No puedo rechazar la propuesta de dos hermosos caballeros

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Dos caballeros.

Casada, sola y…cachonda 2. Continuación del relato La piscina.

Me he quitado la calentura con la paja que me he hecho, salgo del baño. En el vestuario me seco, me pongo el top del bikini y la bombacha, luego la camisola, me calzo las sandalias con su pequeño taco, me suelto el pelo, está mojado pero queda sexy, meto todo lo que llevo dentro de la bolsa y salgo camino de casa.

Dos veteranos me están esperando en la puerta del vestuario de la pileta.

– Señorita, ¿aceptaría que la invitáramos a tomar un aperitivo? … y si usted quiere a comer.

Les miro descarada, me encantan, se les ve con lujuria juguetona, unos señores que quieren sentirse jóvenes y ligar. Me han estado espiando toda la mañana en la pileta, devorándome con ojos cargados de lascivia.

-¿ Y dónde han pensado invitarme a almorzar?- les contesto atrevida.

– En Sagarretxe … es un sitio muy agradable de pinchos.- dice el más bajo de los dos.

– Tengo el garaje al lado- añade el grandón.

Lo conozco de cuando vivía en Madrid, está muy bien y me apetece como campo de juego.

– O.K. ¿ Cómo se llaman? Yo Elena .

Y les tiendo la mano que chocan efusivos.

– Somos los Ar, así nos llaman: Armando y Arturo. Tenemos 66 años , jubilados y vecinos de Madrid.

Los dos visten bien sin estridencias, camisas de manga corta y jeans, sin pulseras ni cadenas, los relojes sumergibles. Andamos hasta un Audi 4 blanco, Armando, el mas alto, abre la puerta, yo paso al asiento del copiloto, cuando entran , pone el coche en marcha.

El lugar está cerca, Armando estaciona un momento para dejarnos a su amigo y a mí. Se va a aparcar. Nosotros entramos, me gusta ir con Arturo, un poco calvo pero sin muchas canas, no es alto, yo no parezco bajita a su lado, eso me gusta. Me siento en un taburete en la barra, al hacerlo dejo ver parte de los muslos, se pega a mí pero sin acoso, como un lobo paladeando su presa. Pedimos unas sidras tiradas, agarramos unos pinchos de bacalao recién salidos de la cocina, los comemos, y bebemos de un trago la sidra.

Y empieza el interrogatorio mutuo: Jubilado, casado, con la mujer todavía trabajando, una hija casada y un nieto. Yo me defino, argentina, casada, acompañando un viaje de trabajo de mi marido que anda en un seminario de empresa.

Armando también es casado pero su mujer ha ido a cuidar a los nietos a Málaga, él está solo haciendo unas gestiones en Madrid , su departamento está enfrente. Entiendo por qué hemos venido a comer ahí. Los lobos quieren tener cerca donde comerse a la oveja, o sea , a mí. Pasan pinchos de champiñón , los volvemos a cazar y pedimos otras sidras, llegan cuando se nos junta Armando, que se apunta a la ronda, y se pega a mí. Noto el roce de su entrepierna abultada contra mi muslo.

– Elena es casada y sin marido un ejecutivo que siempre está reunido…

– Y aunque sea el mediodía y este pueda ser el templo del morbo…podíamos sentarnos en el comedor.

– ¡ Coño! Si se sabe algo de Sabina.

– Me encanta, creo que he ido todos los recitales que ha dado en Buenos Aires, los últimos con el Nano…- contesto demostrando conocimiento de causa.

Es Arturo el que me agarra la cara con las dos manos y me da un beso en la frente, al tiempo que casi grita:

-¡ Que maravilla… Una sabiniana. ! Vamos para dentro que esto pinta genial.

Me doy cuenta que me caen bien, son dos maduros divertidos y capaces de gozar de la vida, gente con la que…apetece hacer cositas. Nos sentamos , yo en el medio. Piden un variado de pinchos, una tortilla de bacalao y un atún a la plancha, para beber decidimos seguir con sidra.

Quiero darles un regalo por pagar la comida. Pido permiso y voy al baño, me quito el corpiño para dar alegría a mis lolas y abro un botón más de la camisola, mis tetas quedan bastante a la vista, los pezones se ponen duros, lo que añade lujuria a la elasticidad con que se mueven mis tetas. Mis galanes maduros se dan cuenta de como se marcan bajo la tela , eso les excita, a mi también.

Acercan las piernas a las mías cuando me siento, les dejo hacer mientras comemos y bebemos hablando de Joaquín, se saben casi todas sus canciones y las usan en la conversación con picardía , de modo que aquello del templo del morbo se va imponiendo en el ambiente.

Nos ofrecen un chupito, yo pido pacharán, ellos orujo gallego. Les encanta que beba sin mojigaterías , como dice Arturo en el brindis:

– Por una argentina guapísima y vital…

– Que nos tiene a mil- añade Armando.

– Ustedes también me han alegrado mucho mucho – dijo mimosa mientras mis manos buscan su entrepierna bajo la mesa. Tienen un buen bulto de estar cachondos. Les acaricio las pollas con mimo a través de la tela.

Les suelto para beber la copa , sé que es el momento de la propuesta, me quedo callada.

– ¿Te gustaría seguir un rato con nosotros? …. tomando otra …en mi casa.

No les contesto, me quedo mirándoles. Dejo que el ambiente se llene de tensión.

– No sé, me caen muy bien… pero.

– Te haríamos un regalito.-

Lo de hacer de puta me calienta y me pone.

– ¿ Me puedo fiar de ustedes? …

– Somos dos caballeros.

– Cachondos y con ganas de ti … te daríamos 200 euros.

– Dos condiciones. Primera, yo les dejo a las seis de la tarde. Segunda y más importante, yo dirijo y digo lo que vamos a hacer.

– De acuerdo- dicen al unísono .

– Y solo quiero 100 euros …me gustan ustedes… pero si lo pasan bien se admiten propinas y una última condición ….imprescindible…que pueda fumar. Fumo Lucky .

– Tendré que ventilar la casa, mi mujer no soporta que se fume y tiene olfato de perro perdiguero.

– Luego abres bien las ventanas y puedes decir que he estado yo. Mis Ducados matan el Lucky de nuestra encantadora amiga.

Piden la cuenta, paga Arturo con tarjeta, Armando deja la propina, 5 euros. Yo estoy caliente, tranquila y muy divertida con ganas de vivir una experiencia que nunca he vivido.

Salimos, voy entre los dos, la casa está en la vereda de enfrente, a esa hora no hay portero, subimos en el ascensor, mirándonos, oliéndonos , sin tocarnos. Entramos en el departamento, decido que el sitio para el juego es el salón, es amplio, tiene una mesa grande con seis sillas, un sofá en L con mesa ratona y dos sillones enfrente de un televisor enorme. Las paredes con bastantes cuadros .

Estoy caliente , ser una puta a mi edad, me encanta . Pienso como empezar. Me hago un guión de lo que vamos a hacer.

– Quiero verles la vergota, pueden quitarse los pantalones y los calzoncillos. – Me acerco a ellos , les beso en la mejilla, como una buena chica y les desato los cintos.

Mientras se los bajan , yo me quito la camisola, quedando desnuda, solo con la braguita, me acerco a ellos y les agarro las pollas, su ropa les ha quedado en los tobillos.

– Les tengo presos, aunque estoy indefensa, con mis manitas en sus pijas enormes y duras.

La verdad es que son gordas, la del bajito mas larga pero a ambas les da para tener mas de un tercio fuera de mi puño , con las palmas hacia arriba.

Se lanzan a sobarme las tetas y el vientre mientras yo les voy dando su masaje en los miembros que se van poniendo más y mas duros. Es Armando, el mas alto el que primero me empieza a chupar.

– Besar, chupar, lamer se puede… pero no morder. – les aclaro acelerando el va y ven de mis manos en sus pollas.

– Es casada y no quiere marcas- aclara Arturo.

-Vos lo has dicho. Esto es algo entre ustedes y yo.- acentúo mi deje argentino que sé que en España gusta y pone. Me están excitando sus manos y sobre todo sus lenguas en mi piel desnuda. Me dejo llevar, cada vez más y más caliente.

Es Armando el que empieza a bajarme la bombacha, se queda a medio muslo, suficiente para dejar libres a sus ataques mi concha y mi culo. Y se lanzan a sobarme.

– ¡Tienes el chochito de una niña, depilado y pequeño!.

– Me lo cuido … ¿les gusta?…toquen despacito … me encanta… que bien lo hacés Armando… tenés dedos de pianista y mi concha es tu piano

– ¡ Coño! que bien hablas …nena .

La verdad es que me sabe tocar el chocho como dicen ellos, no es de los de meter los dedos, los mete sí , pero después de arar los labios y acariciar un poco el clítoris, que vuelve a ser su objetivo en cuanto ve que estoy mojada en mi feminidad.

Arturo mientras, no ha dejado de lamerme y chuparme las tetas, haciendo que los pezones estén duros, erectos, sensibles, gozosos, al tiempo me toca el culo, deleitándose en recorrerlo con sus manos viciosas.

Me dicen palabras tiernas: nena, princesa, guapa, reina… Me divierte jugar el rol de puta, tanto que no hecho de menos lo que me pone cuando mi marido me trata como una viciosa y me dice cosas sucias, perversas, guarras. Estoy en la gloria con mis dos machos mayores que me tocan como un violín, con mimo, pero empezando a sacar gemidos de placer.

– ¿ Quién quiere ser el primero? Me apetece una pija dura en mi conchita.

– Si mi buen amigo no tiene inconveniente , me gustaría ser a mí, que me muero de ganas de follarte y si sigues tocándome la polla como me la estás tocando, me corro.

– No vamos a desperdiciar esa leche. ¿ Puedes tumbarte y yo me pongo encima? Me apetece una buena cabalgada con esa pija dura dentro.

No se hace esperar, me suelta , se tumba en el piso con la verga apuntando al techo. Yo beso a Armando y me separo de él para bajarme la bombacha, quedo totalmente desnuda. Estoy mojada, sé que me va a entrar sin problemas, lo estoy deseando. Me arrodillo con mis piernas a cada lado de los muslos de Arturo y voy bajando hasta sentir el cipote en la puerta de mi concha, dejo que me acaricie los labios vaginales y me voy dejando caer despacio para que vaya entrando hasta dentro. Me quedo sentada encima suyo, mi coño contra su vientre, bien llena de macho.

– ¿ Podés tocarme las tetas? Y vos, cariño, ¿ querés mirar o que te la chupe?

– Nena, si me haces una mamada , seré feliz.

– Deja que me trague toda tu leche, ven acá.

Me veo como una viciosa profesional, un hombre follándome y sobándome y otro poniéndose ante mi rostro para que le coma la polla. Se la agarro con la derecha, es un tronco duro que aprovecho para jugar a golpear con él mis labios. Sé que eso les gusta a los tíos.

Estoy cachonda perdida pero tengo que concentrarme en hacerlo bien. Subir y bajar al ritmo adecuado para joder con Arturo intentando además jugar con los músculos vaginales para apretar y soltar la pija dentro de mí. Por otro lado hacer una buena mamada. Una mamada no es solo poner la boca para que la metan y la saquen, no es un arte como dice mi marido, un arte que no se me da mal. Hay que usar los labios, la lengua y las manos , darse cuenta que el aro del glande es un centro de placer, en fin hacer gozar a tu víctima, porque eres una vampira chupona, que le sacas el semen al macho.

Me doy cuenta que tengo un problema : me cuesta dejarme llevar por el placer, lo estoy pasando muy bien, pero no siento la locura de los sentidos que te lleva en una carrera maravillosa al orgasmo. Soy una diosa del sexo : mis galanes maduros gozan como chanchos pero …yo solo me concentro en mi rol de profesional, de puta de pago dándoles placer. Entiendo por qué les debe costar tanto venirse a las profesionales del sexo.

Mis “chicos” con sus qué gusto, qué bien lo haces, qué buena estás, sus dios, en fin sus casi gritos camino de correrse ,son cada vez más rápidos, más alocados hasta que … el primero que se viene es Arturo, me agarra por las caderas y se mueve soltando todo sus semen. Ha llegado el momento de sacar la leche de su compañero, ahí soy yo la que controlo la mamada. Debe decidir si me la trago o dejo que me moje toda la cara y las tetas.

– ¡ Chúpala toda! – chilla sujetándome la cabeza para que reciba su descarga. La leche me llega a la garganta, sus espasmos se trasladan a las manos que me agarran, suelta todo su esperma, cuando me deja libre voy relamiendo su polla hasta sacarla de la boca.

– Nena, eres una joya-

– ¡ Que gozada!

Los maduritos están en la gloria. Nos quedamos tirados en el suelo.

– Voy a higienizarme ¿ donde está el baño?

– La puerta primera a la derecha – me indica el dueño de la casa.

Voy al aseo, tiene bidé , me lavo la concha y me enjuago la boca, me seco con papel higiénico. Me he llevado el bolso, salgo con el cigarrillo en la boca, cuando llego al salón miro, hay un cenicero de cristal en la mesa, enciendo el lucky. ¡ qué placer echarse un pito después de un polvo!, Arturo me imita con sus ducados.

– ¿ Quieres tomar algo?

– Si es posible, un gintonic.

– Sus deseos son órdenes, bella dama.

– Nena … ¡ Qué peras tienes !

Me gusta que alaben mis senos, sé que están bien, todavía no se caen, se mueven elásticos y tengo encima buenos pezones con areola un poco oscura que los hace destacar aun más. Es el dueño de la casa, el que prepara las copas mientras los dos fumadores nos damos al placer del pucho. Me gustan, no tienen mal cuerpo pese a su edad, bronceados, con pollas morcillonas pero gruesas, canas en el pelo y en el vello púbico. Estoy alegre, confiada, con ganas de seguir jugando. Solo pensarlo me vuelve a poner cachonda. Juego con el hielo de la bebida entre los labios y cuando me miran les insinúo:

– ¿ Se animan para repetir?. Son una pareja muy…muy sexy y una, si quieren, le gustaría otra ronda.

Ya han echado un polvo, no son unos niños, pero me da que han tomado algo para cumplir como valientes.

– Nena… Las chupas de cine pero me apetecería clavártela en el coño.

– Podías hacer un poco de show para acabar de animarnos.

Me encanta sentirme mala y puta, les miro a lo Bacall, como dice mi marido, desde abajo hacía arriba con ojos pícaros.

– ¿ Quieren ver como me hago una pajita mientras se tocan esas pollas gordas hasta que se pongan duras duras?

– Nos va a encantar el show.

Me paro ante ellos y me acaricio los senos, me pellizco los pezones erectos, y bajo la mano derecha a la concha, me comienzo a masturbar mientras sigo tocándome las tetas. Voy poniéndome mas y más caliente. Ellos no paran de pajearse, vuelven a tener la polla dura. Necesito que me follen.

– Armando, ¡ cogeme como una yegua!

Y me arrodillo moviendo el culo como una perra en celo. No se hace esperar, se coloca tras mío , me mete un par de dedos, siente lo mojada que estoy y apoya la cabeza de la verga en mi concha. La mete despacio, hasta dentro, me agarra por las caderas, se queda quieto, bien clavado en mi feminidad. Y empieza. Se mueve en un mete saca profundo, cada vez más rápido, que me vuelve loca. Al haberse corrido antes, sé que me va a dar gusto un buen rato.

Arturo se ha arrodillado ante mi y acerca su polla a mi boca, la abro . Comienza a golpearme la cara y los labios con la pija erecta, hasta que me la acerca para que la engulla. Lo hago y me dejo llevar.

Ser una hembra a la que dos machos poseen, me está volviendo loca. Sin preocupación de dar placer, solo disfrutando del mío, voy avanzando hasta llegar a un orgasmo salvaje, me vengo como un torrente. Arturo me tiene sujeta la cabeza me está follando la boca, la mete muy dentro, pero no me da arcadas, me gusta sentirme sexualmente usada. Se corre, la leche me llega a la garganta. Armando por fin suelta su semen y la saca de mi vagina chorreante.

Los tres nos separamos, nos miramos, tenemos una sonrisa en los labios de auténtica felicidad.

– Chicos, me cuesta moverme, pero voy a lavarme.

Agarra un cigarrillo y lo enciendo camino del baño. Me enjuago la boca, y vuelvo a fumar mientras me lavo el sexo, cuando salgo mis galanes me están esperando con unos gintonics nuevos, brindamos y bebemos desnudos y parados.

– Nena , eres maravillosa.- me dice Armando

– Ustedes son unos maestros. De verdad que lo he pasado muy muy bien. Pero me tengo que ir. Voy a vestirme.

Lo hago tranquila , sin prisas, no tardo mucho porque no llevo mucha ropa. Es entonces cuando Arturo me indica los billetes encima de la mesa.

– Te hemos preparado 300 euros , te los has ganado.

Me los meto en la cartera, les miro y feliz les beso en los labios. Voy hacia la puerta y salgo. Al llegar a la calle tomo un taxi y vuelvo a casa.

Estoy sola, mi marido está en un seminario. Me desnudo. Me miro en el espejo del baño. Me gusto. Preparo mate. Agarro una toalla , la coloco en una silla frente a la mesa. Enciendo un cigarrillo , abro la computadora y empiezo a escribir el día de piscina.

Lo hago tocándome, disfrutando de ser mujer que se siente plena. Cuando acabo, lo envío al correo de mi marido.

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