Un masaje inolvidable y cachondo
Todo empezó con un masaje más… un fin de semana después de tantos confinamientos mi esposo y yo decidimos darnos una escapada juntos. Juntos hemos descubierto el mundo sexual abriendo nuestras mentes a este infinito de posibilidades que tiene la sexualidad. A su lado confirme (porque nunca había podido explorarlo) que soy bisexual y me encanta estar con una mujer también… de allí que llevamos unos 6 años desde que hacemos tríos con amigas que conocemos en bares u otros sitios… y siempre ha sido genial. ¡Sexo a nivel 100! Noches de pasión que nos dejan agotados por días jaja… Somos de los que nos encantan los juguetes, tríos con chicas, los bares swinger, y hasta lo hemos hecho con otra pareja (no estuvo tan bueno, pero eso es otra historia), pero hasta el momento un trio con solo un chico no se nos había dado…
En mi mente, un trio con un chico sería algo que pasaría sin planear, sin contemplarlo con días de anticipación, pero más bien un encuentro casual… y así fue…
Este último fin de semana nos fuimos de escapada a la ciudad… vivimos a las afueras… y el plan era, noche de viernes, trio con una chica que me vuelve loca, sábado, masaje relajante, tarde de jacuzzi y una cena especial y ya de regreso el domingo… pero el fin de semana nos preparaba una sorpresa que no teníamos idea… ¡el masajista!
El viernes, como era de esperar, la pasamos de bomba con mi pelirroja favorita. Esa mujer es una diosa y siempre la pasamos de maravilla… aparte de eso, mi esposo y yo tomamos un poco de éxtasis y eso nos tenía mucho más prendidos… después que ella se fue, cogimos muchísimo mas los dos el resto de la noche que quedamos exhaustos… y bueno llego el sábado con el masaje y hasta el momento todo iba normal. Para recibir a los masajistas, también pareja, mi esposo esta en pantaloneta y bóxer, normal… y yo en una tanguita que acentúa mis senos muy bien pero igual solo la tenia puesta por hacer el masaje mas cómodo… y estaba cubierta con una blusa blanca semi – transparente. Al entrar, pude darme cuenta de que la chica es una mujer joven, cabello largo, negro y rizado, con una cola divina y muy atractiva, su esposo, un chico trigueño, alto, delgado, también muy atractivo… sus ojos atraparon los míos por unos segundos mas de lo normal, sin embargo, no pensé nada en ese momento. Luego empezaron a organizar todo su equipo para los masajes… dos camillas en la sala, piedras volcánicas, aceites, humificadores, música, etc. Crearon el ambiente perfecto para relajarnos, y en medio de todo ello yo si notaba como el muchacho no paraba de mirarme y era una mirada que parecía que me quería quitar la ropa solo con ella, pero yo, pensaba que de pronto era solo mi imaginación… bueno, a la hora de escoger masajistas, ellos preguntaron, y mi esposo enseguida dijo que obvio con ella, y bueno, yo con el… y allí arranco el masaje ¡más delicioso que me han dado en la vida! Jaja
Al acostarme boca abajo, el puso su mano sobre mi espalda a tratar de desatar el top, pero me dijo, “ehmm te puedes desatar el top o si quieres quítatelo y luego te cubro con la toalla”, y yo ni corta ni perezosa me lo quité, mostrándole mis senos abiertamente, sentí su mirada sobre mi pero no pude mirarlo, había una energía entre los dos electrizante, pero yo en ese momento no entendía bien lo que estaba pasando. El empezó el masaje con mi espalda, me tocaba cada vertebra de una manera que no había sentido antes. Había algo en su manera de tocarme que decía mas que cualquier numero de palabras. Cuando masajeaba los lados cerca de los senos, sus dedos se iban un poco mas allá, sin ser indelicado, pero si un poco más allá de un masaje normal… luego comenzó a masajear mis brazos y al llegar a las manos, levemente rozaba la palma de mi mano y volvía a subir. Cada toque era electrizante, sentía cosas que nunca había sentido antes, mi cuerpo estaba sensible, quizás por la noche anterior, pero cada toque se sentía mas profundo y detallado… para preguntarme si todo estaba bien, se me acercaba extra al oído y su tono de voz me embriagaba. Para confirmar mis sospechas decidí tocar la palma de su mano también cuando volviera a tocar la mía, y en ese momento los dos confirmamos que estábamos siento algo más. Con sus dedos en mi palma me tocaba con ese símbolo de deseo sexual y yo lo retornaba. Y así seguimos el masaje, aun boca abajo, cuando empezó a masajear mis piernas, una vez más, era un masaje mezclado con caricias llenas de deseo. Pero al subir justo por medio de mis piernas se dio cuenta de lo mojadita que ya me traía. Y muy disimuladamente me metía la mano mas de lo normal y yo mas me mojaba. Cuando se dio cuenta, también se le puso duro su paquete (de lo que me entere después) y decidió subir otra vez a la espalda y ponerlo cerca de mi mano. Al sentirlo les juro que me moje más aún. No podía creer que este hombre estuviera así por mi y no sabia bien que hacer porque su esposa y el mío estaban a 50 centímetros de distancia o menos…
Cuando me pide que me de vuelta, juro que su voz casi me hizo correrme y agradecí al universo por los tapabocas del momento, porque yo estaba que no paraba de morderme el labio, gemir y sonreír. En ese momento me hizo un masaje fácil y aprovecho para sentir mis labios, yo solo quería morderle los dedos, pero continuó… luego siguió con el pecho y a pesar de no masajear el seno completamente si se acercaba muchísimo más de lo normal. Yo tenia los senos super duros de la calentura que tenía y estaba disfrutando de una manera inexplicable. Mi cuerpo ardía y solo quería más y más de sus caricias y de esa manera de tocarme. Cuando bajo al abdomen, corrió mi tanguita y me masajeaba rozando el monte venus de tal manera que yo estaba a explotar y al hacerlo me pegaba el paquete a la mano y yo empecé a tocárselo también. Lo trataba de hacer con cuidado, no se fuera a dar cuenta la esposa, pero sentí que cuando ella estaba cerca él se alejaba y yo me detenía… supongo que se veía normal, porque él seguía. Siguiendo el masaje por las piernas, y estando de frente subía al entrepierna y llegaba justo a ese punto donde vemos estrellitas y mi respiración empezó a aumentar, se dio cuenta que estaba teniendo un efecto en mi y yo en él. Tenia ese paquete super duro y cada vez me lo ponía mas en mi mano para yo acariciarlo. Se sentía delicioso. Y bueno siguió y siguió, pero no me dejo correrme. Yo no quería que ese masaje acabara y el tampoco, tanto que se extendió mas mi masaje que el de mi esposo…
Con la exfoliación al final casi me da algo. Los gránulos de café por todo mi cuerpo excitaban más cada rincón y con un aceite caliente juro que estaba en otro planeta de lo bien que se sentía. Al sentarme, dejé caer la toalla que cubría mis senos y ahora si pude ver el deseo en su mirada. Los dos queríamos más y no sabíamos que hacer. Sin embargo, me dijo que me fuera a duchar con mi esposo… y bueno entonces pensé que de pronto ellos estarían de acuerdo para hacer cruce de parejas. Y se lo mencione casualmente a mi esposo estando en la ducha. El no se mostro muy emocionado porque la noche anterior entre la pelirroja y yo lo dejamos seco, pero le llamo la atención la idea, ya que la chica masajista también estaba para comérsela.
Al salir de la ducha, la chica se me acercó y toco mi espalda suavemente para indicarme como pararme para el estiramiento, lo cual me dio una idea, pero después descubrí que no estábamos en la misma página… sin embargo, cuando ese hombre se puso atrás mío le pude sentir todo su paquete, me hablo suavemente al oído para respirar y me hizo ese estiramiento dejándome sentir como tenia esa polla de dura. Quería dejar caer la toalla, pero no lo hice, no sé porque… pero en resumidas cuentas yo estaba super prendida en ese momento… el momento llego a su final… y mientras recogían todos los elementos del spa, bromeamos que sería rico meternos al jacuzzi todos juntos… el comentario quedo solo en una broma en ese momento. Yo estaba tan cachonda que cuando se fueron me metí al jacuzzi con mi marido y me lo comí, me lo monté, fantaseamos tener a los masajistas con nosotros, hasta que los dos nos corrimos explosivamente. Sin embargo, la historia no termina aquí…
mi esposo se fue tomar una siesta, y yo fui a revisar el celular cuando tenia mensaje del masajista… casualmente preguntado que me había parecido el masaje… yo pensé, es ahora o nunca y después de describir que buen masaje fue le dije que habíamos quedado con ganas de más… o lo que respondió, mas masajes o algo más… yo le dije, algo más. Le dije que rico los 4, pero dijo que ella no se anotaba, que el sí, sería solo los 3… y le dije bueno déjame ver que puedo hacer por mi lado.
Al despertarse mi esposo, le di un poco de tiempo y casualmente le dije, ¡nos propusieron un trio! – El, ¿quién? – yo, el masajista – El, ¿ohhh los dos? – Yo, no solo el, porque dice que ella no es de ese plan. – El, ok, pensémoslo, ¿tú quieres? – yo (sin remordimiento alguno), SI! Así fuera compartido, yo quería a ese hombre, como nunca me había dado un deseo así junto a mi esposo antes. Tenía demasiadas ganas que no podía controlar, pero tratando de mantener la calma y hacerlo ver muy casual, lo hablamos mucho, ya que ambos habíamos dicho antes que, si algo casual pasaba, pasaba… y poco antes de irnos a cenar me dijo ¡que sí! Que le dijera que viniera después de la cena. Por dentro salte, brinque, di volteretas, etc. Por fuera, calmada, casual, ok listo y le escribí. No demoro nada en confirmar, y quedamos para las 10pm… con uniforme de masajista, porque eso era parte de mi fantasía.
10 pm, muy puntual anuncio que estaba cerca. Creo que nada hubiese servido para calmar mis nervios en ese momento. Llego tal como llego en la mañana, pero solo, ese hombre, esos ojos, esas manos, para mí. Los nervios me tenían a mil. Y al principio todos nos sentamos en un sofá diferente. Opto por tomar vino y empezamos a conversar. Mi esposo me dijo que me sentara al lado del masajista, simplemente dijo, bueno, es tu fantasía… Cuando me senté a su lado, el, también inteligente le dijo a mi esposo que nos acompañara… y así fue… yo en medio de ese sofá con mi marido que sabe exactamente como cogerme y hacerme volar, y este hombre que había despertado de todo en mi unas cuantas horas antes.
Empecé besando a mi esposo, sentía que debía darle su lugar, pero luego me comí los labios del masajista con tal pasión que no me quería despegar. Sentí que me volvió algo al cuerpo, no quería parar de besar esos labios. Sus besos eran tan firmes y llenos de deseos como sus manos sobre mi cuerpo. Me besaba la espalda mientras yo besaba a mi esposo, fue maravilloso estar entre ellos con deseos de todo pero aun con mucha ropa puesta… claro que eso no duro mucho. Se quito el uniforme mientras todos nos desnudábamos también. Al verlo desnudo más me quería ir sobre él. De repente estábamos en medio de la sala besándonos, tocándonos, todas sus manos sobre mí, lo besaba a él y también a mi esposo y les agarraba las pollas a ambos. Mientras besaba a uno, las manos y los besos del otro estaban por todo mi cuerpo. Sentía su deseo en cada beso, en cada caricia, nos tomábamos de la mano como cómplices de un momento inexplicable que habíamos tenido en la mañana. Sus pollas Estaban duritas y listas solo para mí, una delicia. Poco a poco bajé hasta tenerlas de frente a mi y me las empecé a comer, una y después la otra, estaban riquísimas. Se las comí despacito y rápido, sin soltar la otra a la vez, cuando ya estaban listas para mi me los llevé al cuarto, quería que mi marido me cogiera duro y rico tal como el ya sabe, mientras le seguía mamando la polla a mi masajista. Sabía que mi marido estaba a punto de correrse, recordemos que la noche anterior fueron como 8 veces que se corrió, y me encanto cuando le dijo al masajista, ¡tu turno! Casi que, al sacarme su polla, le dio un condón al masajista y me la metió casi que enseguida. Que sensación tan deliciosa. Me dio duro y firme. Podía ver todos sus deseos en la mirada, el también quería este momento tanto o mas que yo. Me tocaba, me besaba, y me embestía con una fuerza que yo estaba en otro planeta llena de placer. No sé cuántos orgasmos tuve, eran uno tras otro y el me seguía dando duro hasta que no aguanto más y se corrió… sentí lo rico que se vino y yo me corrí una vez más. Llego un momento de pausa, de sentir y procesar todo lo que estaba pasando, y dichosa, no cubre lo bien que me sentía.
Mi esposo no parecía muy contento, pero yo ignore eso. Tenemos una palabra para detenernos cuando algo nos incomoda, y el no la uso… entonces dije, bueno, todos al jacuzzi. El agua estaba en una temperatura perfecta. Era un jacuzzi para 6 personas, entonces estábamos con suficiente espacio para relajarnos un poco, pero era claro que yo quería más. Conversamos un poco de las experiencias de todos antes de esta… y la conversación se presto para seguir en lo que veníamos. De repente yo besaba a mi esposo mientras el masajista me besaba el cuello y la espalda y me tocaba por todas partes. Y luego lo besaba a el mientras mi esposo me masturbaba también. Le dije que fuera por otro preservativo mientras besé a mi esposo y le comencé a comer la polla hasta que la tuvo lista para yo sentarme sobre ella en reversa, y ponerme de frente a la polla deliciosa de mi masajista. Fue un momento que jamás pensé vivir con tanto deseo y que fuera tan disfrutable. El me agarraba el cuello y el cabello mientras me lo comía con mi esposo dentro de mí. No se cuanto estuvimos aquí, hasta que me dio una nalgada como diciendo, que me diera vuelta, lo bese mientras el masajista se ponía detrás mío listo para metérmela así. Y empieza ese hombre a darme tan duro y tan rico con esa verga bien durita y deliciosa que otro orgasmo no se hizo esperar. Pero el no me dejaba ir, sabia que mi deseo era que siguiera cogiéndome y así lo hizo por un muy buen rato. La manera en la que me cogía por la cadera me tenia en un universo llena de goce, sabia bien como tocarme y como hacerme correr 2 veces más.
En ese momento ya necesitaba un rato para respirar. Jamás había tenido tantos orgasmos de seguido y ojo que soy multiorgásmica. Ya entonces mi esposo si me hizo señales de terminar y el también se dio cuenta. Muy de acuerdo con el momento dijo que ya era hora de irse. Por dentro yo dije, nooooooooooo… pero por fuera, si claro… ya era mejor así, sin embargo, no lo quería dejar ir. Como hacer para verlo de nuevo, como poder besar esos labios otra vez, como hacer para sentirlo de nuevo… su mirada me decía lo mismo y el despedirse tomo mi mano como antes. Cómplices de un deseo que hablamos y disfrutamos tan solo con nuestras manos.