La señora Gutiérrez es toda una putita ¡Me la follo en la cocina!
La señora Gutiérrez lucia bastante bien con esa pequeña bata que llevaba, a pesar de ser una mujer ya madura, sus grandes y bien formadas nalgas y sus bien torneadas piernas, aun eran su mayor atractivo, y yo me consideraba un tipo con suerte, deje mi taza de café sobre la mesa de la cocina y lleve mi silla justo detrás de ella, la tome por la cintura y le dije,
– te gusto como te coji anoche,
Ella al sentir mis manos en sus caderas pego un brinco y soltó los trastes que estaba lavando a la vez que me decía,
– si Fabián, me dejaste bien agotada,
Sujete su diminuta bata por la parte de abajo y de un jalón se la subí hasta la cintura, dejando al descubierto sus grandes nalgas, las admire unos segundos y después le pregunte.
– dígame señora Gutiérrez, ¿cuantos hombres han tenido la suerte de tener estas nalgas en sus manos?
Ella guardo silencio unos instantes y después me respondió,
– algunos Fabián
– ¿algunos?, ¿cuantos?, cinco, diez, tal vez una veintena,
– no Fabián menos,
– en serio señora Gutiérrez, no me mienta, que usted tiene fama de ser toda una putita,
– no Fabián, en serio,
Sujete a la señora Gutiérrez por la cintura y la lleve casi cargando hasta la mesa y la recline sobre de ella,
– no me mienta señora Gutiérrez,
Apoye una de mis manos sobre su espalda y la otra la metí bajo su bata y comencé a sobarle las nalgas, mi mano pasaba rápidamente de un lado a otro apretando sus carnes, mientras que ella solo gemía y se retorcía sobre la mesa,
– quédese quieta señora Gutiérrez,
– espera Fabián, por favor,
– ¿cuantos la han echo suya señora Gutiérrez?
– solo unos cuantos Fabián, en serio,
– no le creo nada señora Gutiérrez, podría jurar que Me esta mintiendo y eso no me gusta
Sin quitarle la mano de la espalda, levante de nuevo su bata, pero en esta ocasión no fue para acariciarla, eleve mi mano y la deje caer justo en sus glúteos, ella al sentir el impacto lanzo un gemido, pero yo no me detuve y comencé a propinarle una tanda de nalgadas, mi mano pasaba de una nalga a otra, podía ver como sus carnes temblaban con cada azote que recibían y sus piernas se elevaban tratando de hacer menos dolorosa la situación, pero nada de eso me detenía,
– ¿con cuantos hombres se a revolcado señora Gutiérrez?
Ella al sentirse ya acorralada me respondió,
– con mas de veinte,
Su respuesta claro no me sorprendió, si de algo tenia fama la señora Gutiérrez era de ser una madura muy puta, pero aun así le conteste,
– que tremenda puta salio señora Gutiérrez y veo que no la dejan satisfecha,
– si Fabián, no me dejan satisfecha,
– bueno señora Gutiérrez, entonces tendré que complacerla de alguna manera,
Metí mi mano entre sus piernas hasta que toque su vagina y para mi sorpresa me di cuenta que estaba algo húmeda, la muy puta se estaba excitando con el trato que le deba, así que comencé lentamente a meterle un dedo, ella al sentirse invadida cerro sus piernas pero no le sirvió de mucho, comencé a meter y sacar mi dedo de forma rápida y tosca, sentía como sus fluidos comenzaban a escurrir por mi mano y después de unos segundos, logre que lanzara un gemido
– hayyyy…fabiann…ya detente por favor,
– te esta gustando verdad, pero voy a dejar tu vagina en paz por este día, prefiero romperte el culo,
Saque mi mano de entre sus piernas, me desabroche el pantalón y saque mi verga que para ese momento ya la tenia bastante dura y comencé a restregársela en las nalgas mientras le decía,
. Relájese señora Gutiérrez,
sujete mi verga y sin miramiento alguno comencé a metérsela entre las nalgas hasta que llegue a su orificio anal y comencé a hacer presión, la señora Gutiérrez comenzó a gritar ya con mas fuerza al sentirse invadida, pero eso me calentó aun mas, así que comencé a empujar mi pelvis hasta que sentí como su esfínter fue cediendo y mi miembro comenzó a entrar lentamente, era algo hipnotizante ver como mi verga iba desapareciendo dentro de ella, la señora Gutiérrez claro, solo gritaba y movía sus caderas de un lado a otro, pero no me detuve, lentamente fui empujando hasta que mi miembro desapareció por competo dentro de ella, la señora Gutiérrez lanzo un fuerte grito y comenzó a suplicarme que se la sacara, pero solo me quede quieto unos instantes, ya antes le había dado por el culo, pero debo de confesar que aun lo tenia bastante estrecho, sujete sus caderas con mis dos manos y comencé a mover mi pelvis de atrás hacia adelante, lentamente, su respiración se volvió mas agitada y escuche que comenzaba a sollozar,
– no me diga que le duele señora Gutiérrez,
– si Fabián muchooo…ya sacalaaa..
comencé un mete y saca lento, mientras apretaba sus nalgas fuertemente, quería disfrutar al máximo de esas hermosas nalgas, así que me tome mi tiempo, sacaba mi verga, me quedaba quieto unos instantes y después se la volvía a meter, ella ya se había quedado quieta pero no dejaba de sollozar, aproveche esos instantes y fui acelerando mis embestidas, procuraba metérsela hasta que mi pelvis tocara sus nalgas, me movía un poco hacia los lados, le daba un par de nalgadas y después la volvía a sacar, sus nalgas comenzaron a ponerse rojas y su piel se sentía mas y mas caliente, hasta que después de unos minutos, sentí la fuerte necesidad de terminar, la sujete fuertemente de las nalgas se la metí hasta el fondo y deje que mi semen fluyera dentro de su ya dilatado ano, la señora Gutiérrez al sentir mi semen entrando en su orificio anal, comenzó de nuevo a gritar, pero ya era inútil, había terminado dentro de ella, segundos después la solté, me acomode la ropa, ella al sentirse liberada de inmediato se levanto y se fue hacia el baño, no sin antes decirme que era un cabron y que si se había acostado con muchos mas, yo me acomode la ropa y salí de su casa, dejándola con el culo dilatado y escurriendo de mi semen,