Mi mamá me atrapa con la polla bien dura
La vida es mucho mejor cuando tienes un pollón y ¿pensaréis y viene el idiota este a presumir de polla aquí?
Pues no, vengo a contar una historia real con algunas exageraciones para dar más morbo pero lo principal está basado en lo real.
Me llamo Julián, actualmente tengo 20 años y todo ocurrió hace 5 años.
Siempre he sido muy sociable y con bastantes amigos.
Ángel, Roberto, Jorge y Pedro eran mis amigos más cercanos, una de tantas tardes que quedaba con ellos en mi casa porque casi nunca hay nadie nos pusimos a hablar de lo típico, las chavalas que nos ponían la polla dura, las pajas que nos hacíamos etc, en fin lo típico de cuando estás en la edad… Pues así hablando de coña y la confianza salió el tema de cuánto le medía el rabo a cada uno, yo en ese momento no supe o más bien no pude contestar porque jamás en ese entonces me la había medido, no sé, no me había picado la curiosidad.
Ninguno de mis amigos me creían, me insultaban con que era un polla chica y que por eso no lo decía, pero daba igual, no me creían así que bueno, en cuanto se fueron a sus respectivas casas porque ya era tarde, pensé en que por la noche cuando tocase la hora de dormir y la típica paja para quedarte sobado aprovecharía para medirme la polla.
Dieron las 21:15 de la noche, oí el ruido tan característico para mí de unos tacones subiendo las escaleras de las 2 plantas de nuestro bloque de pisos, vivo en un piso bastante humilde porque nuestra economía no daba para más y eso, que me desvío, supe que era mi madre y efectivamente al momento abrió la puerta.
Yo estaba como siempre a esa hora en la cocina cenando, miré hacia la puerta esperando ver a mi madre, apareció:
– Hola mi niño!
-Hola mamá! ¿Qué tal el día?
-Pues bien cielo, como siempre super cansada de estar de pie, ¿y a ti cómo te ha ido? -se acercó y me dio el beso en la frente que siempre me da desde pequeño como saludo.
-Ay mamá no me hagas más eso que ya no soy un niño.
-Pero bueno qué borde estás tú hoy!
-No coño pero es que ya me da vergüenza jajaja.
-Vale vale, a ¿ver qué mejilla eliges para dártelo?
-Pero mamá qué más da una que la otra!
-Jajajajaja, te sigo vacilando como siempre, para que digas que no eres un niño!
-Sí sí lo que tú digas…
Miré hacia arriba como respuesta haciendo mueca de que era una pesada.
Terminé de cenar, como de costumbre le di las buenas noches a mi madre para irme a mi cuarto ya, entré y cerré la puerta, encendí la tele para ver un poco Netflix.
Ya eran casi las 00:30, mi madre siempre se pasaba por mi cuarto sobre esa hora para comprobar que estaba ya acostado porque al día siguiente tenía clase así que apagué la tele, la luz y me hice el dormido a esperas de que mi madre entrase.
A los minutos abre y observa, vuelve a cerrar.
Todo perfecto, cuando ya estaba seguro de que mi madre no entraría más a molestar cogí el móvil y me puse a buscar algún vídeo porno como buen pajillero pero justo recibí notificaciones del grupo de amigos que teníamos hecho, leí algunos mensajes por encima y la conversación no era otra que yo esa tarde no tuve huevos a decir lo que me medía el rabo. La rabia me invadió y no quise ni contestar ni nada, seguí a lo mío. Para mi gozo encontré un vídeo nuevo donde salían mis 2 actrices favoritas, no lo pude creer. Pero antes de nada me levanté de la cama y fui directo a por mi regla del instituto, esa era la noche que me iba a medir la polla por primera vez para dejar de ser acosado por mis amigos, volví a la cama, y le di a empezar al vídeo, solo con el escotazo de una de ellas me empecé a empalmar y a los 20 segundos la tenía durísima. Pese a que estaba seguro de mí, sinceramente me la veía grande para mi edad y mi cuerpo en ese entonces, estaba también bastante nervioso por el resultado, puse la regla al lado y recordaré siempre la felicidad extrema que sentí, 18’5 centímetros de rabo, me la tuve que medir como 3 veces para asegurarme. Terminé la paja, me limpie la corrida y me dormí enseguida.
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Eran las 7:30 de la mañana cuando sonó el despertador, estaba empalmado como cada puta mañana, me coloqué la polla hacia un lado y me miré al espejo, joder cómo se me marcaba la polla, normal pensé: calzoncillos dados de sí, el pantalón fino del pijama más mi tamaño… salí para ir al baño.
Me encontré la puerta cerrada y me extrañó, no es muy habitual que el baño esté cerrado. De igual modo abrí bruscamente pensando que no había nadie y entré de sopetón.
-Ay Julián que se ha quedado la puerta de mi baño atascada y me he venido aquí a…
Mi madre deja de hablar, baja la mirada y entiendo el por qué, mi puta erección. Con reflejos lentos me tapé con las manos, salí del baño y cerré la puerta muerto de vergüenza, mi madre me acababa de pillar empalmado.
Me fui a mi cuarto a esperar a que saliera, tenía que ducharme también, sólo me ducho por las mañanas para espabilarme.
Al poco salió mi madre y se fue a su cuarto para vestirse.
Dió la hora de salir de casa para ir al instituto y así lo hice.
Pasaban las horas muy rápido y tocó el timbre del recreo.
Nos reunimos el grupillo de siempre y nos fuimos a dar vueltas para ver a las chicas que nos traen locos mientras hablábamos de nuestras tonterías y en una el cabrón de Pedro que siempre intentaba quedar por encima de mí con comentarios chistosos sacó el tema.
– P:Julián ayer quedaste fatal tío, jajaja.
-Pesaos que sois chaval, que no me había medido el rabo nunca coño
Á:¿Ah pero que ya sí? -Dice Ángel
-Sí jajajaja, anoche mismo vaya.
-P:A ver lo que te vas a inventar ahora flipao’ -dice Pedro.
-No me lo voy a inventar gilipollas, por suerte tengo un pollon jajaja, no dije nada ayer porque no estaba seguro, quería medirmela primero para confirmar.
-P:Si ya, ¿a ver cuánto?
-Jajaja, 18’5 chavales de salchichón bien gordo.
-P:Anda flipao’ qué te va a medir eso si yo soy el que más grande la tiene del grupo y me mide 16.
-Tenías Pedro, tenías ahora soy yo jajaja, a joderse tío.
Pedro no me creyó, Angel, Roberto y Jorge sí o les daba igual porque no eran muy tan competitivos como Roberto.
Dió la hora de salida y me fui para casa, durante el camino recordé la pillada de mi madre viéndome empalmado, me moría de la vergüenza, no quería ni llegar a casa para no verla pero no tenía más remedio, llegué.
Abrí la puerta y me dio olor a macarrones con tomate, mi madre siempre llega un poco antes que yo para hacer la comida. Algo me impidió ir a saludarla antes de dejar la mochila en mi cuarto como siempre, la vergüenza.
Mi madre empezó a pegar gritos:
-Julián a comeeeer!
-Voy!
Estaba de los putos nervios, tenía miedo de que dijera algo de esa mañana, o lo que sea. Miedo y vergüenza.
Entré a la cocina.
-¿Por qué no me has saludado al llegar?
-No sé, se me ha pasado… Fui a dejar la mochila
-Ah bueno toma tu plato mi niño.-me sirve el plato de la comida.
Se hizo el silencio, no sabía qué decir.
-¿Oye te pasa algo? Estás muy raro tú hoy eh…
-Ya…no es nada mama, ¿esta mañana todo bien en el trabajo?
-Sí hijo, nada nuevo como siempre… Bueno algo nuevo sí que pasó jajaja.
-Ah, ¿que ha pasado en el trabajo? -me hice el tonto, no quería pensar que se refería a lo sucedido está mañana.
-En el trabajo no pero está mañana sí.
Fue oír esa frase y empecé a entrar en pánico por dentro. Improvisé como pude.
-El baño tuyo ¿no?, la puerta está atrancada que no se abre…
-No tampoco, jajaja. Creo que si te lo digo te mueres de vergüenza.
-… ¿por qué?
-Cuando entraste al baño, ya sabes… Jajaja.
-Ehm… ¿qué?
-Estabas con…ay Julián qué vergüenza jajajaja, ya sabes…con eso muy feliz -señaló a mis pantalones.
Me puse rojo como un tomate, efectivamente mi madre sí vio mi erección.
-Pensé que no había nadie en el baño, perdón mama…
-No pasa nada mi niño, no me asusté, es muy normal en la edad en la que estás…- me decía para tranquilizarme.
-Lo sé mamá… pero me da mucha vergüenza.
-Vergüenza de qué hombre! No seas tonto, que no pasa nada por eso, además…
La miré.
-Vaya bulto que tenías jajaja.
-Mama por favor!!
-¿Qué pasa?me quedé muerta jajaja.
Continuará….