Mi novio mira cómo me follan entre dos
Hola a todos de nuevo
Este es el segundo relato que les compartiré. Por correo me pidieron muchos que contara de alguna vez que mi novio me veía mientras cojia con otro hombre, así que les contaré la primera vez que eso ocurrió.
Antes que nada, respecto al relato pasado, ya habían pasado dos meses o algo así. Un par de meses en los que ya había tenido sexo con varios otros hombres, de los cuales mi novio sabia perfectamente.
Bueno, todo comenzó en la mañana. Era un sábado. Mi novio me había mandado un mensaje, un video suyo masturbándose mientras veía una foto de como otro tipo me cojia. Se vino mucho con el video. Me sentía feliz de que mi cornudo disfrutara verme así de feliz. También había recibido otro mensaje. Era de un chico que me estaba cojiendo en ese entonces.
– Oye, te tengo una propuesta. ¿Qué tal si tu novio nos ve cojiendo? ¿Crees que le guste? – El se llamaba Antonio. Me lo había mandado durante la madrugada.
– No lo sé… nunca le he preguntado, pero lo veré hoy, espera a que le pregunte. – No sabía si aceptaría, pero aun así iba a tener que averiguarlo.
Pasaron algunas horas más. Entonces el otro chico que me estaba cojiendo, y con el que aun tengo sexo, de nombre Pablo, me manda mensaje por WhatsApp. Era una foto de su verga, se veía tan dura y tan rica como siempre.
– ¿Vienes? Tendré la casa libre toda la noche. – No quería decirle que no, pero también Antonio me había mandado mensaje primero. Entonces tuve una idea y fui corriendo a casa de mi novio.
El vive solo, su familia tiene dinero y desde que cumplió 20 no vive con ellos. Me meto sin tocar a la puerta. Lo encuentro saliendo de su habitación en el segundo piso.
– Hola amor. Te tengo una propuesta… vine corriendo para decirte cual es. Pero primero… déjame te motivo para que me digas que si… como siempre.
Me puse de rodillas. El traía puesta un pijama, los fines de semana siempre viste en pijama. Se la bajé junto al bóxer y se la comencé a mamar. Obviamente no estaba dura al principio, pero pude lograr excitarlo rápidamente.
– Tienes mucho tiempo de no darme una mamada… debe ser… algo importarte. – Apenas se le entendían las palabras que salían entre sus suspiros.
No le hice caso y seguí en lo mío. Saqué su verga de mi boca y comencé a jalársela mientras chupaba sus huevos e intentaba hablarle.
– Si… es algo importante… que te parece si… hago un trio con dos chicos… enfrente de ti…
De inmediato su cadera se hizo hacia enfrente. Ni siquiera tuvo que responder y ya sabia su respuesta.
– Tomaré eso como un si cariño. Y… no te vas a venir hasta que esté con ellos.
De inmediato tomé mi celular. Les mande mensaje a Antonio y a Pablo. Les dije lo que quería hacer. No pasaron ni 5 minutos y ambos contestaron con mensajes afirmativos.
Solo quedaba esperar hasta la noche. Yo me la pasé todo el día en casa de mi novio. Casi desnuda, solo traía un bóxer muy pequeño, que dejaba ver muchísimo de mi trasero. Y le dije que el debía vestir solo playera, para que se sintiera mas libre. De vez en cuando, a lo largo del día, le contaba lo que les haría a los chicos, lo que me harían y como lo vería mientras me cojian, obviamente mientras lo estaba masturbando. Pero no lo dejaba acabar. Eso estaba reservado para más tarde.
Dieron las 9 de la noche. Los dos chicos llegaron con apenas 5 minutos de diferencia.
Antonio era un chico musculoso, de 1.84 de estatura. Moreno y de cabello oscuro. Llevaba una playera muy pegada, que lo hacia ver aun mas musculoso. Pablo no está tan marcado ni es tan alto, pero es mucho mas guapo que Antonio. El primero en llegar fue Pablo. Rápidamente lo senté en la sala. Hay dos sillones. Uno con tres asientos y uno con dos, que están frente a frente. Nosotros estábamos en el de 3 y mi novio en el de 2. Se lo presenté a Ramiro. Se veía un poco incomodo, pero gracias a que no traía nada puesto, salvo la playera, pude ver que se le había puesto dura de nuevo.
Entonces llegó Antonio. Igual lo senté conmigo y Pablo. Lo presenté con Ramiro y entonces empezó el show. Comenzaron a besarme. Mientras uno besaba mis labios, el otro mordía levemente mi cuello. Yo tenia mis manos puestas en sus vergas mientras ellos comenzaban a jugar conmigo. Obviamente manoseaban mis pechos, lo cual me encanta. Así estuvimos unos minutos, hasta que los levanté del sillón, les quité toda la ropa y les saqué sus vergas ricas. Una condición que tiene mi novio para dejarme cojer con quien yo quiera, es que los tipos deben tener un miembro de al menos unos 17 o 18 centímetros. ¿Por qué? “Porque te ves mas hermosa con un pene grande en tu boquita mi amor”. Palabras suyas.
Antonio y Pablo superan la medida que el quería. Entonces puse a cada uno a mi lado, con mi novio enfrente de mí. Y comencé a mamar sus vergas, una a una, dando pequeños vistazos a mi novio, el cual estaba masturbándose mientras veía a su chica chupar dos vergas. Entonces, a los 5 minutos de ver eso, tuvo su primer orgasmo. Sacó mucha leche.
– ¿Qué pasó amor? ¿Te gusta lo que ves? – Pregunté de forma muy presumida.
– Si… Me encanta… – Se había quedado sin aliento.
– Bueno… aun nos falta mucho más… por cierto, tienes prohibido limpiar tu semen.
Seguí mamando aun con mas ímpetu. Entonces cambiamos de habitación. Fuimos a la de Ramiro. Horas antes habíamos puesto una silla, para que el se sentara a ver el espectáculo. Antonio se acostó boca arriba, me acomodé para un 69, solo que también estaba Pablo ahí, y mamé ambas vergas mientras veía directamente a mi novio a los ojos. Ya se había quitado la playera, porque se había manchado de su semen.
Tuve mi primer orgasmo de la noche. La lengua de Antonio, chupar ambos miembros y ver a mi novio enfrente de mí, jalándosela mientras yo estaba con otros dos chicos… era como el paraíso. Entonces me acomodé. Me puse viendo en la misma dirección que Antonio. Era tiempo para que me cojieran los dos… a la vez. Primero me metí su verga en mi vagina. Mientras lo montaba, Pablo chupaba mi ano y me metía sus dedos, preparándolo. Después de unos 5 minutos, fue su turno de entrar, pero ahora en mi culo. Se puso de pie mientras me daba, no se como explicarlo, lo he visto muchas veces en el porno, pero no se exactamente como describirlo. Bueno, los dos me estaban dando y eso es lo importante. Entonces escuché a mi novio.
– Oh, si… – Se había venido de nuevo. Ver a su novia con dos vergas en su interior… no pudo resistir.
Yo, mientras tanto, estaba muriendo de placer. Sentirlos dentro de mi… era y es lo máximo.
Entonces Pablo, que me estaba dando por mi culo, se vino dentro de mí. Pude sentir como su pene se expandió por un momento, lo cual me hizo gritar de placer, al sentir mi culo mas dilatado.
Salió de mi y sentí una gota bajando por mi parte trasera. Entonces me dio una nalgada y animó a Antonio a que me acabara dentro también. Pasaron unos minutos y él también se vino. Y si, se vino dentro de mi vagina. Estaba llena de leche por mis dos agujeros.
No apto para todos
Entonces el también salió de mi interior y le dije a mi novio que viniera, con un simple gesto. El, muy obediente, se acercó a mí y le hice limpiar mi vagina y culo, mientras mis dos amantes se recuperaban.
Esto ya era común, yo llegando con él, después de cojer con un chico, que el me llene mi culo o mi vagina de semen y luego ir con mi novio a que me deje limpia.
Pero en este caso, era leche caliente, recién salida de las vergas de mis chicos.
Después de eso, los chicos recuperaron sus fuerzas y seguimos con lo nuestro, pero ahora intercambiaron posiciones. Antonio fue por mi culo y Pablo por mi vagina. Todo duró unas 5 horas en total. Desde las 9 que llegaron hasta las 2 de la mañana. Sobra decir que dormimos los tres juntos, mi novio durmió en la sala. En la mañana, lo ignoré por completo. Yo era propiedad de mis dos chicos hasta que se fueran. Desayunamos todos juntos y después volvieron a cojerme, aunque está vez uno a la ves por mi vagina solamente. Ya cuando se fueron, le volví a hacer caso a Ramiro.
– Entonces cielo… ¿Qué te pareció? – Le pregunté mientras me cambiaba de ropa, siempre dejaba un cambio en su casa, por si acaso.
– Mi amor… tenemos que hacer esto mas seguido… por favor. – Me estaba suplicando, básicamente.
– Todas las veces que quieras cielo. Yo siempre voy a querer verga y vas a ver como me la dan.
Ahí termina este relato. Pasaré a contestar unas cuantas preguntas que me suelen hacer por correo.
Si, actualmente sigo con mi novio y si, sigue siendo así la relación. Yo puedo estar con cualquier chico.
No, ya no estudio. Ahora el me mantiene totalmente.
Ahora vivimos juntos y unas 3 veces a la semana vienen chicos para cojerme, uno, dos, tres o incluso más a la vez.