Alba la novia de mi hijo hace lo que sea para costearse sus estudios

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ALBA LA NOVIA DE MI HIJO

Bueno a punto de comenzar el veranito aquí estamos estudiando, con un poco de suerte mi última asignatura de la carrera, pero hasta llegar a este momento han pasado muchas cosas y no todas han sido buenas.

Provengo de una familia con pocos recursos económicos, pero gracias a mi implicación con los estudios obtuve una beca para poder estudiar, era la primera persona de mi familia que iba a ir a la universidad y además mujer, para mí era un orgullo, y que decir para mis padres.

Con lo que no contaba ni yo, ni mis padres fue la mala gestión que hice en mi primer año de universidad, ya que el hecho de estar fuera de casa y abrirse ante mí un nuevo mundo, hizo que me distrajese, me olvide de estudiar y lo cambie por amistades y fiestas lo que provoco que me quitaran la beca.

Era un palo tanto a mi orgullo como al de mis padres, ya que ellos no me podían pagar la universidad, a duras penas se mantenían ellos como para costearme todo el dinero que necesitaba para seguir en la universidad y a pesar de que trabaje como una loca todo ese verano para ganar dinero y poder pagarme la matricula del año siguiente, no es menos cierto que con eso no me llegaba para el resto de gastos que ocasiona el estudiar fuera de casa, sin embargo estaba empeñada en seguir estudiando y en casa no dije nada, cada vez que veía a mis padres lo orgullosos que estaban de mí y como lo mostraban a todo el pueblo me resultaba más difícil contarles mi situación, aparte de no querer reconocer que había fracasado a las primeras de cambio.

Me fastidiaba el hecho de pensar que si no me hubiese distraído tanto y hubiese estudiado no habría tenido este revés, quería continuar, sacarme esa carrera y demostrar que era capaz de hacerlo, pero no solo era el problema del dinero, ya que si trabajaba todo el año podría obtenerlo pero si trabajaba no tendría horas para estudiar, así que estaba en una situación verdaderamente comprometida, no sabía cómo hacerlo, y poco a poco fui valorando el decirles a mis padres la verdad, pero sabía que eso les rompería el corazón y pondría fin a mis días como universitaria.

Sin embargo, un día como otro cualquiera leyendo el periódico vi un anuncio en clasificados en el que una universitaria ofrecía sus servicios a cambio de dinero, la verdad es que al leerlo la primera impresión que me dio fue de repulsa y asco, pero conforme más vueltas le daba a la noticia más me parecía una oportunidad de ganar dinero rápido y fácil, una idea comenzó a germinar en mi cabeza, no sería por mucho tiempo, podría elegir las horas de trabajo a mi elección y tendría tiempo para poder estudiar, si la chica del anuncio lo hacía porque no iba a poder hacerlo yo también.

Y sin más me dedique durante 3 años a la prostitución para poder costearme mis estudios, no fue una cosa de la que me enorgullecía y sinceramente no pensé dedicarme a esto por tanto tiempo, pero no fue muy difícil, aunque también he de reconocer que algún revés tuve con algún cliente, pero rápidamente me hice con varios clientes fijos que me ofrecían confianza y estabilidad a cambio del dinero que necesitaba.

Y ahí estaba yo en mi último año de carrera, ante mi último obstáculo para poder conseguir mi ansiado objetivo, este último año no me hizo falta seguir ejerciendo ya que pude ahorrar un dinero para poder cubrir mis gastos ese último año, por lo que lo deje y volví a mi vida normal, dedicándome en exclusividad a mis estudios.

Incluso conocí a Sergio un atractivo y apuesto morenazo, ambos estudiamos la misma carrera, yo era de un pueblo y el de Madrid, Sergio como me dice siempre se enamoró de mi a primera vista, sin embargo yo en un principio no le preste mucha atención, si bien es cierto que es guapo y con una buena percha, no es menos cierto que tiene unos aires de chulo y algo prepotente, que no me gustaban nada, pero poco a poco y debido a la insistencia de este caí en sus brazos pero no se lo puse nada fácil, eso sí una vez caí quede perdidamente enamorada de él.

Estaba radiante la vida por fin empezaba a sonreírme tras duros reveses y sin que nadie me regalase nada estaba en mi último año de carrera, había conocido a un hombre dulce y guapo que me colmaba en atenciones y pronto todo por lo que había luchado tendría su recompensa en forma de título universitario, que si todo iba bien me abriría un futuro prometedor, iba a ser la primera mujer de la familia con título universitario, aunque tuve que luchar y trabajar mucho, dejar cosas y hacer otras que no me gustaban para poder costearme mis estudios pero por fin tendría mi recompensa, todos los sacrificios realizados habrían servido para algo.

Como todos los días Sergio vino a buscarme, dimos un paseo y tras este nos metimos en mi habitación y disfrutamos de nuestros cuerpos locamente, después de un rato de disfrute, teniendo mi cabeza sobre su pecho, completamente relajada y disfrutando de ese aroma a hombre mezclado con un dulce perfume, Sergio me dijo que me quería con locura y que quería que nos casásemos, que cuando terminásemos de estudiar formalizásemos este amor.

Yo me incorpore, lo mire fijamente con los ojos como platos, pero no dije nada, estaba en estado de shock no me esperaba algo así, el con una sombra de duda, me pregunto qué pensaba.

De repente sentí como una sensación de placer me invadía y sin prácticamente pensarlo le dije que sí, que lo quería con locura y que quería que fuese el hombre de mi vida y el padre de mis hijos y tras esto un nuevo torbellino de amor y lujuria nos invadió y volvimos a disfrutar de nuestros cuerpos con una pasión y un frenesí desconocido hasta ese día.

Estuve unos días bastante ilusionada, con la sonrisa tonta, feliz de la vida imaginando lo felices que seriamos juntos, y todas las cosas que haríamos, la vida comenzaba a sonreírme, lo que en un principio habían sido duros reveses ahora eran placenteros momentos.

Después de los exámenes, y tras comprobar que ambos habíamos terminado la carrera con buenas notas, nos fuimos de fiesta a celebrarlo.

Sergio había preparado una fiesta por todo lo alto en su piso, y yo acudí allí, a mitad de la noche cuando la fiesta estaba en pleno apogeo, un hombre mayor apareció en la fiesta preguntando por Sergio, yo le lleve hasta donde estaba el y cuando Sergio se giró se quedó de piedra, era su padre, yo también me quede de una pieza ya que Sergio nunca hablaba de su familia, sabía que no tenía madre pero no que su padre estuviese vivo, por alguna razón equivocada supuse que era huérfano.

Pero hay estaba un hombre de unos cuarenta y muchos, alto y bien parecido con un traje bastante caro y con aires de superioridad, a decir verdad, si te fijabas bien se podía ver un cierto parecido entre ambos.

Sergio cogió a su padre e hizo un aparte, y le pregunto qué hacía allí, él le dijo que venía a felicitarlo por su título, Sergio protesto que no eran horas para aparecer sin avisar ni formas, y que con una llamada como hacían todos los padres sobraba, y si eso el fin de semana ya lo celebrarían en familia.

El padre torció el gesto, y le indico que esperaba que el hecho de presentarse por sorpresa con lo apretado de su agenda le hubiese hecho ilusión y que no necesitaba pedir permiso a nadie para entrar en una propiedad suya.

Yo contemplaba toda la escena a cierta distancia, pero lo suficientemente cerca para oír todo con claridad, a simple vista se podía intuir que la relación no era muy fluida entre padre e hijo y mucho menos la comunicación entre ellos.

En esas estaba cuando me di cuenta que ambos me miraban y el padre comento quien era yo, a lo que Sergio con una sonrisa de oreja a oreja le indico que su prometida.

Tras esta afirmación yo me sonrojé y salí de mis pensamientos mientras pude observar como el padre de mi novio me escrutaba de arriba abajo sin ningún disimulo, situación que me hizo sentir incomoda, para después con la mejor de sus sonrisas darme un afectuoso abrazo y dos besos.

La verdad es que esa noche fue un poco rara, tras las presentaciones de rigor no tardó mucho en marcharse, pero el rato que estuvo fue una persona adorable, muy atento especialmente conmigo y aunque con disimulo pude sentir e incluso ver cómo me miraba de forma lasciva pero no le di importancia ni dije nada por no ser grosera ni echar más leña al fuego.

Los días posteriores intente hablar con Sergio de su familia, pero este era esquivo no le gustaba hablar de su familia, por lo que deje de insistir ya que si todo iba bien los conocería tarde o temprano, aunque reconozco que el padre de Sergio me descoloco bastante a la vez que me intrigo, tenía un halo místico, interesante era el típico hombre adulto de bien galán, con ropas caras y buena percha, seguro de sí mismo y poco acostumbrado a que le llevasen la corriente.

Fueron pasando los días y Sergio volvía a ser ese hombre encantador que me colmaba en atenciones, seguro y sonriente por lo que poco a poco fui olvidándome de su familia y de todo lo ocurrido.

Tras visitar a nuestras respectivas familias, decidimos volver a la ciudad y alquilar un pisito, no era gran cosa, pero era nuestro nidito de amor, me sentía dichosa y afortunada por la suerte que estaba teniendo en la vida y sobre todo por haber conocido a Sergio, pero esto pronto daría un vuelco, estaba claro que no todo iba a ser color de rosa.

Un día como otro cualquiera sonó el timbre de la puerta, yo pregunte quien era y una voz varonil no desconocida me indico que Diego, cuando pregunte que Diego me indico que el padre de Sergio, yo al oír eso abrí inmediatamente y un súbito calor me invadió, no me había dicho nada Sergio de que su padre fuera a venir, yo me mire en el espejo del pasillo para ver si estaba aceptable y tras comprobar que estaba bien abrí la puerta, el al poco rato apareció delante de mi cuando la puerta del ascensor se abrió.

Lo invité a pasar con la mejor de mis sonrisas, y me excusé indicándole que Sergio no estaba ni me había dicho que iba a venir.

El cómo sino hubiese oído lo que le había dicho, y con una amplia sonrisa entro al piso y se quitó tranquilamente la gabardina que llevaba para colgarla en el perchero del pasillo, y tras esto me pregunto si le podía enseñar el piso.

Yo le indique que, por supuesto y me preste a enseñárselo, después de esto le indique si quería algo mientras esperaba a Sergio y él me pregunto si tenía vino, una copa de vino sino agua, desgraciadamente no teníamos prácticamente nada de alcohol, por lo que no le pude ofrecer más que un simple vaso de agua, una vez lo coloque en la mesilla del salón, Diego me comento que no venía a estar con Diego sino conmigo y si había venido a esas horas era porque sabía que su hijo no se encontraba en casa.

Eso me dejo descolocada e intrigada así que rápidamente le pregunte cual era el motivo de su visita, el me miró fijamente y me pregunto si quería a su hijo, a lo que yo le indique con una sonrisa de oreja a oreja y probablemente cara de tonta que sí, que lo quería con toda el alma, y que era el hombre de mi vida.

El pareció dudar un segundo antes de seguir, me pregunto qué le había comentado Diego de su familia, yo lo mire directamente, no entendía muy bien el por qué de esas preguntas y estaba valorando que decirle, mientras tanto me fije que era muy atractivo con una sonrisa perfecta y no aparentaba ser muy mayor, pero antes de comenzar a divagar le conteste que Sergio es muy hermético respecto a su familia y apenas habla de ello, tan solo sabía que su madre había fallecido y con una sonrisa pícara y mirándolo fijamente le comente que a su padre lo conocí el otro día, con ese comentario buscaba romper un poco el hielo con ese hombre al que apenas conocía y era el padre de mi novio.

Él se sonrió y comento que eso era típico de su hijo, le echaba la culpa de lo que pasó con su madre, y no quiere asumir su responsabilidad en los negocios familiares.

Yo no entendía nada, y él lo debió notar, entonces me soltó de golpe que Sergio era su único hijo y que quería que gestionara los negocios familiares, pero él no estaba por la labor, se negaba en redondo a ello, sin embargo, aunque él no quisiera hacerse cargo de su puesto tarde o temprano no le quedaría otro remedio, y quería saber cómo era la mujer por la que parecía había perdido la cabeza su hijo.

Yo me sonreí, la verdad que me sentía halagada, por lo que quise tranquilizarle indicándole que yo también quería a su hijo y que no haría nada que lo pudiese comprometer o hacerle daño.

Sin embargo, el mudo el semblante de su cara y su mirada, ahora me miraba de forma diferente y con una sonrisa cínica me dijo que eso lo dudaba, yo no entendía que quería decir, y cuando fui a protestar algo molesta por el comentario realizado, saco un folleto que me mostro, ante lo que me dejo helada, baje la cabeza estaba derrotada no sabía que decir ni como había llegado ese folleto a sus manos.

El al verme tan abatida comenzó a explicarme que lo sabía todo, y que no pensaba dejar que una cualquiera se aprovechase de su hijo.

Yo me sentí ultrajada, era cierto el folleto que me había enseñado era una publicidad de Susy, una bonita y joven mujer que ofrecía sus servicios a cambio de dinero.

Susy era mi nombre profesional y la que ofrecía sus servicios lógicamente era yo, sentí como todo mi mundo se venía abajo, como mi cara se sonrojaba por momentos y las lágrimas caían de mis ojos, pero aun así, saque fuerzas de mi interior para mirando fijamente a los ojos a Diego indicarle que Sergio era lo mejor que me había pasado en mi vida, que estuve obligada a ello y mucho antes de comenzar con Sergio deje de hacerlo, aunque ahora no se lo parezca soy una buena mujer y quiero lo mejor para Sergio.

Diego se levantó, y con una voz dulce me dijo que esto no saldría de ahí si aceptaba trabajar para él, yo me enjugue las lágrimas y lo mire fijamente, no daba crédito a lo que acababa de decirme.

Aparte de mantener el secreto y de no decirle nada a Sergio me estaba ofreciendo un trabajo, como podía ser eso cierto, que había detrás de todo eso, no podía ser tan bonito ni fácil, había gato encerrado seguro, Diego nuevamente como si estuviera leyéndome la mente, me dijo que él no abriría la boca siempre y cuando yo acatara todas y cada una de sus órdenes, y sobre todo fuera productiva, ya que no le gustaba perder dinero ni tiempo, pero iba ser claro, no se iba a andar por las ramas él había venido a buscar a Susy.

Yo me quedé sorprendida no acababa de entender del todo lo que me estaba proponiendo, tras decirme esto se levantó para marcharse y me dijo que tenía dos días para pensarlo, y diciendo esto me dio una tarjeta de empresa diciéndome que si aceptaba ahí estaba la dirección donde debería presentarme dentro de dos días, tras una pausa continuo con su explicación, sino apareces entenderé que has rechazado la oferta y por lo tanto desaparecerás de la vida de mi hijo o no tendré más remedio que contarle todo, y creo que conoces a mi hijo por lo que dudo que si se entera de la verdad quiera continuar con esta farsa.

Y tras esto se marchó de la casa sin esperar a que pudiese decir o hacer nada, por el contrario yo estaba intentando asimilar lo que acababa de pasar, todo lo que me había dicho Diego, estaba desolada mi mundo se venía abajo, el amor de mi vida corría el riesgo de perderlo, que hacer, y que garantías tenia de que el padre de mi novio no se fuera nunca de la lengua, aunque por otra parte ambos no se llevaban bien y se veían en contadas ocasiones, y yo obtendría una fuente de ingresos que dicho sea de paso no nos vendría mal.

Pase dos días en los que apenas pude pegar ojo, no dejaba de darle vueltas a esa proposición que el padre de mi novio me había hecho a todas luces indecente, pero que podía hacer, por un lado quería confiar en Diego y trabajar para él, me intrigaba eso que me había dicho que venía a buscar a Susy, era evidente que quería algo conmigo y cada vez que pensaba en esa situación he de reconocer que me mojaba entera, me excitaba era un hombre interesante y autoritario y era el padre de mi novio, la situación era bastante morbosa, pero por otro la duda continua de que un día se fuera de la boca y mi novio se enterase de todo me asustaba, ya que una cosa era provocar al padre de mi novio y otra bien distinta la posibilidad de perder a mi novio por tontear con su padre y por algo que hice cuando todavía no lo conocía y tenía una necesidad económica acuciante, le di mil vueltas a todo, valore la opción de desaparecer, irme de allí, pero a donde y que decirle o que excusa ponerle a Sergio cuando hasta la fecha todo había sido maravilloso, no podía romperle el corazón así.

Pasados los dos días de plazo y tras muchas dudas me presente en la dirección que Diego me había dado, fui a última hora con la esperanza de que no hubiese mucha gente y poder hablar con el tranquilamente, pretendía hacerle entrar en razón, decirle que yo amaba a su hijo, pero no sé porque me vestí de forma elegante no quería parecer una buscona pero si quería ir atractiva, sentía que un amasijo de nervios me corroían el estómago.

Cuando llegue el edificio era enorme, ya en recepción se necesitaba pase, pero cuando le dije mi nombre y que había quedado con Diego el recepcionista me dijo que me estaban esperando y me dio una tarjeta de acceso y la ubicación del despacho de Diego.

Yo subía en el ascensor hasta el último piso como me indico ese hombre, me jodia que Diego diese por sentado que iba aceptar su ofrecimiento, se le veía una persona segura de sí misma y prepotente, pero mientras pensaba eso me mire en el espejo, estaba colorada y me di cuenta que la ropa que me había puesto no era precisamente la más indicada para ir a hablar con un capullo que no tenía precisamente las mejores intenciones para conmigo, me di cuenta que en mi foro interno quería provocar a ese hombre, en esas estaba cuando la puerta del ascensor se abrió y ante mí un enorme pasillo terminaba en lo que di por sentado seria el despacho de Diego.

Cuando salí del ascensor vi que había una pequeña mesita en forma de recepción y una hermosa mujer me saludo con la mejor de sus sonrisas y me indico que pasara hasta el final que me estaban esperando.

¿Estaban? ¿Di por sentado que estaría solo con Diego, acaso habría más gente? Un escalofrió recorrió toda mi espalda y como si fuese al paredón me dirigí al despacho que me indicaba la señorita.

Al entrar vi un despacho precioso con una decoración muy coqueta y gustosa, y unas vistas preciosas, también vi a Diego y efectivamente no estaba solo, había otro hombre con él, también una persona mayor más o menos igual que Diego, bien vestido y elegante.

Diego se levantó y amablemente me invito a pasar, y muy cortésmente me movió la silla para que me sentara cómodamente, una vez que tome asiento me presento a Guillermo, su socio y abogado, yo mire directamente a Diego, no entendía nada, que hacia allí en esa habitación ¿su socio? Y tras esto mire a Guillermo y lo salude, hubo algo en ese hombre que me produjo un escalofrió, no se me dio la sensación de ser un poco grosero, no me gustaba como me miraba tan fijamente, me daba la sensación de que me estaba desnudando con la mirada.

Diego muy amablemente me explico que había redactado unos documentos para que quedara todo muy claro y Guillermo era su abogado de confianza y la persona que los había redactado, así como el testigo de que todo esto se está haciendo de manera legal y correcta y mientras me decía todo esto saco dos contratos de unas 20-30 páginas y los dejo delante de mí con un bolígrafo para su firma.

Yo no entendía nada, que era todo eso, Diego se sentó a mi lado y comenzó a firmar todos las hojas de dichos documentos y una vez firmados me los paso a mí para que hiciese lo mismo, mientras el los firmaba Guillermo me pregunto si tenía alguna duda, yo le dije que si estaba al corriente de todo, y Diego sin dejar de firmar y con una sonrisa me dijo que sí que lo sabía todo, que podía hablar con total confianza ya que de esa habitación no saldría nada, por secreto profesional entre cliente y abogado.

Yo estaba bastante molesta no solo Diego sabía mi turbio pasado sino que se había permitido el lujo de contárselo a su colega, por mucho que fuera su abogado.

Entonces yo decidí comentarle la cuestión que me había atormentado esos dos días, que no era otra cosa que saber qué garantías tenia de que pasado un tiempo no se lo dijera a su hijo y destrozara mi relación con el así como mi reputación.

Guillermo muy educadamente tomo la palabra explicándome que todo estaba reflejado en el contrato, que había una clausula en la cual si el hijo de Diego se enteraba de su turbio pasado y rompía su relación por dicha circunstancia la empresa me compensaría con un millón de euros.

Y que el documento que tenía era un compromiso firme y legal que de mutuo acuerdo ninguna de las dos partes podría poner en conocimiento a ninguna persona externa de forma unilateral de los acuerdos y condiciones firmadas en dicho documento bajo serias sanciones económicas.

Tras esto cogí el bolígrafo y me dispuse a firmar, pero Guillermo me indico que sería conveniente que primero leyese el contrato que iba a firmar, para saber lo que iba a firmar, yo dude por un momento pero no quería parecer una ignorante y desconfiada, amén de la cantidad de hojas que había allí y de su contenido legal de difícil comprensión, por lo que les indique que me fiaba de ellos y que ya lo leería en casa.

Tras la firma me levante y con un apretón de manos di por cerrada la reunión, Diego me comento que mañana mismo comenzaba mi jornada laboral y que pasaría a por mí sobre las 10 de la mañana para acompañarme a realizar el pertinente reconocimiento médico y la entrega de la ropa que llevaría a partir de ahora.

Yo no entendía nada, ¿Diego me iba a acompañar para hacer un reconocimiento médico y para coger la ropa de empresa?, me disponía a salir de la sala cuando nuevamente Guillermo me recordó que leyese el contrato que ahora me vinculaba con ellos, no me volví pero podía sentir como ese par de cabrones sonreían y cuchicheaban, aunque no pude oír nada estoy seguro que hablaban de mí y de que me estarían mirando el culo, no sé porque pero el hecho de sentirme observaba me excito, por lo que deje la puerta abierta y comencé a mover con más descaro el culo, quería calentar a ese par de viejos verdes, hasta que llegue al ascensor y cuando las puertas se abrieron y entre en él, me gire y efectivamente pude ver como los dos me devoraban con la mirada, por lo que con la mejor de mis sonrisas les cuque un ojo y les lance un besito mientras las puertas del ascensor se cerraban.

Que puta me sentía en ese momento, no podía dejar de sonreír, me encantaba sentirme deseada, pensar que ese par de viejos verdes me observaban y los estaba calentando y que se la cascarían pensando en mi me mojaba toda, podía sentir como mis mejillas ardían y a punto estuve de tocarme ahí mismo, la verdad es que en ese momento no era consciente de lo insensata que había sido ni en donde me estaba metiendo realmente.

Cuando llegue a casa Sergio había llegado, me pregunto de donde venía y porque me había puesto tan guapa, yo debido a la excitación que tenía me abalance sobre él y comencé a comerle esa boquita tan rica y a sobarle ese culo tan duro, sintiendo como su polla se endurecía y pegaba en mi pelvis, estaba muy perra quería que me follase ahí mismo y él lo debió de notar porque comenzó a desvestirme rápidamente a lo que yo respondí igualmente, por lo que en décimas de segundo nos quedamos desnudos ambos uno frente al otro, y tumbándome en el sillón me follo de una forma suave y dulce que hizo que me corriese un par de veces antes de que él se corriera sobre mi culo y espalda, ya que a pesar de tomar la píldora a él le encantaba pringarme con su leche.

Después de este intenso recibimiento, Sergio me pregunto qué de donde venía y que pasaba para que estuviese así de contenta, entonces le indique que venía de una entrevista de trabajo y que me habían cogido.

Sergio se alegró mucho por mí, me abrazo y me dio un beso, se le veía contento y feliz, primero por mí ya que sabía que era lo que más deseaba por encima de todo, además de haber hecho ya varias entrevistas sin mucho éxito y luego porque con ese dinero extra nos permitiría algún que otro capricho extra.

La siguiente pregunta era evidente, ya que me pregunto cuál era la empresa que me había contratado, yo dude un momento y le dije que era una del centro, que era muy grande y parecía una empresa seria, y le dije el nombre.

Él se quedó pensativo, me indico que le sonaba bastante, yo le dije quitándole hierro que parecían grandes y serios, y rápidamente pasamos a otra cosa, parecía que no sabía que el dueño de esa empresa era su padre cosa que me alivio bastante, ya que no sabía cómo se tomaría el hecho de que trabajase para su padre cuando él no estaba por la labor.

Al día siguiente y a la hora señalada estaba en la puerta de mi bloque esperando a que Diego pasara a buscarme, y con una puntualidad británica Diego apareció en un cochazo espectacular a recogerme, me monte en el coche y Diego muy cortes me saludo y me dio dos besos en las mejillas, todo de forma muy cordial y educado.

Cuando llevábamos aproximadamente unos 10 minutos en el coche y nos alejábamos de la ciudad, la verdad es que no sé a dónde me llevaba y cuando iba a preguntarle, Diego de forma normal me pregunto si había leído el contrato, yo me encogí de hombros y le dije que no ya que cuando llegue a casa Sergio ya había llegado, así que a duras penas pude recoger el contrato sin que se enterase como para leer ese libro que me habían dado por contrato.

Él se sonrió y me dijo que no me preocupase por Sergio él no sabía que esa empresa era de la familia, y que a partir de hoy iba a trabajar directamente para él, iba a ser su secretaria, lo acompañaría a todos los viajes y tendría que estar disponible siempre que él lo solicitara.

Yo no dije nada, por lo que el prosiguió, como te dije yo no te quiero a ti yo busco a Susy, eso me descoloco igual que me descoloco la primera vez que me lo dijo por lo que le pregunte directamente a que se refería con eso de que quería a Susy.

El me miro fijamente y con una preciosa sonrisa me dijo que no me preocupase que en breves lo iba a saber, y a la vez que me lo decía vi como salía de la carretera para meterse en un camino de tierra bastante parcheado lo que hacía que fuese más despacio, hasta que llego a un camino sin salida, en ninguna parte, lejos de la urbanización, paro el vehículo entre dos árboles y quitándose el cinturón, comenzó a bajarse los pantalones, hasta que una polla venosa de considerables dimensiones apareció frente a mí, yo no sabía qué hacer ni que decir, entonces cogiéndose la polla con una de sus manos me miro, yo estaba flipando tenía el miembro del padre de mi novio a escasos centímetros, el me cogió suavemente una de mis manos y la llevo hasta su polla, mientras me decía venga Susy ya sabes lo que tienes que hacer.

No hizo falta nada mas, yo de forma autómata comencé a subir mi mano por ese trozo de carne duro y venoso pude sentir como ese pene babeaba y era por mí, algo en mi interior comenzaba a reaccionar, Diego lo estaba disfrutando se recostó el asiento y me decía que lo hacía muy bien y que siguiese, yo me estaba calentando no sabía porque pero no podía apartar la mirada de ese pollon, me tenia hipnotizada, el señor Diego no tardo mucho en comenzar a sobarme primero uno de mis pechos de forma tímida, como valorando mi reacción, al ver que no decía nada se envalentono y comenzó a sobarme ambos pechos, pellizcando mis pezones, hasta que al cabo de un rato me cogió de la cabeza y me guio para que se la chupase, cosa que hice con sumo gusto, el poco a poco comenzaba a animarse ponía sus manos en mi cabeza y comenzaba a embestirme, lo que me provocaba alguna arcada, cuando sentí que estaba a punto, me zafe de sus manos y colocándome a horcajadas sobre él le cogí con una de mis manos su polla y orientándola a mi entrada, me la introduje en mi interior, no me fue muy difícil debido a lo lubricado que estaba en ese momento, el señor Diego me cogió de las caderas y acompañaba mi movimiento, era fantástico sentir ese miembro en mi interior, como entraba y salía, como me llenaba, me estaba matando de placer hasta que casi al mismo tiempo nos corrimos en un intenso orgasmo, yo me eche sobre el pecho de don Diego mientras este atusaba mi pelo y me decía lo hermosa y lo bien que lo íbamos a pasar.

Después de un rato asimilando lo que acababa de pasar, me incorpore a mi sitio y me coloque la ropa mientras el arrancaba el coche y reanudamos el viaje, al poco rato llegamos a nuestro destino, era una clínica, una vez aparco el vehículo y antes de bajarnos Don Diego me miró fijamente y me dijo si estaba segura de lo que donde me iba a meter, yo lo mire algo extrañada, y le dije que no sabía exactamente qué es lo que quería de mi ni que hacíamos allí.

Entonces el de la manera más dulce cordial y educada posible me indico que estaba a punto de meterme en el peor mundo posible, el mundo empresarial, era un mundo en el que podía ganar mucho dinero y poder pero también tendría que realizar algunas cosas que no me gustarían.

Estas a tiempo de dejarlo de desaparecer, pero si sales del coche y aceptas no habrá vuelta atrás.

E de reconocer que me estaba asustando, pero no sé por qué de mi boca salió una respuesta que hasta mí me sorprendió.

Yo: “¡Y a que estamos esperando entonces¡”

Don Diego se sonrió y acercándose a mí me planto un beso en los labios tierno y cariñoso que he de reconocer que me encanto.

Reconozco que no sé porque me comportaba así, de verdad que nunca antes había actuado así, pero ese hombre hacia que sacara mi lado más perverso, sabía que me deseaba y a mí me encantaba excitarlo.

Cuando entramos en la clínica me presento como Susy, y él se presentó como mi padre, no esperamos mucho cuando me llamaron y el vino conmigo, cuál fue mi sorpresa cuando vi que eso no era un reconocimiento normal, estábamos en la sala de un ginecólogo, y por cierto bastante atractivo y joven.

Tras unas preguntas de rigor que anoto en una ficha, me hizo pasar a una salita para que me desvistiera, yo obedecí, no entendía nada, cuando salí completamente desnuda pude ver como ambos hombres me devoraban con la mirada, podía sentir como mis mejillas se encendían producto de la vergüenza que me producía la situación, entonces el ginecólogo se levantó de su mesa y se dirigió hacia mí y me hizo sentar en una mesa, primero me hizo abrir la boca para una rápida exploración, después se colocó detrás mía y me indico que cogiese aire mientras él me daba pequeños golpecitos, y por ultimo me exploro ambos pechos, según él para comprobar que todo estuviera bien y no hubiese ningún bulto sospechoso pero me llamo la atención ya que aunque a primera vista todo parecía muy profesional, me extraño que no utilizase guantes y que se entretuviese tanto, pero bueno no quise decir nada y lo deje hacer, aunque tanto manoseo hacia que me excitase, y mis pezones comenzaron a reaccionar.

Yo estaba muerta de vergüenza con dos desconocidos, desnuda completamente y siendo manoseada por un chaval joven y atractivo, podía sentir como las miradas de esos hombres se clavaban en mí, entonces el ginecólogo me volvió a indicar que cogiese aire y lo mantuviese hasta que el me dijese, así varias veces.

Después me indico que me tumbase en la mesa y que colocase las piernas sobre los brazos, ya que me iba a realizar una exploración más exhaustiva, mientras decía esto pude ver como don Diego se colocaba de frente, por lo que quede completamente abierta de piernas ante esos dos hombres.

El ginecólogo antes de comenzar la exploración vi que me ataba las piernas a los brazos de la silla, y después de esto que me llamo la atención ya que nunca antes me habían atado comenzó la exploración y mientras me exploraba me realizo algunas preguntas de índole sexual, a las que yo intentaba responderle aunque no con cierta dificultad ya que esos tocamientos en mi zona noble me estaban llevando al clímax por lo que era difícil contestar al mismo tiempo sin que se notase mi excitación, pero mi cuerpo parecía tener vida propia, me estaba delatando, podía sentir como me humedecía con esos tocamientos y ante la situación de verme observada por el padre de mi novio y un ginecólogo bastante apuesto y diestro en la materia la verdad.

Sabía que esto no era normal, pero no sabía porque no lo paraba, me estaba excitando, la situación era muy morbosa y excitante, notaba como me mojaba toda e incluso algún gemido había salido de mi boca sin poder evitarlo, el ginecólogo sabia donde tocar y como tocar y me estaba poniendo a mil, cada vez era más atrevido y más evidente que hacía rato que la exploración médica había terminado, si en algún momento fue una exploración médica.

Yo estaba excitadísima podía notar como mis mejillas me ardían y una ola de calor recorría todo mi cuerpo, hacía rato que había cerrado los ojos y me había dejado llevar por las dulces caricias de mi ginecólogo, este ya no se molestaba en explicarme por qué hacía esto o aquello simplemente me introducía dos dedos de forma frenética mientras frotaba mi clítoris con la otra mano, yo cada vez gemía más fuerte, sentía que estaba a punto de correrme como nunca antes, me lleve una mano a la boca para intentar no gemir más fuerte, entonces el ginecólogo le comento a Diego mi supuesto padre que por favor se acercase e hiciese algo para evitar que los gemidos se oyesen por toda la clínica, yo abrí los ojos ya que hasta entonces no me acorde que Don Diego estaba en la misma sala observándolo todo y pude ver como se acercaba hasta donde estábamos nosotros, tenía la polla fuera del pantalón con una buena erección, se colocó a mi lado y dulcemente me acaricio el cabello, por el contrario yo me lance como una loba a por su pene y cogiéndolo con una mano para apuntarlo hacia mí me lo introduje en mi boca y comencé a succionar con suma glotonería mientras le masturbaba, estaba fuera de mí, el ginecólogo cambio su mano por la lengua y podía sentir como jugaba con mi clítoris mientras introducía dos dedos en mi encharcado coño, estaba en el cielo, fuera de mí, nunca antes había disfrutado como lo estaba haciendo en ese momento.

Sin embargo como si el ginecólogo sintiera que estaba a punto de correrme paro de masturbarme y de comerme el clítoris, en ese momento me sentí frustrada e intente protestar pero Don Diego me lo impidió cogiéndome de la cabeza para impedir que dejase de chuparle la polla y comenzó a mover sus caderas como queriendo follarse mi boca, lo que hizo que me diesen varias arcadas cada vez que el glande golpeaba el fondo de mi garganta, pero debido a mi posición poco o nada podía hacer al respecto.

Gracias a dios el ginecólogo no se había olvidado de mí, simplemente había parado para desnudarse y ahora sentía como en lugar de tener sus manos en mi entrepierna una jugosa polla con un considerable glande jugueteaban con mis labios vaginales y se frotaba con mi clítoris que me provocaba pequeño cosquilleo.

El ginecólogo paro un momento de frotarse y sentí como ese glande apuntaba a mi necesitado y hambriento conejito, para con un golpe seco y duro de cadera introducirse todo el glande en mi interior.

Casi me corro ahí mismo, estaba muy sensible y de no ser por lo lubricada que estaba estoy segura de que me hubiese dolido, sentí como mi cuerpo se arqueaba y tensaba ante esa violenta intromisión e incluso hubiese emitido un chillo mitad dolor mitad sorpresa de no ser porque la polla de Don Diego estaba profanando mi boca y al abrir más la boca para intentar chillar este aprovechó para introducirme un poco más si cabe su miembro lo que me provocó una arcada que casi me muero, Don Diego al sentir como me convulsionaba me dejo respirar un poco pero sin sacar del todo su miembro, de mi boca manaban babas por los costados de su falo, sin embargo el ginecólogo no le importo que tuviese un ataque de tos y continuaba lentamente introduciendo esa barra de carne en mi interior y según podía sentir era de grandes dimensiones, ya que no habría metido ni la mitad y yo ya me sentía llena y bastante dilatada.

Cuando el ginecólogo me introdujo toda su polla en mi interior se quedó unos segundos inmóvil, disfrutando como cada pliego de mi coño aprisionaba su miembro, podía sentir como el glande golpeaba en lo más profundo de mi ser provocándome una descarga de placer, seguramente él podía sentir como mis jugos bañaban ese enorme miembro que gastaba por polla.

Don Diego comentaba con el ginecólogo la situación mientras yo me afanaba en darle el mayor placer posible, como si quisiera hacerle ver el gusto que ese hombre me estaba proporcionando a mí, Don Diego me aviso que si seguía así no tardaría mucho en correrse, yo al oír eso me excite más si cabe e incremente mi mamada, y en breves sentí como una oleada de esperma inundaba mi boca, mientras Don Diego bramaba lo buena mamadora que era y lo bien que lo íbamos a pasar juntos, el ginecólogo aprovecho ese momento para comenzar a follarme, en un principio de forma suave y lenta me sacaba toda su polla para introducirla nuevamente hasta el interior, para después cogiéndome de las caderas comenzar un frenético vaivén.

Don Diego ya había salido de la ecuación, ahora estábamos solos el ginecólogo y yo, por fin podía disfrutar de ese semental que tanto placer me estaba proporcionando, el chaval tenía mucho aguante y no parecía tener muchas intenciones de parar, yo por mi parte lo miraba fijamente a los ojos, y lo animaba a seguir, que no parase, mientras no dejaba de correrme una y otra vez, tenía los orgasmos casi encadenados uno detrás de otro, el por su parte me había soltado de las caderas para agarrarse a mis pechos y estrujarlos a su antojo sin dejar de embestirme hasta que dando dos golpes secos y duros de cadera sentí como me inundaba las entrañas con su semen, lo que me provoco un último e intenso orgasmo que hizo que me quedase desmadejada encima de la mesa.

Momento que el ginecólogo aprovecho para echarse encima mío y mordisquearme los pechos mientras sus últimos goterones de semen salían de su miembro.

Cuando saco su polla de mi interior tuve una enorme sensación de vacío y pude sentir como varios goterones de semen resbalaban de mi coño, mientras el ginecólogo se vestía, era Don Diego quien me desataba las piernas.

Cuando fui a incorporarme casi caigo de bruces al suelo, ya que sentí como me fallaron las piernas, me temblaban las sentía débiles y de no ser por la rápida intervención de Don Diego no acabe en el suelo.

Cuando llegue a la salita donde me había desvestido y por tanto tenía la ropa, me mire al espejo mi estado era deplorable, el rímel y el pintalabios se me había corrido, estaba congestionada y la cara llena de babas los ojos vidriosos, mis pechos marcados con unos pezones aun erectos y por mis piernas podía sentir como corrían los goterones de semen del ginecólogo.

Con un poco de agua y la toalla que había me asee como pude y me volví a vestir, cuando salí vi que Don Diego y el ginecólogo estaban hablando distendidamente y al verme salir ambos mostraron la mejor de sus sonrisas y dejaron de hablar para preguntarme qué tal estaba, yo con una sonrisa bobalicona les contestes que genial, entonces ambos rieron a gusto y el ginecólogo me dijo que como había acordado con Don Diego todos los meses tendría una revisión.

Yo mire a Don Diego y este sonriéndose me indico que era por seguridad, yo cansada como estaba no tuve más remedio que resignarme y asentí en señal de aprobación y tras esto nos despedimos.

Don Diego muy dulcemente me llevaba agarrada de su fuerte brazo, a pesar de la edad he de reconocer que este hombre se conservaba muy bien y físicamente estaba genial, cuando llegamos al coche me indico que por hoy mi jornada laboral había terminado y me llevo a mi casa, yo apenas hable en todo el trayecto, estaba muy cansada y a pesar de que lo había disfrutado una sensación de culpa recorría mi cabeza, justo cuando llegamos a mi casa Don Diego me miro y me indico que mañana me esperaba en la oficina para ir de compras, teníamos que elegir mi vestuario, yo me lo quede mirando y le pregunte a bocajarro porque, él me dijo que porque su secretaria personal tenía que ir elegante y muy atractiva, sin embargo yo insistí ambos sabíamos que la pregunta no era por la compra de la ropa.

Se hizo un silencio, Don Diego miro al frente, dejo de mirarme y la contestación que me dio me dejo helada.

Don Diego: ¡Porque puedo¡

No lograba entenderlo, el muy cabron lo hacía por placer, y lo peor de todo es que yo había aceptado sin poner mucha o nula resistencia, esa respuesta aun hacía sentirme peor.

Sin embargo otra pregunta rondaba mi cabeza.

Yo: ¿Aun a sabiendas de que su hijo puede ser el mayor perjudicado de todo esto? ¿Sino me considera digna de su hijo porque no decírselo directamente y no hacerle pasar este suplicio?

Don Diego se giró para mirarme directamente a los ojos, y en un tono neutro me dijo que su hijo Sergio me rehúye no quiere saber nada de su padre, porque dice que soy mujeriego y que mi esposa murió sola y de pena porque yo no estaba nunca con ella, pero sin embargo cuando yo fallezca todo el sudor de mi frente quiera o no caerá en sus manos, y estoy seguro que no me lo agradecerá nunca, por lo tanto porque no cobrármelo, no quiero que nadie sepa nuestro acuerdo de ahí el contrato entre nosotros como garantía, no me importa que tú seas su esposa y algún día seas la dueña de todo esto y espero que lo sepas gestionar y disfrutar.

Hizo un paréntesis bajo la cabeza y en un susurro me comento que su mujer le era infiel, él se enteró al cabo de un tiempo y al no poder afrontarlo se centró en su trabajo, hasta entonces yo estaba felizmente casado y nunca le había sido infiel, ella me dijo que necesitaba más que no le daba todo lo que necesitaba y en lugar de cortarlo todo de raíz me deje llevar, lo que me proponía mi mujer era muy difícil de asimilar por lo que poco a poco la relación se fue enfriando, apenas estábamos juntos, cada uno hacia su vida y cuando me entere que estaba enferma apenas pasaron unos meses hasta que falleció, y mi hijo nunca me ha perdonado no estar ahí.

Yo estaba callada escuchando todo lo que me decía, atónita ese hombre estaba solo y con un sentimiento de culpabilidad que sinceramente creo que no era justo a pesar de todo el dinero que tenía.

Cuando hizo un paréntesis le pregunte si tan mal se lo había hecho pasar su mujer porque me utilizaba para hacérselo pasar mal a su propio hijo, a un a pesar de que este estuviera enfadado con él.

El me miro y me dijo que por varios motivos, el primero es por el parecido que tenía con su esposa, el segundo cuando me conoció como ha hecho siempre solicito un informe de la clase de mujer que era, al ver a lo que te habías dedicado sentí curiosidad, pensaba ofrecerte una cantidad de dinero para que lo dejases pero al ver tu reacción me gusto y sé que hasta hoy has sido fiel a Sergio, pero ya que no puedo disfrutar de mi hijo voy a disfrutar de ti, y si todo va bien Sergio no tiene por qué enterarse de nada, así que lo dicho mañana te espero en la oficina para ir de compras.

Tras esto le pregunte que podía entender que quisiera disfrutar de mis servicios por la razón que sea, porque estoy buena, por venganza por placer pero y lo que ha pasado hoy, ofrecerme al ginecólogo, era una cosa que no entendía.

El con una sonrisa me dijo que era un morboso y un voyeur y lo que más le ponía era ver follar a otros y hacerlo en sitios públicos o comprometidos, y si además podía cerrar un negocio o ganar dinero porque no aprovecharlo, y tras esta última confesión nos despedimos, estaba agotada y me costaba subir las escaleras pero mi cabeza estaba absorta en todo lo que Don Diego me acababa de relatar.

Una vez en casa me fui directa a la ducha y deje caer el agua sobre mi cuerpo, mientras recordaba todo lo que había pasado en esa consulta, lo que lo había disfrutado y todo lo que me había comentado Don Diego, no sé por qué pero a pesar de que un sentimiento de culpa me rondaba la cabeza no es menos cierto que lo había disfrutado y no me pasaba por la cabeza dejar de hacerlo, era más la curiosidad de hasta donde quería o podría llegar don Diego, solo pensarlo me excitaba nuevamente, reconozco que siempre he sido muy activa, siempre me ha gustado el sexo y los juegos, pero este hombre sacaba los peores deseos de mi más oscuro ser, hace que me excite más de lo normal, que quiera más, no dejo de pensar en todo lo que pasara por su cabeza, y es ahí donde me veo debajo de la ducha tocándome nuevamente dándome placer a pesar de haber tenido un día movidito, siento que mi chochito esta algo irritado y aun lo tengo bastante abierto y mi mente vuela a ese ginecólogo y su herramienta, me muerdo el labio inferior y comienzo a masturbarme el clítoris, que sigue hinchado de la sesión de sexo que ha tenido en el día de hoy, hasta que acabo teniendo un orgasmo descomunal bajo el agua, me dejo caer lentamente al suelo con la espalda apoyada en la pared y los ojos cerrados disfrutando de ese orgasmo y pensando en que me tendrá preparado mañana Don Diego.

Espero sus comentarios, críticas y sugerencias y si veo que el relato tiene aceptación procederé a continuarlo.

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