Una esclava totalmente leal, obediente e incestuosa

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Devoción Incestuosa

Me encuentro atada desde hace horas, mi cuerpo atestigua la dureza del castigo recibido, el látigo beso cada milímetro de mi cuerpo, la fusta torturó mis ubres y mi coño, la palmeta se cebó sobre mis nalgas y las pinzas mordieron mis pezones, labios y clítoris; con todo lo mas terrible ha sido la prohibición de correrme a la que he sido sometida desde el viernes que comenzó este fin de semana de expiación, así lo han llamado mis Dueñas, debo expiar las faltas cometidas (reales ó imaginarias, castigadas ó aún pendientes) antes de mi aniversario de collarización, así ha sido cada año y así será por el resto de mi vida.

Mientras estoy en mi suplicio, mi mente vuela al comienzo de esta aventura, la cual se inició hace 5 años, aunque en realidad mis deseos de sumisión han estado presentes toda la vida si soy honesta, ya de adolescente tenía fantasías luego de ver películas en las que hubiese esclavas, ya que me imaginaba siendo una de esas esclavas, viviendo para servir a quién me hubiese comprado y entregando mi completa obediencia consagrarme al servicio y el placer de mi Ama (en mi fantasía siempre era comprada por una mujer).

Regresando al presente, mientras estoy pasando la noche sufriendo por deseo de mis Amas, mi mente vuela al instante en que todo se inició, siempre tiemblo al recordar cómo llegué a estar a los pies de mis Hijas y pasé de ser Su madre a ser Su devota y fiel esclava.

Mi aventura como esclava comenzó cuando me sometí a los deseos de mi Hija Mayor, Ella se llama Marcela, tiene actualmente 27 años, es alta, de cabello color negro hasta la cintura, muy buen cuerpo (va al gimnasio a diario), un carácter dominante y totalmente subyugador, un impresionante busto de 110, ojos negros muy profundos, unos labios perfectos (de los cuales salen las órdenes y deseos más perversos) y unos dientes perfectamente alieneados, Su cintura es perfecta y Su culo totalmente tonificado, que junto con Sus pies son las dos partes que mas me gusta adorar de mi Diosa Mayor.

Mi Hija Menor se llama Karla, tiene 25 años es un poco mas baja que su Hermana, con un busto impresionante también, divinos 100 de pecho, ojos color café, cabello negro media melena, algo menos tonificada que Su Hermana (no mantiene un romance muy serio con el gimnasio), pero no por eso menos Hermosa y Regia; Su carácter es estricto y muy exigente, Ella tiene un componente sádico que me encanta, siendo esa la razón por la cuál me he convertido en una masoquista perdida, pues no es necesaria ninguna falta para ser sometida a deliciosas sesiones de tortura, solo por el simple placer de ver mi entrega reflejada en el dolor que soporto por deseo de mi Diosa Menor. Su cintura y trasero también son muy atractivos y tiene unos pies deliciosos, los cuales son objeto de diaria adoración por mi parte.

La tercera de mis Diosas es la Novia de mi Hija Mayor, Su nombre es Camila, tiene 24 años, es delgada, muy blanca, de cabello rojo natural, 95 de pecho, no es tan alta como mis Hijas, pero tiene un porte impresionante, su cintura es deliciosa y su trasero no tiene desperdicio, Ella es quien me educó para apreciar y disfrutar el arte de la adoración de pies; Ella es algo digamos especial, pues aunque es una de mis Amas, para Su Novia, mi Hija, es un juguete más, lo cual hace mucho más humillante y excitante el tener que someterme y en cierta manera ser en ese momento la esclava de una esclava.

Todo comenzó hace 5 años, aunque tal como ya dije antes, mis deseos y fantasías de sumisión comenzaron mucho antes, incluso estando casada con el padre de mis Hijas, el cual murió en un accidente cuándo ellas estaban pequeñas. Como ya he dicho desde mucho tiempo antes todo lo que tenga que ver con sumisión y esclavitud era casi una obsesión para mí, por eso cuando descubrí en internet los sitios relacionados con BDSM (salas de chat, sitios de relatos, sitios de fotos), me enganché y pasé muchas horas soñando en ser quien recibía los castigos y abusos que veía en las fotos ó leía en los relatos.

La relación comenzó a tomar forma cuando un día, luego de masturbarme en la ducha, luego de haber leído unos relatos, mi Hija Mayor quiso hablarme para contarme sobre su condición de lesbiana (algo de lo que yo ya me había dado cuenta), nos sentamos a conversar y Ella se abrió conmigo más de lo que yo esperaba, pues aunque siempre habíamos tenido mucha confianza, no esperaba que me contara con detalles algunas de Sus experiencias sexuales con Su novia y menos que la había atado por ejemplo; en ese momento hubo un click en mí, pues dejé de ver a mi Hija como eso y comencé a verla cómo Mujer, una divina Mujer Dominante, mi excitación fue tal, que mis pezones se pusieron como piedras y obvio Ella lo notó, pues en ese momento Su mirada fue la de una Cazadora tras Su presa.

Desde allí, Ella comenzó a relajar la colaboración en casa, a dejar de cumplir con ciertas rutinas, cuando quise reclamarle, bastó un gesto para hacerme entender que debía callar y asumir esas tareas, luego de al menos un mes así, una tarde Ella quiso hablarme, me esperó en casa con solo una bata muy clara, Su cuerpo exsudaba sensualidad y dominio, en pocas palabras me dijo que sabía de mis deseos pues había revisado mi portable, que si deseaba vivirlo y ser feliz, Ella y Sus Mujeres (Su Hermana y Su Novia) podrían ayudarme a hacerlo realidad, en caso de yo no desearlo, Ella volvería a asumir sus obligaciones en casa y no se hablaría de esto nunca más, yo no pude más que levantarme, desnudarme y luego arrodillarme en silencio entregando mi vida y mi alma a mi Diosa.

Al poco tiempo la dinámica de la casa estaba bien definida y era Karla quién llevaba las riendas, no tardó en incorporar a Marcela y a Su novia Camila; la cadena de mando quedó con Karla a la cabeza, Marcela cómo segunda, Camila como una de mis Amas y la sierva de Marcela, en cuanto a mí, me convertí en la esclava sexual y doméstica, viviendo para servir y complacer…

El sonido de la puerta al abrirse me trae de nuevo al presente, escucho la voz de mi Diosa Marcela, Ella será la encargada de este tramo de la expiación, mi cuerpo se tensa y la ansiedad me invade, se muy bien que por largo Ella es la más deliciosamente sádica, la que más disfruta de torturar tanto mi cuerpo como mi mente, sin dar mucho margen y comienza a azotarme todo mi cuerpo, los latigazos caen uno tras otro sin darme tiempo a respiro alguno, mientras eso ocurre, recuerdo cada una de las faltas cometidas desde mi último castigo, recuerdo además cada uno de los eventos importantes en este proceso que me ha llevado de ser una abogada exitosa y madre respetable a una humilde y devota esclava, sin otro norte que el servir y complacer todas las perversiones de mis Diosas.

Continuará…

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