Mi hermano mayor, mi mejor amante

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Hola este es mi primer relato así que contaré un poco de mi vida. Me llamo María Laura pero todos me dicen Lali, mis padres son divorciados y mi mamá (42) vive en otro país con su nuevo esposo (49), así que vivo con mi padre (45) y mi hermano mayor (26). Tengo 19 años soy delgada gracias a mi madre y a mis largas jornadas de gimnasio, mido 1.60

Siempre fui muy desinhibida con mi cuerpo, me gusta usar muchas faldas y tops, tampoco me contengo en lo sexual y esto me da muchas ventajas.

La verdad no recuerdo cómo empezó pero sé que lo disfruto siempre que pasa, después de la cena me gusta irme a mi cuarto a leer un rato y normalmente duermo en ropa interior o con una bata de encaje.

Las primeras noches esperaba ansiosa a que pasará, pero ahora no importa si me quedo dormida. La puerta de mi habitación suena un poco cuando es abierta y mis ojos se abren de inmediato, no necesito prender la luz para saber que la silueta que se acerca es mi hermano mayor Nicolás.

Sin dudar quita mis sábanas y se sube en la cama acariciando mis piernas, no necesitamos hablar para saber que ambos estamos excitados. Sube mi bata antes de encajar su cuerpo entre mis piernas.

-ahhhh-dejó escapar un gemido cuando me toca.

-Ya estás húmeda hermanita. Y aún no empezamos.

-Mhmm-siento como desliza mi tanga por mis piernas para liberarme de ella.

-Oh Lalita, hueles delicioso.-acercó su cabeza a mi pubis.

-¿Viste a papá?-no quería que nos interrumpiera.

-Tranquila, está en la sala mirando su partido de fútbol. Va a estar así por un buen rato.

Jugaba con sus dedos sobre mis pliegues, con su pulgar masajeaba mi clítoris observando en mi cara el placer que me estaba dando. Sentía muy cerca el órgasmo pero sabía que no se conformaría con uno solo, siempre quería tres o cuatro en una noche.

-Relájate y disfruta mientras tu hermanito se come el postre.

-¿Por qué no se lo haces a tu novia?-a ambos nos excitaba recordar que era prohibido.

-Porque ella no gime tan rico como tú- metió su dedo índice en mi hasta el fondo-Y tu eres mi hermanita menor, es mi deber enseñarte cómo te lo tienen que hacer.

Deje que continuara porque no iba a aguantar mucho más, pero decidió masturbarme mientras me miraba antes de comerme mi coñito con su enorme boca.

-Ahh Nico. Mmm solo un poco más.

-Estas tan apretadita. Y chorreas toda la cama-se lamió los labios-Vamos Hermanita correte con los dedos de tu hermano.

-No deberías masturbarme-el vaivén de sus dedos aumentó-los hermanos no les dan orgasmos a sus hermanas.

-Tampoco les hacen sexo oral, pero tú pides a gritos que me coma ese coñito virgen que tienes.

-Ahhh Sii Dios. Nico me corro

Solo eso bastó para que sus dedos me dieran un gran orgasmos. Ahora venía la mejor parte, se acomodo para poner su boca sobre mi coño, pasando su lengua a lo largo de mis pliegues para limpiar mi corrida.

-Hermanito que rico-me arquee al sentir su lengua jugar con mi clítoris.

Comenzó a morder y chupar haciendo que mi coñito pidiera ser penetrado con urgencia. La primera vez que pasó simplemente corrió mi panty y metió su lengua hasta el fondo para darme un enorme orgasmo, pero con el tiempo hemos ampliado los juegos en la cama. Excepto por la penetración, Nicolás se rehúsa a meterme su pija porque piensa que aún soy virgen, pero eso no puede estar más lejos de la realidad.

-Siii hermanito siiii-tuve un segundo orgasmo sin darme cuenta y él lo atrapó todo con su boca.

-Tu novio no sabe de lo que se está perdiendo.

-Y mi coñito sabe que necesita tu pija para tener otro orgasmo.

-Sabes que no quiero desvirgarte, aunque ganas no me faltan. Pero me encanta meterte la lengua.

-Hazlo otra vez.

No pierde el tiempo y agacha su cabeza de nuevo, siento su lengua pentrendome dura. No necesito de su pija siempre que me la mete pero me gusta excitarlo cuando jugamos.

-Ahhh Nico, te gusta el coñito de tu hermanita-no responde solo me ataca con fuerza-Mmm Dios ya quiero sentir tu pija entrando por ahí.

Siento como el cosquilleo avanza por mi cuerpo, su saliva y mis jugos se mezclan haciendo que el chapoteo sea un ruido excitante.

-Siii hermanito siii, mi coñito quiere más placer.

Estoy cerca de nuevo, el morbo de saber que mi hermano mayor me está follando con su boca me pone más caliente de lo normal, pero quiero oírlo decirme guarradas cuando me de el último orgasmo de esta noche.

-Masturbame, necesito tus dedos dentro de mi.

Aleja su boca de mi clítoris y se acomoda para poner dos de sus dedos en mi entrada mientras me mira a los ojos. Sabemos que no deberíamos estar teniendo sexo, pero es más caliente saber que nuestros padres no se imaginan lo que él me hace por las noches.

-Eres tan inocente-comienza a masturbarme despacio-Papá no se imagina que su nenita deja que hombres mayores le chupen el coñito.

-Ni se imagina que su hijo es un pervertido que le hace sexo oral a su hermanita desde los 14 años.

Suelto un grito de placer pues me ha enterrado sus dedos hasta el fondo. No voy a aguantar mucho más y creo que puedo mejorar la situación.

-Quiero que hagamos lo del otro día.

-No voy a penetrarte.

-La última vez no lo hiciste solo pusiste tu pija entre mis piernas y follamos sin penetración.

No le tomo mucho decidirse, se quitó el boxer para poner su grande pija dura como una pierna extendía entre los labios de mi coñito. Solté un gemido fuerte al sentirlo, comenzó a mecer sus caderas contra las mías creando fricción, nuestros sexos estaban tan mojados y calientes.

-Siii hermanito follame.

-Ahhh hermanita siente mi pija dándote placer ¿Así la querías? Encajada en ti hasta el fondo.

-Siii Diosss dame más fuerte como cuando te follas a tu novia.

El rito aumentaba y nuestras respiraciones también, sentía cada vez más cerca el gran orgasmo que me esperaba.

-Follame…follame, dame tu leche.

-Siii te la daré toda en tu coñito virgen.

-Me corro Nico dámela toda. En mi coñito ahhhhh

-Toma, toma. Me corro en tiii…

Nos corrimos al tiempo y soltó todo su semen sobre mi coñito que palpitaba agradecido de tanto placer. Él se agachó para limpiar nuestros jugos entre mis piernas y no aguante mucho más antes de quedarme dormida.

Por la mañana cuando desperté aún seguía en la misma posición pero el ya se había ido.