Me convertí en la amante de mi patrón

Valorar

Tenía 21 años cuando sucedió, yo llevaba casi cinco años casada y una hija de 3 añitos, me casé muy joven por calenturienta, porque me gusta mucho el sexo y la única forma de tenerlo y para gusto de mi familia era casarme, a mi esposo le dió por ser irresponsable en ese tiempo y nunca se le quitó pero esa es otra historia. Necesitaba dinero así que encontré un trabajo como empleada doméstica y niñera por algunas horas al día, me daba tiempo de atender mi casa y a mi hija. Entré a trabajar con un matrimonio de la edad de 50 años, ambos profesionistas, Néstor y Alicia habían sido padres a edad tardía, Alicia es médico y Néstor laboraba en el gobierno, la bebé estaba en guardería mientras yo me dedicaba a limpiar su casa, después yo misma recogía a la niña y la llevaba a casa mientras sus padres o alguno de los dos llegaba a cuidarla, así transcurrieron meses en los que casi no veía a Alicia, mayormente quién llegaba era Néstor, comía algo y le dejaba a su hija. Con el tiempo noté que el matrimonio no se llevaba bien, discutían todo el tiempo y no dormían juntos, Néstor dormía con la niña y Alicia en su cama alegando cansancio para evitar atender a su hija.

Cuando Néstor llegaba me platicaba y me miraba mucho, él es un señor veracruzano que preguntaba todo muy directamente, conoció mi vida y a mi esposo alguna vez, platicabamos de todo antes de irme a casa, un día tocó el tema del sexo y yo le respondí que mi esposo solo me penetraba y se venía en cinco minutos, aunque tenía la verga un tanto grande no duraba mucho. Esto se lo dije y de inmediato su pene comenzó a pararse, me dijo que si le permitía mostrarme su verga ahí mismo y le dije que sí, la verdad me gustaba ese hombre, a pesar de su edad era delgado, se veía muy joven y he de confesar que olía su ropa interior antes de meterla a la lavadora imaginando su verga y su semen en mis manos o en donde fuera. Se sacó la verga y era un palo descomunal, 25 centímetros y de todas las vergas que me he comido, esa es la más grande que he visto, lo puedo jurar, entonces me dijo que necesitaba sexo, que no lo había tenido y que ya eran muchos años que estaba en abstinencia, yo le dije que no le creía porque bien puede ser infiel donde sea y Alicia no le ponía mucho interés, me dijo que yo le gustaba, que mi cuerpo le atraía, yo me calenté al verlo como sobaba esa verga con la punta rosada y brillante, comencé a masturbarlo y me hinqué para mamar pito, estábamos en la cocina de su casa y ahí duramos media hora entre mamadas y apretones de tetas, de nalgas, me metía los dedos a la vagina y se los chupaba, me bajó el calzón y me subió a la barra, ahí me abrió las piernas y me chupó riquísimo la vulva y me metió la lengua a la vagina, sentí delicioso porque mi esposo no lo hacía, le daba asco según él, pero éste hundía su cara entre mis piernas y mis nalgas, haciéndome gemir como perra…la bebé dormía grandes siestas y podíamos hacer lo que quisiéramos en esos momentos, me llevó a su cuarto, a la cama del matrimonio, no me desvistió completamente pero ahí me penetró y me tragué los 25 centímetros de verga sin quejarme, porque estaba muy puta y excitada, me chupó las tetas, me penetraba fuerte, después sacaba la verga y me lamía la vulva, yo me sentí enloquecer, no había tenido semejante tamaño y que me dedicaran tiempo a mi placer, duró al rededor de una hora entre el mete y saca, yo estaba extasiada y feliz, mi primer orgasmo y los que siguieron… Al llegar a casa mi esposo notó mi felicidad y sólo le dije que me habían pagado más por mi buen servicio …(gran servicio)…a partir de ese día cogimos todos los días durante tres años, tenía esposa y amante en la misma casa, yo lo atendía muy bien y me pagaba más. En ese tiempo me divorcié, no me faltaba sexo y dinero, así que no me dolió tanto la ausencia de mi ex.

Néstor y yo llegamos a coger en la sala, en el cuarto, en la cocina, a veces se tomaba días para estar en la cama conmigo todo el día mientras Alicia llegaba, era como una luna de miel pagada, con una verga que me tenía enloquecida, un sexo increible pero todo tuvo que terminar. Alicia nunca supo que éramos amantes, con todo y que no cambiábamos las sábanas cuando cogíamos, ella se acostaba así..pero yo no quise ser empleada doméstica todo el tiempo, me dediqué a mi hija y a estudiar. De vez en cuando nos íbamos al hotel pero todo se enfrió y lo dejamos por la paz, algunas veces lo veo y nos saludamos, me pide que nos veamos para coger, pero siempre le doy largas, no sé porque si me encanta su pito grande, ahora tiene 65 años y yo 37, me da curiosidad sentir esa verga otra vez.