Mi amiguita con derecho a todo
Elsa y yo nos conocimos hace un tiempo. Una vez fui a una fiesta con unas amigas, ahí me la presentaron, nos llevamos bien en seguida y para el final de la noche nos estabamos besando dentro de los baños.
Habíamos quedado como una especie de «amigas con derechos», cada que nos veíamos en una fiesta terminabamos cogiendo en uno de los baños o en la casa de la otra. También a veces cuando estabamos calientes nos marcabamos la una a la otra para quedar en un lugar y divertirnos.
Hoy era un día como esos, desde que desperte había estado tan caliente y ni la paja en la ducha que me dí me ayudó, más tarde le envié un texto para decirle que nos encontraramos, ella aceptó gustosa. Nos ibamos a encontrar en su apartamento, ella vivía sola así que teníamos el lugar completamente para nosotras.
Al llegar toqué la puerta algo ansiosa, ella abrió y me saludó con dos besos en las mejillas. Se veía radiante, su cabello castaño lacio se veía un poco humedo y llevaba solo un top sin sostén junto con unos shorts diminutos. Me ofreció algo de tomar pero yo le rechacé, ella pareció notar mi ansiedad por lo cual me tomó de la mano y me llevó directo a la habitación.
– Si estás tan necesitada sólo tienes que decirlo, bonita. – me dijo dándome una media sonrisa. Yo se la devolví y me acerque peligrosamente a su rostro. – Te necesito. – dije, mi boca rozaba la suya. Ella relamio sus labios y acto seguido me beso.
Era un beso fogozo, lleno de deseo y nada más. Sus manos me atrayeron a ella por la espalda, mis manos terminaron en sus nalgas estrugandolas con gusto. Una de sus manos se deslizó dentro de mi polera, acariciaba mi vientre e iba subiendo hasta llegar al borde del sosten. Con habilidad me lo desabrochó y empezó a acariciar mis pezones con la llema de sus dedos.
Caminamos unos pasos y terminamos al borde de la cama. La empuje y ella cayo sobre su espalda, yo con algo de prisa me quite la polera y mis jeans, también termine de sacar el brasier dejándome sólo en brajas para después sentarme encima de ella. Vi como su pecho subía y baja rápidamente, también sus pezones se marcaban a través de la delgada tela de su top. Acercó su boca a uno de mis pezones y lo chupó, parecía un bebé queriendo sacar leche de ellos, con su mano apretaba mi otro seno. Gemí levemente comenzando a mover mis caderas hacía delante y atrás, ella cambió su boca al otro pezón haciendo lo de antes. Le aparte levemente para quitarle su ropa, la acosté contra el colchón para tener una mejor perspectiva de su cuerpo, ahora ella estaba igual que yo solo en calzones.
Comence chupando sus pezones como ella había hecho, estuve un rato jugando con ellos hasta que después fui bajando dejando besos húmedos en su abdomen hasta el monte venus. Besé sobre la tela su vagina, luego le fui bajando las brajas para al fin dejar su feminidad al aire, le dí un lenguetazo por los labios mayores y me detuve en su clítoris. Chupaba, lamía y mordía (levemente) su clitoris, ella se retorcía y gemía suplicando que la hiciera correrse.
Metí uno de mis dedos dentro de su intimdad, jugueteando aún con clítoris ya inchado por tanta atención. Terminé metiendo dos dedos más y con un par de estocadas se vino a chorros sobre mis dedos con un grito lleno de placer, los saque de su interior y los chupe deleitandome con su dulce sabor.
Elsa me acercó a ella y me besó, metió su lengua a mi boca saboreandose a ella misma. Se levantó torpemente y viendo como se dirigía a su closet, vi que sacó de una caja un dildo doble junto con dos pequeños vibradores. Si ya estaba mojada, terminé de empaparme al pensar en lo que venía.
Ella tomó uno de los extremos del dildo introduciendolo en si misma, dejo los vibradores de lado e hizo que me acostara en la cama. Quitó mi calzón y tomo mis piernas enredandolas a cada lado de su cintura, fue introduciendo el otro lado del pene plástico en mi, lo hacía algo despacio pero igual el juguete se deslizó con facilidad debido a lo húmeda que me encontraba. Cuando lo metió casi por completo en mi interior, tomó uno de los vibradores encendiendolo en el proceso para después acercarlo hacia mi pequeño ajugero trasero.
Yo estaba ya fuera de mis sentidos, sintiéndome tan extasiada, mis gemidos salían tan altos y claros, ni siquiera trataba de deternerlo. Elsa introdujo un poco el vibrador en mi ano, mi espalda se arqueo ante tal sensación, entonces ella al ver que me gustaba lo metió de golpe causando que un grito saliera de mi garganta. Empezó a mover sus caderas haciendo que el dildo entrara y saliera de mi, daba estocadas rápidas y certeras haciéndome delirar. Con el otro vibrador hizo lo mismo que conmigo en ella misma, pude ver cómo sus piernas temblaban un poco así que hice que se subiera encima mío. Ella saltaba haciendo que el jueguete se encagara profundamente en mi interior, sin contar que también el vibrador en mi trasero estaba bien metido.
Con unos saltos más, ella se corrió gimiendo mi nombre, yo la seguí unos segundos después temblando de placer al conseguir mi ansiado orgasmo. Nos quedamos así unos momentos más disfrustando de las vibraciones y del jueguete, los cuales aún permanecían dentro nuestro.
Finalmente, ella se paró y me ayudo a sacar los juguetes dentro de mi después de que ella hiciera lo mismo. Me acomodé en la cama y ella hizo lo mismo, nos besamos y acariciamos por un rato para por fin quedarnos dormidas.