Una zorra demasiado puta con su cornudo presente
El Sábado por la tarde fui a ver a mis perros. A Juan se le veía muy mosqueado pero yo no hice ni caso y pase al salón con ellos detrás miá.. Me di la vuelta y mirando a Juan le dije.
– No vengo a follarme a tu puta novia. Ya recibió ayer bastante. Tendrá el coño dolorido. Lo único que quiero saber es si habéis aprendido la lección. Sino, cosas así se volverán a repetir.
Lo que me llamo la atención en primer lugar es que estaban los dos vestidos normal, cuando mi orden había sido que en casa siempre debían ir desnudos y con un collar de perro puesto. Por supuesto se lo hice saber.
Los 2 callaron por respuesta. Entonces le dije a Maria que se desnudara. Ella primero se quita el vestido que llevaba y luego el sujetador y el tanga, quedándose solo con los zapatos de tacón.
– Bien Puta. Ahora quiero que vayas a tu vecino a pedirle una cerveza para mi.
Juan se intento revolver, pero ella le miro fijamente y le dijo
– Ayer me violaron 3 negros por tu culpa y eso no volverá a suceder.
Así que se encamino a la puerta y fue hacia la del vecino. Enfrente de su casa vivía un señor de unos 60 años, nada atractivo, con barriga cervecera y pinta de ser muy guarro. Ella llamo a la puerta y el vecino abrió. Su cara era de total asombro al encontrarse a su escultural vecina desnuda allí para el. Le pidió una cerveza y mientras yo me acerque a la puerta de mis perros y dije
– Ella es mi puta y la cerveza es para mi.
El le dio la cerveza y Maria volvió a entrar en casa. Entonces, fui al salón y les dije si habían aprendido la lección a lo cual Juan respondió desnudándose totalmente con la mirada al suelo. A continuación me senté en el sofá a beber la cerveza y mientras el dije a Juan que le comiera el coño a Maria.
– Todavía tiene que haber leche de los de ayer jejeje.
Cuando acabe la cerveza y puesto que le había dicho que no la iba a follar ese día, cogi mis cosas y me fui, dejándoles a ella desnuda y abierta de piernas y a el comiéndole el coño.
El Lunes siguiente llame a Juan a mi despacho a media mañana. El vino enseguida, se ve que se iba acostumbrando a que no me gusta esperar nunca. Me había dado cuenta que el día de la cerveza le había hecho caso a ella.
– Tu novia ha comprendido perfectamente que no me puede desobedecer. Si tu sigues con tu rebeldía, ella lo pasara mal. ¿Te gusto mirar mientras la follaban?
– No la follaron, la violaron – me dijo.
– No eso lo que dice mi móvil – conteste.
Le enseñe todos los video que tenia en los cuales se veia claramente complicidad de su parte. El abriéndole las piernas para que yo la follara.
– Sois míos y cuanto antes lo asumáis mejor para todos
– Si Señor – dijo el con la cabeza agachada y lagrimas en sus ojos.
Y así pasamos 2 años, 2 o 3 encuentros a la semana, en los que sometía a los perros y me follaba a la puta. Un Viernes, estando en el trabajo, Juan vino a verme.
– Señor, nos gustaría hablar con usted esta tarde si es posible.
– Claro, os espero en casa a las 20h.
Me extraño que saliera de ellos el quedar. Era la primera vez que lo hacían así que quede con la mosca detrás de la oreja, pero decidí darles el gusto de vernos.
Llegaron las 20h y como un clavo, allí estaban. Los había acostumbrado bien a ser puntuales pues odio la impuntualidad. Maria venia con un vestido corto como me gustan a mi. Comprobé si llevaba ropa interior y no la llevaba como habitualmente hacia. Les ordene desnudarse a los 2, cosa que hicieron enseguida. Entonces le dije a Juan que se arrodillara y me la chupara mientras Maria iba a la cocina a traerme una bebida. Juan se arrodillo a mi lado y empezó a chupar y Maria se fue por el pasillo. Yo disfrutaba de la mamada de Juan cuando apareció Maria con la bebida. Le dije que se sentara a mi lado. Lo hizo y empece a besarla en la boca, metiéndole la lengua bien dentro, a la vez que le sobaba las tetas, pellizcándole los pezones con lo que se escapaba algún gritito.
Luego fui a su coño y vi que la muy puta estaba empapada. Si no hacia algo pronto, me iba a dejar el sofá perdido por lo que aparte a Juan de un empujón que lo dejo tirado en el suelo, cogí a Maria de la cintura y la hice ponerse encima miá y cabalgarme. Juan, como ya sabia que tenia que hacer, se acerco y puso la cara muy cerca de mi polla para ver como penetraba a su novia. Note que me iba a correr y que Maria también estaba a punto, por eso lo hicimos los 2 juntos, quedándonos a continuación tirados en el sofá.
Entonces le dije a Juan que si no quería que su novia, tan cansada como estaba, tuviese que limpiarme la polla, ya sabia lo que debía hacer. El se metió mi polla en su boca y empezó a limpiármela con esmero, succionando las ultimas gotas de mi corrida. Pasado un rato, Juna dijo
– ¿Me da usted permiso para hablar?
Yo accedí y el se puso de pie enfrente miá. Maria a continuación también lo hizo, así que allí tenia a mis dos perros para mi, desnudos frente a mi.
– Señor, hemos vivido mucho con usted y con quien usted ha querido. Por eso nos gustaría pedirle permiso para hacer una cosa. Nos gustaría pedirle permiso para casarnos.
Asi que eso era. Se habían convertido en tan buenos perros que necesitaban el permiso de su Amo para casarse. Por supuesto les di permiso para ello y le dije a Maria que fuese a la cocina a por una botella de vino para celebrar la unión. Le dije que trajera 3 vasos. Ela así lo hizo. Una vez juntos y con un vaso cada uno, ella sirvió las copas y yo brinde por su boda.
Bebimos los 3 y le pregunte si sabia cuando se iba a casar. Me dijeron que querían en verano. Les pregunte adonde “íbamos” a ir de luna de miel. Ellos se quedaron un poco cortados pero enseguida dijeron que habían pensado en el Caribe. Entonces les dije que teníamos que preparar la boda. Por supuesto, iba a ser todo a mi gusto, banquete, traje de novia, invitados, etc.
Lo primero que hicimos fue ir a comprar el traje de novia. Fue unos días antes con su madre y gente de confianza suya para aparentar y luego fue conmigo. Elegí uno palabra de honor que resaltaban esas tetas que me vuelven loco. Le queda muy bien y sabia que no iba a haber ningún problema con su familia.
Luego fuimos a comprar la ropa interior para la noche de bodas. Esa vez fuimos Juan, Maria y yo. Juan y Maria soplo miraban mientras yo miraba intentando imaginarla con uno u otro conjunto. Me decidí por un conjunto rojo de tanga y sujetador, el tanga muy pequeño como me gustan a mi con algo de encaje. Me la imagine con el y casi me tengo que pajear ali mismo.
Una vez comprada le dije que cada vez que quedásemos tenia que llevar ese conjunto puesto.
Quedaban ya 3 meses para la boda y decidí que debería tener mucho sexo con todo tipo de personas, para que fuera experimentada a la boda. Íbamos 3 o 4 veces a la semana a locales liberales. A veces venia Juan y otras veces no lo hacía. Cuando venia, los presentaba como una pareja que se iba a casar y luego pasaba con ella y la persona que escogiese a un reservado para follarla. Juan se quedaba fuera y solo veía con cuantas personas había estado.
Me encanta dominar parejas porque me gustan las relaciones a largo plazo y creo que es lo mejor para algo así. Si alguna queréis conocerme, estaré encantado de vuestros comentarios.