La tía de mi novia quería mi verga en su culo
No sabía el gusto que me podía dar con una vieja tetona. Me di a placer, me aproveché de las necesidades de una vieja en imposibilidad de resistirse. Pero ella resultó más dominante y me obligó a humillarme ante sus encantos.
En estas épocas de pandemia, cuando todos debemos quedarnos en casa por seguridad, se ha dado por establecer una serie de retos familiares que buscan fortalecer las relaciones con los seres que una vez cercanos, hoy no se pueden visitar. Una de ellas la hacen los familiares de una novia que tengo y es que las mujeres de la casa deben vestirse con ropa de igual color durante una semana entera. Mi novia me mostraba los mosaicos de fotos de sus familiares femeninas, y la verdad no le encontraba mayor interés, hasta que un día les dio por retarse entre ellas con blusas escotadas. Me mostro ese mosaico que dejaba ver a las siete mujeres maduras de la familia mostrar la entrada a las reverendas tetas. Solo hasta ese momento pude ver que todas eran tetonas, pero tal vez por respeto o desconocimiento, no las había detallado antes. Mi novia en un tono más bien entre inocente y morboso, debía escoger el siguiente reto y yo le propuse que ya que estaban tan desinhibidas, pues que se hicieran blusas con transparencias y tal vez un brassier de encaje, de esos que las mujeres buscan tanto con detalle cuando van de compras.
No niego que me generó interés, la espera de que mi novia me mostrara esos escotes porque incluso con ella hacíamos competencia de la tía más buena o la prima más culona, pero nada que hacer, porque mi novia siempre fue la ganadora. Recordemos que la cuarentena nos tiene encerrados, de tal forma que mi novia me enviaba las fotos del mosaico en las tardes para que las miraramos por nuestro chat; sin embargo ese día con el reto de las transparencias, quería disfrutarlas pero no me las había enviado. Yo con las ganas enormes de morbosiarme de tal forma que le pregunté en horas de la noche sobre el mosaico de las transparencias, pero me explico que le daba pena mostrarme eso, porque la tía mayor no había entendido y no se puso brassier, y que fue el motivo de risa de todas ellas, porque quedo fuera de concurso ante esa equivocación.
Eso no hizo más que ponerme cachondo y de inmediato se me alargo el pene dándome unas ganas de pajearme en el instante. Ya tenía por perdido que me enviara la foto del día, cuando el final de la noche me llegó un chat que decía: “…allí te envío para que te rías”.
Apenas cargó la foto, me dio el morbo de manera inmediata, estaban las siete hembras, entre tías y hermanas, con blusas de transparencias de diferentes colores y tipos, las ví pero no verifiqué nada irregular hasta que en la segunda revisada pude saciar mi curiosidad. Era la tía de Esther quien a pesar de sus sesenta y tantos años, conservaba una bonita cara de tiempos lejanos, una mirada pícara y unas tetotas de padre y señor mío. Escogió una blusa negra oscura, que a no ser por sus protuberancias, no mostraban de entrada nada inmoral, pero que al detallarlas se podían encontrar esos dos grandes bultos que si bien habían perdido su batalla contra la gravedad, conservaban prestancia frontal con dos pezonsotes que parecían querer salirse de su encierro y bordeados por una aureola negra contrastando con el blanco leche de sus tetazas. Mi verga no esperó para ponerse empalmada y la saqué dándome una pajeada imaginando meterla en medio de esas glándulas lechosas y aprovechándome de esos labios de vieja pícara…. estuvo rico y me dormí.
Al día siguiente mi novia no me recordó el tema, así que no hablamos de eso, pero yo si aprovechaba cada cierto tiempo para ver la foto de la tía pa disfrutar el rato. Pasó una semana y ya estábamos dejando el confinamiento y se permitía a los jóvenes como yo para salir y realizar gestiones dependiendo del número de la cédula para salir, algo llamado en mi país pico y cédula. Mi novia me llamó a pedirme un favor, pues resulta que la tía de pezones increíbles estaba postrada en su casa, no solo por su edad porque era de grupo vulnerable, sino porque hacía poco se había fracturado un pie y tenía una bota de yeso que le impedía caminar largas distancias. Me explicó que la tía tenía un novio que era taxista, pero que debió viajar a otra ciudad porque se había muerto un familiar. Le dije a mi novia que era un peligro para un señor de edad viajando en estas épocas y me explicó que el novio era joven, con muchos menos años que la tía, a lo que quedé sorprendido de que esta señora tuviera esos alcances de comerse un bocado joven. Eso no hizo más que excitarme y agradezco que no estuviera de cara a mi novia, porque inmediatamente me sudaron las manos y me dio temblor en el cuerpo imaginando llevándole el encargo solo por verle el escote de encaje a la tía enfermita.
Me ofrecí con gusto y me dirigí donde la tía, a ver si podía morbosearme un rato. Ella vive sola en una casa grande, en un barrio donde no hay mucho movimiento de tal forma que no hay mucha posibilidad de que lo vean a uno entrar. Llegué y me dirigí a la puerta y sentí como caminaba a abrirme alguien cojeando y con un sonido de lo que seguramente era una muleta. Me abrió la puerta y me gustó lo que ví. Una señora mayor, con su cara de falsa inocencia y lago de seriedad que debió ser muy bonita en sus épocas mozas; un cuerpazo curvilíneo metido en un vestido medio apretado y con corte de falda a medio muslo, y claro una bota de yeso motivo de su confinamiento. No tenía tapa bocas por lo que me quede a distancia y le saludé de parte de mi novia Esther.
-Muy buen día…. Fernando te llamas verdad? Pero sigue por favor y te tomas algo.
—Señora, buen día y muchas gracias, pero yo prefiero, No seguir por razones de seguridad, no le parece?
-No te preocupes, mira que tengo el kit de aseo para tu calzado, además te puedes quitar los zapatos, allí hay un lavabo para que te asees, tengo antibacterial y también enjuague bucal para que estemos seguros…. Acaso Esther no te dijo que necesito un favor en mi cocina? Como verás me queda imposible hasta para cambiar un bombillo y si tú me puedes colaborar, te estoy muy agradecida.
—Pues ella no me había dicho nada, pero con gusto le puedo ayudar, no hay problema desde que usted se sienta segura.
Me hizo pasar a su casa, me limpie la ropa con toallas antibacteriales, limpie mis zapatos y me los quité, lave mis manos, cara y boca y seguí a la casa. Una casa grande, con contraste entre modernidad y tradición, la sala con un sofá amplio donde me dijo que me sentara y me ofreció un vino, el cual acepte gustoso para saciar mi calor, y para iniciar una charla ya más desinhibidos.
-Y hace mucho estas con Esther? Hace cuanto son novios?
—Pues hace unos cinco años, nos conocimos en un hospital donde yo trabajaba como auxiliar de archivo y ella iba a gestionar para su empresa, empezamos a salir y nos enganchamos.
-Eso eso he notado, imagino que la enganchas bueno y seguido…. porque ella se ve muy relajada y feliz, y uno como mujer sabe las razones para disfrutar de esa tranquilidad espiritual…
—Jeje….que pena con usted, no se ella que le cuenta ella, solo que he notado que las mujeres de su familia se cuentan cosas, y son muy desinhibidas y….. pues me imagino que no gano nada diciendo lo contrario..!!
-Y que has notado acaso? Que te cuenta Esther se de mí? ..habla de esta tía que ves?
—Pues últimamente vi que están en ese reto de vestirse igual, y se ve que se parecen todas ustedes, y que les gusta ser unidas y compararse.
-Pues no todo es lo que parece, ayer se burlaron de mí, porque yo no uso brassier y en vez de ganarme el reto de las transparencias, me mostré tal como soy y la mojigatería de ellas…. Me dio rabia….Mi hermana, que es también tía de Esther me lo contó…. Pero la verdad no me importa, llevo años sin ponerme brassier y un reto de esos no me va a hacer cambiar.
No había caído en cuenta de las tetas de la tía. La verdad estaba placenteramente dejándome atender de una señora tan amable…. la conversación me hacía inevitablemente detallar sobre los senos de la tía de Esther..y severos senos!!!
Llevaba una blusa blanca amplia que no dejaba mucho para detallar, la vestimenta de hoy constaba de un short pequeño que dejaba ver sus piernas…. unas piernas gruesas bien formadas…. Pero el short no estaba tan apretado que digamos. Ella se sentó frente a mí en el sofá grande de la sala y en se momento le entró una llamada al celular. Eso me dejó tiempo para mirarla detenidamente mientras ella se concentraba en la llamada. Pude observar que a pesar de llevar el yeso hasta la media pierna, ….se dejaban ver esas patotas grandes, con varices un poco brotadas. Pero lo que más me llamó la atención….. Es que el short o le quedaba holgado, y por su sentado con las rodillas separadas, se le veía pleno el coño depilado totalmente y dejaba asomar una cosa de hembra, la vagina grandota. Esa imagen de la tía piernona y con esas libertades me arrechó inmediatamente. Seguramente se podía ver que tampoco usaba calzones y eso me puso muy caliente.
..me preguntó…
-Le gusto?
—Como dice?
-Que si le gusto el vino?
—Ah, claro muy bien, gracias
-Le podría pedir un favor? Es que me queda difícil hacer labores sencillas y se me dañó el foco la luz de mi habitación. Usted me podría ayudar con arreglarme eso?
—Claro que si, dígame que debo hacer?
-Solo cambiar el bombillo, ya está comprado pero se debe subir donde yo no alcanzo por mi pie dañado.
Ella me invitó a subir a su habitación, yo iba tras ella y se podía ver ese culo grande, bien dotado subiendo al segundo piso. Al parecer la señora todavía hacía ejercicio, porque pude ver un cuarto con elementos de gimnasio, además caminaba muy firme. Cuando iba subiendo las escaleras se le bamboleaban las tetorras grandes, y ahora si pude imaginarme esas bellezas que había disfrutado en las fotos.
El cuarto de ella era amplio, con una cama King que debe usarla para las faenas con su novio. Le cambié la luminaria y la probé y alumbró y ella me lo agradeció y me preguntó:.
-Me dice ud que hace tiempo trabajó en un hospital? Que interesante. Y aprendió algo de atención médica?
—Pues déjeme decirle que cuando trabajaba en el hospital, era brigadista y allá nos hacían todo el entrenamiento básico de Enfermeria. Acaso necesita algo más?
-Lo que pasa es que mi sobrina Esther me envió con usted una crema especial para el cuidado de mi piel, y no tengo quien me la aplique, podría usted?
…Yo hubiera pagado por poner mis manos encima de esta veterana, así que le dije que sí y de inmediato se dispuso para que le acicalara su piel, yo baje al primer piso por la crema y cuando regrese al cuarto ella, la tia se encontraba tendida sobre la cama cubierta por una sábana y me estaba mostrando las piernas para que le aplicara su tratamiento.
Tal y como me lo habían enseñado en el hospital, me puse la crema en las manos para calentarla y que de esta forma ella no sintiera frías mis manos. Empecé por untarle sus piernas, las encontré suaves y bien cuidadas; les hacía movimientos firmes pero con mucha delicadeza. Se notaba que había que su piel sido bien cuidada, porque su piel era tersa. Noté también que a ella le gustaba mi masaje, porque se erizaba frecuentemente. Mire a su cara y tenía los ojos cerrados, pero mi mirada se detuvo fue en sus grandes glándulas mamarias, esas tetazas llenaban su pecho y los coronaban unos puntiagudos ángulos, eran sus pezones grandes y parados, y con sus labios los mojaba con su lengua. La tía estaba disfrutando algo más que su relajamiento muscular…la tía estaba arrecha y me estaba usando para su placer.
Me sentí un poco descarado por encontrarme en esta situación. Una madura mayor de edad, muy deseable, quien a pesar de sus años conservaba vestigios de su belleza pasada y sobre todo un cuerpo espectacular. Pero ya a esta altura habíamos decidido lo que iba a ocurrir… ella quería disfrutar de un macho como yo …y yo quería comer una hembra y desfogar en ella una pasión oculta, porque quería probar a esta madura.
Y ese descaro se convirtió en pasión desenfrenada, ella contra cruzo sus piernas así acostada como estaba….y adrede abrió la sabana para mostrarme su monte de venus completamente pelado, afeitado, adornado por un clítoris oscuro y unos labios vaginales grandes y gruesos. Me quede extasiado viendo ese espectáculo y como poseído por un imán, mis manos empezaron a subir por su entrepierna separando la sabana que la cubría y apartando sus rodillas… ella sin tapujos las abrió y me permitió asomar la vista de esa vagina abierta y húmeda. Con una de mis manos, me acomode mi miembro, mi vergo.. para liberarlo de su opresión, y mientras subía por su entrepierna buscando como masajear su vagina, ella ya se había desnudado para mí… y yo no podía hacer menos, así que como pude me quité mi camisa y me agache para llegar a sus piernas con todo el objetivo de mamarle el coño pelado a esta veterana.
Ella se hacia la relajada y casi adormilada abrió sus piernas a más no poder y me acerqué a esa vagina húmeda. Lo primero que sentí fue un olor fuerte a meados que me encantó…. Ese fuerte olor hizo que no me pudiera contener y me comí lleno con mi boca esa vagina hirviente de la tío veterana de Esther…ella apenas sintió mi lengua metida en su entrepierna, soltó un gritico de placer morboso espectacular. Primero empecé con sus labios mayores metiendo la lengua en medio de la raja que los divide …me abalancé contra los labios menores y en ese cañón formado por sus pliegues, encontré un sabor salado delicioso que me apresuré a mamar como un gato ansioso de calmar la sed. Le bese sus labios vaginales y me los chupé y pude notar lo mucho que a ella le gustaba, porque reaccionaba y se movía a cada lenguetazo mío. Mi torso desnudo estaba cercano a sus piernas y ella me abrazó con una de esas piernas grandes, venosas con varices pero bien suaves y depiladas, atrayéndome hacia su caverna húmeda y olorosa y apretándome sobre su coño hambriento.
La tía empezó a dirigir la mamada que le estaba dando, dirigió mis embates apretándome y soltando, dirigiendo cuando quería que le metiera la lengua en su vagina…. Me encantó tomármele sus jugos y no dejar desperdiciar ni un sola gota de ese líquido viscoso que le salía de esa gruta dispuesta a comerse un macho como yó.
Sus manos empezaron a actuar y me llevaron hacia ella,… hacia su torso desnudo que ya no estaba cubierto por ninguna sábana. Me afirmé en mis brazos y pude ver el espectáculo de mujer veterana que se abrió a mi placer. Dos tetazas magníficas grandotas, con una aureola gigante de color café y dos pezones que parecían dos clítoris parados desafiando mi pantalón y su gravedad… me abalancé de inmediato a esos pezones, como invitándome a recordar mis épocas de lactante. Me los metí a la boca y empecé a darle su mamada de teta que ella recibió como a una madre cuidando de su crío. Me consintió acariciándome mi cabeza y se acomodó el pecho para que yo disfrutara de esa teta que soñé pudo haberme amamantado. No se si fué mi imaginación, pero mi boca se llenó de sabor a leche de primera infancia, o tal vez a la leche que le saque a una ex novia mía que habia parido hace poco,… pero recordé de inmediato esa sensación especial de tener a una hembra dándome sus jugos mamarios y me sentí muy feliz de haber venido a visitar a la tia tetona, que más bien era la tia necesitada de sexo.
Cuando me hube saciado de placer y de chupar teta…. me entraron unas ganas terribles de cogerme a esta hembra,… ya no podía verla con respeto por sus años y menos como una familiar política…. solo veía en ella a una perra hambrienta de placer… una hembra que me estaba utilizando para sus fines mórbidos, pero que estaba dándome uno de mis sueños.
Me iba a culiar a esta perra por donde me diera la gana y me iba a cobrar el favor de ir a hacerle su masaje, dándole verga por donde yo quisiera.
Me paré de esa cama para alistarme a ensartarla y me quité mi pantalón. Ella estaba ya muy consciente de lo que iba a gozar y se dejó ver en toda su desnudez. Ella era una hembra arrecha, deliciosa, tetona y con ganas de sexo. Con su pie enyesado que le impedía negarse a mis deseos, pero que eran los mismos de ella. No quise verla a la cara, no me importó para penetrarla por primera vez y quise que primero me presentara su culote, su grande culote el cual me iba a culiar penetrándola como se merecía. Le hice una seña para que se diera media vuelta y me presentara su enorme culo lleno de celulitis; ni si quiera se lo acaricié, le arrodillé en la cama y acomodé mi verga para buscar su chocho…no me esfircé para abrirle la pierna libre y para que me dejara hundirle mi verga de una sola estocada.
Se lo mandé hasta el fondo y sin compasión. Empujé con mis rodillas para metérselo lo más profundo posible, e incluso me tumbé encima de ella para que le llegara hasta la empuñadura. Gritó la muy perra, gritó la veterana y dejó escapar un chillido de puta en celo que lo único que hizo fue excitarme para empezar a bombearle verga intermitentemente pero sin pausa.
La visión que tuve desde esa posición era de sus tetas rebotando con cada uno de mis impulsos, una pierna doblada sobre la otra en una posición que exhibía su culo todavía más grande y dominante, dueño del poder de esta sucia vieja puta en incapacidad de negarse a lo que quería hacerle. Y es que me dieron ganas de hacerla sufrir, de metérselo en esa pose por el hueco del culo, sin pedirle permiso y sin lubricación. Yo sé que una puta como estas no es la primera vez que se deja penetrar por una verga con ganas de comer ano. Pero así le doliera no importa, quería tener esa sensación dominante de poseer lo indebido y sin permiso.
Así que se lo saque de la vagina, le unté de mi saliva y sin pedir permiso, puse la cabeza de mi verga ardiendo en el ojo de su culo…..le entró sin dificultad, es más, la muy puta se empinó para estar más a gusto, me abrió el orto de esta veterana… me dejó hacerle el ojo del culo…así arrecha, ella se volteó y me miró directamente a los ojos, se concentró en mi mirada y como una perra zangana curtida me dijo….”Te gusta??“
Yp no pude aguantar… le hice unos cinco bombazos a su orto complaciente y le clave la verga hasta el fondo lo más que pude….como un jinete cabalgando en pelo de yegua en celo, me derramé, no pude más y le bote mi leche tibia en su culo…suavemente le descargue todos mis efluvios.
Me la comí delicioso y noté como ella descargaba también su semen de puta arrecha cuando me la comía…ella nunca dejó de mirarme a los ojos en esa pasió…. parecía que me gozaba haciéndome disfrutar…. me gustó su mirada maternal como si quisiera enseñarme a disfrutar de su sexo…. Me encantó gozar de esta hembra ansiosa.
Ella me hizo sentir feliz de hacerle un favor…. me prometió estar siempre para mí. Me dijo que era mía cuando me despidió…y me rogó lo siguiete: “No le digas nada a Esther, pero por favor acéptale cuando me envíe la remesa contigo”