Mi esposa termina follando a nuestro hijo
Llevaba casado con Lina veinte años, y de cuyo matrimonio habíamos tenido un solo hijo, Daniel, el cual contaba con dieciocho años recién cumplidos cuando ocurrió lo que voy a contarles.
Lina pese a sus cuarenta y dos años, continua siendo una mujer bastante bien conservada, y con una figura envidiable. Su peso no supera los sesenta kilos, un metro sesenta y cinco de altura, morena, ojos azules, con una delantera no muy grande, pero suficiente y un trasero perfecto. No en vano se cuida muchísimo, frecuentando el gimnasio y la natación, así como cuida bastante su alimentación.
Contrajimos matrimonio a los dos años de conocernos, y al poco tiempo nació nuestro hijo. Durante los primeros años solo nos dedicamos a ese hijo, y dejamos para más adelante la posibilidad de tener un segundo hijo. Pero los años fueron pasando, y pronto me detectaron unos problemas de próstata que dificultaron mis posibilidades de embarazar a mi esposa nuevamente, pese a sus deseos. Mi virilidad se ha visto bastante afectada y con muchas dificultades para mantener la erección, pese a los fármacos que me receta el urólogo.
Mi mujer, como les he indicado se mantiene joven, y además es muy activa sexualmente. Con relativa frecuencia se queda a medias en nuestras relaciones, y pese a que intento el sexo oral, constato que la misma necesita más.
Damián, nuestro hijo, siempre ha sido un buen deportista, y a esa edad de dieciocho años, con 1.80 m de altura se ha convertido en un galán, con un cuerpo bastante fibroso y fornido. Había sacado los ojos azules de su madre, y su buen parecido le hace ser un don Juan entre las chicas de su edad. El no tenía novia aún, pero me constaba que había estado con varias chicas, por lo que era evidente que ya no era virgen.
Las relaciones entre Daniel y su madre eran excelentes, y el la trataba siempre con bastante cariño, e incluso eran frecuentes los abrazos a la misma, hasta el punto de quer en alguna ocasión había visto como incluso la toqueteaba el trasero dándole alguna que otra palmada.
Ocurrió que mi hijo sufrió una lesión deportiva que le obligó a mantener vendada su mano derecha durante casi veinte días. Como quiera que el muchacho no podía ducharse solo, mi esposa se ofreció a ser ella la que lo duchara. En principio era una situación normal entre madre e hijo. No obstante, a los pocos días de haber estado duchando a su hijo, verifique que el comportamiento de mi esposa había cambiado, y que salía agitada y nerviosa tras duchar al hijo. Su cambio fue tan evidente que incluso su carácter fue irascible, y gritaba por cualquier motivo. Intuí que algo había ocurrido que había motivado el comportamiento de mi mujer.
No quise preguntarle, pero me intrigó verificar el porque de aquella agitación. Así que tras pensarlo mucho, a los diez días, cuando deduje que ella iba a duchar a su hijo, me apresuré y traté de llegar a casa temprano. Sin hacer ruido entre en la vivienda y justo en ese momento, ella se dirigía al baño siguiendo a Daniel. Como tenía que ducharlo y se iba a mojar bastante, ella solía ponerse una bata de tela, algo trasparente que usaba cuando se levantaba, que luego se quitaba tras ducharlo.
En esta ocasión, me puse a observar a través del rabillo de la puerta, ya que estaba un poco entreabierta. Ella sabía que estaban solos en casa, y que yo tardaría en llegar del trabajo, por lo que no se preocupó en cerrar totalmente la puerta del baño. Así pude comprobar cómo Lina procedía a desnudar completamente a nuestro hijo. Me quede sorprendido al contemplar los genitales del mismo, ya que aún en estado de reposo eran enormes, al igual que sus testículos. Tras echarle el agua por encima, toco enjabonarlo, me di cuenta del nerviosismo de mi esposa al tener que enjabonar el pene de su hijo. Mucho más cuando tras tomar en su mano el miembro viril, aquel empezó a crecer en su mano percatándome de que adquirió una cierta erección.
-por favor Daniel. … que soy tu madre. ¿Cómo se te ocurre ponerte así? Escuche que le decía nerviosa Lina a su hijo.
-lo siento mama. Pero es que no he podido evitarlo. Se me pone así cuando me tocas.- le dice Daniel.
-Joder. A ver cuando puedes ducharte de una vez solo. Parece que lo hicieras intencionadamente.- le contesta ella.
-Venga mama. No te pongas así. Me gusta cuando me duchas. ¿Acaso ya no me quieres? Le contesto él algo mimoso.
-claro que te quiero hijo. Pero, ….soy una mujer, y verte así… no se me pone nerviosa. Le contestó ella.
Cuando terminó se echarle el agua por encima, procedió a secarlo con la toalla. Observe entonces como al terminar mi hijo se encontraba con una buena excitación. Su pene parecía un misil y con unas dimensiones que a su lado mi pene parecía de miniatura. Me percaté que ello tampoco pasaba desapercibido para Lina, la cual observaba el pene de su hijo mientras lo secaba. Ella no perdió ocasión para tomar aquel vástago en su mano, con la escusa de limpiar los testículos del mismo.
Para colmo, observe como Daniel miraba a su madre de arriba abajo, fijándose en sus pechos, ya que al haberse mojado la tela de la bata, ahora la misma estaba adherida a su piel, y resaltaban los pechos de Lina. Ella tiene unos pezones bastante pronunciados, negros y con aureolas. Me había percatado que como consecuencia del agua y de aquella situación, tenía los pechos empitonados. Y, claro “eso es lo que estaba mirando extasiado Daniel”.
En un momento dado, ella se da cuenta, y le dice:- pero.. ¡Que estas mirando!..¿Estás mirándome los pechos?…serás descarado.
–Lo siento mama. Pero,..no de pongas así. Además seguro que tienes que tener unos pechos preciosos. –le dice Daniel notando cierta excitación en el mismo.
-¿No pretenderás que te los enseñe?- le contesto ella. ¡Habrase visto el descarado!
-Vale. No te enfades mama. Sabes que continúas siendo una mujer muy hermosa. Ya quisieran muchas jóvenes mantener el cuerpo que tienes. Los años no pasan por ti mama. – le dice el de forma aduladora.
-No seas adulador. Le dice ella sonriendo. Sé que lo dices por adularme.
-claro que no mama. Eres muy hermosa. Y tienes un cuerpo perfecto…. He escuchado comentarios de algunos amigos sobre ti. No me lo han dicho directamente pero, les he podido escuchar sin que ellos se dieran cuenta.- le dice de pronto.
Lina, sorprendida por esa revelación de su hijo, le pregunta: – Ah sí… y ¿qué comentarios son esos?
-No se mama. Me da apuro decírtelo. Sabes cómo son los chicos cuando ven pasar a una mujer que les gusta. Le contesta él.
-vamos ahora no me vas a dejar intrigada. Quiero saber que cometan de mí- le dice ella exigente, e intrigada.
-que no mama. Que me da corte decírtelo.- le contesta Daniel evitando revelar lo que había escuchado.
-pues, … como no me lo digas, mañana le pides a tu padre que te duche. No volveré a ducharte más- le dijo ella alzando un poco la voz.
-Coño mama.. Que es un poco fuerte. Vale, si quieres oírlo luego no te quejes. Le contesta. … pues ya sabes: Comentan que tienes un buen cuerpo “para echarte un par de polvos”.
-eso dicen de mí. ¡Qué descarados!. Le dice ella sonrojada. Y luego mirándolo a la cara le pregunta. Vale esa es la opinión de tus amigos. Pero ¿y tú qué opinas del cuerpo de tu madre?
Daniel se quedó como petrificado, y mirándola. Creo que no se esperaba la pregunta directa realizada por su madre. Tras sobreponerse le dice:- de verdad quieres que te diga mi opinión. Pero te la diré si prometes no enfadarte.
Ella le contesta: -vale no me enfadaré. A ver ¿qué opinas tu?.
Daniel enrojece, y le contesta: -joder mama. “Que si no fueras mi madre te echaría un buen polvo”.
Lina se quedó excitada. Ello pude detectarlo. Terminó de secarlo y tras colocarle la ropa salió del baño sin decir nada. Yo ya había vuelto a salir de la casa para evitar ser descubierto. Al rato llegue yo, pero no dije nada. Sé que esa noche ella intentó hacer el amor, notando que se encontraba sumamente excitada. Pese a que me esforcé y mantuve una erección, alcanzando ella el orgasmo, en el fondo sabía que ella quería más. Era evidente, que ver los genitales de su hijo, y aquel enorme aparato entre sus piernas la había excitado sobremanera.
Fueron pasando los días. Y así llego la fecha previa a que a que le retiraran los vendajes. Con gran lujuria, volví acudir esa tarde mucho antes a casa, y pude contemplar nuevamente el momento en que Lina estaba secando el manubrio de su hijo. La puerta estaba igualmente un poco abierta, por lo que no me fue difícil contemplar el espectáculo. Contemple, como Lina, tomaba en sus manos el cipote de su hijo, y se recreaba bastante mientras con la otra mano le secaba sus testículos. El pene del mismo creció en sus manos, y sorprendió a Lina que miró a su hijo. Por su parte, esta vez Daniel no se quedó quieto sino que con una de sus manos, aún vendadas las pasó por encima de los pechos de mi mujer.
-que haces Daniel. ¡Sabes que esto no está bien!.- le dijo ella sin soltar la tranca del chaval.
-anda mama. Déjame ver tus pechos. ¡Sabes que me muero por vértelos!- le dijo el de forma descarada.
-¡estás loco! Sabes que eso no puedo hacerlo. ¿Cómo se te ocurre?
Lina notaba como la tranca de su hijo se ponía cada vez más dura. Dedujo que el chico quizás no se había masturbado durante esos días al tener las manos vendadas y le dio pena. Por ello le dijo:- ¿Cuánto hace que no te masturbas?
-Mama… mucho tiempo. Con estas manos así no he podido. Y ya ves como estoy.- le contesta.
-eres un degenerado. ¿Acaso pretendes que tu madre te ayude masturbarte? Le dice ella sumamente excitada.
-¿No harías eso por tu hijo? le pregunta él con una sonrisa en su boca.
Ella le mira, y se queda quieta. Observa la tranca del muchacho a pleno rendimiento, y vuelve a tomarla en su mano diciendo. Eres un embaucador. Espero que esto nunca salga de aquí. Si lo llega a saber tu padre .. No sé lo que puede ocurrir.
No me lo podía creer. “Mi mujer aceptó hacerla una paja a su propio hijo”. Me quede excitado mientras contemplaba como ella tomaba el cipote del muchacho en sus manos y comenzaba a masturbarlo. Mientras lo hacía logró descapullar el pene, viendo como sobresalía el glande. En ese momento, Daniel le dice:- anda mama. Déjame ver tus tetas. Seguro que con ella me termino de correr.
Lina lo mira a la cara, duda sobre qué hacer, pero al final, sin decirle nada, se abre la bata y se queda con el sostén y su braga. Luego se desata el sostén y aparecen ante los ojos de su hijo aquel par de pechos preciosos, aún firmes, con aquellas aureolas, y sobre todo los pezones bien puntiagudos. Daniel al ver a su madre exclama: -joder mama. ¡Pero qué buena que estas!. Que pechos tienes. Ni la mejor de mis amigas tiene unos pechos como los tuyos.
-¿de verdad te gustan?- exclama ella excitada sin dejar de manipular la herramienta del hijo.
-Joder mama. Están perfectos para una “cubana”. Le dijo el muy descarado.
Ella lo mira a la cara, y sin más, coloca la polla de su hijo entre sus tetas y comienza a masajear la misma haciendo pasar la polla del muchacho por entre ambos pechos.
-oh si mama. Así… que bien lo haces… joder como me estas poniendo.- le decía él.
Al momento observo, sin poder contenerse el pene de Daniel comienza a soltar ingentes cantidades de semen, los cuales fueron a parar el pecho de mi mujer, y algunos lechazos lo fueron cerca de su cara.- oh joder como me estas poniendo- exclamo ella.
-oh mama que bueno ooo- decía mientras seguía deslechandose sobre el cuerpo de su madre. Parecía un surtidor. Era obvio que llevaba tiempo sin correrse.
Cuando finalizó, observe en el espejo, la cara y cuerpo de Lina. Tenía varios restos de semen cerca de su cara y nariz, y gran parte de sus pechos. Mi esposa estaba sumamente excitada al contemplar como el semental de su hijo se había corrido ante ella.
-vaya. Si que tenías ganas. Me has dejado totalmente pringada. ¿Mira como me has puesto?. Si tu padre me ve así creerá que soy una verdadera puta.
Ella volvió a lavar la polla del hijo, contemplando que mientras le lavaba los huevos y el pene, como este volvía a endurecerse en sus manos. Por ello le miro admirada: ¡pero… ¿Cómo es posible? Te acabas de correr y ya estas así otra vez? ¡Qué vitalidad!.
Ella comenzó a lavarse un poco la cara y le dijo: -mejor sal del baño. Me has dejado tan pringada con tu leche, que no me queda otra que ducharme.
Ante ello me retire rapidamente. Note a Lina sumamente excitada esa noche. Me tomo la polla en varias ocasiones y aunque pude mantener una erección, para ella no fue suficiente. Era obvio que haber contemplado a su hijo, con aquella pieza y la forma de correrse, la había trastornado.
Me quede preocupado con aquello. Pero en el fondo comprendí a mi esposa. Ella era una mujer joven, bella, y con necesidades de sexo. Tras mucho meditarlo me dije: -¿con quien mejor me podría poner los cuernos que con mi propio hijo? Sé que es una locura, pero la comprendo. Mi enfermedad no me permite satisfacerla totalmente como se merece, y me gustaría que ella disfrutara.
Al día siguiente le quitaron las vendas a Daniel, por lo que cesó aquellos encuentros. Sin embargo, notaba que en cuanto me distraía mi hijo aprovechaba cualquier oportunidad para toquetear su madre más de lo normal. Ya no se limitaba a palmadas en el trasero, sino que en varias ocasiones la tomaba por detrás y la cogía por sus pechos, al tiempo que le acercaba su vástago al trasero de mi esposa. Ella lo separaba, pero el volvía a la carga. En cierta ocasión, pensando ellos que no los vigilaba, mientras ella había entrado al dormitorio de mi hijo, este la echó sobre la cama y se puso encima de ella y le metía sus manos entre su entrepierna. Ella le dijo: -Estás loco. Que puede vernos tu padre.
-Joder mama. Me tienes loco. “Un día de esto voy a tener que follarte”- le dijo el de repente.
-pero que dices. Joder .. ¡Que soy tu madre! Como se te ocurre decirme eso- le decía ella superexcitada.
-vamos mama. Conozco los problemas de la enfermedad de papa. Sé que tú necesitas más. Eres joven. Necesitas una tranca como la mía dentro de tu coño. ¿Acaso vas a negarlo? Le contestó el con una caradura tremenda.
-pero que te crees que soy. ¡Una puta!. ¡Respétame que soy tu madre! Le decía excitada, mientras Daniel le metía mano por entre las piernas de ella buscando alcanzar sus bragas.
-pero ¡estate quieto…!. – le decía mientras se revolvía intentando evitar que la manos del hijo alcanzaran su tesoro. Pero la fuerza de Daniel era muy superior a la de ella, y pese a que se resistía contemplé como pronto mi hijo remangó la falda de mi esposa, dejando sus preciosos muslos al descubierto y quedando solo con su braga. Al momento los dedos de Daniel apartaron la braga y alcanzaron la vagina de Lina:- oh cabron… no me toques ahí.. Pero déjame… ooo
-joder mama. Te resistes, pero tiene todo el coño empapado.
Mi hijo se excito al ver el coño de mi esposa, con aquella mata de vello bien arreglado, lo que hizo que sin mucho esfuerzo lograra bajar las bragas de Lina por sus piernas dejándola con el chochete al aire.- oh pero que haces … para nooo
Sin responderle, observo atónito como mi hijo baja su cara hasta la entrepierna de mi esposa, y comienza a comerle el coñito. –oh no que haces ..¿Me lo vas a comer?.. o cabron siii.. sigue oooo
Observe que Lina comenzó a disfrutar de la comida de sexo que le estaba dando su propio hijo, contemplando cómo no tardó mucho en alcanzar su orgasmo. Me quede petrificado al contemplar como presa de excitación ella toma la cabeza de su hijo entre sus manos y la empuja contra su coño para poder correrse mejor.- oh cabron me corro ooo siiii
Cuando terminó, ella se levantó y le dijo:- oh Daniel que has hecho. ¿Cómo se te ocurre hacerle esto a tu madre?
-¿acaso no te ha gustado?- le pregunto el.
-claro. Pero no debemos. Esto es incesto- le contesto ella.
-Me importa un comino que sea incesto mama. Quiero meterte mi polla. Sé que llevas tiempo deseándolo. Te voy a follar ese coñito como Dios manda.
-por Dios Daniel para. Que tu padre esta fuera.-le dijo.
-Pues vete preparándote, porque en estos días te voy echar un buen polvo mama. Hasta ese culito será mío ¿seguro que papa nunca te lo ha cogido?- le manifestó el.
-claro que no. Por el culo. ¿y con la tranca que te gastas?.- exclamo ella excitada.
Ella como pudo se recuperó y salió de la habitación de mi hijo, pero antes me retiré yo.
Yo también estaba excitado. Sabía que Daniel iba a follarse a su madre en cualquier momento. De eso no que quedaba la menor duda. Pero necesitaba contemplar ese encuentro. En el fondo me estaba convirtiendo en un empedernido voyeur.
Tras pensarlo y meditarlo, decidí comprar unas cámaras de video y colocarlas en mi dormitorio, en la sala y en la cocina, y hasta en el dormitorio de mi propio hijo. Tal era mi obsesión. Tras adquirir las mismas, tome conocimiento de cómo se colocaban, aprovechando la ausencia de ellos, logré colocarlas de tal forma que podía grabar perfectamente lo que ocurría en cada una de las habitaciones. El aparato permitía grabar bastantes horas de grabación, incluso días, y era muy difícil de ser detectado. Ese fin de semana, le dije a mi esposa e hijo que tenía que marchar de viaje por motivos laborales y que iba a estar todo el fin de semana desde el viernes hasta casi el domingo fuera de casa. Note la mirada que le echó Daniel a mi esposa.
Puse a grabar la cámara y salí de viaje. Sabía lo que iba a ocurrir. Transcurrió los tres días, y al final regresé a la casa. Al llegar me encontré a Lina, que me saludo muy entusiastamente. La notaba bien relajada. Sabía que algo había ocurrido. Estaba deseoso por visualizar el contenido de las cámaras. El lunes, me las lleve y decidí visualizarlas en mi propio lugar de trabajo. Ese día no tenía citas con nadie, e iba a estar solo, por lo que puse un letrero de que me encontraba ausente.
Me senté y comencé a visualizar las cámaras. Comprobé que ese mismo día, viernes en la noche, tras marcharme, Daniel se acercó durante la cena a su madre que se encontraba fregando la loza y la abraza por detrás. Ella no le dice nada, pero al girarse el la besa suavemente en la boca. Noto asombrado como Lina responde a ese beso. El al momento la comienza a sobar, tocándole sus pechos y su trasero.
-oh Daniel. No sigas- le decía ella.
-Mama. Sabes que hoy serás mía. Te voy a echar el polvo mejor de tu vida.-le decía él.
Ella se dejó hacer, mientras el le desabrochaba la blusa y luego soltaba su sostén dejando a mi esposa desnuda de medio arriba:- oh mama que tetas. Y al momento comenzó a mamárselas como si fuera un verdadero glotón. Devoraba sus tetas entre sus labios sacando verdaderos gemidos a Lina.
Pronto le bajó la falda, retirando la braga, y dejando a mi esposa completamente desnuda. Le comenzó a comer sus nalgas, e incluso le lamio su ano:-oh no cabrón que me haces ooo por favor no sigas ooo
Era evidente que Lina estaba entregada. Estaba decidida a entregarse a su hijo. Pronto el la cargó en brazos y la llevó hasta nuestro dormitorio. Tras dejarla echada sobre la cama, el procedió a desnudarse, quedando ambos completamente en pelotas. No podía dar crédito a lo que mis ojos veían: mi esposa estaba resignada a que su hijo la follara.
Daniel mantenía una erección de campeonato, y observando a Lina, esta se mostraba ansiosa y excitada, especialmente al contemplar la tremenda espada que blandía su hijo entre sus piernas: oh Daniel como estas. No pretenderás meterme todo eso. ¡Estás loco!
-te la voy a clavar todita mama. Sé que las estas deseando. Y sin más se metió entre las piernas de ella, y acercó su daga al coño de su madre, y le puso el prepucio entre sus labios vaginales. Ella le miro, mientras contempló como de una estocada Daniel le metía más de la mitad de su cipote dentro de su cuquita: oh despacio ooo que grande…despacio
Pero Daniel lejos de amilanarse, de un certero golpe de riñones le terminó de encajar toda su tranca hasta la misma base: oh ..
Tras unos primeros momentos, Daniel comenzó a entrar y salir dentro de su coñito con aquella poderosa tranca abriendo como nunca la panocha de mi esposa. Los gemidos de Lina no se hicieron esperar, contemplando como comenzaba a disfrutar de la tremenda cogida que le estaba propinando su hijo. Oh Daniel sii o como me llenas siii
Lina abajo, abría totalmente sus piernas y Daniel la bombeaba a toda velocidad. Por momentos se la dejaba clavada bien adentro, contemplando como tenía bien ensartada a su madre, mientras ella le miraba con cara de autentica lujuria, jadiaba, gemía y le decía; – Oh cabronazo. Al final lo has conseguido. Te estás follando a tu propia madre. Y mientras le abrazaba sus nalgas con sus piernas, para que la penetración fuera más profunda.
Mi esposa no tardó en tener su primer orgasmo y a este le siguieron dos más, casi seguidos. La notaba agotada y entregada. Mientras Daniel mantenía una penetración vigorosa. Creo que Lina se dio cuenta de que se iba a correr y le dijo:- oh Daniel tienes que hacerlo fuera. No estoy protegida.
Pero mi hijo le dijo:- vamos mama. Necesitas mi leche. Sabes de sobra que me voy a correr dentro.
-estás loco ¿y si me dejas embarazada?
-pues tendré otro hermanito. Pero seguro que te voy a llenar mama. Oh si ya me viene. – le decía mientras observaba como tensaba su cuerpo y se dejaba ir dentro de su madre. El cabronazo no solo se la estaba follando, sino que se estaba corriendo dentro. Mi mujer es aún fértil, y no se cuidaba, por lo que las posibilidades de un embarazo aún eran bastante probables.
-oh Daniel lo estás haciendo ooo me vas a llenar o…- por las expresiones de mi esposa se veía que le estaba llenando su coñito. Me di cuenta que Daniel estaba teniendo una venida monumental, ya que mi esposa le decía que no dejaba de aventar leche. Lina cerró entonces los ojos y comenzó de nuevo a convulsionarse entrando en un nuevo orgasmo. Se corrieron al mismo tiempo, algo que nunca había conseguido conmigo. Era evidente que mi hijo era un autentico semental.
Estás loco hijo. ¿Cómo se te ocurre correrte dentro… ya te dije que no estoy protegida. Mira como me has llenado… aun me escurre tu semen.
Se quedaron en la cama de dormitorio, y contemple que esa noche se la volvió a coger de madrugada nuevamente. En todas las veces se corrió dentro. El sábado, ya en la tarde noche, mi mujer le preguntó a Daniel: -¿hoy no vas a salir con tus amigos?
-tú quieres que salga- le pregunta él.
Ella me mira, se sienta en sus piernas y le dice:- ¿no me digas que quieres volver a cogerte a tu madre?
-¿acaso no lo estas deseando? Se que necesitas sentir de nuevo mi tranca. Verdad… ¡a partir de ahora eres mi putita!.. te voy a dar mucha polla mama.- le dijo de forma insolente.
-Sabes que me gusta. Pero no está bien esto. Yo quiero a tu padre.- le contesto ella.
-ya. Pero sabes que papa no puede darte lo que tu necesitas. Mejor con tu hijo que hacerlo con otro ¿no crees?- le dice el.
-Yo nunca lo haría con otro.- le dice ella.
-Lo sé mama. Pero sabes que estás muy necesitada. He visto que eres una mujer muy activa sexualmente. Sufre reprimiéndote. Yo te voy a satisfacer plenamente.- le dijo sonriendo.
-Pero… estos días no podemos hacerlo. Creo que estoy en mis días fértiles. Todavía ovulo bien. Si te corres dentro otra vez, ¡seguro que me preñas!- por eso no podemos hacerlo este fin de semana.
El la mira a los ojos, y le dice: He dejado de salir con los hijos, porque soñaba con follarte todo este fin de semana.
-pero es peligroso hijo. Le contesto ella.
Sin embargo, Daniel se coloca detrás de ella, la pone mirando hacia el espejo que se encuentra en la sala, y hace que ella ponga sus manos sobre la pequeña mesita allí existente. Le levanta el vestido, la hace agacharse y le baja las bragas suavemente.
-oh Daniel. ¡Qué vas hacerme!–
El la coloca en cuatro, y le dice:- te voy a montar con una verdadera putita.
Oh Daniel..eres un cabronazo. ¡Así que quieres montar a tu madre!. ¡A que esperas!
Y se colocó en forma tal, invitándolo a montarla.
El se bajó el pantalón extrayendo u tremendo falo, a pleno rendimiento de nuevo. Se acerca hasta ella, le separa sus piernas, y acerca su daga hasta su raja: su pene entró en la cavidad de mi esposa como una espada.
-o si cabron monta a tu madre..siii. Comenzó un mete y saca tremendo, bombeándola sin piedad. Ella le miraba a través del espejo, lo que encelo más a mi hijo, que comenzó a penetrarla con gran fuerza, logrando sacar a su madre un orgasmo. Pero el continuo bombeándola, hasta que me di cuenta de que se estaba tensando, signo evidente de que estaba a punto de descargar de nuevo.
-Daniel no te corras dentro… que me preñas. Oh no… ¡lo estás haciendo!… cabrón… me vas a preñar….
Mi hijo no atendió a sus ruegos y volvió a descargar dentro de Lina una y otra vez.
-Oh mami que corrida….. Me vengo oh … si…que chochito más caliente..
Por la expresión de su cara me percaté de que se corrió de forma bestial. Se ve que estuvo lanzando lechada tras lechada en el coño de mi señora, hasta que por fin quedó derrumbado detrás de ella apoyándose en su cuerpo. Cuando termina, ella le dice:
-Pero Daniel. ¡Cómo has podido!… “me has llenado el coño”. Seguro que me has dejado preñada.
Al retirarse, observo claramente en la pantalla como una hilera de semen discurre de su inflamada raja descendiendo por sus piernas. Joder el muy cabronazo se había deslechado dentro de su madre. Y encima estando ella ovulando.
Esa misma noche lo volvieron hacer en la cama. Y el domingo el salió casi todo el día. Ya en la noche regresó a casa. Observo que mi mujer durante ese tiempo se encontraba nerviosa y excitada. Se había colocado una bata. La noto revolverse, mientras veo que mi hijo se toca su tranca sobre el pantalón. Entonces ella, nada más llegar, lo sienta en la silla del comedor de la casa. Se agacha y le baja el pantalón dejándolo desnudo de medio abajo. En ese momento, el pene de Daniel estaba de nuevo como un misil. Al verlo, ella se sonríe y le dice:
– Me has tenido abandonada todo el día. Pero veo que estas bien empalmado!. “Dios como tienes esa tranca..” ¿No te has follado a ninguna amiga ahí fuera?
-que pasa mama. ¡Estas celosilla!
Ella no le contesta sino que se desprende de su bata, y para mi sorpresa queda totalmente desnuda y en pelotas. Daniel sorprendido igualmente, hace que su tranca responda colocándose dura como un fierro, mientras le decía: – Joder mama. ¡Qué putita eres!… ¡veo que estas necesitada de mas polla!. Así que quieres la polla de tu hijo. Pero ¿sabes que me voy a correr de nuevo dentro? Le contesta el cabronazo.
Ella no le contesta, sino que se incorpora y se coloca sobre la polla de su hijo, con decisión de montarlo. Al momento se incrusto su polla en su coño, mientras Daniel le decía: Joder mama. Noto el calor que desprende tu vagina. ¿De verdad estas ovulando?
-ya te lo dije-
Aquello le puso más arrecho, y comenzó a follarla. Lina le terminó de quitar la ropa a su hijo dejándolo completamente en pelotas también.
-joder mami. Qué buena estas. Te voy a dar lo que mereces. Estabas necesitada de mi polla verdad. Eh putita.- le hablaba así porque había visto que esto le excitaba a su madre.
-si cabron. Necesitaba ese pollón. Oh joder como me llenas… sigue así, ufff que delicia… joder… cabronazo vas hacer que me corra… – Lina estaba sumamente caliente, lo que motivo que a los pocos minutos terminara teniendo el primer orgasmo.
Luego, el la tomó en peso y la llevó de nuevo al dormitorio. La echo sobre la cama y comenzó a follarla en posición misionero. Le comenzó a clavar una y otra vez su enorme verga, viendo como Lina estaba tan caliente que lo comenzó a besar en la boca. Ella se abría al máximo para recibir toda la tranca de su hijo, hasta que al final comenzó a tener su segundo orgasmo.
Daniel siguió penetrándola, dentro fuera, dentro fuera… Ella pronto noto que Daniel estaba otra vez por descargar y le dice: – ¿vas a correrte otra vez dentro?… ¿puedes preñarme…?
Lina excitada echa su mano hacia atrás y atrapa los testículos de mi hijo exclamando: -oh cabronazo los tienes hinchados. … oh joder como me abres…. “me dejarías embarazada” …..oh Dios cabrón “como se te está poniendo”. Le mira a la cara y le dice: -. Veo en tu ojos que estas decidido a correrte dentro.
El le sujetó bien ambas manos y comenzó a follarsela con mayor intensidad. Pronto la comenzó a besar presa de una locura contenida. Lina se dio cuenta de que se iba a correr dentro irremisiblemente. Y me dijo: – Cabron no….vas a preñarme…
Al momento vi como Daniel comenzaba a deslecharse dentro de ella nuevamente. Potentes lechadas inundaron el coño de mi mujer, por la forma y expresión de la cara de mi hijo.
Cuando terminan, ella le dice: -cabronazo que polvo me has echado. Me has llenado. Seguro que me has preñado. ¿Cómo se lo digo a tu padre?
Mientras Daniel salía de ella viendo el coño inflamado de su madre y la hilera de semen.
Esa noche contemple que se la follo unas dos veces más, y ya en la mañana se volvió a su dormitorio.
Tras esto cerré la pantalla, y me quedé sorprendido al verificar como tenía una erección como no recordaba en muchos años. Por la noche llegue a casa, y tome a Lina, la puse en cuatro sobre la cama, en parte cabreado por lo ocurrido y en parte sumamente excitado. Pese a ser una situación que hacía tiempo que no ocurría ella se dejo hacer, quizás también porque le remordía la conciencia. Le baje las bragas y tras extraer mi daga contemple que mantenía una buena erección. Sin más, se la clave con dureza, que hasta ella misma se sorprendió:- oh .. que te ocurre hoy. Oh joder como vienes.
Me la estuve follando duramente, logrando que ella alcanzara un orgasmo, al tiempo que termine por eyacular dentro de ella. Algo que no ocurría desde hacía bastante tiempo.
-Que te ha ocurrido hoy. Hacía tiempo que no te encontraba en tal buena forma. – me dijo ella, sin que yo le contestara. Luego ella se dejo dormir a mi lado con cara de satisfacción.
Pasaron las semanas, y a través de las cámaras supe que Daniel se la seguía cogiendo con relativa frecuencia. A los dos meses de aquello, me sorprendió una noche diciéndome:- tengo que contarte algo. Me quede algo preocupado, pensando que me iba a contar lo que ya sabía de su infidelidad con mi hijo. Sin embargo, no fue así:- ¡creo que estoy embarazada! Me espeto de pronto.
-¿embarazada?- le dije casi sin poder creérmelo. Pero en el fondo sabía que era de mi hijo. Pese a que me había corrido dentro de ella al regresar de viaje, sabía a ciencia cierta que era de mi hijo. ¡Qué hacer en ese momento!.
-¿estás segura?- le pregunte tras un rato pensando.
-si me he hecho la prueba en dos ocasiones y ha dado positivo. Mañana tengo cita con el ginecólogo para confirmar. Me contesto.
Luego me miró, y me dijo:- No te veo contento.
-no es eso. Es que no me lo esperaba. A tu edad, bueno… ya sé que sigues siendo fértil. Pero no quiero que te ocurra nada a ti. Luego me repuse, y le dije:- venga. Seguro que todo saldrá bien.
El ginecólogo confirmó el embarazo, y fueron pasando los meses mientras ella iba aumentado su panza, hasta que al final dio a luz una preciosa niña. No obstante me había percatado que hasta pocos meses antes de dar a luz mi hijo tomaba a su madre con relativa frecuencia, aun en estado de preñez como estaba. Todo lo contrario de lo que ocurría conmigo, donde cesaron nuestros encuentros durante esa fase.
Tras los dos tres primeros meses siguientes al alumbramiento, Lina estaba preciosa, y pese a que se desvivía por la niña, la realidad es que había comprobado que mi hijo la seguía buscando, aunque ella se negaba. Tuve que ausentarme de casa durante unos cuantos días, por lo que deje la cámara conectada. Cuando regrese, visualice la misma comprobando que ella se había negado a hacerlo más, pero sin embargo a la siguiente noche, mi hijo llegó algo embriagado, por lo que entró en la habitación donde dormía su madre y tras desnudarla, pese a su oposición, la puso en plan perrito y no solo se la folló por la vagina, sino que hizo algo que nunca habíamos hecho nosotros. Le metió varios dedos en su ano y le dijo: – ha putita. Me tienes bien arrecho. Hoy te voy a encular.
-estás loco. Por ahí no. ni se te ocurra.- le decía ella muy nerviosa ante el estado de embriaguez de su hijo, y al saber que la iba a encular.
Que mierda haces cabrón…? No que me vas a reventar- decía ella.
El puso la punta de su tremenda daga presionando la entrada del ano de Lina, haciendo fuerza para entrar, pero su culito aún virgen no se lo permitía y veía que ella comenzaba a sentir el dolor.
-Para cabrón! Por ahí no! Le decía ella intentando retorcerse, moviéndose hacia adelante e intentando alejarme de Daniel.
-Calle putita. Eres mi zorrita. Eres mia… deja de moverte como una puta!
Le agarró fuertemente por la cadera evitando que me moviera y presionó más fuertemente su miembro por el culo de Lina, observé como empezaba a entrar en el trasero de mi esposa. El dolor tenía que ser desgarrante, por la expresión de la cara de ella.
-Hijo de puta! Me vas a partir!
-Cállate puta! Te la vas a comer como una putita. Siempre te dije que te iba a encular!-Dijo mientras le daba varias nalgadas fuertemente. -Muévete puta! Comienza a mover tu culo de zorra! Tiene que entrar todo…
Ella comenzó a mover su culito, intentando presionar más contra él, mientras el miembro de mi hijo iba entrando despacio dentro de su agujero. Poco a poco aquel pedazo de polla entró, hasta que el hijo de puta de Daniel la agarró por los hombros e hizo fuerza dirigiendo su cuerpo hacia el suyo. Su verga entró fuertemente toda dentro de Lina. Se la había terminado de clavar. Estaba completamente llena y sus huevos chocaban contra su concha.
-Ahh HIJO DE PUTA!!!!
El dolor fue desgarrador, pero el que él se quedó quieto esperando que el cuerpo de Lina se adaptara. Luego le dijo: -Voy a moverme putita, será fuerte y rápido, como te mereces, así que aguanta…
Se aferró fuertemente a las caderas de la madre y comenzó a salir y entrar. Veía como su enorme verga iba saliendo poco a poco de ella, dejándola vacía, para luego endiñársela completamente de nuevo. Esto lo hizo varias veces la misma acción, fuerte y rápido.
-Cabrón! Hijo de puta, me matas!
-Vamos mama. Sé que estas disfrutando zorrita. Al igual que tu coño tu culo tenía hambre de mi polla…-Mientras hablaba sentí su mano hundiéndose entre las piernas de su madre e introduciendo un dedo en su vagina.
-Ahhh…
-Ves zorra! Joder mama estas toda mojada, empapada…-Sacó su dedo y lo introdujo en la boca de su madre. Y mientras siguió taladrando el orto de Lina.
Al momento observe atónito como Lina entraba en un orgasmo: oh cabrón me vengo oo
Cuando vio que su madre terminó, le dio una última estocada de su verga, y al momento comenzó a vaciarse dentro del culito de mi mujer. Cuando terminó, tras salir de ella, observe atónito el tremendo boquete que dejó en el orto de Lina. Igualmente verifique como aparecieron resto de semen expulsados.
-Hijo de puta..lo has conseguido. Me has roto el culo…-Susurró ella mientras caía rendida sobre la cama.
No pude contenerme más, y me vi obligado a masturbarme consiguiendo una eyaculación copiosa.
Era alucinante. Mi hijo en el fondo me había brindado una forma de satisfacer también mis ansias sexuales, aumentado mi libido, y al propio tiempo satisfaciendo plenamente a su madre.