Mi hermana, su mejor amiga y yo
Esta es la historia de Pablo, un chico de 26 años, que está en pareja con Mónica de 24, ella es morocha, pelo negro, largo, ondulado. Su cara es hermosa tiene una gran sonrisa y sobretodo unos bellos ojos verdes, su cuerpo es plano sin mucho para figurar pero me gusta su trasero ya que lo tiene firme.
Vivimos juntos hace 2 años desde que ambos nos independizamos de nuestro padres. Ambos trabajamos, yo en publicidad y ella en un staff de economía, y lo principal tenemos amigos y nos vamos de fiesta los fines de semana.
A Mónica la conocí a través de mi hermana Melisa, ya que es su mejor amiga y a mi me gustó, hablamos por mucho tiempo, hasta que llegó nuestra primera cita y finalizamos en esta realidad.
Pese al cambio a Meli le cayó bien la idea de nuestra relación y más ahora con nuestra convivencia ya que visita a su mejor amiga y a su hermano al mismo tiempo y antes era más raro por el hecho que ellas salían por separado y era muy extraño.
Meli nos acompañaba a las fiestas, en una de ellas, la noche ya estaba terminando cuando mire a mi novia tenía una camiseta larga negra que le quedaba muy bien y después de que terminará su trago, la besé y continuamos hasta llegar al coche, nos sentamos, le saque la camiseta, no usaba sujetador, sus pequeños senos cayeron en mi boca y me dispuse a chuparlos, deliciosos como siempre esos pezones marrones me tenían enamorado, eran una delicia, mis manos quedaron en su cadera y las suyas pasaron a mis hombros, luego hice el clásico movimiento en un coche para rápidamente quitarme los pantalones y el calzoncillo y follarme a mi novia. Continuamos exactamente en la misma posición, ella sin el short y su braguita corrida, seguí con mis embestidas hasta que ella se fue a los asientos de atrás y yo la seguí para ya seguir follando pero de misionero. Sus gemidos nos inundaba el ambiente y yo besaba su cara, su cuello y me concentraba en follarla, después de aumentar y ya mezclar gemidos, termine temblando y acabe en la parte baja de su pecho.
-Esto fue el inicio- dije mientras recuperaba- Ahora vamos para casa y la seguimos.
-umm perfecto
En eso levanto la cabeza y desde la ventana veo a mi hermana viéndonos, me sentí mal por eso, ella tal vez también porque rápidamente se fue.
-La viste?
-A Meli? Si carajo, tendremos que hablar con ella?
-Por ahora solo podemos vestirnos- y se me dibujo una sonrisa en el rostro-
Me hizo caso y nos quedamos en el coche al rato llego Melisa y nos fuimos para la casa.
Al llegar follamos como conejos con Mónica, luego de varios polvos y orgasmos nos quedamos desnudos en la cama y empezamos a charlar.
-Vamos a hacer algo con Meli?
-Nose, no creo, aparte es normal -fue evasiva-
– No te da pena que nos vio?
– No, estaba teniendo sexo y con mi novio nada raro
– Bueno está bien
– Nose por qué ella continúo hablando- Además ella me vio desnuda
– Umm cuando se cambian?- ya acercándome a su cuerpo- y se tocan?
– Eso no te lo voy a decir ahora -y apagó la luz-
De mi parte debo decir que me costó dormirme pero al final lo conseguí.
Al otro día no pude parar de imaginarme a Mónica con Meli, pensaba en situaciones que veo en el porno como un ayúdame a sacarme esto? O me ves bonita? Y que se besaran, tocaran, e hicieran el amor. Esas imágenes no me dejaban hacer la vida cotidiana, no podía avanzar en el proyecto, tampoco podía ya hablar con Mónica porque también estaba trabajando, ella de forma presencial.
Llegó a casa, porque escuché el sonido de la puerta, rápidamente me dirigí dónde estaba iba a hablarle pero era mi hermana.
-Hola hermanito, como estás?
– Bien y vos? Que haces de nuevo por acá
– Mónica me invitó por qué? Pasa algo?
– No nada
La charla termino pero eso me dejó muy pensante, está noche sería la charla que yo le mencioné a Mónica. La misma llegó pero yo ya estaba más tranquilo debido a la presencia de Meli. Recién cuando hacía la cena la abracé desde atrás y luego de un beso en el cuello le dije:
-Umm que te estás proponiendo
-Se dio vuelta y abriéndose las piernas me dijo- ya lo sabrás-
Yo me fui y luego cenamos los 3, no hablamos mucho y nos quedamos en el sofá, después de un rato Mónica me agarró de los brazos y me levanto
-Vamos a la habitación, campeón
Yo seguí caminando viendo cómo quedaba sola en el living Meli, llegamos a la habitación Mónica me acostó y se puso arriba, me quite la camiseta, busque sus labios para besarla y lo hice, automáticamente se sacó la camiseta larga que llevaba, sus senos cayeron cerca de mi boca, los empezé a besar, jugaba con sus pezones y ella inclinaba su cabeza hacía los costados y empezaba a regalarme unos pequeños gemidos, fui subiendo y besarla del cuello, con mi mano izquierda acaricié sus nalgas y con mis dedos jugué con su braguita azul que era lo único que tenía puesto y con la otra mano acariciaba su espalda y también jugaba pero en este caso con lo ondulado de su pelo negro. Volví a besar esos pezones para luego volver a acostarme e iniciar a sacarme la bermuda, Mónica me miraba con deseo, dibujando una sonrisa picarona en el rostro y fijando sus ojos en lo que hacía, se movió a un costado para facilitarme la acción, aparte de la bermuda me quite mi boxer. Así me quedé desnudo, servido para ella y con la polla liberada, dura y señalando hacía el techo. Rápidamente Moni se quitó su braga y estaba sobre mí con la polla dentro, comenzando a follarme, fue aumentado el ritmo de a poco, yo me quedé acostado mirando su cuerpo y con mis manos en su cadera, las manos de ella hacían lo mismo conmigo. Aumento su intensidad, a saltar más alto y más rápido, ambos gemíamos, nuestros sonidos se mezclaban, mi cuerpo perdía el control, mis manos ya acariciaban todo su cuerpo desde sus senos hasta el clítoris, después de algunos minutos así me levanté sobre ella, como estábamos al inicio pero ahora sin ropa y con mi polla dentro de ella, en esa posición Koala ahora era yo quien la follaba, con mis manos en su espalda, también besaba su cuello y levanto la cabeza y abrió la boca para gemir fuerte, eso me encantó seguí aumentando la intensidad, dándole más fuerte y clavándole mi polla lo más que pudiera, para darle más placer la sostuve de las nalgas, se las acaricié con ambas manos y seguí follándola, ya bufando de agitación y Mónica gimiendo con todo.
La aparte, le indique que se acomode de perrito, acaricié esas nalgas que tanto placer me daban y continúe follándola, me sentía en la gloria, estaba muy a gusto follando a Mónica, de a ratos le daba nalgadas y ella en ningún momento paro de gemir, me miraba de reojo y seguía gimiendo y además lo hacía muy fuerte, casi gritando, yo sentía como se caía mi cuerpo en cada embestida, iba acabar pronto, entonces la agarre de la espalda, continúe con mis manos hasta llegar a sus senos y ya así los dos más elevados, no pare de follarla, bien fuerte, fue una auténtica gozada, yo también gemía, sin dejar de abrazar sus senos y ella continúo con sus gritos hasta que estuve a punto, salí, se dio vuelta y acabé debajo de sus pechos, fue una gran follada, me quedé a su lado recuperando fuerzas, casi quedándome dormido.
-Te gusto el espectáculo? -dijo Mónica tocándose los pechos y dirigiendo su rostro hacia la entrada del cuarto-
Quien salió de la entrada del cuarto fue mi hermana, con la ropa de abajo desajustada, se notaba su braguita y le dijo – Si me gustó mucho gracias por el show.
No pude decir nada, no solo por quedarme en shock ante la situación sino también por lo cansado que estaba no podía articular palabra, Mónica lo hizo a propósito y mi hermana está vez también aprovecho y pudo haberlo gozado tanto como yo o más. Esto no se arreglo y todo lo contrario, está lejos de que suceda.