave y luego cada vez más duro, lo que me llevaba de los gemidos a los gritos de placer.

Se levanto, se sentó en el sofá y me pidió que me sentara en su verga, sin penetrarme, solo la rozaba en mi cola y en la entrada de mi vagina, lo que me excitaba aun más, luego me pidió que me levantara y puso la punta en la entrada de hueco, y comenzó a penetrarme y a pedirme que me dejara llevar.

Yo gritaba, pues me dolía, pero el me tomo de la cintura fuertemente y me clavo, lo sentí todo dentro de mí en ese momento, pero solo había entrado la mitad, así que el me embistió de nuevo metiéndolo todo, y dejándome allí, mientras yo me retorcía de dolor, con sus fuertes manos en mi cintura para que no me quitara, para disfrutar de mi estrechez, y para que yo me acostumbrara a su verga dentro de mí. Pasados unos segundos comenzó a moverme, y a moverse dentro de mí, intentando entrar más, clavarme más y hacia que brincara encima de el, lo cual era doloroso y placentero, yo solo me dejaba llevar, pero acepto que sentía que me iba a romper por dentro.

Me acostó nuevamente en el sofá y se acostó Sobre mi, penetrándome de nuevo, a su antojo, fuerte, haciendo que gritara y gimiera como una loca, mientras él respiraba en mí oído, diciéndome que se iba a venir, que ahora era suya y que me iba a coger todas las veces que quisiera, hasta que sentí como su pene palpitaba dentro de mi y luego se vino… No dejo derramar una sola gota fuera de mí, quería que todo se quedara adentro, ya que era mi primera vez…
Nos vestimos y nos despedimos, me fui a casa pero los dos años siguientes tuvimos mucho sexo en su apartamento, y en muchos otros lugares así que el en todo fue mi profe…