Mis primeras experiencias en el mundo del sexo
Hola. Buenos días.
Espero poder expresar mi deseo de compartir mi vida con todos aquellos que recién inician.
Mi nombre Lucerito Rodríguez M, (bueno, les aclaro que tanto mi nombre como el de los que aquí anoto, los he cambiado, ya saben, riesgo de internet, de todo lo demás sí es real) soy casada, (me casé a los 23) madre de 3, 2 nenas y un varón, profesora de primaria, como todos los años, a veces cambiamos de grupos, en ocasiones doy a 5to, tras 6to mido 1.51 m, peso 52 kg y no tengo llantitas y mi estómago planito, las fotos de arriba soy yo, me dicen que tengo una mirada muy coqueta, que, llamo mucho la atención de los hombres y también de algunas mujeres.
Mis pechos son medianitos, me he encontrado con sorpresa que a los hombres les gustan de diferentes tamaños, pero a lo que a mí respecta, siempre me los chulean, además mis nalgas redondas y algo paraditas, mis caderas bien proporcionadas y ni se diga mi panochita, como les encanta chupármela y lógicamente, me provocan unos orgasmos muy ricos y prolongados.
Nací en un pueblo común, de un estado común, de México en una familia común, en septiembre de 1959. Soy la menor de 5 mujer y un hombre, él es el más grande de los hermanos y me lleva 10. Pues bien. Fui la única que heredé el síndrome de mi madre, soy ninfómana, pero, a diferencia de mi madre, yo no le pude decir a mi novio, después me casé con él y menos le pude confesar, de mi gusto por el sexo, así que después de 7 años de casados, mi marido descubrió sobre mis deseos sexuales. Ya les platicaré durante mis relatos del cómo pude ocultar tanto tiempo.
Por último, para que me comprendan mejor mis relatos, les diré que esto, lo estoy escribiendo después de que, motivada por esta página, (todo relatos) leí varias historias, y ya con la amistad de algunas y algunos miembros del sitio, platicando mis inquietudes, me motivaron a escribir. Así que, actualmente tengo 42 años y que algunas fotos que pongo, si son reales mías, otras, principalmente, de años antes de celular, son escogidas de internet, las que elegí de acuerdo a mi físico, pero anotaré en a parte inferior una nota aclarando que si es mía o no.
Bueno, todas tenemos nuestros secretos, pero para mí, fue algo más complicado, ya que desde muy chica supe que el hombre, o mejor dicho, lo que tienen entre las piernas, sería lo mejor de mi vida.
Desde muy chica, experimenté sin saber que nombre se le daba, el placer de estar con un niño y de hombres también. Aunque mis primeras experiencias fueron con niños de mi edad, y por situaciones lógicas, no faltó quien hablara de mí con niños mas grandes, de 5to, 6to, etc y pues también me sacrifiqué y les hice el favor. Realmente a esta edad era un rico placer por sentirme poseída y sentir sus vergas en mi más que tener un deseo sexual como tal.
Les platico que iniciaba la etapa de la primaria y ya un poco más grande, el placer sexual, el placer de tener una verga en mi mano, en mi boca y sentir a los hombres besarme, agarrarme y desearme, que fue gracias a mi mamá, que me supo orientar pues era igual que yo, ninfómana, tuve el placer de satisfacerme a plenitud en todo lo que es el sexo.
Mi madre tuvo la fortaleza de platicarle a mi papá de sus preferencias antes de casarse, bueno, desde que se decidió ser su novia, y él de comprenderla y apoyarla.
Quiero platicarles mis vivencias y cómo fue y ha sido mi vida sexual, principalmente para todas las mujeres que, como yo, no se atreven a decirlo, y buscan una máscara que les dé un placer y satisfacción a medias.
Digo a medias, pues siempre nos escondemos de nuestros maridos y no disfrutamos lo que realmente puede dar el sexo. Bueno, en mucho lo conseguimos por medio del vecino, el compadre, o el primo u otro familiar o amigo.
Yo conocí el sexo gracias al apoyo de mi madre, y después, de mi padre, que supo que era igual a mi mamá. Y con ello, en su tiempo, mi madre le dijo a mi papá que alguna de sus hijas o todas podrían heredar su preferencia sexual, así que mi papá estuvo preparado. De las 4 hermanas, que tengo, sólo yo, fui así, las demás son normalitas.
Ese día llegué temprano de la primaria, cursaba el 4to grado, subí a dejar mis cosas y como siempre, a cambiarme de ropa.
En los 60’s y 70’s, se acostumbraba la minifalda, muy corta, y era raro el hombre se sobrepasará, con alguna chica. Por eso también las mamás nos vestían con faldas cortitas y para nada que se veía mal.
Escuché voces en el taller, (mi padre era mecánico), bajé y fue mi sorpresa que se encontraba un señor con mi mamá platicando.
Como otras veces, me imaginé que era algún cliente de mi papá que necesitaba algún arreglo a su auto.
Fue mi sorpresa que el señor, se acerca a mi mamá y la toma de los brazos, veo que ella está vestida con una minifalda rosa, ajustada, tanto que al tomarla el señor de los brazos y acercarla para besarle su cuello, ella se gira un poco y le noto la sombra de la rayita, que divide sus nalgas, también tiene zapatillas tipo huarache, se acerca a él y se besan. El baja la mano y la pone en el muslo, le sube la falda, al tiempo que se la acaricia, ella se pega a él colocando una pierna a cada lado de la pierna de él, se mueve suavemente frotando su entrepierna sobre la pierna del señor y escucho unos leves gemidos.
En esos momentos, yo me sentía asombrada, no por pensar que mi mamá le estaba poniendo los cuernos a mi papá, no, sino por ver como mi madre disfrutaba de esas caricias, y a ese hombre, manosear a mi madre y empezar a sentir el deseo de que me lo hiciera a mí.
Cuando vi a mi mamá como se ponía en cuclillas y le agarraba la verga , con una mano la sujetó, y como sus manos, son chiquitas de acuerdo a su estatura, medimos igual, se veía enorme, así la sujetó con una y con la otra la puso en el glande y bajándole el cueritoy con que deseo se la metía y se la mamaba, me imaginaba tenerla en mi mano y se me antojó, hacerle también lo mismo al señor.
En ese entonces yo tenía 9 años, casi 10, mi mamá 26, y el señor se veía de unos 43, bueno, yo le calculaba 100, pero después mi mamá me comentó que tenía 43.
Él la tomó suavemente de los antebrazos y cuando estuvo parada, le dio la vuelta, y con su mano en la espalda, la empujó con suavidad, ella se recostó en el cofre del auto y él le subió la falda, le tomó la pantaleta y se la bajó, ella levantó la pierna y la sacó, después la otra y colocó a un lado la pantaleta. Se agachó y besándole las nalgas, vi como metía su boca entre las piernas de mi madre, la que lanzaba unos gemidos suaves y con ritmo movía su cadera de un lado a otro. Se levanto y le abrió las piernas. Ella las separó y vi como tenía sus ojos entre cerrados y la boca un poco abierta, colocó sus manos en cada nalga y la abrió, él le colocó su verga y la subía y bajaba un momento, después se la acomodó y la introdujo, , así la sacaba y metía, mi madre, le decía, así cógeme, méteme tu verga soy tu puta, anda disfrútame, utilízame como quieras, así así, mmmm, y lanzó un gemido más fuerte así cógeme métemela fuerte, fuerte, así, aaaaaaaah
Él le seguía metiendo y sacando su verga. Yo sentía un cosquilleo en mi vagina y también en mi pezón. Así que no pude y con mi mano, instintivamente, me empecé a acariciar mi vagina, y creo al mismo tiempo que mi madre se venía, igual, yo tuve esa sensación por primera vez.
Después de unos 20 minutos más y otras cosas que hicieron, como que vi, a ella sentada en el cofre, él le abría su pierna y le chupaba su vagina, ella seguía gimiendo y a lo que supe después eran orgasmos.
El señor se despidió de mi madre, ella se acomodó la ropa, y con una sonrisa, le dio un beso y él se subió a su auto y se fue.
Mi madre se recostó en el cofre acomodando su mejilla izquierda sobre la lámina, su mano entre sus piernas apretaba su vagina y se veía que vibraba su cuerpo. Después cuando platiqué con ella, me mencionó que quedó tan caliente que sintió otro orgasmo, se agarró su entrepierna, y quedó unos minutos así, vi cómo se seguía frotando su vagina, pero alcancé a ver en su mano algo que le había dado al despedirse. ¡Era dinero!
Yo por mi parte, me fui a mi recámara antes de que mi madre se diera cuenta que la había visto, me recosté en la cama e hice algo similar que mi mamá hizo con su panocha, pero yo, pensando en la verga de ese hombre y estaba recordando como mi mamá se la agarró, se la pelaba y se la metió a la boca, para mamársela un rato, veía la cara de mi madre, de como disfrutaba el tener ese pedazo, que digo pedazo, pedazote de carne entre sus manos (comparé a los de mis primos y uno que otro amigo) y con qué ganas la chupaba, entrecerrando los ojos, y yo, en eso también deseando sentirla en mi boca y que me la metiera.