Madre e hija detenidas y obligadas a hacer cosas para tener su libertad
EL DIA DESPUES, LA RESACA
Lola tenía una terrible resaca, la cabeza le estallaba, ultimamente bebía mucho, demasiado, se había convertido en una alcohólica, insatisfecha con su vida, consigo misma, desde el accidente de su marido que le había postrado en una silla de ruedas. Los últimos meses se había convertido en la amante secreta de Toni el novio de su hija. Al principio aquella relación le había supuesto recuperar el disfrute por el sexo, una mujer tan ardiente como ella llevaba tres años masturbandose a diario como único medio de satisfacer su necesidad de sexo. Toni, aquel semental joven, novio de su hija, parecía no cansarse nunca de montarla a diario. incluso delante de su marido postrado en una silla de ruedas, que conocedor de la situación, consentía para evitar que su mujer le abandonase y evitar el daño que su hija sufriría sin duda si llegase a enterarse de la situación.
Lola comenzó a sentirse mal por engañar a Loli, su hija en avanzado estado de gestación, profundamente enamorada y dependiente de Toni. Aquel desasosiego la había llevado a refugiarse en el alcohol y el juego en las máquinas de los bares. Una cosa vino de la mano de la otra, ahora se sentía incapaz de controlar su adicción al juego y al alcohol, bebía mientras jugaba, una cosa le llevaba a otra, perdiendo totalmente el control.
Su amante, Toni, no solamente la montaba y usaba a su antojo cuando quería, también la estaba emputeciendo obligandola a vestir cada día de forma mas provocativa, haciendo que se exhibiera para otros hombres simplemente por el placer de tratarla como una puta cuando se le antojaba follarla. El primer lugar donde Toni la obligó a exhibirse y humillarse para otros hombres fue su propio trabajo, en la oficina de recaudación del ayuntamiento, su vestuario siempre decente y discreto en los casi veinte años de funcionaria que llevaba, se habían transformado en escandalosas minifaldas y exagerados escotes para lucir sus tremendos pechos de una talla 110.
Lola no quería reconocerlo pero realmente su adicción al sexo era la que le había llevado al juego y la bebida. Se sentía incapaz de negarle nada a su amante, igual que le pasaba a su hija, Toni era un sinvergüenza, caradura y vividor pero al mismo tiempo era un auténtico semental, alto, guapo y una capacidad sexual digna de un actor porno. Toni sabía perfectamente cómo llevar al límite los deseos de una mujer, sacar su parte mas sucia, disfrutaba y sabía muy bien como emputecer a una hembra.
Diariamente Lola, igual que le pasaba a su hija, tenía que contarle a Toni, con todo detalle, cómo la miraban otros hombres, si había sido capaz de poner duras otras vergas solamente con verla. Hacía que su deseo fuese parejo a su comportamiento como perras salidas hambrientas de sexo, si no habían sido bastante zorras en su vestuario y comportamiento provocando a otros machos Toni no las montaba, así que cada día se tenían que esforzar en demostrar que eran mas perras, mas golfas, “dignas putas de su macho” y para ello tenían que ser mas provocativas en su forma de vestir, mas descaradas en su forma de insinuarse o mostrarse a otros hombres.
Toni no quería que “sus hembras” como él las llamaba follaran con otros, “eran suyas”, lo que quería es que otros las desearan, saber que eran objeto de fantasías de otros y el, solo el, era quien las montaba. Puro ego, le encantaba ver cómo otros hombres le envidiaban por algo. Madre e hija habían sido llevadas a un punto en el que harían lo que fuese por aquel auténtico “hijo de puta”.
A sus 39 años Lola era una hembra exuberante, una gran melena morena de pelo rizado, alta, mas de 1.70, delgada y sobre todo curvas, muchas curvas, más que una carretera de montaña, un culazo redondo, marcón, pero sobre todo destacan sus exagerados pechos de una talla 110. A pesar de los años y su tremendo volumen aquellas tetazas se mantenían en su sitio, suficientemente firmes para que sus prominentes pezones apuntando al frente y no al suelo. Verlas libres de ropa cuando Lola se inclinaba era un espectaculo, lo mas parecido a dos ubres de vaca colgando esperando ser ordeñadas.
Pero quien juega con fuego se acaba quemando y eso era precisamente lo que le había pasado a Lola, su forma de vestir y sus provocaciones en el trabajo había despertado algo mas que erecciones en sus vergas, en algún caso habían despertado auténtico deseo enfermizo. Eso era lo que le había ocurrido a Sergio, su compañero en la oficina de recaudación que se sentaba en una mesa junto a ella. Aquel cuarentón tímido, introvertido, auténtico pelele en su casa donde su mujer era la que llevaba los pantalones había tenido la ocasión el día anterior de abusar de Lola en el bar de Teo, emborrachandola, incitándola a jugar en la máquina de monedas, para acabar el y sus amigos follandola en la cocina del barecito.
Lola humillada y obligada a cumplir todas las apetencias de aquellos hombres mientras estaba bebida había sido grabada por Sergio que incluso había llamado a Ricardo, su amigo, cuñado de Lola, para que participara en los abusos.
Ahora, el día después, desayunando en aquel mismo bar de Teo, donde había ocurrido todo la tarde anterior, se encontraban sentados en una mesita del fondo Lola y Sergio. Lola con gafas de sol que ocultaban sus tremendas ojeras y su sentimiento de enorme vergüenza veía el video grabado por Sergio, las escenas finales donde sostenida en jarras por dos amigos de su compañero de trabajo mamaba la verga de su cuñado y luego era follada sin contemplaciones por el hermano de su marido. Aquel grupo de cerdos habían abusado de ella a su antojo, borracha perdida la hacían decir lo puta que era y lo mucho que le gustaba ser follada por todos.
-Sergio por favor, destruye este video, ¿que piensas hacer con el?… estaba borracha, muy borracha, no sabía lo que hacía .. no sabía lo que decía… por favor Sergio.
-Tranquila Lola, soy tu amigo, tu compañero de trabajo, …. si esto se divulgará sería un escándalo, te conoce mucha gente… posiblemente perderías tu puesto de trabajo, sería una lástima después de tantos años,… una pena. ¿Quien iba a mantener a tu familia? tu marido, el pobre en una silla de ruedas, tu hija, estudiante, sin trabajo, preñada, viviendo en tu casa… pobre Lola.. ninguno de los dos queremos que pase eso… se que harás lo que haga falta para que no ocurra.. ¿verdad?
-¿Que es lo que quieres Sergio?.. ¿que me quieres decir?- preguntó angustiada Lola que con su cabeza estallando de dolor era incapaz de pensar y sacó un par de ibuprofenos de su bolso tomándolos para intentar aplacar el dolor de cabeza.
-No te imaginas lo mal que lo he pasado estos últimos meses en el trabajo, sentado frente a ti sin poder quitar la vista de tus piernas bajo la mesa, esos cruces de piernas provocativos que me dejaban ver tu coño desnudo fugazmente, esos momentos en los que te levantabas y te inclinaste en mi mesa con los botones de tu blusa mas sueltos que de costumbre, dejando que viese bien tu escote, sabiendo que me la pones dura…se por la cara que ponías que te calentaba hacerlo… te mojabas como una perra salida..¿verdad que si?…-
Lola asintió con la cabeza al tiempo que bajaba la mirada avergonzada al reconocerlo.
-Tranquila, no pasa nada, me encanta saber que eres tan golfa, pero no era el único que se daba cuenta, el resto de compañeros de la oficina comentan, hablan,.. ya sabes… estos trabajos son un cotilleo continuo … el entretenimiento nacional es hablar de los demás.
-Yo… yo…- Lola intentaba dar alguna explicación coherente a las palabras de Sergio, pero en el fondo sabía que tenía razón, los últimos meses se había comportado como una perra en celo en la oficina y no era extraño que sus compañeros hablasen de ella.
-Tranquila Lola, no te esfuerces… ayer con la borrachera que llevabas hablabas mas de la cuenta.. tu misma me dijiste ayer que después de tres años sin follar con tu marido no habías podido resistirte a los encantos de ese semental que tienes en casa, Toni, el novio de tu hija… se por Ricardo, tu cuñado y mi amigo de toda la vida, que ese chaval es una mala pieza, trapichea con droga y cualquier día acabará en el trullo, es una lastima que tu hija esté preñada de un tipo como ese, por muy buena polla que tenga no es una compañía recomendable.
-Yo… yo… tenía tanta necesidad de afecto, de deseo… estaba insatisfecha…- decía Lola sin evitar que las lágrimas brotaran de sus ojos.
-Tranquila mujer, tranquila … he dicho que soy tu amigo,… estoy para ayudarte. Verás Ricardo además de tu cuñado y mi amigo es una persona a la que le debo muchos favores, entre otros vivo de alquiler en un piso suyo, como bien sabes. Quiero que sepas que ayer me vi en la obligación de compartir con él “nuestra fiestecita privada”, desde que su mujer le abandonó y con un chaval adolescente en casa al que cuidar, ese crío lleva fatal el abandono de su madre se ha enganchado a las drogas, el pobre Ricardo ha tenido que ingresar a su hijo en una clínica. Comprende que tu cuñado anda muy necesitado de afecto también.
-Pero Sergio… Ricardo es mi cuñado, el hermano de mi marido… si mi marido se enterase de lo que paso ayer creo que le costaría la vida…. – decía Lola angustiada
-Tranquila mujer, tranquila….estamos aquí para sincerarnos, para poner las cartas sobre la mesa, he dicho que quiero ayudarte. Soy consciente que una hembra como tu tiene sus necesidades, te has acostumbrado a que ese desgraciado del novio de tu hija te monte a diario, seamos sinceros Lola te encanta follar, ayer estando borracha te corriste varias veces, tu coño chorreaba de gusto…. no puedes evitar que te ponga cachonda saber que pones dura una buena verga… eso es así.. es un hecho…- decía Sergio con toda la naturalidad, al tiempo que su mano se deslizaba bajo la mesa, buscando las piernas de Lola, acariciandolas y deslizándose entre sus muslos, buscando su sexo.
Lola se dejó hacer, separo un poco las piernas facilitando las caricias del hombre, asentía… era verdad… su adicción al sexo mantenida en hibernación durante tres largos años se había despertado de nuevo y no era capaz de controlarla, igual que le pasaba con el alcohol y el juego.
-Bien.. me alegra ver que lo reconoces… es mucho mejor ser sinceros en estas situaciones. Vas a dejar de follar con tu yerno, ese desgraciado no tardará en terminar con sus huesos en la cárcel y tu hija tampoco se merece que la engañes con él. Tu misma reconoces que eso te ha producido mucho malestar interior y ha sido la causa que te empujaba a beber y jugar.
-Esta bien… tienes razón… será lo mejor …- dijo Lola asumiendo que tendría que olvidarse de seguir disfrutando de las placenteras folladas de Toni.
-Chica lista… asi me gusta, solo tienes que abrirte de piernas como ahora cuando se te diga. Me encanta que vayas siempre sin bragas y notar como te mojas cuando te toco. No te agobies Lola, nos encargaremos que no te falte un buen rabo a menudo, una perra como tu acostumbrada a la monta sería fácil presa para cualquiera si te encuentras necesitada de jodienda. Vas a ser una buena puta con nosotros Lola, muy buena, yo no soy de polvo diario pero seguro que eres capaz de motivarme un par de veces o tres a la semana para ordeñarme bien la verga. ¿a que si?
-Si, seguro que si…hare lo que quieras-dijo resignada Lola asumiendo que aquel ratón de de biblioteca se la follaría cuando quisiera. Sentada en el bar, dejando que Sergio tocase su coño bajo la mesa, se estaba excitando, sentía como su sexo se mojaba mientras notaba deslizarse aquellos dedos suaves del oficinista aparentemente tímido que la tenía en su mano literalmente.
-Claro que lo harás… no me cabe duda. Vas a dejar de calentar a todos en la oficina, no quiero que pierdas tu puesto… prefiero que piensen que tu y yo tenemos un lío si llega el caso, desde hoy en el trabajo me calentaras solo a mi, cuando yo te diga, como yo te diga… en el curro solo serás cariñosa conmigo con los demás volverás a ser la de siempre, seria, discreta… –
Sergio hablaba despacio, disfrutando cada palabra, se sentía un auténtico macho, aquella sensación de dominio sobre Lola le encantaba, ver como su compañera de trabajo resignada bajaba la mirada y asentía con la cabeza.. aquella mujer estaba en sus manos, haría lo que le dijese, esa era su fantasía de toda la vida. Aquel anodino funcionario podría presumir de conquista, ser la envidia de todos si Lola se mostraba cariñosa en público con él y de momento sus dedos empapados acariciando el coño de Lola demostraban que ella estaba receptiva y dispuesta a complacerle.
-Me gusta que asumas que va ha ser asi… vas a ser muy puta conmigo en el trabajo.. nada de crucecitos de piernas fugaces para que vea que no llevas bragas…si me apetece verte el coño me lo enseñas de verdad, con las piernas bien abiertas y el culo apoyado en el borde de la silla… desabrochate la blusa solo cuando vengas a mi mesa para inclinarte y mostrarme las tetas… te tocaré cuando quiera … ahhh y siempre he tenido la fantasia que me la chupes en el archivo … eso me apetece que lo hagas con frecuencia… pero tranquila yo te dire que cosas me apetecen … vas a seguir disfrutando.., ayer me di buena cuenta de lo fácil que te mojas cuando te tratan como una zorra….-
Lola sentía impotencia de ver sus debilidades expuestas a la cara con semejante crudeza, odiaba reconocerlo pero era así, le encantaba el sexo, beber, el juego, adicta a esos vicios, ahora descubría que quizás también era dependiente de machos dominantes que le dijesen lo que tenía que hacer porque al mismo tiempo que sus lágrimas se deslizaban por las mejillas se notaba excitada, mojada. al escuchar lo que Sergio le decía con tanta crudeza a la cara, aquel pequeño suspiro que se le escapó la delató, no pudo evitarlo cuando noto como un dedo del hombre metido en su raja se deslizaba fuera presionando fuerte sobre su clítoris y Sergio atento, observador, callado lo captó al vuelo.
-Jajaja te encanta que te trate como a una puta… estas cachonda guarra… estas empapada dejando que te meta mano, lo huelo… lo percibo.. no lo puedes disimular conmigo … ahora mismo estas deseando que una buena verga te empotrara con fuerza, te jodiera bien y te diera por el culo hasta correrte.. ¡reconócelo zorra¡-
Lola era incapaz de verbalizarlo, ¿tanto se le notaba?, el simple hecho de decírselo a la cara la excitaba sobre manera, se estaba mojando sin poder ni querer evitarlo, tan solo asintió con la cabeza.
-Tranquila puta.. lo sé.. no necesitas decirlo- Sergio sacó un papel y un bolígrafo de su americana y escribió algo en él… -Ahora solo te queda una cosa por hacer…. llama a tu cuñado, Ricardo, está esperando tu llamada, quiere saber que lo mismo que estas dispuesta ha hacer conmigo lo harás con él, ¿es así no? ¿vas a ser una buena puta con nosotros, verdad Lola?
La mujer asintió de nuevo con la cabeza.
-Muy bien Lola, asi me gusta- Entonces llámale y dile solo lo que pone en este papel..nada mas..¿entendido?
Lola trago saliva, sacó su móvil, cogió el papel que le pasaba Sergio y lo leyó…marcó el número de su cuñado en la agenda y espero respuesta….-Estoy de acuerdo. Haré todo lo que quieras, cuando quieras y donde quieras..- no obtuvo respuesta, su cuñado colgó el móvil sin decir nada… un instante después recibió un mensaje de Whatsapp -Me alegra saberlo. Di que tienes que ir al médico y tómate el resto de la mañana libre. Te espero en esta dirección ….. . No te retrases.-
-Quiere verme ahora, tengo que ir. ¿Puedes excusarme en la oficina?, diles que me encuentro mal, que tengo que ir al médico- pidió Lola a Sergio
-Claro Lola, claro, ….tienes otra polla que atender, pero primero está la mía, me la has puesto dura, este rinconcito es muy discreto- dijo Sergio sacando su mano de la entrepierna de Lola para bajarse la bragueta y sacarse la verga. Ocultos por la mesa su mirada comprobó que los clientes del bar no les prestaban atención…
-Hazme una paja Lola, me apetece que me ordeñes aquí mismo, ¡sacame la leche puta¡- dijo Sergio que cogio con su mano la de Lola para llevarla a su polla y hacer ella comenzase a menearsela
-mmmm asi, asi, con fuerza, sacame la leche- decía Sergio que mientras hablaba cogió varias servilletas de papel del dispensador que había sobre la mesa preparándose para recoger la corrida que su verga estaba a punto a soltar.
Aquello no tardó en producirse, los fuertes tirones de Lola en su rabo no tardaron en obtener su fruto y las manos de Sergio se afanaban en recoger las servilletas para intentar recoger la leche que estaba brotando de su verga ..
-mmm hmmm ahhh que rico, que bien haces las pajas Lola. Tengo la sensación que vas ha estar muy solicitada a partir de hoy. Vete, yo me encargo de excusarte, no te preocupes…-
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EL CUÑADO DE LOLA
Lola se levantó, realmente no se encontraba bien, aquella terrible resaca la estaba matando. Afortunadamente la dirección que le había dado su cuñado estaba cerca, un pequeño edificio de oficinas en el centro con despachos de abogados, notarios, psicólogos y distintos profesionales.
Ricardo, su cuñado, la estaba esperando en el portal, vestido de paisano, aquel cuarentón, alto, fornido, con pinta de portero de discoteca la miraba fijamente a medida que Lola se acercaba, serio, una mirada dura como si él fuese quien tuviera algo que recriminarle a la mujer.
Lola se acercó a su encuentro, instintivamente bajó la cabeza, se sentía avergonzada por el video que acababa de ver, aquel video grabado por Sergio donde era penetrada por el grupo de hombres incluido su cuñado. Aquel video editado no mostraba ninguna escena donde ella fuese forzada, obligada a nada, tan solo escenas en las que ella mostrando claros signos de estar completamente ebria se exhibía para todos, pedía que la follaran, ansiosa mamaba una verga tras otra y enlazaba orgasmos en aquella jornada de sexo sin control en la pequeña cocina del bar de Teo.
-Buenos días cuñada, me alegra verte de nuevo. Ayer presencie en primera persona tu grado de adicción al alcohol, el juego y el sexo. Necesitas ayuda, se muy bien lo que es tener una persona en casa con esos problemas, mi hijo está ingresado en una clínica por lo mismo que tu, se como ayudarte. ¿Quieres curarte?-
Lola no esperaba aquella reacción por parte de su cuñado, amable, preocupado por ella, el mismo hombre que la tarde anterior se la había follado y usado a su antojo ahora le ofrecía su ayuda, estaba desconcertada.
-Si, estoy en un pozo del que no se como salir- respondió agradecida Lola, al tiempo que recordaba la situación de su sobrino Tobías, hijo de Ricardo, que después que su madre les abandonó cayó en el mundo de las drogas y recientemente su padre le había metido en una clínica para rehabilitarse. Lola sentía un gran aprecio por aquel jovencito de la edad de su hija, antes de sus adicciones pasaba muchas tardes en su casa, compartía la misma afición al estudio de su prima Loli, incluso se diría que cierta atracción física, pero cuando Loli comenzó a salir con Toni de forma mas sería dejo de ir a su casa, se habían distanciado mucho. Estaba claro que Tobías y Toni no se llevaban bien, los celos de Tobías al ver como otro era el centro de atención de su prima fueron una de las causas del comienzo de sus adicciones.
-Bien, yo puedo ayudarte, lo he vivido con mi propio hijo. Lleva apenas un mes en la clínica y el progreso está siendo muy grande. ¿Haras todo lo que te diga para salir de esto?, depende de ti Lola
-Si – dijo Lola convencida, admitiendo que no podía repetirse lo ocurrido la tarde anterior.
-Bien, verás te he citado aquí porque vamos a visitar varios especialistas. Primero un médico y un psicólogo certificarán tus adicciones con sendos informes. Mi hermano, tu marido, desgraciadamente por su incapacidad física y el tratamiento psiquiátrico de sus depresiones crónicas está incapacitado para hacerse cargo de tí y tú de él, así que tu me cederás la tutela legal de mi hermano.
Lola asintió, tenía sentido lo que Ricardo decía, ella no estaba en condiciones de ser la cabeza de familia, estaba arruinando literalmente su vida y la de su familia. Aquella misma mañana con los informes médicos y psicológicos Ricardo se hizo cargo de la tutela de los dos, su hermano y su mujer. Lola tuvo que hacer un par de mamadas y dejarse follar por otro tipo como pago de sus servicios, todo delante de su cuñado que miraba satisfecho el grado de obediencia y disposición de su cuñada.
-Muy bien cuñada, has hecho lo mejor para tu familia, ahora yo estoy facultado legalmente para decidir por vosotros, tú necesitas tratamiento médico, ingresaras una temporada en la misma clínica que está mi hijo, son especialistas en las adicciones que padeces. Mi hermano no puede valerse por si mismo y yo no puedo cuidar de él, así que mientras tu estés ingresada en la clínica voy a meter a mi hermano en una residencia donde este bien atendido. –
Estaba yendo todo tan rápido que a Lola no le daba tiempo de reaccionar, parecía que su cuñado lo tenía todo tan claro, tan decidido -dejame pensarlo, todo esto es tan apresurado, tengo que hablarlo con mi marido, mi hija… –
Mientras lo hablaban regresaron a casa de Lola, Ricardo se encargó de plantearle la situación a su hermano, con total crudeza. Fernando, el marido de Lola, resignado escuchaba a su hermano, cualquier cosa sería mejor que ver a su mujer en la espiral de vicio y dependencia que estaba viviendo con el novio de su hija. El colmo fue enterarse de aquella adicción al juego y el alcohol de su mujer.
-Será lo mejor Lola. Necesitas ayuda y yo no puedo valerme por mi mismo. Lo que propone mi hermano parece sensato, mientras tu te recuperás en la clínica yo ingresé en esa residencia que dice Ricardo. Cuando te cures podremos volver a ser la familia de siempre- dijo Fernando resignado haciendo que Lola aceptase la solución.
Apenas tres días después Fernando ingresaba en la residencia buscada por su hermano. Durante esos tres días Ricardo se comportó atentamente con el matrimonio, especialmente cuando estaba su hermano delante. Pero a espaldas de su hermano comenzó a disfrutar de su cuñada a su antojo, le metía mano cuando quería, la hacía mamar su polla en cualquier rincón de la casa o se la follaba fuera de casa.
A Ricardo le encantaba también presumir de cuñada, Lola era de esas mujeres que un hombre saca pecho si la lleva a su lado, esa sensación de que los demás te envidian por tener una hembra de ese calibre hace que el ego de cualquier macho se dispare. Por eso no fue extraño que Ricardo aprovechase el día que ingresó su hermano en la residencia para pedirle a Lola que acudiese al bar donde a diario tomaban unas cañas al finalizar el turno con sus compañeros. Elegante, provocativa, sugerente, Lola debía comportarse especialmente cariñosa con su cuñado delante de sus compañeros de trabajo para que él pudiese presumir ante ellos….
Lola acudió a la cita tal como le pidió su cuñado, sexy, provocativa, dispuesta a ser exhibida como un trofeo, pero no sabía que Ricardo también quería hacerla beber aquella tarde, verla borracha de nuevo. Lola enganchada a la bebida fue fácil de emborrachar y cuando bebía Lola perdía el control, eso Ricardo lo sabía muy bien. Al día siguiente Lola no recordaba casi nada de lo acontecido aquella tarde en el bar donde acudían los policías pero quizás no pasaría mucho tiempo sin que alguien se lo recordase…
Loli en avanzado estado de gestación era la que peor llevaba la noticia, de repente se encontraría sola en casa, mientras su madre se recuperaba en la clínica y su padre ingresaba en la residencia.
Ricardo les visito cada dia y no dejaba de observar a Toni que entraba y salía del pisito como pedro por su casa, tenía que deshacerse de él, aquel caradura era la peor de las influencias para su sobrina y su cuñada, pero esa era la segunda parte de su plan.
Lola aprovechó aquellos días para solicitar una excedencia en su trabajo, la pensión de su marido no alcanzaba ni siquiera para pagar el coste de la residencia en la que había ingresado. Lola estaba aterrada, ¿cómo pagaría la clínica en la que ella iba a ingresar?, sin ahorros, sin recursos, ¿como mantendría a su hija sola en casa?.
Ricardo pareció responder a sus temores cuando le dijo que la única solución era solicitar una hipoteca del piso donde vivían avalado por el. Con aquel dinero podrían atender los gastos y salir adelante mientras ella se recuperaba, Lola aceptó la propuesta.
Pocos días después de ingresar Fernando en la residencia, Lola y su cuñado firmaron la hipoteca, ahora Lola era completamente dependiente de su cuñado, legal y económicamente.
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EL REGISTRO DEL DOMICILIO
Habían pasado varios días desde que su marido había ingresado en la residencia. Toni, su amante, parecía distanciado esos días al ver a Ricardo entrando y saliendo de casa con frecuencia. La presencia del policía en casa de Lola era un buen repelente para Toni que evitaba coincidir con él y se limitaba a entrar en casa para encerrarse en el cuarto con su novia.
Aquel había sido su último día de trabajo en la oficina, antes de que comenzase su excedencia para poder ingresar en la clínica de rehabilitación. Sergio, su compañero de trabajo, se había despedido de ella enculandola en el archivo, los días anteriores se había conformado con una mamada rutinaria. Aquellos escarceos en el archivo eran rápidos, Lola intentaba que su compañero de trabajo se corriera cuanto antes para evitar ser descubiertos. En ningún caso ella había alcanzado el orgasmo con Sergio, pero cuando llegaba a casa su cuñado que la visitaba a diario se encarga de montarla en condiciones hasta correrse un par de veces al menos.
Su cuñado se comportaba con ella de forma cariñosa, como si fuese su pareja, la acariciaba, le comía la boca mientras le metía mano, incluso llegaba a masturbarla en el sofá de su propia casa pero frenando a tiempo para evitar que llegase al orgasmo -fóllame cabrón, follame,.. no me tengas así- le pedía Lola a su cuñado.
La respuesta de Ricardo era una sonora carcajada, disfrutaba viendo a su cuñada ansiosa por que se la follaran, sabía perfectamente que Toni no se atrevía a continuar haciéndolo ya se había encargado él de hablar con el chico para dejar las cosas claras y por supuesto de esa conversación Lola no sabía nada.-Jajajaja me gusta que lo pidas Lola, me encanta verte caliente, deseando follar como una perra salida, tienes que ganartelo…- y ella sabía ganárselo, hacía todo lo que él le pedía, se humillaba si hacía falta hasta conseguir su dosis de sexo diaria, necesitaba al menos un par de orgasmos diarios para no encontrarse intranquila y Ricardo sabía muy bien como dosificarlos para que fuesen cuando a él le apetecía, solo entonces.
Aquella tarde, después de su último día de trabajo, Lola se encontraba en el sofá de casa escuchando los gemidos que venían del cuarto de su hija, Toni su novio se la estaba follando como cada día antes de que ella fuese a clase. Lola escuchaba los gemidos desde el sofá, mas altos de lo normal, parecía que Toni disfrutaba sabiendo que ella estaría escuchando fuera como el primer dia que la sorprendió.
En cierto modo no se equivocaba, Lola no se había levantado para escuchar pegada a la puerta como aquel día, permanecía recostada en el sofá, se había quitado las bragas, su mano metida entre sus piernas acariciaba su coño, se estaba masturbando escuchando aquellos gemidos que la atormentaban, seguía deseando a Toni, aquel semental joven la hacía correrse como nadie ¿porque ya no la follaba?, ¿se habría cansado de ella?. Su cuñado la hacía disfrutar a diario, correrse un par de veces, pero nada que ver con las empotradas de aquel semental joven que ahora se estaba follando a su hija. En aquellos momentos era cuando tomaba conciencia de su fuerte adicción al sexo. Un sexo duro, violento, dominante, sentirse una muñeca en manos de Toni la volvía loca.
Los pechos le dolían, tenía los pezones duros como piedras a medida que se iba excitando. Llevaba una camiseta amplia, larga, cómoda, que usaba a modo de vestido cortito de estar por casa, decidió quitarse el sostén para poder acariciarse mejor las tetas.
Lola cogió las bragas y el sostén para dejarlas en su dormitorio, no quería que su hija cuando saliese de su cuarto para ir a clase las viera tiradas por el sofá. Loli estaba distante esos días, no había llevado nada bien enterarse de los problemas de su madre y ver a su padre ingresar en la residencia. Para Loli su madre era la culpable de la situación, apenas le dirigía la palabra. Lola dejó su ropa interior sobre su cama y abrió un cajón para coger las bolas chinas que le había comprado Toni, se las puso en el coño, le gustaba la sensación de tenerlas dentro, de sentirse suya.
Lola volvió al sofá, descalza, con aquella camiseta larga a modo de vestido cortito, sin nada debajo, las tetas se bamboleaban de lado a lado, sus pezones duros se clavaban en el tejido marcándose mucho, quizás cuando su hija se fuese a clase su deseado Toni se fijase en ella, deseaba tanto aquella verga joven, vigorosa, empotrandola con fuerza hasta correrse una vez tras otra, buff. Pero era su hija quien estaba disfrutando aquella verga, sus gemidos se lo recordaban a cada instante, maldita sea tenía el coño chorreando de ganas y volvió a recostarse para retomar sus caricias, una mano en el coño metiendo y sacando las bolas chinas, otra acariciando sus pechos por encima de la camiseta, necesitaba correrse.
-Policía.. abran la puerta, abran policía- se escuchó de repente al tiempo que aporreaban la puerta de casa.
Lola asustada se levantó para abrir, encontrándose un grupo de policías con una orden de registro que plantaron en su cara nada mas abrir la puerta.
-Apártese señora, tenemos una orden para registrar la casa- dijo uno de los policías.
-¿Que es esto? ¿Que pasa? ¿Que ocurre?.. tiene que ser un error… ¿Que hacen?- preguntaba Lola que no entendía lo que ocurría
-Callese señora, siéntese, ¿hay alguien mas en la casa?
-Mi hija y su novio están en su cuarto- dijo Lola asustada
-Bien, son los que buscamos, adelante chicos ya sabéis lo que tenéis que hacer.-
Un par de policías salieron unos minutos después del cuarto de Loli, ella y su novio esposados eran conducidos al exterior de la casa, se notaba que se habían tenido que vestir apresuradamente, con lo primero que habían encontrado. Otro policía salía con una bolsa de deporte -Hemos encontrado el alijo, estaba en el cuarto de los chicos, tal como nos habían informado-
-Bien llevarlos a comisaría para interrogarlos. Nosotros tenemos que hacerle unas preguntas a la señora para continuar con las diligencias- Los tres policías se fueron con la pareja detenida y la bolsa con la droga requisada.
Sentada en el sofá con los otros dos policías de pie frente a ella, Lola les miraba asustada, no entendía nada.-Su hija y su novio están detenidos por un delito de tráfico. Llevamos vigilando al chico desde hace bastante tiempo. Queremos saber si usted está implicada también. Acompáñenos a su dormitorio tenemos que registrarlo también- dijo muy serio uno de los policías.
Lola se levantó, estaba temblando, los dos policías tras ella le dieron un par de empujones -Diganos si hay mas droga oculta en la casa, sera mejor si la hay que nos la entregue – dijo un policía
-No se nada, no se de que me están hablando, mi hija no es una traficante. Todo esto tiene que ser un error- decía Lola totalmente desconcertada y asustada
-El alijo que hemos encontrado en el cuarto de su hija no es ninguna broma, con esa cantidad pueden pasar varios años en la cárcel. Nos quiere decir que usted no sabía nada, ¿que no se enteraba de lo que pasaba en su casa?- dijo el policía que llevaba la voz cantante mientras el otro agarraba del brazo a Lola mientras entraban en su dormitorio.
-Les juro que yo no sé nada de todo esto- dijo Lola a punto de llorar de impotencia por lo que estaba ocurriendo.
-Contra la pared, apoye las manos en la pared y no se mueva mientras registramos el cuarto- ordenó un policía mientras su compañero comenzaba a abrir cajones para registrarlos y tirar cosas en el suelo
Lola temblando obedeció, apoyó las manos contra la pared mientras escuchaba como abrían sus armarios, cajones, su mirada fija en la pared, no se atrevía a girar la cabeza. De haberlo hecho habría visto a los dos policías como se recreaban sacando su ropa interior de uno de los cajones, el tamaño de sus sostenes hacían que uno de ellos resoplase imaginando las tetas que se necesitaban para llenarlos. El otro sacaba una bolsita con droga de uno de sus bolsillos y discretamente la colocaba en un cajón.
-Venga aquí señora, ¿Que es esto?
Lola se giró y se acercó al policía que señalaba una bolsita con polvo blanco que había en un cajón de su mesilla -No se que es eso, no es mío, no lo he visto nunca- dijo Lola
El policía cogió la bolsita, la abrió y comprobó que era droga -Es droga señora, no es mucha cantidad, pero suficiente para acusarla de complicidad después del alijo descubierto en su casa. Ponle las esposas, nos la llevamos detenida-
-Eso no es mio, no es mio, lo juro, todo esto es un error..-decía Lola mientras sus manos eran esposadas a la espalda
-Silencio señora. Tenemos que cachearla y llevarla a comisaría. Vamos a leerle sus derechos, queda detenida, – dijo el policía mientras se ponía unos guantes de látex siendo imitado por su compañero.
-Venga contra la pared, separe las piernas señora, veamos si esconde algo más- dijo el policía colocandose a la espalda de Lola que apoyaba su cara en la pared con las manos esposadas a su espalda. Las manos del policía comenzaron desde su cabeza, bajando por los hombros, deslizándose por su costado para manosearle las tetas desde atrás, aquello no era un cacheo normal, estaban aprovechándose de ella descaradamente. El policía se recreó en el magreo de tetas lo que quiso hasta que Lola no pudo aguantar mas.
-Cerdo, ¿que está haciendo? deje de meterme mano- protestó Lola
-Calladita guapa, tenemos que comprobar que no escondes nada más. Separa mas piernas voy a revisar que no lleves nada dentro.- Las manos del policía agarraron de la cintura a Lola tirando hacia atrás al tiempo que golpeaba con su bota entre sus piernas para hacer que las separase más. Lola estuvo a punto de golpearse la cara con la pared por la brusquedad con la que lo hizo y sin poder apoyarse con sus manos esposadas. Lola quedo con el culo en pompa literalmente al subirse la camiseta por la postura y dejar sus nalgas desnudas. El cordón de las bolas chinas, que seguía llevando incrustadas en el coño, quedo a la vista
-Si señor, a esto se le llama ir preparaba para un buen cacheo, jajaja- se burló el otro policía viendo la entrepierna desnuda de la mujer y aquel felpudo poblado de vello oscuro que se mostraba por completo.
-Sabía que escondía algo¡ mira ese cordón, seguro que lleva otro paquete dentro, con esa pelambrera tapando la entrada, ni se ve la raja, tendremos que buscar jajajaja- añadió el otro
-Cerdos¡ Soltadme¡ Yo no he hecho nada, esa droga no es mía, no la he visto en mi vida…- decía Lola mientras notaba como uno de los policías tiraba del cordón de las bolas chinas pero sin sacarlas del todo las metía de nuevo jugando con ellas, una y otra vez. Las protestas de Lola se fueron transformando en gemidos poco a poco ….
-Mirala, parece que le gusta este juguete¡- decía el que jugaba con el cordón metiendo y sacando las bolas de aquel coño cada vez mas empapado
-Apuesto que está deseando que le metan otra cosa en ese agujero..mmm- respondió el otro
-¡Malditos cerdos¡ esto es abuso de autoridad, pienso denunciarlos, ¡Dejadme en paz bastardos¡- gritó Lola mientras todo su cuerpo se retorcía al notar como aquella mano a su espalda no dejaba de jugar con las bolas chinas metiéndolas y sacándolas de su coño.
-¿Abuso?, ¿Has visto lo que hemos encontrado en el cuarto de tu hija?.. es un buen alijo de droga. Seguimos desde hace tiempo al novio de tu hija, sabemos que trapichea, ¿eres consciente de que tu hija al guardarla en su cuarto se convierte en cómplice?. Incluso tú con esta bolsita que escondías es suficiente para empapelarte….¿Así quieres ayudar a tu hija, denunciándonos? mmm mal, mal, muy mal,..¿sabes? no es una buena elección, te conviene llevarte muy bien con nosotros. Vas a necesitar muy buenos amigos si quieres ir a esa clínica para curar tus vicios porque si te empapelamos vas directa a la cárcel. Te aseguro que no es un buen lugar para una mujer como tu, con lo buena que estas se te rifaran para que les comas el coño a las bolleras del trullo y seguro que alguna polla de los guardias también ¿Es lo que quieres?-
Lola escuchaba las amenazas de aquellos dos policias, resignandose por momentos a dejarse hacer lo que quisieran pero ¿como sabían aquellos dos policías de sus intenciones de ingresar en la clínica de rehabilitación?. Las palabras del otro policía la sacaron de dudas….
-Jajaja mira que cara pone¡ La señora parece sorprendida de que la conozcamos tan bien…. No te sorprendas Lola, tienes que saber que eres la musa de todos los compañeros de la comisaría desde que Ricardo te presentó en el bar el otro día -decía el policía que observaba como su compañero había sacado las bolas chinas y ahora eran los dedos de su mano los que ocupaban el hueco.
Lola se retorcía notando como aquellos dedos entraban y salían de su sexo masturbandola con fuerza, al principio fue solo su sexo, luego noto como su ano era penetrado también por los dedos de aquella mano experta que introducía al mismo tiempo dos dedos en cada uno de sus agujeros…el otro policía que estaba hablando de su cuñado le puso una foto en la pantalla del móvil y se la plantó en la cara…
Era una foto de Lola con su cuñado y varios compañeros policías en el bar donde Ricardo tomaba cañas después del trabajo. Lola tenía vagos recuerdos de aquel día, Ricardo la hizo vestir de forma sexy, provocativa, escotada y con minifalda. Lola había bebido bastante animada por su cuñado que no dejaba de presentarla a sus compañeros y se hizo fotos con muchos de ellos. -Vaya pedo pillaste la otra tarde jajajaja, no me extraña que no lo recuerdes, pero nosotros no nos hemos olvidado, menudo escotazo llevabas, casi se te salían las tetas…- dijo el que le mostraba la foto.
Mientras su compañero que aceleraba la masturbación con sus dedos en los agujeros de Lola parecía motivado recordando aquel día – mmm si, menudo escote, bailaste con todos, que buenos restregones de rabo nos dimos bailando contigo mmm, si no te rescata tu cuñado creo que habrías follado con media comisaría. Se notaba que estabas disfrutando poniéndonos la polla dura, menuda cuñada más zorra tiene Ricardo mmm.
Unas nuevas fotos en el móvil que tenía frente a su cara hacían que Lola intentase recordar más de aquella tarde, pero sus recuerdos eran borrosos, demasiado alcohol…en aquellas nuevas fotos Lola estaba delante de la barra del bar, en el centro de un grupo de seis policías, de pie en unas, de cuclillas en otras sostenida por dos de ellos que la mantenían en primer plano mientras los otros permanecían de pie a su espalda.
Las fotos parecían repetidas pero observando con detalle te dabas cuenta que los hombres que estaban a los costados de Lola se iban alternando, en varias de las fotos se veía como los que estaban a sus costados sujetándola por la cintura aprovechaban para meterle mano en las tetas y en las fotos que ella estaba en cuclillas las manos de los hombres a sus costados apoyadas en sus rodillas le hacían abrir las piernas mas de la cuenta viéndose perfectamente sus muslos desnudos por encima de las medias negras y mostrando aquellas braguitas blancas, de fino encaje, que apenas tapaban por completo el abundante felpudo negro de su coño.
El hombre que le mostraba el móvil hizo zoom en una de las fotos justo en la entrepierna de Lola en una de las fotos que estaba en cuclillas -mmm la de pajas que me he hecho viendo esta foto, enseñando las bragas, viendo como se te clavan en el coño y como se escapan tus pelos del chocho, buff menudo felpudo-
-Deja de enseñarle las malditas fotos¡ La señora está chorreando de ganas ¿verdad que si señora?- dijo el que masturbaba a Lola sacando la mano empapada de flujo y sacudiéndola en el aire
Lola estaba realmente excitada pero sobre todo pensaba en su hija Loli, la pobre chica en avanzado estado de gestación se la habían llevado a comisaría esposada como un vulgar criminal, tenía que ayudarla -Haced lo que queráis animales pero mi hija es inocente, tenéis que liberarla- dijo Lola de forma inocente
-Claro señora, claro, seguro que si….- dijo el policía que había estado masturbandola y ahora detras de ella se cogía la verga dura como un palo con la mano y la acercaba al coño empapado de Lola. Presionó en la entrada, no necesito hacerlo con fuerza, la verga se deslizó con facilidad alojándose por completo en la vagina de la mujer.-uhmm que rico, que bien entra- decía el policía que comenzó a follarla con fuerza al tiempo que sus manos se agarraban a las tetas de la mujer -joder que polvazo tiene… menudas tetas- decía al tiempo que aceleraba los movimientos de cintura. La estaba empotrando con fuerza, la cara de Lola apoyada en la pared al tener las manos esposadas aguantaba como podía las embestidas.
Muy a su pesar Lola fué la primera en correrse, aquella follada igualaba las de su deseado Toni, el orgasmo era imparable, no podía ni quería evitarlo y sus gemidos de placer resonaban en la casa -ahh ahh mmm ahh mmm me corro me corro- decía Lola
-Toma leche puta, toma leche… te voy a llenar el coño…- decía el que se la follaba mientras sus huevos comenzaron a bombear un gran chorro de semen caliente que inundó el coño de Lola
Resoplando como un toro, empapado en sudor, el policía por fin paró en las embestidas separándose del cuerpo de la mujer, el semen brotaba del coño de Lola deslizándose por sus muslos y comenzó a gotear en el suelo del dormitorio.
El otro policía cogió con sus manazas del cuello de Lola para llevarla hasta su cama, la hizo ponerse a cuatra patas en el borde de la cama con la cara apoyada sobre la colcha -levanta el culo.. más.. te quiero con el culo en pompa.. te lo voy a follar- dijo al tiempo que sin ningún miramiento presionó su verga en la entrada del ano de Lola. Un fuerte empujón calzó la mitad del miembro del hombre dentro del recto de la mujer, era una verga delgada pero muy larga, dura como un palo que se abría paso con fuerza. Apenas dos embestidas más y la calzó por completo, empalando a Lola que notaba los huevos del macho golpear en sus nalgas cuando comenzó a follarla por detrás.
-uhmm vaya culo tienes, que bien entra, se nota que te lo follan a menudo.. mmm que rico plass plass plass- varios manotazos del hombre en las nalgas de la mujer hicieron que la blanca piel de Lola enrojeciera al instante.
Su compañero satisfecho ya después de haberse corrido revisaba el armario de la ropa de Lola -date prisa, tenemos que llevarla a comisaría para abrir el atestado, voy a ver que ropa tiene, me apetece escoger vestuario-
-Olvídate del atestado, Ricardo nos agradecerá que no detengamos a su cuñada, seguro que la señora sabrá ser muy agradecida para que ayudemos a su hija- respondió el que el la estaba enculando con fuerza.
-Que cabronazo eres, aún no has terminado de follartela y ya estas pensando en repetir?, se me ocurre una idea, le debo un par de favores a un colega de antivicio, ¿que te parece si la vestimos de puta y la llevamos al polígono?-
-Jajaja pretendes que la fichen por prostitución?
-Piensalo bien, matamos dos pájaros de un tiro, devuelvo el favor a unos colegas para que se lo pasen bien un rato con ella y nos curamos en salud, si la detienen por puta en el polígono evitamos el riesgo que diga nada de lo que ha pasado aquí.-
Lola estaba asustada escuchando como hablaban de ella como si fuese un mueble que se lleva y se trae mientras era enculada -Por favor, no diré nada, lo juro, no diré nada…-
-¡Callate joder¡ Tu harás lo que se te diga si de verdad quieres ayudar a tu hija…seguro que no te importa que te la metan un par de pollas más…¿o prefieres que te follen media docena de camioneros antes de que te detengan por puta?…. uhmm ahhh ahhh me voy a correr, me corro zorra, me corro.. voy a llenarte este culo tragón que tienes, toma puta, toma leche….ahhhh- el policía se corrió vaciándose en el culo de Lola mientras descargaba su cuerpo sobre la mujer que no pudo soportar el peso y cayó de bruces sobre la cama.
CONTINUARÁ
Una vez más agradecer vuestros comentarios y valoraciones queridos amigos lectores.
Deseo que os guste y prometo no tardar en la continuación del relato.
Besitos para todos los fans