Mi minimo se toma la leche
Hace un par de meses, viajaba con mi novio por una carretera muy desolada de mi país, pocos autos pasan cada cuantas horas y la carretera no está en las mejores condiciones. Aún así, íbamos de regreso de visitar a sus padres y las vistas por ahí eran muy bellas. Nos detuvimos para tomarnos una foto en un mirador, tanto mi novio como yo somos una pareja amante de la naturaleza y nos gusta muchísimo estar afuera. Subí de regreso al auto y el fue hacia el baño, pero cuando volvió traía un gatito entre los brazos. No tendría más de un año, era completamente blanco con manchones circulares negros por todo su pelaje ¡casi parecía un dálmata! Estaba desnutrido y lucía enfermo, y mi novio me propuso que lo lleváramos con nosotros y le diéramos una oportunidad de vivir otra vida, yo acepté sin duda porque siempre me han encantado los gatos y paso mucho tiempo sola en casa cuando mi pareja se va a trabajar. Apenas llegamos a nuestra ciudad llevamos a «Manchitas» al veterinario, lo sé, no es el nombre más original pero nos pareció adecuado. Manchitas pasó unas buenas semanas en el veterinario, lo desparasitaron, le dieron todas sus vacunas, limpieza dental, lo revisaron por completo y nos regresaron un gato enteramente cambiado. Estaba mas gordito, su pelaje brillaba con salud y maullaba feliz y alegre de vernos, como si nos agradeciera haberlo salvado. Lo llevamos a casa y le presentamos nuestro hogar, la cama que le compramos, su gimnasio y afilador de uñas, todos sus juguetes y sus platos de alimento.
El gato era extremadamente feliz, siempre a mi lado o el de mi pareja, entre nuestras piernas, en la habitación donde estábamos los dos y le estresaba mucho no estar acompañado. Pasamos meses demasiado felices junto a Manchitas, la criatura nos amaba profundamente y nosotros a él. Pero, mi novio finalmente tuvo que regresar a su trabajo que lo alejaba buenos meses de casa, y cuando se fue, Manchitas resintió terriblemente su falta. Le maullaba triste a su lado de la cama, arañaba constantemente los zapatos que estaban de su lado del closet y lo mas preocupante fue que dejó de comer. Lo llevé de inmediato al veterinario y me explicó que estaba deprimido, que extrañaba a mi esposo y por eso había dejado de comer. Me recomendó jugar con él, llevarlo a pasear y que nos recostemos juntos para que no resintiera tanto la falta, me sorprendió saber lo mucho que se parecía a un perro con esas actitudes. Fuimos de regreso a casa pero a pesar de todos mis esfuerzos y juegos no conseguía hacerle comer ni beber nada y solo crecía mi preocupación. No se lo mencioné a mi novio porque lo haría sentirse muy culpable al respecto y no quería eso.
Probé todo, de verdad todo. Le cambié el alimento y la leche al menos quince veces, lo sacaba a pasear diario, jugábamos en el patio a diario y siempre lo llevaba cargado, a todos lados, nunca me separé de él, pero eso no lo hacía comer, por lo que decidí buscar en el internet. Entre tantas sugerencias de las páginas, encontré una que si se refería al respecto, decían que debías untar un poco de leche en el pezón de la madre para que la cría siguiera el olor mas fácil y así llegaría para alimentarse sin duda alguna habiendo encontrado la fuente de alimento. ¡Pero manchitas no era una cría ya! Consideré llevarlo con alguna gata que estuviera amamantando y ver si así comía, pero no encontré ninguna. Y al ver que no comía y cada día lucía más enfermito…tuve que hacerlo. Tomé a manchitas y lo llevé a la sala, tomé su tazón de leche y al ofrecérselo se negó de inmediato. Alcé mi camiseta y mis pechos quedaron expuestos, el animal me observó curioso olisqueando mi piel, pero no hizo nada. Con un dedo unté un poco de leche sobre mi pezón y acerqué al animal…mi sorpresa fe que tras varias olisqueadas finalmente sacó su lengua y comenzó a lamer mi pezón, limpiando toda la leche. Su lengua con pequeñas asperidades se sentía rara, al inicio dolía, pero tras seguir untando leche por mi pecho la sensación se volvió agradable, me hacía suspirar y cuando menos me di cuenta ya me estaba tocando con mi mano libre. Poco a poco hice que manchitas bebiera toda la leche al untarla por todo mi pecho, y aunque n pude hacerlo con las croquetas, me sentí satisfecha con que se hubiera tomado la leche. Lo dejé sobre su cama y aunque me sentía tan avergonzada de lo que había echo, estaba completamente húmeda.
Fui a la cama, llamé a mi novio y los dos nos masturbamos por teléfono, aunque él no sabía que la razón de mi humedad era nuestro gato. Me fui a dormir y no pensé nada mas al respecto, pero al día siguiente, cuando tampoco quiso comer ni tomar, usé mi otro pecho y logré bebiese toda la leche sobre mis pechos. Así sucedió durante tres semanas, mañana, tarde y noche, en los horarios en los que Manchitas acostumbraba a comer y cada vez terminaba tan húmeda que debía ir a masturbarme. Fue al inicio de la cuarta semana, que cuando desperté, escuché los ronroneos de manchitas y al abrir mis ojos el gato ya estaba prendido a mi pezón, lamiendo y succionando…pero no había nada de leche, lo hacía solo porque sí…porque le gustaba chupar mis pechos…jamás me había succionado, solo lamía, pero ahora jalaba suavemente de mis pezones y con su patita amasaba mi pecho, los ojos entrecerrados y los ronroneos mas fuertes que le hubiera escuchado soltar.
Me excitó tanto verlo así que me masturbé mientras Manchitas mamaba mis pechos, tuve entonces el orgasmo mas fuerte de mi vida. Y así pasa a diario desde entonces, lo alimento sobre mis pechos y ahora me las he arreglado para que como sus croquetas, de vez en cuando me sigue haciendo batallar. Y es a diario, que no importa donde esté, manchitas irá a buscarme, brincará a mis piernas y golpeará suavemente el pecho que desea tomar ese día mientras maúlla, hasta que me quite lo que lleve encima y le ofrezca mis pechos solo a él y me de un orgasmo tremendo.
Cuando mi novio regrese no tengo ni idea de lo que vaya a suceder, no creo que pueda aceptar que mi gatito solo bebe su leche si está sobre mis pechos y que ya no es el único que consigue que me correr solo lamiendo mis pezones. Díganme ¿debería seguir dejando que juegue con mis pechos así? ¿O debería empezar a prohibírselo y solo sea mi sucio secreto?