Luego de una fiesta aburrida. Ocurre su primera vez en un coche

Rate this post

Llovía mucho esa noche, pero recuerdo que hacía un momento me moría por un lluvia así de fuerte.

Es una buena excusa para pedir un aventón después de la fiesta que Karla había montando en una discoteca no muy lejos de la avenida principal.

Llovía, y no había autos salvo lo de los chicos y el de alguna que otra niña pija que presumierá su Mercedes.

Me cubrí los brazos con tan solo mis manos, tenia ya empapado el cabello esperando fuera del local a Dennis, mi amiga si que tenia mucha energía a diferencia mía y sin duda más audacia al dejarme sin nada para cubrirme mientras la esperaba.

Poco a poco el frío se paseó por mi cuerpo, me atravesó de la manera más cruel entrando por los agujeros de mis pantys negros enmallados, subió por mis piernas entrando a mis ajustados shorts de jean, se arremolineo entre mis piernas y otra ola ataco mi vientre desnudo

Oh, Dennis, le haría una buena rabieta apenas saliera por hacerme vestir asi. De ser por mi, una sudadera y un buzo hubieran basado.

Para colmo tenia el cabello en un moño alto dejándome los hombros descubiertos. Este estupido top no cubría en lo absoluto.

Suspire hastiada deseando un calor que me abrace. Pensé en volver a la fiesta pero también deseaba irme, dentro solo se me pegaban chicos cachondos que tocaban mal con un coqueteo pésimo para empezar.

Camine hacia la pista con la esperanza de toparme con un auto, la lluvia ceso apenas así que aproveché para acercarme a la pista.

Milagro o no, había un coche viniendo, levanté la mano esperando que se pare. Freno de golpe haciendo que un poco de agua estancada empapara mis piernas.

– Ug, ¿enserio? – no le di más vueltas al accidente y me acerque a la puerta-¿Hola? ¿Me hace un carrera por fi? No está muy lejos donde vivo.

El chófer, quien tenia una luz pálida delante que le daba un aspecto viejo , lo parecio pensar, me miró de arriba a abajo y chasqueó la lengua haciendo una seña con su cabeza al momento de abrir la puerta.

– ¡Gracias! -respondi al sentarme en el lugar del copiloto, cerré la puerta sintiendo como el calor del auto empezaba a calmarme.

Olía un poco a mentas con fresa y cigarrillos viejos, frunci el seño y cubrí mi rostro por inercia. Odiaba el olor a cigarrillo.

El conductor prendió la radio donde el locutor anunciaba el gran éxito semanal en rock del viejo. No me quejo, al menos no me incomodaba la guitarra de fondo.

Empecé a tararear sin querer, se sentía tranquilo hacerlo con las gotas de lluvia que caían sobre la ventana.

– ¿Te gusta Willie ?

-Perdonde, ¿quién?

Él río, puede ver una impecable sonrisa de dientes increíblemente completos y poco amarillentos.

Creo que recién me doy cuenta de su aspecto, es mayor, obviamente, pero no es feo. Quizá un poco pasadito de peso pero su mata de cabello negro bien ordenado junto a su barba le daba un aspecto incluso adorable.

– Es quien está cantando ahora- señalo el estereo- solía ser el mejor en sus tiempos, lástima que murió antes de si quiera sacar su quinto álbum.

Forme una «O» con la boca, cultura gratis. Eso me hizo sentir más relajada.

– Usted es de esos tiempo de las bandas en el garaje- me aventuré a preguntar

El señor se giró hacia mí dejando ver una melancólica sonrisa.

– De hecho si, tenia una banda con mis amigos. Dábamos conciertos en pequeñas fiestas y bares- pude ver cierto brillo en sus ojos, hizo un cambio en el timón y siguió hablando- Pero bueno, nos duró poco. La vida universitaria no fue fácil.

Se detuvo en un semáforo .

– Pero vivimos bien entonces, mis mejores años de juventud. – me miró un rato hasta que cambió la luz nuevamente- y veo que la tradición sigue intacta.

Esta vez me reí yo.

– Si~ bueno, aprovecho ahora. Aunque aún me falta vivir muchas cosas.

– ¿Y qué tipo de cosas no has hecho aún?

Me enderece y conté mis dedos.

– Conducir un auto, hacer que despidan al profesor de historia, graduarme, viajar durante una semana a Río de Janeiro, y bueno… tener un…- me sonroje un poco y desvie la mirada.

– ¿Un qué?

Pregunto él, sentí inquisición en su mirada y lo solté.

– Un novio- dije finalmente con las orejas rojas.

Si mis oídos no me fallan, de lo cual estoy muy segura, lo oí burlarse.

Cruce mis brazos e hice un puchero.

– No debí decirlo- refunfuñó yo.

– Uhm, no, no es eso. Es solo que pensé que ya tenías uno- dio un giro en la intersección de la calle Apple, ya faltaba poco.

– Pues fíjese que no lo tengo, si lo tuviera no estaría aquí para empezar.

Pareció meditarlo ¡Seguro se estaba divirtiendo con esto!

Hice un mohín esta vez más molesta.

– Vale, vale. Lo siento, es solo que … eres joven y guapa, no necesitas un novio para empezar. Si lo tuvieras tus momentos de fiestas se esfumarian. Y lo digo con toda la experiencia que me han traído estos años.

Me giré hacia la ventana, no pensaba decir nada después de haberse burlado de mí.

Lo escuché suspirar profundo, está vez iba más lento doblando hacia una gasolinera. No me afectó hasta que el salió y tocó mi ventana, por un momento pensé que me iba a dar en la cara.

– Me adelantas la carrera, me quedé sin una gota de gasolina.

– Lo noto- dije llevando la mano hacia el bolsillo de atrás para tomar la cartera, al tocarme no encontré nada, me asusté y busqué entre los bolsillo. Solo tenia dos en los shorts y no había nada. Encontré apenas unos centavos que bien me alcanzaban para ir en bus, estaba jodida.

Sobreactue mi enojo y le di los centavos.

-¿Solo esto?

– Solo tengo eso- respondi dándole la espalda-por ahora.

Agregue, con el temor que no hiciera la carrera completa.

Cargo el coche, y volvió a subir y yo, claramente, giré otra vez con el rostro en la ventana.

El resto del camino fue silencioso hasta el punto que no me di cuenta que estaba a una cuadra de mi parada.

– Aquí es- hable por fin

El paro pero se estaciono en un espacio vacío y oscuro.

– Dijiste que no era tan lejos, y de hecho estamos lejos de la avenida principal.

– Uhm, lo sentí cerca. – murmuro yo para abrir la puerta, pero está no cedió.

Intente otra vez pero nada. Me asusté y lo miré.

– Solo un dos minutos, lo de hace rato. Lo siento, solo se me hizo … intrigante y me quedo con la curiosidad de porque quieres un novio.

– ¡Eso no es asunto suyo, déjeme salir o gritaré!

Vi como se quitaba el cinturón y como un gato me acorraló contra la ventana.

– Solo quiero saber ~

Pregunto con una voz más grave, tragué saliva sintiendo el pulso de mis fuertes latidos.

– Es porque quiero tener…- no podía creer lo que iba a decirle- es porque quiero quiero dejar de ser virgen.

Solté de golpe cubriéndome el rostro. Esperaba de verdad que esto no llegara a oídos de nadie, todos piensan que soy una estudiante modelo y la verdad soli fingo que soy de fiestas.

Claramente no iba a permitir que se supiera.

Y ahí estaba el, emboscandome. Lo volví a oír reír y eso me hizo quitar las manos de mi rostro.

-¡Usted solo se-!

No pude hablar mas, mi boca fue sellada por unos labios fríos, sentí las cosquillas sobre mis mejilla por la barba.

Al principio me resistí, es decir, era asqueroso. Podía sentir como su respiración peleaba con la mía y también como su lengua forzaba a mi boca a abrirse. Me resistí pero su su mano tomó uno de mis senos haciendo que abriera la boca de sorpresa.

Eso fue suficiente para que su lengua se apoderara de mí cavidad bucal, era viscoso y hacía sonidos obscenos, jugaba con su lengua recorriendo el interior de mis mejillas y tomando a mi lengua para empaparla de él… ah, lo hace bien, se siente bien de hecho.

Me dejé guiar entreabriendo más los labios, jugando con su boca a comernos presionando mas nuestros los labios y dejando suspiros salir.

Pero el, no parecía satisfecho. Bajo su manos hasta la esquina de mi top tirando juguetonamente de el para luego adentrarse hacia mi sostén, lo peor es que estaba usando el pequeño con la parte de sujeción en frente. Lo noto y abrió, sentí como se deslizaba sobre mi nervioso cuerpo hacia los costados y como mis peones tocaban la tela.

Me erice ante las yemas de sus dedos sobre mis duros pezoncitos.

Se separo de mi dejando saliva caer por mis comisuras bucales dejando a mi boca aún sedienta.

– Te pusiste así solo con un beso, puede hacer más lo que haría un novio. Por ejemplo esto.

Su diestra tomó mi top y lo dejo en mi mano de forma que descubriera ambos pechos. Iba a dejarla caer pero antes de hacerlo su boca atrapó mi pezon derecho, ¡me estaba lactando a un señor viejo! Uno que por cierto lacataba bastante bien.

Absorbió de mi como si algo fuera a salir de ahí, sentía impulsos nervioso viajar por cada parte de mi cuerpo, mi pecho se elevó haciendo que la boca del señor entrara más.

Su lengua jugueteaba con mi ya cansado pezon tirando de él mientras yo solo podía ver como lo hacía, mordí el interior de mi boca de forma que ningún sonido saliera de ahí.

El dirigió sus ojos hacia mí, no se que se vio exactamente pero me estremecí cuando me desteto, son embargo arremetio contra mi otro seno izquierdo masajeando la base del derecho.

Esta vez solté mi top para tapar mi boca, se había hecho espacio entre mis piernas sin que lo notara. Tenia una pierna elevada al nivel del asiento del piloto y la otra caída y estirada a más no poder. Lo admito, esto me estaba excitando tanto que mi respiración aumentó y el placer me hizo remover mi pelvis contra el suyo, sentí algo duro y bultoso. No quiero saber qué fue pero sin duda me gustaba frotarlo contra mi.

El siguió tomando de mi, lo oí gruñir cuando me soltó, se relamio los labios y el asiento se fue para atrás.

– ¡Idiota! – grite con el rostro rojo

Si bien no había caído me sentía avergonzada al como mi cuerpo se había abrazado a el.

– Oh, luego me lo agradecerás. Si tuviera un poquito más de dinero te hubiera llevado a un motel, pero con lo que ha costado la gasolina ~ solo queda improvisar. – susurro él, contra mi cuello, dándole una lamida que me callo por completo.

Las luces del coche estaban apagadas , el juro que las ventanas estaban polarizadas y que no había nadie a esa hora. Prometió que no habría más sorpresas y que haría el menor ruido posible.

El unico problema era que yo no había prometido guardar silencio.

Me era difícil no agitarme, estaba recostada sobre el largo asiento trasero la cabeza casi ni tocaba la puerta, bien, ser de estatura pequeña ayudaba bastante aunque yo odiaba las desventajas de esto; al conductor pareció gustarle.

– Tienes un bonito cuerpo, sabes, eso me calienta~

Que un chico, hombre en este caso, me halagara así, me emocionaba.

El asiento era de mediano tamaño, pero era justo para ambos, me abrió las piernas deslizando sus manos por mis pantys hacia mis botas de taco alto que quitó de inmediato.

Tomo mi pie y aspiro mi aroma, incluso me beso la planta, introdujo un dedo en el agujero del panty tirando hacia abajo que cedió de ambos lados, se deshizo se el como lo había hecho con mi top y short. Me había dejado apenas con mis bragas, estaba casi desnuda, y yo solo quería seguir.

Pero la situación era injusta, ¿porque yo no tenia casi nada y el si?

Lo tomé desprevenido al levantarme y sentarme sobre su regazo dejando nuestros rostros frente a frente. Puse mi pelvis a trabajar sobre sus pantalones donde seguía aquel fabuloso bulto, mis brazos rodearon su cuello y mi boca se entreabrió.

– Uhm, acaso no es muy poco caballeroso que solo yo esté «asi» sin nada. Y tu, todo cubierto. ¿No me dejará ver señor conductor?

Me sentía atrevida, audaz y sexy. Si había llegado a este punto es que yo le gustaba ¿Era así no?

– Oh~ cierto, será por eso que te frotas contra mi de esa manera. Bien princesa, para ser tu primera vez eres erótica.

Seguí frotándo mi pelvis y esta vez mis pechos contra el suyo. De inmediato se quitó la camisa, la lanzó quien sabe donde y tomó mi cintura pegándome más a el, su cuerpo era voluptuoso, tenia una panza mediana y vellos traviesos que le nacían del pecho y ombligo.

No era el mejor cuerpo que había visto pero quería seguir. Esta vez fui yo quien lo besó, lo hice de forma torpe e incluso choqué mi boca contra la punta de su nariz, el amablemente me guió hasta sus húmedos labios mientras dejaba mis piernas abrazarse a su cintura, ahí fue donde apeovecho para quitarse los pantalones y la correa.

En esa pose me volvió a recostar, se separó de mí, besando mi cuello con afán, claro que sin notarlo, mientras gozaba de sus mimos llegó hacia el elástico de mis bragas y la deslizo entre mis piernas. Sentí frío pero fue nada comparado con el fuego que encendió al poner su manos sobre mi sexo, dos dedos suyos abrían mis labios vaginales mientras el del medio iba y venía desde la punta hacia abajo. Arquee mi espalda, podía sentirme como me abría hacia hasta que introdujo su dedo.

Gemi. Gemi de forma que mi voz se había distorsionado del gusto.

– Ah, princesa. Estas húmeda aquí, debería parar acaso~

Negué, no quería que parara, quería que me tocara más, quería que explotara todos mis sentidos. Me abrí más, si eso fuera incluso posible, lo rodeé con mis brazos y le entregué mi sexo.

– Perfecto- él lo entendió, su dedo solo hizo círculos sobre mi vagina, entraba y salía sacando líquido de mi.

Yo seis jadeante, expectante a que más haría conmigo, luego recordé que el también tenia algo que calmar.

Baje mi mano derecha hacia su pelvis, estaba desnudo y tenía un erecto problema, lo sostuve apenas ya que era enorme, el gruño.

– Uhm, así que quieres hacer eso¿Eh?

– Ujum- murmure yo con los ojos suplicantes .

– Si quieres hacerlo, lo harás así.

Se deshizo de mí agarre, levantó mis piernas y las puso sobre sus hombros, bajo su cabeza y ¡Ah! Introdujo su lengua en mi vagina.

– Ah, ah… se siente uhm, se siente raro ngh …

El presiono más, su lengua caliente jugaba con mi intimidad haciéndome vibrar.

– Mm, ahí …. ah… ahí…. – arquee mi espalda y clavé mis uñas contra el cuero de los asientos.

Sentía que iba a venirme pero el se detuvo.

-La princesa sabe como hacerlo ahora, hazlo ahora tu.

Se sentó el esta vez con las piernas abiertas, los vellos de sus piernas eran apenas notorios pero su pene estaba visible junto a sus testículos. ¡Lo tenia rasurado y limpio! Es como si lo hubiera esperado.

Me alivie al saber que haría un oral sobre un área parcialmente limpia, acomode alguno de mis cabellos detrás de mis oídos, me puse en cuatro y acaricie el falo, podía notar dos venas gruesas e hinchadas, me froté contra ese enorme palo mientras lamia la punta como una gata sedienta, jugue con sus testículos hinchados y el tomo de mi cabeza para introducir mi boca mas en su pene.

Me atragantó e inundó el paladar, era agrio pero por alguna razón no quería soltarlo. Chupe como bien podía y hasta donde podía. Me prendió sentir esa cosa en mi boca. Recorde entonces que lo que hizo el con su lengua, y con la boca llena, mi lengua rodeó su pene como una paleta fresquita en pleno verano ardiente.

-Eso es princesa, lo haces bien.

Mis dos manos, tras el halago, buscaron hacerlo mejor.

Frote y frote y seguí mamando. Hasta que senti un líquido empezando a salir.

– Ah, carajo no aguanto más.

Me soltó y me levanto, me puso en su regazo y frotó su pene contra mi sexo. Me estremecí tan pronto hizo eso.

-¿Lo quieres princesa? ¿Porque no lo comes ahora con tus otros labios?- se burlo el, pero tenia razón.

Estaba hambrienta ahí abajo, quería comerlo y asi lo hice, tomé su falo y puse la punta en mi hoyo vaginal, me mordí el labio y lo introduje de a poco.

– Ah, señor conductor, ¡Ah! duele un poco … mm

El tomo de mi cintura y me la clavo de una, me exalte que quise sacarla pero el sostenía mis caderas impidiendo que me separara, me pidió que respirara. Lo hice pero mi vientre se sentía lleno, me sujete a el con los brazos sobre de los suyos apoyándome en su espalda.

– Uhm.. ah…- me sentía mareada y sudada.

Lo más seguro ahora que el mismo auto estuviera en llamas pues sentía mi cuerpo empapado. Me relaje y el señor conductor lo noto, me movio en círculos haciéndome temblar, el dolor era tolerable y sentía cosquillas de placer.

Mi sexo lo había recibido bien cuando acelero sus movimientos, incluso mis caderas se menearon encantadas del sentimiento que me provocaba.

Cuando lo hice, sus manos fueron a tomar mis nalgas, me masejeo y otra explosión ocurrió allí. Empecé a dar saltitos sobre su pene, oía sus jadeos y el sonido de nuestras pieles tocando y chocando cada vez más y más, podía sentir la humedad cubrirnos de forma obscena.

– Señor conductor ¡Ah! ¡Ah! Quiero uhm quiero más, más por favor

Suplique yo, al verle el rostro lleno de lujuria supe que me dolería pero que sin duda lo gozaría.

Me penetró duro, sentía su jugoso pene entrar y salir golpeando contra mi interior , ah lo hacía tan profundo y rico que olvide mi razón ayudando en sus locos movimientos de forma frenesí.

Embistió contra mi y me recosto abriéndome más, busqué su boca ahogando dentro mis gemidos.

Quería todo lo que tuviera para mí. Me penetró, entro y salió, golpeó sus testículos contra mi, me sujetó las manos y entrelazamos los dedos, mi mano libre se aferró a el y sentí que era invencible, que si bien no era buena con las palabras mi cuerpo se expresaba y sentía bien.

– Uh, princesa… me vengo.

– Ah, sí. Vente, uhm que rico ah… ah ….

Sabia lo que significaba, eso era el final, lo rodeé con mis piernas y lo apreté más. El me miró reprochante pero yo le sonreí.

«Esta bien»

Fue un acuerdo mutuo.

Eso fue todo para que el diera lo mejor en sus embestidas, mientras mi clitoris estaba llegando a su punto máximo y su glande iba a explotar contra mi vagina que lo apretaba.

El gruño y yo grité del sexo consumado, se había corrido dentro mío mientras seguía dándome algunas estocadas con leves impulsos nerviosos de postorgasmo.

Dentro mio había semen, caliente y fresco semen que me sacio y que yo provoqué.

Intente verme presentable cuando subi a mi departamento, fui directo a la ducha y me lavé todo el semen y resto de sangre. Apenas me podía mantener en pie, el señor conductor se había ofrecido a llevarme pero prefería que no.

Él y yo sabíamos que era mejor así, aunque sin duda extrañaría en algún momento su enorme verga contra vagina.

No me cobro, lo olvido, y quiza solo quizá perdonara a Dennis por haberme abandonado.

Deja una respuesta 0

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *