Vacaciones con mi familia pervertida ¡En donde todo vale!

Valorar

VACACIONES INCESTUOSAS

Como todos los años, salimos de vacaciones a la playa en familia, junto a mis tíos, primos incluso mi abuela. Siempre andábamos amontonados para todos lados y ese verano, se nos unió una persona más, el novio de mi hermana. Ambos tenían 18 años y obviamente seguro ya estaban cogiendo hace rato, pero mis padres son muy conservadores y por ningún motivo aceptarían que durmieran juntos, a si que en la repartición de piezas, nos dejaron a mí y a mi hermana, en un cuarto muy pequeño, donde solo cabía una cama de una plaza y un velador, ni siquiera tenía algún armario donde guardar nuestras cosas, teníamos todo en bolsos en el piso. Su novio, junto a mis primos chicos dormiría en colchonetas en el living.

Hacía muchos años que no compartía así con ella, soy mayor que ella por 2 años. En la infancia dormimos juntos en la misma habitación por años, pero desde que no cambiamos de casa, cada quien en su cuarto.

Obviamente el primer día, luego de alojarnos en la casa, partimos todos a la playa. Mientras compartía una cerveza con mi padre y mi tío, me fije en mi hermana. Había llegado con traje de baño y arriba una remera, pero cuando fue al agua con su novio, se sacó la pollera y quedó en un bikini que le quedaba perfecto. Disimuladamente me fije en su hermoso cuerpo, ancha de caderas, cola abundante, tetas grandes. Ella es de contextura gruesa, digamos una gordibuena , algo pasada de peso, pero con una silueta muy bien formada. Se notaba todo el esfuerzo que hacía por mantener su peso, sus hora de gimnasio, la trotadora qué había pedido para navidad. Realmente tenía un cuerpo deslumbrante que aunque fuera mi hermana era imposible de no admirar, muy tetona y culona. Su novio, por el contrario, era muy delgado, se le llegaban hasta notar las costillas. No era para tener una mujer como mi hermana, como decimos acá, “mucha carne para poco perro”

La estadía dentro de la casa era un caos, agarrar el baño para ducharnos o cambiarse de ropa, entre tantos era una misión imposible. Hacíamos turnos para comer, ducharnos, duchas muy cortas etc. Al llegar la noche, luego de compartir entre todos hasta tarde, llego la hora de irnos a dormir y nos fuimos todos a acostar. Mi hermana se quedo un buen rato con su novio y luego llego a nuestro cuarto.

La noche estaba muy calurosa, ambos en una cama tan estrecha, me dijo que no se pondría pijama, que dormiría solo en calzones y remera. Se sacó los pantalones delante mío con toda naturalidad, quedando en unos calzones pequeños que se le metían entre las nalgas , que me calentaron de inmediato y como solo ellas sabes hacerlo, se sacó los sostenes por debajo de su remera, no dejándome ver nada, pero se notaban sus desarrollados pechos desnudos bajo esa delgada tela.

Nos acomodamos en la estrecha cama, imposible dormir ambos de espaldas. Me apegue detrás de ella, y le empecé a tocar las piernas y el culo, diciéndole que dormiríamos abrazaditos para no pasar frio. Muchas veces le tocaba el culo, no era extraño para ella, solo que ahora estaba solo en calzones. Se rió, me dijo que estaba loco, que con el calor que hacía, más conmigo en la cama, con suerte dormiríamos solo tapados con la sabana, que la soltara, que no fuera caliente que era mi hermana y que me corriera.

Al poco rato ya ella estaba durmiendo, roncando y yo caliente, teniéndola así a mi lado. Efectivamente el calor era insoportable, se destapó. El cuarto no era muy oscuro, a través de las delgadas cortinas entraba un haz de luz que alumbraba su hermosa cola en calzones. Qué suerte tenía el flaco de su novio, de tener esa cola para él. Me imaginaba a mi hermana culiando y más me calentaba.

Apegue mi verga parada contra ella y nada, su ronquidos no variaban. Animado por su inconsciencia, me anime a sacarme la verga y apoyársela, casi sin moverme y sus ronquidos continuaban igual. Suavemente me rocé con ella por largo rato, tocándola muy suavemente, corriéndome un paja silenciosa y disimulada, hasta que en el último minuto acabé, echando mis mocos en mi mano para no mancharla. Fue una paja exquisita, recién ahí me pude dormir más relajado.

Pero al otro día fue peor. La miraba con otros ojos, recordando mi verga apoyada en su culo, mirándola cuando entraba y salía del mar, mi propia hermana me tenía realmente caliente. Hasta que llego la noche y luego de conversar un poco con ella, nuevamente se quedó dormida, momento que aproveche para repetir lo mismo que la noche anterior.

Tercera noche, luego del suplicio de verla en bikini todo el día, esa noche mi padre hizo un asado, donde bebí bastantes cervezas. Obviamente con el alcohol en mi cuerpo, estaba más caliente que de costumbre y cuando nos fuimos a acostar, mi hermana en calzones esperándome en la cama.

Con la luz apagada, comenzamos a conversar. Le empecé a decir que era mucha mujer para su novio, que se buscara uno mayor, que la hiciera sentir más mujer. Me decía que estaba enamorada, pero igual miraba hacia al lado. Continuamos la plática, le pregunté cuantas veces le había sido infiel. Me dijo que solo una vez y cuando le pregunté cómo había estado, se rio y me dijo que demasiado bien.

Ella sabía que yo era caliente de naturaleza, por lo que su pregunta fue si que con cuantas mujeres me había costado. Le dije que no llevaba la cuenta, pero que había varias en mi historial. Nos fuimos por ahí, por situaciones eróticas, alguna experiencia en algún lugar público, gustos sexuales y empecé a notar que se ella también se estaba excitando.

Yo para que decir, la tenía parada hace rato, mas conversando de eso con ella. Nuestras piernas se tocaban a cada rato, se notaba algo de tensión de ambas partes, hasta que le confesé que estaba para comérsela y ella riéndose, diciéndome que la cortara. Pero no me detuve, continúe acosándola, tocándole las piernas, diciéndole que me gustaban casi tanto como su cola, que su novio era muy afortunado, hasta que me dijo que mejor se dormiría, dándome la espalda. Obviamente me apoyé detrás de ella y la abracé, colocándole la verga entre las nalgas.

De inmediato sintió lo que le estaba apoyando y se dio vuelta, encarándome porque la tenía parada. Le dije que no era mi culpa, que se pusiera en mi lugar, que ella me ponía el tremendo culo ahí y que esa parte de mi cuerpo tenía vida propia. Se rió y me prohibió que se la apoyara, que mejor me diera vuelta. Pero no , la seguí molestando, apegándome a ella, le decía tonteras que porque no me corría una pajita para dormirme y otras estupideces, siempre tocándole las piernas , la cintura , si me dejaba agarrarle una teta que fuera, para tranquilizarme, y ella se reía, susurrándome para que no nos fueran a escuchar , diciéndome que la cortara , que me durmiera , haciéndose la enojada , pero yo notaba que no se ponía firme por completo, lo decía muy suave , como si le estuviese gustando, por lo que seguí un buen rato , hasta que ya más seria , me dijo que de verdad la cortara, que ella también era muy caliente y que si continuaba, eso podría salir mal.

Ya con escucharla decir eso, mas prendido quedé, me apegue ya descaradamente detrás de ella y con mi mano le comencé acariciar el vientre suavemente Me pedía que por favor no siguiera, pero yo continué, hasta que lentamente eleve mi mano y alcance una de sus tetas. De inmediato detuvo mi mano, suplicándome que la cortara, pero no lo hice. Comencé a atacar esa teta , a pesar que me tenía tomada la mano, suavemente hasta que entre en contacto con su pezón.

Forcejeó un rato, pero yo no le soltaba la teta, hasta que se le soltó un gemido y ya de ahí me fui con todo. Le pasaba la mano de una a la otra tetas y ya su mano no ponía tanta resistencia, hasta le metí la mano abajo y le acaricié la conchita por sobre la tela de sus calzón. Ella me agarraba fuerte la mano tratando de sacármela, pero se notaba que le gustaba, volví a sus tetas, estaban exquisitas , levantándole la remera dejándoselas expuestas. Entre susurros me pedía una y otra vez que parara y yo no le hacía caso, volví a bajar mi mano y acariciar su concha por sobre la tela, sintiéndola mojada. Su mano sujetaba la mía , pero igual conseguí meter un dedo por el contorno de su calzón y mi dedo toca su sexo mojadito. Ahí se desesperó, se levantó de la cama y salió rápidamente del cuarto.

No volvió, seguramente debe haberse ido acostar con su novio. La escuche sí que entró muy temprano a buscar ropa y ni siquiera se vistió en el cuarto. Después supe que mi papá la retó por haberse acostado con su novio.

Ese día, ni me dirigió la palabra, fingía con los otros que nada pasaba, pero conmigo, nada. Hasta que llegó nuevamente la noche. Me acosté esperándola, pero pasó más de una hora y no llegó. Ya estaba dormido, cuando la siento que se mete en la cama. Ahora sin alcohol en la sangre, no estuve tan osado como la noche anterior, aunque me moría de ganas de volver a meterle mano a mi hermana. Esperé un rato haber si me decía algo, pero nada, me dio la espalda y fingió dormir. Esperé unos 20 minutos y nada, hasta que tomando valor, me doy vuelta y la abrazo, apegándome por detrás. No dijo, ni hizo nada. Con mi mano en su vientre, se lo comencé a acariciar suavemente, sin recibir ninguna respuesta de su parte. Poco a poco, muy lentamente fui subiendo mi mano hasta que llegue al comienzo de sus tetas. Me quede ahí, sintiendo el peso de ellas sobre mis manos. Igual con algo de miedo por su respuesta, subí un poco mas mi mano , agarrándole por completa una de sus tetas. Sentía su pezón perfectamente, duro, clara señal que algo estaba sintiendo. Comencé a tocársela suavemente al principio, y poco a poco, apretársela un poco más fuerte y ella no hacía nada. Llevé mi mano bajo su remera y mi mano entró en contacto directo con su piel. Ya con la verga parada, me apegue mas a ella, haciéndole sentir como me había puesto. Comencé a punteármela y alternar de una teta a la otra, y ella no decía nada, pero tenía los pezones duros. Ya caliente a más no poder, me animé a bajar mi mano hasta sus calzones. Pensé que ahí me detendría, era imposible que estuviese durmiendo después de haberle manoseado tanto las tetas, pero no, mi mano bajo sin problemas, ningún obstáculo. La comencé a tocar por sobre la tela, suavemente y no reaccionaba, fingía dormir, no ponía ninguna traba a mis incestuosas caricias. Alentado por su permisibilidad, le corrí un poco el calzón y con un dedo comencé a tocarle su mojada vulva, donde ya no pudo disimular mas, comenzando a respirar más fuerte y a moverse, disfrutando de mi mano. Ya al rato el cuerpo de mi hermanita era todo mío. Le metía mano por delante y por detrás, agarrándole las tetas fuertemente, agarrándole el culo , moviéndome como si me la estuviese cogiendo por detrás. Ella se movía conmigo, con sus manos extendidas hacia arriba, afirmándose de la cama, dejándome tocarlas como yo quisiera. La acosté de espalda y me perdí en sus suculentos pechos, chupándoselos con ensañamiento. Sus ricas tetas fueron mías, me las engullí, metiendo la cara entre ellas, succionándoselas con fuerza. Ya mi hermana estaba entregada a las caricias de su hermano mayor, se dejaba chupar, acariciándome la cabeza, llevándome ella misma la cabeza de una a otra teta.

Con la verga completamente parada, le corrí los calzones tratando de metérsela, me decía que no lo hiciera y se movía para evitarlo, pero cuando me dio la espalda, con ya dos dedos metidos en su jugosa concha y mi verga casi entrando, no pudo evitarlo y ya fue mía. Se la enterré sin contemplación, sintiendo su mano apretar la mía, enterrándome sus uñas , dejándosela lo más adentro posible, sin moverla, metida hasta el fondo. Mordió la almohada y acalló su grito, no sé si de dolor o placer, pero ya el hecho estaba consumido, no había vuelta atrás, mi verga estaba dentro de ella.

Me la comencé a coger suavemente, para no meter mucha bulla. Apegado detrás de mi hermana, se la metía lo más adentro posible, mientras ella ya movía exquisitamente su culo con movimientos circulares. Una y otra vez, se la metí y se la saqué suavemente, sintiendo los jugos que emanaban de su concha , tratando de no hacer sonar la vieja cama de madera. Sin sacársela, la acosté de boca y me monté sobre ella, cogiéndomela suavemente, pero la cama crujía demasiado, era muy fácil que nos sorprendiera, por lo que me levanté, cerré la puerta con seguro y botamos el colchón al piso. Apenas cupo en el reducido espacio que quedaba, pero ya la cama no sonaría. Por el haz de luz que entraba por la ventana, vi a mi hermana aun en calzones, parada sobre el colchón, esperándome. Su curvilíneo cuerpo, sus gruesas piernas , sus tetas imponentes , se veía exquisita. Me acerque a ella y la besé. Le agarré con ambas manos el culo, manoseándoselo descaradamente y le bajé los calzones. La hice arrodillarse delante mío y ella sabiendo lo que yo quería, me la comenzó a chupar salvajemente. Miraba hacia abajo y alcanzaba a ver solo su cabeza moviéndose entre mis piernas , engulléndose mi verga por completo, chupándomela con fuerza , dándome una mamada sublime.

Luego con ella de espaldas, me monté sobre ellas y me la comencé a coger, afirmándome de sus gordas nalgas , para hacer más profunda la penetración. Me confesó gimiendo en silencio, que estuvo todo el día pensando en coger conmigo, que era un sueño hecho realidad. La di vuelta y la coloque a gatas sobre el colchón, me aferre a sus caderas y continué metiéndoselo por detrás. Lamentablemente no podía golpearla mucho ya que el sonido de mi cuerpo contra sus nalgas, hacia mucho ruido, por lo que solo me contentaba con metérsela hasta el fondo, mientras ella, como una perra en celo , movía el culo con movimientos circulares.

Terminé con ella montada sobre mí, viendo sus tetas rebotar, mientras saltaba enterrándose sobre mi verga. Me aviso que ya no aguantaba y que acabaría, me quede tieso, haciendo que mi verga se pusiera los más dura posible, dejando a ella hacer todo el trabajo, cuando se dobla y gimiendo en mi oído me decía que estaba acabando. Al mismo tiempo, agarrándole fuertemente sus nalgas, comencé a moverme muy rápido, metiéndosela afanosamente, avisándole que también me corría. Fue una acabada exquisita, no me detuve hasta dejarle toda mi leche adentro de ella, metiéndosela hasta que las fuerzas me acompañaron.

Habíamos pecado y que placer venia con eso. Montamos el colchón nuevamente sobre la cama, sacamos el seguro de la puerta y se coloco los calzones, yo también y nos acostamos, tapándonos solo con la sabana, aun tocando nuestros cuerpos. Me aburrí de chuparle las tetas esa noche, y dormí abrazado a ella por detrás, agarrándoselas toda la noche.

En la mañana nos despertamos, se escuchaba que ya andaba gente levantada en la casa. Se la volví a meter por detrás, moviéndome suavemente para no meter bulla, hasta que volví a eyacular dentro de ella, la mismo tiempo que ella acababa. De ahí , me la cogí todas las noches que dormimos juntos, me confesó que era completamente distinto a cuando cogía con su novio, la experiencia , el largo y grueso de mi verga era algo que la llenaba por completa, que le encantaba.

Cuando volvimos a nuestra casa, al otro día terminó con su novio. Ese fin de semana, le pedí el auto a mi padre, supuestamente para ir a ver a unos amigos, pero no, terminé con mi hermana en un motel, donde ahí, ya sin tener que guardar silencio, nos desahogamos como locos , nos pegamos tres cachas largas , fogosas , haciendo de todo. Jamás pensé que mi hermanita pudiese ser tan caliente, realmente un sueño erotico.

Deja una respuesta 0

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *