Noelia por fin cunnilingus

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Aquello era el colmo, además de exhibirse medio desnuda ante toda la gente de la playa, encima va y me ridiculiza a mí. Estaba furioso. Estaba rabioso

POR FIN…..CUNNILINGUS.

Dicen que la esperanza es lo ultimo que se pierde, que razón tienen los que lo dicen…..También dicen que la paciencia es la madre de la ciencia, y también les doy la razón…..Y si no leer mi historia, veréis como mi paciencia tuvo su recompensa. Y la esperanza………. la esperanza sigo sin perderla.

La vi por primera vez en una discoteca, con una luz tenue, pero en ese mismo momento pensé que esa podría ser la mujer de mi vida. Aun no la conocía, pero al mirarla mi cuerpo se tensaba y me sentía nervioso. Se llamaba Noelia. Me gustaba, me gustaba mucho. Sin pensarlo, me acerqué a ella y desde entonces jamás nos hemos separado. Nunca, ni una sola noche he pasado en otros brazos que nos sean los suyos, ni ella se ha refugiado jamás en otros brazos que no sean los míos. Pero nuestros principios fueron duros, sexualmente hablando, fueron muy duros. Cuando aun éramos solteros, nuestros contactos eran pocos, malos, e insatisfactorios, aunque yo le ponía mucho esfuerzo.

Nos casamos tras varios años de novios, tuvimos varios hijos, teníamos nuestra casa, nuestros trabajos y convivíamos como una familia normal, que es lo que éramos.

Yo, en aquellos tiempos, vivía todo con mucho ímpetu, era muy apasionado, muy vehemente. También tengo que decir que tengo un carecer muy fuerte. Ella en cambio es una persona más dócil, mucho más tranquila y sosegada. Yo a todas horas quería tenerla, saber que pensaba, que decía, que miraba……estaba obsesionado con ella. La quería para mí y nada más que para mí. Cualquier cosa que ocupara su pensamiento me ponía celoso. Tanto su cuerpo como su mente eran solo míos, tan sólo míos.

Por mi carácter fuerte y posesivo discutíamos muchas veces, algunas por cosas tontas y banales. Estupideces que nos llevaban a mosquearnos y a estar varios días sin hablarnos. En las noches de esos días yo me arrimaba a ella en la cama tratando de tenerla, pensaba que follando le demostraba todo mi amor y mi arrepentimiento por haber iniciado una nueva discusión. Siempre era yo quien empezaba las broncas.

La besaba y notaba en sus labios frialdad, no me recibía como yo quería, pero yo seguía insistiendo, la abrazaba, la tocaba, la acariciaba. Ella me rechazaba una y otra vez, decía que todo lo quería arreglar follando, que no tenía remedio. Que sólo pensaba en el sexo. Cuando ella estaba enfadada, estaba enfadada y punto. Pero ante mi insistencia, a veces cedía y se tumbaba en la cama como una muerta, como si dijera «venga aquí me tienes, fóllame y déjame dormir». Se mostraba yerma. Me ofrecía su cuerpo y nada más. Yo lo notaba, pero seguía, no podía evitarlo, aunque me juraba muchas veces que no volvería a hacerlo. La follaba y esas folladas eran un desastre, con unos besos, unos abrazos robados, y una corrida…..mía por supuesto, era yo el único que se corría. Noelia no participaba, se limitaba a dejarse hacer. Varios segundos después de terminar empezaba a sentirme fatal, como siempre. Me sentía un cabrón egoísta que la había utilizado para desahogarme. Mi sensación era de haberla forzado, aunque ella se dejase hacer. Si en aquellos momentos ella me hubiera dicho que le había robado un trozo de su alma, la hubiera creído. Pero siempre hacia lo mismo, nunca escarmentaba, nunca recordaba antes de hacerlo, esos sentimientos que embargaban mi corazón.

Después me tiraba varios días con un estado de ánimo muy jodido. Pensaba que no me quería. Pero sí que me quería, y mucho. Unicamente el sexo no era algo tan importante para ella como para mí. Durante el día era otra mujer, buena, generosa, con un carácter muy agradable, y físicamente está buena la cabrona. Me tenía loco. Me tenía cegado. La adoraba a pesar de lo poco satisfactorias que eran nuestras relaciones sexuales. Pasamos unos años en esta rueda, los días y los meses iban pasando, unos tras otros, casi sin darnos cuenta, pero pasaban. Empecé a ver alguna película porno de tarde en tarde, y ¡joder! cuantas cosas me estaba perdiendo. Esos tíos y tías follaban como locos, se lo pasaban de puta madre. Ellos metían las pollas en todos lo agujeros posibles. Yo quería follar así, quería que me follaran así.

Un día en plena faena le dije a mi mujer que me comiera la polla, me miró como si estuviera loco o fuera un pervertido. Yo me envalentoné y le dije que era muy normal, que las parejas se besan, se chupan y se comen todo, que ella era una estrecha de mierda y que estaba hasta los cojones de estar frustrado. Le dije que si ella no era capaz de complacerme, me buscaría otra que lo hiciera y que me chupara la polla, a la que yo le lamería el coño y todo lo que me diera la gana lamer, morder, chupar. Me llamó de todo. Fue la bronca más grande que hemos tenido. Estuvo muchos días sin dirigirme la palabra. La muy zorra con lo buena que estaba, lo que la quería y no podía disfrutarla completamente. Me tenía en celo constantemente. Ni que decir tiene que no me fui con nadie, ella era mi vida. Es mi vida.

Unos meses después nos fuimos de vacaciones a la playa, concretamente a playa de Aro, Gerona. Un aparthotel muy grande, con mucha animación para los críos y donde nos disponíamos a pasar unos días de descanso y tranquilidad. La playa era pequeña, una típica cala como las muchas que hay por de esa zona del Mediterráneo. Mi mujer, como siempre, se puso en topless. En aquellos tiempos eran pocas las mujeres que lo hacían, a ella le gustaba mucho tomar el sol así. Me ponía muy borrico verla y ver como los hombres la miraban. Se paseaba y jugaba con lo niños a orillas de la playa con total naturalidad, pero los demás usuarios no le quietaban la vista de encima, tanto hombres como mujeres.

Yo estaba jugando con los niños en el agua, pero no dejaba de mirarla, mi instinto protector abarca a todos los miembros de mi familia, y ella no iba a ser menos. Vi como varios jóvenes se acercaban a ella, no se con que intenciones, pero salí pitando del agua con los niños de la mano directo a machacarles la cabeza. Cuando llegué a su lado los chavales se marchaban, yo la increpé a ella con muy malos modos, como si hubiese sido ella la que los hubiera incitado a ellos para algo. Mi instinto posesivo o los celos o mi inseguridad…..no se que coño será, pero no puedo remediarlo, reacciono como un potro desbocado.

– ¿Que coño estabas haciendo con esos tíos?

-Diego por favor. ¿Es que no has visto que no estaba haciendo nada? Como mucho estaba hablando-. Me dijo con ironía.

– Qué hostias hablando ni hablando, te estaban follando con la mirada- le dije.

– No sabía que también con la mirada se folla, fíjate que no he sentido nada. Resulta que me follan en la playa dos tíos y no me entero-. Seguía ironizando.

– Si no fueras una de las pocas que esta enseñando las tetas, no se acercarían a ti como moscas- Le grité ya fuera de control.

– Diego, creo que te estas pasando y mucho, además, que haces con ese empalme que llevas puesto jajajajaja. Tú si que quieres follar jajajaja.

Aquello era el colmo, además de exhibirse medio desnuda ante toda la gente de la playa, encima va y me ridiculiza a mí. Estaba furioso. Estaba rabioso. Cogí a los niños y me fui, no quería seguir llamando la atención. Los llevé a la sala de juegos del hotel. Subí a la habitación para intentar calmarme un poco, esperaba que ella no se quedara en la playa, porque si lo hacia, si que la íbamos a tener fuerte. A los pocos minutos llegó ella, solo llevaba puesto un top que le tapaba los pechos y su braguita del bikini. Otra vez mi polla se alegraba muchísimo de verla. Pero yo estaba muy enfadado, cierto que era sin motivo, pero lo estaba. Y no iba a dejar que mi polla controlara aquella situación, esta vez no.

– A ver, ¿que coño te pasa? Es que no puedo hablar con la gente – me dijo.

– La gente, ¿qué gente?, si eran dos tipos buscando follarte – yo seguía con mi tono irritado

– Eso lo dices tú, a mi nadie me ha propuesto follar. Únicamente me han pedido fuego, pero como tienes la mente tan calenturienta ya pensabas que me querían follar. No tienes remedio. Piensa el ladrón que todos son de su condición – me dijo sarcásticamente.

– Tú eres tonta del culo, no te das cuenta de nada.

– Y tú eres muy listo y muy gilipollas, todo lo ves, y si no lo ves, te lo inventas.

– No se puede contigo. Si cuando digo que eres tonta es que eres tonta.

– ¿Soy tonta? ¿Por qué soy tonta? ¿Por que no te como la polla? ¿Por que no me comes el coño? ¿Porqué, dime porqué?- dijo Noelia, ya fuera de sí, pero tan sensual y tan preciosa como siempre.

Lo más apropiado era que yo rebajara un poco el tono de la discusión, y así lo hice. Pues de lo contrario, y sabiendo que yo no llevaba ninguna razón, aquellos días hubieran sido nefastos. Y hubieramos tirado por la borda los pocos días de vacaciones que teníamos.

– Relájate un poquito cielo, que te va a dar algo.

– Cielo, cielo, cielo ¡que coño de cielo ni de infierno! Hace un momento me montas una bronca por nada y ahora me dices que me relaje. A ti no hay quien te entienda. Tu cabecita loca te va a volver majareta.

– Mira Noelia, ya vamos a dejar esta historia, únicamente me mosqueó ver que se te acercaban esos tipos. Yo no sabía que intenciones tenían. ¿Y si te hubieran atracado o algo parecido?-cosa que ni se me pasó por la cabeza en ningún momento, pero algo tenia que decirle- ¿Es tan difícil de comprender que quiera protegerte? No hace falta ponerse como te has puesto, que parece que te he hecho algo imperdonable-. Le dije con cara de «te lo comería todo ahora mismo».

La verdad es que yo estaba con un cabreo de cojones, pero disimulaba. Y además de cabreado, estaba salido y me la quería follar, como siempre. Cuando estaba cabreado y follábamos, era cuando más me apetecía hacer las cosas que nunca hacíamos y cuando más excitado me sentía. No sé que coño me pasa, que aún estando enfadado, siempre me la quiero follar. Esta condenada mujer mía me provoca, se ponga como se ponga……si grita me excita, si llora me excita, si ríe me excita, si está enfadada me excita. En fin, soy el típico hombre de esos que dicen las mujeres que piensan con la polla, si, ese soy yo, mi polla domina mi mente en todo lo relacionado con mi mujer, pero sólo con ella. O, quizás sería más acertado decir que mi mujer domina a mi polla y a mi. Lo cierto es que no se puede ser más tonto que yo, ni estar más enamorado.

– Y ahora ¿en que narices estás pensando? mira que cara de bobo tienes y mira tu paquete, pero si vas a estallar el bañador- Dijo Noelia con media sonrisa. Es encantadora, cuando quería rebajar la tensión entre nosotros, me mostraba una de sus sonrisas y yo me derretía. Es una más de sus virtudes.

– En que quieres que piense, pues en lo idiotas que somos, sobre todo tú. Le dije con una sonrisa entera- Me resultaba imposible no sentirme atraído por ella en cualquier situación.

– Yo, Yo, ¿porqué? El idiota eres tu, que siempre piensas que alguien me quiere follar, ¿no serás tu el que siempre está pensando en lo mismo?

– Pues claro que si, siempre pienso en lo mismo, siempre pienso en ti. Siempre quiero follarte. Si me tienes loco chiquilla. Anda, ven aquí, que te voy a quitar ese cabreo que tienes- Le dije a la vez que extendía mis manos y se las ofrecía.

Ella me las tomó y se acercó, tiré de ella y cayó sobre mí en el sofá. Busqué su boca y la besé tiernamente. Traté de ser lo más delicado posible, pues en ese momento lo único que quería era que se dejara querer, que recibiera mis caricias y besos con agrado. Solo quería demostrarle mis sentimientos. Que se diera cuenta de que mis reacciones fuera de tono tan solo eran por el exceso de amor que le tenía. En ese preciso momento, en mi corazón, solo deseaba que ella sintiera lo mismo que yo. Fui tan sincero en mis abrazos y caricias, que ella se rindió a mi ternura y respondió al beso, respondió con su cuerpo. Noté en Noelia, cuando la estrechaba entre mis brazos, que se fundía conmigo. La sensación fue maravillosa, nuestros cuerpos conectados tan sinceramente que sentí vértigo. Quería poseer su mente, su corazón, todo su ser. ¡Cuanto amor recibí y di en un instante!.

Después de estar fundidos en cuerpo y alma con aquel abrazo durante unos minutos, el deseo sexual fue abriéndose camino en nosotros y fusionados como estábamos en aquella armonía, empezamos a besarnos con más pasión, con más fogosidad. Nuestros cuerpos estaban totalmente sensibles a las caricias, nuestros sentidos trabajaban con total rendimiento y estábamos totalmente receptivos a los deseos de nuestros cuerpos.

Como solo llevaba la braguita del bikini y un top, me resultó muy fácil meterle la mano por debajo y apoderarme de sus pechos. Le acaricié las tetas, mientras la besaba, masajeando suavemente y pellizcándole los pezones, que ya estaban erectos.

A Noelia le gusta mucho, bueno la pone muy cachonda, que cuando la beso, entre beso y beso, le hable con las bocas juntas, y yo aprovechando el momento, le dije con mi boca en la suya:

– Noelia cielo no te enfades, si es que estas buenísima y me pone malo que otro hombre te mire como lo hago yo. Te desee como te deseo yo. Eres mía, eres mi niña. Y no puedo soportar el tener que compartirte con el mundo. Le dije

– Eres el más tonto entre los tontos, acaso todavía no sabes lo que siento yo. Cuantas veces tengo de decirte que yo no quiero ser de nadie más que tuya. Como tengo que demostrarte que no debes desconfiar de mi. Si sabes que solo tengo ojos para ti, tonto. Me dijo susurrando entre mi boca.

Metí una mano dentro de la braguita del bikini hasta tocar su coño, como me imaginaba ya estaba mojada. Mis dedos se deslizaron con total facilidad por su raja, que estaba inundada de sus flujos, ante tanta lubricación, mis dedos se hundieron en su interior sin ninguna resistencia. Se deslizaban suavemente por aquella profundidad bañados con su savia.

– Joder Noe, como estás tú también, estás chorreando, luego me dices a mí. ¿Y esto que es? ¿Que es esto que tiene mi niña? ¿Es para mí? ¿Es para tu idiota particular?- Le dije mientras besaba suave y lentamente su cuello, y me iba deslizando por sus pechos, su ombligo y….. Atrevido de mí, fui bajando hasta su pubis.

Tiré de su braguita del bikini para sacársela, ella facilitó el trabajo y terminó de quitársela mandándola a la otra parte de la sala. Volví a intentarlo una vez más, me acerque a aquella raja para besarla y lamerla, como siempre, esperaba que cerrara las piernas. No las cerró, ¿que estaba pasando? ¿Porque no las cerraba? Me desconcertó. Me recreé besando los pliegues de sus ingles y su monte de Venus, a la espera de las palabras típicas «quieto, no siguas por ahí, que sabes que no me gusta». Como no me decía nada me animé y rocé el principio de su raja con mi lengua. La esencia de su aroma me embriagó. Nunca había podido disfrutar de esa fragancia, las endorfinas de mi cuerpo trabajaban a marchas forzadas, y mi sensación de alegría y plenitud era inmensa.

Dios mío esa situación me tenía a punto de correrme. Sentir mi lengua en su coño, sentir su olor, sentir, sentir, era… ….!joder! No había tenido la polla tan dura en toda mi vida.

Sería verdad que por fin iba a probar la miel de su sexo. Solo de pensarlo casi eyaculo. Tuve que apretarme la polla con todas mis fuerzas para no hacerlo.

Amplié los movimientos de mi lengua sobre su coño, ella se encogió, creo que estaba haciendo un esfuerzo por complacerme. Acaricié sus pechos intentando distraerla, mi lengua paseaba lentamente, milímetro a milímetro por su raja hasta llegar al clítoris. Con mucha suavidad empecé a lamer sin prisa, lentamente. Se estremeció, apretó mi mano sobre su pecho, ya no necesitaba distraerse. Estaba sintiendo placer. El calor, la humedad y mi ansiedad, supongo que la pusieron tan cachonda como para permitir algo que nunca había consentido. ¡Aquello la estaba gustando! ¡Tener mi boca en su coño la estaba gustando! ¡!Joder, joder, Joder!! Mis sensaciones eran increíbles. Aquello, por inesperado, era extraordinario. Tenía que relajarme, no podía estar tan excitado.

Noté como apoyaba sus piernas en el sofá y se relajaba aun más. No se reprimió al manifestar su placer y empezó a contonear su cuerpo y a gemir -ahh ahhh, su respiración estaba muy agitada. Y yo, yo estaba fuera de control, no se si era por haber conseguido algo tan deseado. Pero lo que sí sabia, era que me iba a correr irremediablemente. Aproveché para meterle varios dedos en la vagina mientras con mi lengua seguía poseyendo su clítoris.

– Ohhhh, -Dios mío que sensación…….que tienes en la lengua Diego……nunca he sentido nada parecido……Diego, ..Diego, Por Dios, joder…..Diego, esto es maravilloso. Agggg. ¿Por qué no me dijiste que esto era así? ¡Pero si es mucho mejor que follar! Oohhh Aggg agggg. Como siguas así me voy a correr, Ufffffff ¡madre mía!.

No pude más, al oírla decir aquello mi polla reventó y descargó hasta la ultima gota de semen que había en mi interior. Era la primera vez, en mi vida de adulto, que eyaculaba sin que mi polla hubiera recibido la más mínima caricia.

– ¿Qué haces? ¿Por qué no sigues? Por favor no me dejes así, ni se te ocurra quitar la lengua de donde la tienes.

– Que no mujer, ahora seguimos. A partir de ahora no podrás despegar mi lengua de tu coño, pero necesito un minuto. Me tienes en tal estado que me acabo de correr, y necesito sosegarme, ¿Quieres tomarte algo mientras respiro un momento?

– Si Diego, me vendrá muy bien, se me ha quedado la garganta reseca. Pero con la condición de que continúes donde lo has dejado, bueno, que me vuelvas a hacer lo mismo. Venga, vamos a tomarnos algo que yo también necesito calmarme un poco. Esta experiencia es sobresaliente y debemos dedicarle una atención especial. ¡Madre mía lo que he me estado perdiendo todo este tiempo!.

– A mi me vas a decir lo que es, a mi, que llevo esperando esto toda la vida-. Me miró picaronamente, se levantó del sofá y se aproximó a mí, con una mano me agarró de los huevos y con la otra tomó el vaso que le ofrecía.

– En cuanto me beba esto- levantó el vaso de refresco que le había servido -me como esto- dijo apretando mis testículos y mirándome fijamente a los ojos..

Mi polla se recuperó instantáneamente al oír aquellas palabras. Nos tomamos la bebida en dos segundos, estábamos sedientos, de sed y de sexo.

Noelia tomó la iniciativa, me sacó la camiseta y me quitó el bañador que estaba hecho un asco de mi corrida anterior. Ella se quitó el top que le cubría los pechos y así, desnudos, me ofreció su mano. Se la agarré y me llevó al baño, donde nos dimos una ducha llena de caricias y besos. Sin secarnos nos fuimos a la cama.

– Siéntate aquí- dijo señalando a los pies de la cama.

Yo muy obediente, hice lo que me decía, con mi corazón galopando por lo que creía que se avecinaba. En mi cabeza solo estaba que me iba a comer la polla, que por fin su lengua, sus labios, tocarían esa polla que estaba otra vez dispuesta y ansiosa en espera de su boca. Noelia se agachó entre mis rodillas y ni corta ni perezosa cogió mi polla con su mano y empezó a estudiarla, fue tanta la atención que le prestó, que por un momento pensé que iba ha hacer una tesis doctoral sobre ella. Después de inspeccionarla detenidamente pasó la lengua desde la base hasta la punta lentamente y con mucha delicadeza. Al llegar al capullo su lengua lo bordeó, su aliento me quemaba. Mi corazón ya se me había salido del pecho de tanto galopar.

-¿Voy bien?- me dijo.

-¿Qué si vas bien?….. ¡joder Noelia! vas….vas….muy bien. ¿No ves que me acabo de correr y sigo teniendo la polla que revienta?-

Entonces ella abrió la boca y sin apenas rozarme se la metió dentro, aquello era el no va más, ese calor, esa suavidad, me volvieron loco de deseo, más de lo que ya estaba. Cerró la boca sobre mi pene y movió la lengua en círculos sobre mi glande, Me estremecí. Cuando succionó, varias gotas de mi ardiente semen se mezclaron con su saliva que relamió y relamió. Puso la mano en la base de mi polla y empezó a menearla despacio, de arriba abajo mientras seguía el mismo ritmo con la boca, introduciendo todo lo que podía mi polla en ella. Cuando subía, su lengua relamía mi frenillo. Con varios movimientos más como aquellos .….sucedería lo inevitable. Le puse las manos en la cabeza para parar sus movimientos, me miró en espera de que dijera algo. Pero no pude, mis fuerzas estaban mermadas. No pude decirle ni una sola palabra pues estaba intentando detener la avalancha de esperma que pugnaba por salir.

Mi cuerpo cayó hacia atrás en la cama, quede tumbado con las piernas colgando. Sacó mi polla de su boca y se agachó más, puso la lengua sobre mis testículos y lamiendo y chupando empezó a ascender por la polla, continuó por el ombligo, el pecho, mis pezones, el cuello, lamió todo lo que estaba en el camino hasta llegar a mi boca. Me besó apasionadamente, con ansia, su lengua buscaba la mía, me la mordisqueo, me la chupo, me la exprimió. Lo que siempre había deseado…..me lo comió todo.

Estaba totalmente excitada. Nunca, jamás, en toda mi vida, la había visto tan cachonda. En su ascenso fue restregándome sus tetas por la huella de su lengua. Dejó de besarme y siguió su recorrido, ahora eran sus tetas las que puso en mi cara. Me aferré a su pezón y lo mamé como si fuera un niño ávido de leche, y eso era yo, un hombre sediento de su cuerpo.

– ¿Noe, no puedo más? Necesito correrme. ¿Cómo hemos podido vivir sin esto?- dije sacando su pezón de mi boca.

– Calla, no digas nada, solo fóllame, fóllame como nunca antes lo has hecho. Fóllame.

La volteé en la cama y mi polla resbaló dentro de su coño. Estaba tan mojada, tan caliente, que a punto estuve de volver a correrme. Pero esta vez controlé un poco más. Aquel coño me quemaba, me abrasaba de tal manera que mis sentidos no tenían respiro. Tuve que esforzarme mucho para no volver a correrme. Puse mis manos en sus caderas para detenerla un momento y aminorar aquella urgencia que tenía mi polla por soltarlo todo. Nos paramos unos instantes, pero ella puso su lengua en mis labios, y esa fue mi perdición, abrí la boca y le comí esa juguetona lengua.

Entre su coño que era un volcán, mi polla que estaba abrasada en su lava y nuestras lenguas fusionadas en una, todas estas sensaciones, me provocaron sacudidas de placer acompañadas de largos espasmos, que ya no me pude reprimir más y al ver que la eyaculacion era inminente, ataqué su coño con unas cuantas embestidas, empujando hasta el fondo. Ella a su vez, facilitaba la entrada de mi polla levantado sus piernas y aprisionándome la cintura con ellas. Me corrí estrepitosamente. Inmediatamente después y sintiendo todavía los estertores del placer, saqué mi polla y posé mi boca en su coño, mi lengua se paseo descaradamente y sin reservas por toda su raja, llegó al clítoris.

Los movimientos de mi lengua, constantes y firmes, le arrancaron a Noelia los sonidos más salvajes que os podáis imaginar. Fue una locura. Fue una maravilla. Los bufidos, jadeos, respiraciones y demás ruidos y palabras propios de aquella situación, debieron oírse en los pasillos y en las habitaciones colindantes, porque no nos reprimimos ni un ápice. Acabamos riéndonos a carcajadas, pensando en que habíamos dado bien la nota, si señor, nos mirarían por los pasillos, y dirían a nuestro paso ¡mira, mira, ahí van los de la 207!…..

Desde aquel día, de esas inolvidables vacaciones, nuestra vida sexual es otra historia, es otro mundo. Igual hacemos el amor con mucho mimo y cariño que nos follamos con locura, pasión y desenfreno.

Ya llevamos bastantes años así. Disfrutando mucho. Ahora me gustaría hacer un trío, Noelia dice que no, pero yo no pierdo la esperanza………..quizá dentro de algunos años……. Ya os contaré, porque como ya sabéis la esperanza y la paciencia siempre van conmigo.

Romymadrid.

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