La primera vez que follo con mi hermano
Hola ya les conté lo que pasé con mi hermano, de cómo perdí mi virginidad con él, así como nuestro encuentro posterior. Gracias a todo los que han enviado mensajes a mi correo, han sido muchas muy buenas platicas. Y como les prometí, les traigo otro día en mi vida con mi hermano.
Los días en esas vacaciones siguieron pasando y como ya sabrán, mi hermanito y yo gozábamos de lo lindo, teniendo ricas sesiones de sexo por toda la casa, cada que mi mama no estaba, lo único que si cambio, fue que comenzó a usar condón, pues ya los dos primeros días habíamos sido muy imprudentes. Me encantaba sentir como me penetraba escuchar el sonido de nuestros cuerpos chocando cuando me daba duro y hasta el fondo, sentir como me besaba con pasión mientras sus dedos masacraban literalmente mi rajita y mi interior, en fin, era más que increíble.
Un día salí a ver a una amiga pues teníamos una tarea que hacer y ya faltaban 3 días para regresar a la escuela. Cuando regrese ya eran las 5 de la tarde, él estaba en la computadora. Llegue y lo abrace dándole un beso en la mejilla para después voltear su cara y darnos un rico besos en los labios. Después de eso le pregunte qué, que estaba haciendo a lo que él me dijo, estoy comenzando a ver una película, pero es porno y lo puso en la pantalla, era un muchacho muy guapo y fornido por cierto, comenzando a seducir a una morena de unas grandísimas nalgas y pechos envidiables. Lo regresé a ver y le dije, para que ves eso si me tienes a mí y lo puedes hacer en vivo siendo tú el protagonista. Dicho esto, lo comencé a besar e hice que se levantara de la silla, metí mi mano en su short para tocarle su pene, el cual, no solo estaba duro, si no que se sentía muy pegajoso.
Comenzó a quitarme la blusa, para después quitar y tirar al suelo el sostén, empezando a chupar mis senos, lo cual ya hacía con mayor experiencia, no era lo más glorioso, pero iba mejorando. Ya me hacía sentir mejor que las primeras veces, con una mano jugaba con uno y con la boca lamia el otro, para después cambiar, no duro mucho, dejo su labor con mis pechos para pasar a desabrochar mi pantalón, comenzó a bajarlo, al mismo tiempo que él se agachaba para quedar frente a mi rajita, la única barrera ahora era mi calzoncito, el cual rápidamente bajo, sin duda el ver videos lo había puesto a mil y yo afortunadota pagaría el precio je. Paso a lamer mi rajita, usaba sus dedos para separar mis labios vaginales y debes en cuando los metía con delicadeza haciendo que mis piernitas tambalearan un poco, cada que sentía ese escalofrió recorrer mi cuerpo, se levantó y me dijo, ya no aguanto quiero entrar, quiero cogerte.
Jalo la silla quedando de espaldas a la computadora se colocó el preservativo y se sentó, quite por completo mi pantalón y mi calzoncito, los cuales estaban bajados hasta mis pies, me subí sobre él y coloco su pene en mi rajita, moviéndolo de un lado hasta el otro recorriendo toda mi línea vaginal, yo trataba de acompañar sus movimientos con mis caderas, empujando de atrás hacia adelante y viceversa, ya estaba muy caliente y comencé a hacer movimientos hacia debajo de repente como queriendo clavarla en mi interior, pero sin éxito. Cuando en eso regrese a ver la computadora y el chavo del video se la estaba clavando mientras ella estaba en 4 y eso me éxito aún más, perdiendo el control y diciéndole, métemela ya, quiero sentirla hasta el fondo, anda rápido, a lo que hizo caso. La coloco en mi entrada y con su otra mano tomo un costado de mi cintura indicándome que me bajara para comenzar a sentir ese trozote de carne, que da mil placeres y te hace viajar a un sinfín de lugares a la vez. Coloque mis manos sobre sus hombros para agarrarme mejor. Y así comencé a sentir como cada centímetro de él iba entrando poco a poco, llenando mi cuevita. Cuando llego al fondo no dude ni un segundo en ser yo la que marcara el ritmo, yo tenía el control y comencé a subir y abajar como pude. Primero lentamente para acostumbrarme a la posición. Ya después trataba de incrementar el ritmo moviendo mi cadera de arriba abajo.
Volteaba a mirar el monitor y veía como penetraban a la morena y más me prendía, coloque una mano sobre su hombro y la otra sobre su pierna para equilibrarme y tratar de moverme mejor, me dijo que había visto en un video que la chica hacia movimientos circulares con sus caderas y que también de adelante hacia a tras no solo subía y bajaba, puso una mano en una de mis nalgas y la otra en un costado de mi cintura, con eso comenzó a marcar el movimiento que quería que hiciera. Era placentero y sí que me gusto.
Me dijo que ahora ya sabía lo que quería que hiciera, que intercalara en subir y bajar con esos movimientos. Cosa que comencé a hacer muy gustosa. Subía, bajaba y de vez en cuando hacia movimientos con mis caderas. Trataba de chupar mis pechos, pero al estar subiendo y bajando era incómodo para él y no podía hacerlo de buena manera, a lo que yo dejaba ese subir y bajar para solo mover mis caderas y el pudiera por lo menos un poco atender mis pechos los cuales también querían un poco de atención. Después me dijo que me volteara y quedando de espaldas a él me tomo de la cintura y comencé a bajar para meterme nuevamente su miembro en mi rajita, lo que me hizo soltar un gemido, pues era muy rico sentir como entraba nuevamente en mí. Así comencé a subir y bajar nuevamente, sintiendo como me penetraba una y otra vez, de vez en cuando se me escapaban leves gemidos que delataban lo bien que la estaba pasando. Llevo sus manos a mis pechos y mientras jugaba con ellos ayudaba a su vez a marcar el ritmo de la penetración. Los soltó, puso sus manos en mi espalda y empujo mi cuerpo hacia delante haciendo que mis manos cayeran al suelo, como pude continúe subiendo y bajando. Me dijo, no sabes la hermosa vista que tengo, tus nalgas se ven riquísimas y puedo ver cómo te devoras mi pene. Eres mi putita me dijo, cuando en eso me dio una muy buena nalgada, lo que me excito demasiado, aumentando mi cabalgada lo más rápido que podía.
Volvió a hablar para decirme, veo que eso te gusto. A lo que volvió a nalguearme y decirme muévete mi putita cómetela toda, a lo que atine a decirle, si hermanito soy tu putita. Volví a acomodarme, recuperando la postura y levantando nuevamente mi cuerpo para comenzar a subir y bajar a un ritmo muy frenético, lo estaba disfrutando mucho, le decía si dame más, me encanta. Llevo una de sus manos hacia mi vagina y comenzó a jugar con mi clítoris. Era demasiado excitante, no puedo describir las sensaciones que se acumulaban, un prolongado siiii se me escapaba. Hasta que sentí que algo venia y por primera vez en mi vida estaba sintiendo mi primer orgasmo, mis piernas se tambalearon, sentía como por dentro algo se contraía, le dije para por favor, cosa que no hizo caso y agradecí, pues me sentía muy extasiada, estaba en la gloria, me dijo que le encantaba, que lo estaba apretando bien rico y comenzó a bombearme más fuerte. Me dijo que ya casi llegaba, a lo que ahora me decía que me levantara, cosa que hice, me acomodo haciendo que pusiera mis manos sobre la silla, quedando en 4, rápidamente coloco su pene y de un solo golpe lo metió, me comenzó a bombear muy duro y rápido, se escuchaba como chocaba contra mis nalgas, mientras yo le pedía más y más duro. Estábamos poseídos por la pasión, yo no paraba de gemir, era muy rica y excitante la cogida que me estaba dando. Cuando me dijo hermanita ya no aguanto me voy a venir a lo que bajo la velocidad y comenzó a venirse, dándome las ultimas envestidas. La saco y se quitó el condón, enseñándome que se había venido un montón.
Me senté bien sobre la silla quedando recargada, tirando mi cuerpo hacia atrás, con las piernas abiertas sintiendo un frescor en mi rajita con el poco aire que corría, estaba cansada pero satisfecha. Él se sentó sobre el piso y se acomodó sobre una de mis piernas, sentía su respiración aun entre cortada y algo agitado. Puse una de mis manos sobre su cabeza y jugaba con su cabello ligeramente, le dije que había sido mi primer orgasmo y me había encantado. Respondiéndome que trataría de que siempre lograra llegar a él. Nos quedamos callados y así estuvimos hasta que recobramos fuerzas, se acercó a mi rajita y le dio ligeros besos. Y le dijo gracias por el gran placer que me diste. Se levantó, me beso durante unos segundos y me dijo quédate viendo la película en lo que regreso y se fue al baño.
Me levante y acomode la silla frente a la compu, la morena estaba en 4 y el chico la estaba penetrando. Cuál fue mi sorpresa cuando acercaron la toma y vi que no le estaba dando por su conchita, si no por su ano. Me quedé muy atenta mirando a detalle que ni sentí cuando mi hermano regreso. En eso mi hermano se acerca a mí desde atrás me da un beso en la mejilla y acercando su boca a mi oído me dice, no sabes que daría porque me dejaras hacerte eso, sería el hombre más feliz del mundo, que dices hermanita me complacerás. Abrazándome y comenzando a darme de besos en mis mejillas en mi cuello, insistiendo con su pregunta de si lo dejaría.
Yo le contesté, que no sabía, que me daba miedo, le comenté que según había escuchado que dolía mucho. Además, le dije que por ahí hacía del baño, que sería un poco sucio y asqueroso.
El poniéndose frente de mí y volviéndome a besar por donde podía, me dijo que sería muy cuidadoso y que pararía si no me gustaba. Que solo viera a la chica del video como lo estaba disfrutando. Bajo a mi rajita y comenzó a hacerme un rico oral, jugaba con mi clítoris, dándome más placer. Llevo uno de sus dedos hacia mi anito y cuando trato de meterlo, me moví impidiendo que lo hiciera. Me regreso a ver, me sonrió y me dijo, disfruta no te prives de nuevas sensaciones. Volvió a su labor con mi rajita y mi clítoris, cuando me relaje, otra vez llevo su dedo a mi hoyito, esta vez lo deje y logro meterlo, estaba metiendo un dedo en mi conchita, otro en mi anito y con su boca atendía mi clítoris.
Me gusto la sensación. Volvió a pedirme que lo dejara hacerlo por ahí. Termine aceptando, no muy convencida, pero si con la calentura del momento, ya me había logrado excitar, a lo que rápido apago la compu recogió las cosas, me tomo de la mano y nos dirigimos a su cuarto, ya dentro me senté sobre la cama, pensando en si estaría bien hacerlo. Abrió un cajón y saco vaselina, enseñándomela y diciéndome que eso ayudaría a que no me doliera y entrara más fácilmente. Me levanto de la cama y comenzamos a besarnos y sentí como presionaba mis nalgas las estrujaba y hacia lo que quería con ellas, yo estaba nerviosa y muy pensativa en lo que iba hacer, ya sentía que me dolía mucho y ni siquiera me había tocado ahí. Y fue ahí cuando sentí la punta de su dedo tratar de entrar en mi ano, comenzando a jugar con él y haciendo que su dedo entrara un poco. Me beso y después me dijo que por favor me relajara y confiara en él. Así estuvimos besándonos, su pene ya estaba bien duro, lo tomé con mi mano y comencé a pajearlo. El continuaba con su acometida de tratar de dilatar mi ano, la verdad se sentía raro.
Me dijo que me volteara y me pusiera en 4 sobre la cama, tomo la vaselina y la unto en sus dedos, con su mano separo mis nalgas y con la otra comenzó a hurgar mi agujerito colocándole vaselina y así sentí como trataba de meter su dedo el cual fue abriéndose paso poco a poco, se acercó a mi espalda y comenzó a besarla sin apartar su dedo el cual hacia movimientos de penetración suavemente. Yo estaba con los ojos cerrados, pero debo decir que esos besos me relajaron un poco, saco su dedo y unto más vaselina y volvió a su labor ahora dándome besos en mis nalguitas cuando sentí que saco su dedo para intentar meter ahora dos, sentía como jugaba lentamente con mi ano. La verdad no era agradable, pero decidí dejarlo seguir su cometido, yo quería que me lo metiera por mi rajita ya que aún la sentía latir queriendo más. Pero el siguió con su labor para después untarme más vaselina y tratar de introducir tres dedos, lo cual fue un poco más difícil y molesto, aunque los tres dedos los metió más para dilatar mi anito que para hacer función de penetración.
Tomo una almohada y la coloco debajo de mi vientre diciendo que eso me empinaría más y ayudaría a que fuera más fácil todo, tomo su pene y lo comenzó a jugar en mi rajita de arriba abajo, hasta que lo introdujo, se acomodó mejor tomándome de la cintura para penetrarme más a fondo, le dije que porque la había metido si no se había puesto el condón, a lo que me dijo que no me preocupara que solo sería por poco tiempo, debo decir que me encanto sentirlo sin preservativo. Bajo la velocidad con la que me estaba penetrando y con su dedo volvía sobre mi ano, después metió nuevamente dos dedos, como pudo alcanzo la vaselina sin sacármela de mi rajita y unto aún más en mi anito a lo que le dije que me llenaría de vaselina y no de su pene. A lo que él solo se rio, dejo de penetrarme para sacármela y ahora untándose vaselina en su pene pajenadose, con la otra mano, tres dedos invadían mi anito. Ya estas lista me dijo, ahora si llego la hora, esas palabras me pusieron tensa y más nerviosa, sabía que me dolería y sinceramente nunca me paso poder mi virginidad anal ese día.
Puso una segunda almohada sobre la cama según el para que quedara más empinada y eso ayudara a que entrara mejor. Se colocó en posición y lo puso en mi anito, yo cerré los ojos y apreté los labios, el comenzó a presionar con su pene el cual trataba de abrirse paso y romperme, pero no mas no entraba y desistió, para inmediatamente meterme sus dedos, primero uno, después el segundo, hasta que al final metió los tres dedos y seguir dilatándome. Le dije que me molestaba un poco, que me dolía que tuviera más cuidado, que mejor lo dejáramos para otro día. No me hizo caso y regreso a la carga saco sus dedos, colocando su pene en la entrada de mi ano aprovechando la dilatación, logro colocarlo mejor y ahí sentí como comenzó a lograr su cometido. No me gusto para nada y por eso le dije, que se esperara que me estaba comenzando a doler, que ya no metiera más, a lo que no me hizo caso y siguió con su labor. Ya sentía como la cabeza había entrado un poco y me ardía y la verdad era muy doloroso, apretaba las cobijas de la cama y le pedía que por favor ya lo sacara, volvió a intentar ir mas adentro y yo le decía para, para, duele, por favor no sigas, hay ya no sigas me duele mucho, cada que trataba el de empujarlo, yo intentaba echar mi cuerpo hacia delante tratando de enterrarme en la cama para que él no lo metiera.
Yo ya estaba llorando cuando oí un ya falta poquito, por favor hermanita aguanta, te va gustar una vez que pasé el dolor. Lo cual para nada me tranquilizo, pues yo estaba sintiendo mucho dolor, cuando en eso sentí que su cuerpo chocaba con el mío, con lo cual era obvio que ya me la había metido toda.
No te muevas me duele, por favor ya sácala mejor, me está doliendo mucho. Fue lo que atine a decir, ya lograste lo que querías, ahora déjame y sácala, ya no quiero hacer esto, termine de decirle. Pero no lo saco. Al contrario, así estuvo uno o dos minutos los cuales para mi parecieron horas.
Comenzó a sacarla poco a poco diciendo que le gustaba como se la apretaba, que se sentía maravillosa la presión. Yo no sentía lo mismo, yo quería dejar todo ahí, ya me había partido. Cuando sentí que ya casi todo había salido, volvió a meterlo poco a poco, a lo que traté de zafarme, le volví a decir que parara, pero si no hizo caso la primera vez, ahora que lo había logrado menos pararía. Otra vez había llegado al fondo, me encanta dijo. Cuando otra vez se fue saliendo, para nuevamente cuando ya casi salía todo volver a meterlo, pero esta vez de un solo jalón a lo que grité y le dije unas cuantas groserías pues me dolió. Comenzó a moverse para hacer movimientos de penetración, esta vez ya eran más sus movimientos. Le dije, que terminara ya por favor, a lo que me dijo si que ya casi terminaba, no dejaba de repetir lo mucho que le encantaba dentro de mí, acelero otro poco y sentí como me presiono fuerte las caderas para decir un siii con lo cual se vacío dentro de mi convulsionado su pene hasta votar lo último y por fin sacarlo de mi interior, para después acostarse en la cama, intento besarme, pero yo estaba molesta y le voltee la cara, miraba hacia la pared y sentía como la última lagrima recorría mi mejilla, mientras mi ano palpitaba de dolor. Pasaba su mano sobre mi espalda, me hablo pidiéndome disculpas diciendo un sinfín de cosas que no preste atención…
Una vez que sentí que me había pasado un poco el dolo, me fui a mi cuarto sin decirle una sola palabra, iba muy molesta. Sentí como lo último de su semen salía de mi ano cuando caminaba a mi cuarto. Había sido un gran día con mi primer orgasmo, pero termino siendo a la vez el peor, por el dolor que me provoco ese primer anal.
Pues así fue mi primera dolorosísima vez anal, ahora ya es diferente me encanta el sexo anal, pero ese día no quería saber más del tema. Besos acomodencelos donde mas les guste.