Una pareja entregándose al placer y dejándose llevar al 100%
-Hola cariño.
-Hola amor, tienes mala cara, ¿estás bien?
-Nada, la regla.
-Oh, vaya. Entonces… otra vez que no follamos.
Me miró con cara de asesina pero con una sonrisa me la volví a meter en el bote. Me senté a su lado en el sofá y la acurruqué contra mi pecho.
-Es broma, no te enfurruñes que te salen unas arruguitas muy sexys en la frente y no me podré contener.
-Ay Victor, que tonto eres, jeje, sólo necesito mimitos.
Claudia y yo llevábamos apenas dos meses conviviendo, tras dos años de novios desde que nos conocimos en la universidad. El primer dia de clase ya me quedé prendado de esos ojos azules, la forma de ponerse el pelo detrás de la oreja, de la palmadita en la espalda que me dio por agradecimiento al pasarle las respuestas de aquel estúpido ejercicio de macroeconomía. Era más bajita que yo, delgada y de pequeños pechos pero unas buenas posaderas. Yo sólo era un chico simplón, acomplejado por el acné tardío, con más pelo en el cuerpo que músculos y con poca experiencia con las chicas, apenas una novia que me duró un mes y ni siquiera se la llegué a meter.
Ella era demasiado guapa para mi, sin embargo se sentaba cada día a mi lado y cada día me saludaba más efusivamente. Tenía la impresión de ser su osito de peluche. Al llegar a casa me mataba a pajas pensando en ella y ese culo que me follaría de mil maneras.
En una cena-fiesta de trimestre los dos terminamos lo suficientemente borrachos para comernos la boca y acabar follando en casa de un amigo que lo había planeado todo pa que nos lanzásemos de una puta vez. Desde entonces éramos la pareja ideal, citas estupendas y maravilloso sexo cuando podiamos.
El caso es que llegaba a casa con ganas de juerga y mi chica me truncó los planes por “sus asuntos femeninos”.
-Claaau…
-¿Queeee?
-¿Te importa…que me haga una paja mientras me acaricias?
Mirada asesina, de sorpresa, de curiosidad… Sabía de sobra que me pajeaba pero nunca en su presencia. Sonrisa picarona y me espeta un morreo de confirmación. Ni un segundo tardé en sacarme la polla del pantalón.
Claudia ya jugaba bajo mi camiseta con los pelos del pecho y los pezones tiesos, cubriendome el cuello de besitos. Sabe que me vuelve loco.
Zas! Le estampé un manotazo en el culo respingón.
-Eeeeh! -se quejó sorprendida
-Esa por ponerme cachondo.
Zas! Esta vez sólo soltó un pequeño quejido.
-Y esa por estar tan buena.
Zas!
-Es que estás muy muy buena.
Zas! Zas! Los quejidos cada vez sonaban más a gemidos.
Le quité la camiseta y esas tetillas tiesas y duras que taaanto me gustan cuando está con la regla, acabaron estrujadas en la mano que me sobraba.
-Ay Victor, umm, me encanta tu polla brillante.
-Ah sí?, chúpamela!!
-¿Qué?- Clau se apartó sorprendida, nunca me la había chupado, ni a mi ni a nadie.
-Es que…
-Lo sé, si no te gusta lo dejas y ya.
Le pasé mis dedos húmedos por sus labios con el liquidillo que ya me salía de la polla. Los besó, los lamió y se arrodilló entre mis piernas.
Dudando por donde empezar se la froté por la cara a lo bruto.
-Vamos, que no muerde!
El primer lametón, lento, de base a punta, mirándome a los ojos…uff, y un húmedo beso en el glande.
-Oooooh sí nenaa, toda tuya!!
Jugó con la lengua en el glande, succionando poco a poco, mientras me seguía pajeando. La agarré del pelo para ir indicándole el ritmo. Era su primera vez y la mia pero no sería la última porque la mamaba como una auténtica puta. Nos mirábamos a los ojos cómplices de la mutua excitación.
-Aaaahg! Para para que me corro!! -la aparté de golpe.
-De eso se trata, ¿no?
-Sólo un poquito más, ¿te cansas? -otra vez esa sonrisa de zorra picarona, aaarg- pues a ver hasta donde te cabe.
Se la metió poco a poco, al principio una arcada, volvió a intentarlo, casi al fondo otra arcada. Sus ojos brillando por el esfuerzo, salivando en exceso. Otro intento y casi llega a los huevos!! Se apartó orgullosa, con la cara roja, babada, como la putas de los videos porno, wow!!
-Nena, eres la hostia, te voy a follar esa boca de puta hasta que te salga la leche por las orejas!!
-Jajajaja
Ambos nos descojonamos de risa por lo raro que sonó en mi boca.
-Venga, hoy soy tuya, ¿donde te vas a correr? Recuerda que esta alfombra vale una pasta, mejor apunta bien.
-Pues será mejor que te la tragues toda.
La mamada siguió con algún embiste mio, mucha lengua juguetona y más de una garganta profunda. Ya ni tenía que pajearme yo, ella se la pajeaba en la boca como si llevara toda la vida en ello.
El primer chorro la pilló de sorpresa en toda la boca y se apartó, cayendo el segundo en el centro de la frente chorreando por la nariz hasta su boca y cuando intentaba lamerlo, un nuevo chorro aún más potente acertó al fondo de su garganta, dandole una arcada que casi se atraganta. El último, más timido sobre su teta izquierda. Un poco más seguía saliendo lentamente.
-Uuum, genial, estás preciosa, jeje, esto…Clau…¿no me la vas a limpiar?
Alucinante, ni un momento dudó y con varios lametazos me dejó la polla limpia y reluciente. Creo que empiezo a adorar sus dias de regla.
-¿Te gustó, cariño?
-Deberías mirarte al espejo, estás de poster de camionero, ¡espera que te hago una foto!
-Ni de coña!! Jajajaja
-Jajaaja
Nos perseguimos por casa como niños en el parque y la ayudé a limpiarse mi lefa del cuerpo, con la promesa de repetir y repetir y…