Una orgía única en medio del campo ¡Impensable!

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Dos jóvenes que se conocieron por una web de citas están sentados a la mesa de un bar. Ella se llama Patricia tiene 21 años y mide 1.70 de estatura, es rubia de ojos marrones, tiene todo muy bien puesto. El se llama Eduardo, tiene 26 años, mide 1.77, es moreno, no es gordo ni flaco. Patricia le estaba diciendo a Eduardo:

-… Hoy toca sexo duro y guarro.

-¿Qué quieres decir con eso?

-¿Ya te comieron el culo?

-Aún no, pero no me gustaría que me lo comieras.

-Te lo comería y te desvirgaría

-No podrías, algún dedo ya entró en él. ¿Algo más?

-Sí, mearé en tu cara…

Patricia estaba tan buena que a Eduardo todo lo que dijera le parecía bien.

-La lluvia dorada debe ser una gozada.

-Eres el hombre que necesito. Acaba la cerveza que nos vamos.

Poco después entraban en una lujosa casa de campo. Los recibió en la puerta un perro de raza dálmata que era casi tan alto cómo Eduardo y que calzaba patucos de terciopelo, Patricia le acarició la cabeza, y le dijo:

-¿Me echaste de menos, Roco?

El perro dejó que echase a andar y le olió el culo, y después se lo olió a él.

Llegaron a una sala y vio sentados en un sillón a un bombón llamado Janet y a un guiri mas raro que un gato verde. Él guiri tendría unos 70 años.Vestía un traje gris con rayas negras, calzaba botas negras, llevaba un monóculo y tenía en la mano un bastón con empuñadura de plata. Janet era rubia, de pelo largo, de ojos azules y muy alta, llevaba puesto un vestido largo de color negro, unos zapatos de tacón de aguja a juego con el vestido y le estaba dando de beber whisky al viejo por un vaso de tubo. Al viejo guiri se le cayó el monóculo, Janet se lo volvió a poner. El viejo guiri miró a Eduardo de abajo a arriba, y le dijo a Patricia:

-Let the game begin (Que comience el juego.)

No hubo presentaciones. Patricia puso al perro en el pasillo, cerró la puerta de la sala, y le preguntó a Eduardo:

-¿Listo para la acción?

Eduardo mirando para el viejo guiri, le respondió con otra pregunta:

-¿Y ese quien coño es? ¿Está inútil?

A Patricia le dio la risa.

-¡No!

-En mi vida vi a alguien tan flojo

-Si, su asistenta se lo hace todo.

-¿Y que hace aquí?

-Es un boyeur. Paga por mirar.

Eduardo iba de sorpresa en sorpresa.

-¡¿Eres una puta?!

-Prefiero que me llamen meretriz.

-A ver, a ver. Tú eres puta, él es un mirón… ¿Y yo que gano con esto?

-Follarme gratis. ¿Te parece poco?

-No, poco no es.

Se desnudaron mirando el uno para la otra. El viejo guiri, o era maricón, o ya había visto la estrecha cintura de Patricia, sus anchas caderas, su redondo culo, el coño rasurado y las aperadas tetas con areolas marrones y gordos pezones, ya que no hacía más que mirar para la polla y el culo de Eduardo. Con las dos manos apoyadas en el bastón, le dijo a Patricia:

-Lick his ass (Lame su culo.)

Eduardo le preguntó a Patricia:

-¿Qué dijo el chalado ese?

-Que te lama el culo.

A Eduardo le gustó la idea.

-Mira, a lo mejor no está tan loco cómo yo pensaba.

Patricia cogió unas toallitas perfumados en el cajón de un mueble, le limpió el culo y los huevos y después los tiró en el piso, se puso en cuclillas, le abrió las nalgas y su lengua le lamió el periné y el ojete unas cuantas veces, para luego follárselo con la lengua y seguir lamiendo. A Eduardo se le puso la polla tiesa. Janet le sacó la verga flácida al viejo guiri, una polla que parecía la de un burro. Patricia volvió al cajón, cogió unas esposas y le esposó las manos a la espalda. Luego cogió una correa de perro y se la puso al cuello, Eduardo estaba tan cachondo que se dejó hacer. Después le dio la correa a Janet, que atrajo a Eduardo hacia ella y le comió la boca, mientras tanto, Patricia, volvió al cajón y cogió un arnés con una polla de goma, lo puso, lo untó con crema y fue junto a Eduardo. Al ver que traía en la mano, le dijo:

-¡La madre que te parió! ¡¡Ni se te ocurra!!

Janet tiró de la correa y Eduardo quedó en posición para que Patricia se la clavara en el culo, y se la clavó hasta la mitad de una estocada. A Eduardo no le gustaba que le dieran por culo, el viejo guiri y Janet reían viendo la cara que ponía, Eduardo, dijo:

-¡Hijos de puta!

Patricia lo cogió por la cintura, se la clavó hasta el fondo y después moviendo el culo de atrás hacia delante y de delante hacia atrás le dio caña brava.

-Hijos de puta, eh. ¡Tomaaaaa, tomaaaaaa, tomaaaaaa, tomaaaaaa…!

A Eduardo lo comían los demonios.

-¡Cuando me sueltes te desgracio!

-¡¿A mí, mamón?! ¡¡Tomaaaaaa, tomaaaaa, tomaaaaa, tomaaaa…!!

A Eduardo le empezó a gustar. La polla se le puso dura cómo una piedra, Patricia con una mano le cogió la polla y lo masturbó y con la palma de la mano de la otra le calentó las nalgas, y le dijo:

-A todos os acaba gustando. Sois todos medio maricas.

Al rato Eduardo gemía cómo un marica. Janet, meneando la verga del viejo guiri, que ahora estaba, morcillona, le dijo:

-You like it, dog. (Te gusta, perro.)

Cómo no entendía lo que dijo, le espetó:

-Tu madre, por las dudas.

Patricia sacudiendo su polla más aprisa y dándole por el culo a toda hostia, le dijo:

-Te llamó por tu nombre. ¡Perro!

Eduardo se incorporó con toda la polla de goma dentro del culo y comenzó a correrse. Janet le cogió la polla y se la metió en la boca del viejo guiri, que mamó y se tragó la leche con tal ansiedad que mismo parecía que se estaba bebiendo el elixir de la eterna juventud.

Al acabar de correrse, le preguntó Eduardo al viejo guiri:

-¿Estaba buena, cabronazo?

El viejo guiri se limitó a sonreír. Le respondió Patricia:

-Le encanta la leche de hombre.

-Y lo vi, ya. Suéltame

-¿Te vas a comportar?

-Si, mujer, lo que dije era sin saber que… Eso.

Eso era que le había gustado que le diera por culo.

Patricia le quitó la correa y se quitó ella el arnés con polla y devolvió ambos al cajón, cogió la llave y le quitó las esposas. Janet dejó de menearle la polla al viejo guiri y se puso en pie, Patricia fue a su lado y a menos de un metro del viejo guiri la desnudó. No le dio mucho trabajo. Solo tuvo que bajarle la cremallera de la espalda del vestido, el vestido cayó al piso y Janet quedo solo con los zapatos de tacón de aguja. Janet era mucho más baja que ella. Su boca quedaba poco más arriba de sus tetas, unas tetas redondas, con areolas color carne y pequeños pezones, se las amasó, se las mamó y le dijo a Eduardo.

-Cómele el culo.

Eduardo se agachó detrás de Janet, le separó las nalgas con las manos y le comió el culo. El viejo guiri, mirando cómo le comían a su secretaria el culo, las tetas y después el coño, se masturbó tan lentamente que su mano apenas se movía Realmente era flojo, muy flojo.

Las lenguas de Eduardo y de Patricia lamieron el culo y el coño… La lengua de patricia ya se llenaba de jugos y el coño y el culo de Janet palpitaban cuando le dijo el viejo guiri.

-Time to fuck, Janet (Hora de follar, Janet).

Janet hizo que Eduardo se echase boca arriba sobre la alfombra. Lo montó, metió la polla dentro de su coño, y dándole las tetas a mamar, le dijo:

-Make me cum (Hazme correr.)

Eduardo mamando las tetas y cogiéndole el culo le dio caña. Janet ya estaba madura. Al rato, comiendo la boca de Eduardo y acompasando sus clavadas de polla con sus movimientos de culo, le dijo:

-¡¡I cum!!

Al correrse, Patricia, que estaba de pie a su lado, comenzó a mear por ellos. Los chorros de meo caían en la cara y en la boca de Janet y después bajaban empando la cara de Eduardo.

El viejo guiri movió su mano con rapidez, pero no consiguió llegar.

Janet, al acabar de correrse, y cubierta de meo, fue junto al viejo guiri, cogió su verga, la puso en la entrada del coño. Se sentó sobre ella y la metió hasta el fondo.

La alfombra estaba empapada cuando Patricia se puso sobre ella en la posición del perrito. Eduardo, con un empalme brutal, se puso detrás de ella y se la clavó en el coño…Estaban follando cómo descosidos cuando se movió la manilla de la puerta de la sala, alguien la estaba abriendo la puerta, era el perro, que sin hacer ruido llegó junto a Eduardo y le puso las patas en los hombros. Eduardo giró la cabeza, vio al bicharraco y exclamó:

-¡Coñoooooo!

Quiso zafarse pero el dálmata, de unos treinta quilos de peso, le gruñó al oído y se acojonó. Patricia se echó sobre la alfombra, Eduardo quedó pegado a ella. El dálmata quería meter en Eduardo pero lo que le folló la espalda primero y las nalgas después. Eduardo volvió a follar a patricia, y le dijo:

-Querías que me diera por culo un perro, cabrona.

-Quien paga, manda.

-¡Manda mierda! ¡¡Por querer joderme te voy a reventar el culo!!

Craso error, al quitarla del coño para meterla en su ano levantó el culo. El perro se la clavó hasta las trancas y después le dio: «Zas zas zas zas zas zas zas zas…» Eduardo estaba desesperado.

-¡Me cago en todo lo que se menea!

El perro paró de clavarlo y se quedó quieto. Eduardo volvió a meter la polla dentro del coño y folló a Patricia. Para follarla tenía que mover en culo hacia delante y hacia atrás con la polla del perro dentro del culo. Le gustó desde el segundo uno… Al rato el perro se corrió dentro de su culo y él se corrió dentro del coño de Patricia. Al ver el viejo guiri la cara de Eduardo al correrse, le vino y le dijo a Janet:

-Cum with me (Córrete conmigo.)

Janet movió el culo alrededor y con voz dulce, dijo:

-¡I´m cuming! (Me corro.)

Al quitarse Eduardo de encima de Patricia, la joven se dio la vuelta, el dálmata fue a su lado y le lamió la leche y los jugos del coño, Patricia le dijo a Eduardo:

-Aprende a comer un coño.

El dálmata era un experto como coños, pero con aquella enorme lengua no me extraña que lo fuera, al lamer (lamía cómo si estuviera bebiendo agua) lamía culo y coño, y el hijo de perra, por si fuera poco, los segundos que dejaba de lamer el coño, le lamía las tetas y después a boca. Patricia le duró muy poco, en minutos, dijo:

-¡Me corroooo!!

Se corrió temblando y gimiendo. El perro no dejó de lamer hasta que dejó de gemir, después levantó la pata y meó por ella.

Janet se puso en pie y se dio la vuelta, de su coño comenzó a caer leche y flujos en cantidades industriales, el viejo guiri la cogió por la cintura y lamiendo su coño se hartó de tragar.

Eduardo le dijo a Patricia.

-¡Qué cerdo es el viejo!

-A mi me gusta ver cómo le come el coño encharcado de leche y jugos y cómo hace que se corra de nuevo.

Eduardo cambió de tema.

-Esto va para largo. ¿Se puede echar un whisky?

-Puede, el whisky es mío.

Patricia fue a por dos vasos de tubo, echo whisky, le dio un vaso a Eduardo, y le dijo:

-A mí también me la comió después de correrse dentro de mi y me encantó.

-No lo dudo.

Se sentaron en dos sillones y se pusieron a mirar, ellos y el dálmata, que se había echado en la parte seca de la alfombra.

El viejo guiri se levantara del sillón y estaba arrodillado entre las largas piernas de Janet, que se había arrimado a la pared y pusiera su pierna izquierda sobre su hombro. El viejo guiri la tenía sujeta por el culo y su lengua se movía lentamente en su coño, era cómo si le costara moverla, Enterrarla en su coño le llevaba segundos, otro tanto le llevaba enterrarla en su culo, lamer sus labios vaginales, o su clítoris. Janet, magreando sus tetas, miraba para Patricia y para Eduardo cómo pidiendo ayuda. Patricia se echó hacia atrás en el sillón, se abrió de piernas, abrió el coño con dos dedos y se lo enseño. Janet mordió el labio inferior y después paso la lengua por los labios. Eduardo le preguntó:

-¿Ya te comió el coño?

-Sí, y ya me corrí en su boca. Dale algo.

Eduardo echó la mano a la polla y comenzó a acariciarla. El dálmata se lamió la polla.

Poco después los gemidos de Janet habían puesto palote a Eduardo y Cachonda a Patricia y se estaban masturbando. Patricia dio una palmada en la pierna para que acudiera su perro. Roco fue a su lado y le lamió el coño un par de minutos. Luego Patricia se puso sobre la alfombra y le cogió la polla a su perro, la sacó toda y se la chupó y le lamió la bola. Después se puso a cuatro patas para que la follara. El dálmata le lamió el culo y el coño y después se la clavó en el culo. Patricia, masturbándose con dos dedos, se giró, buscó la polla de Eduardo con su boca y al tenerla dentro la mamó.

El viejo guiri sintió cómo le palpitaba el coño a Janet. Le metió un dedo en el culo y aceleró las lamidas, janet dijo:

-I´m comiiiiing. I´m comiiiiig! ¡¡I cum!!

El perro debía entender el ingles, pues fue oír decir a Janet que se corría y se corrió dentro del culo de Patricia. A Eduardo no le hizo falta saber ingles para ver que se estaba corriendo y se puso malo viendo cómo se corría la belleza. Patricia entendía que si seguía mamando, tal y cómo le latía a polla a Eduardo, le iba a llenar la boca de leche, pero se empezó a correr y en vez de sacarla de la boca la mamó con ganas y se tragó la leche.

Esto es parte de lo que ocurrió en la casa de campo, pero que dice a las claras que fue una gran orgía.

Quique.