Como me calientan mis perras
Cuando mis papás salieron de viaje, me la pasé desnuda por casa, de orgasmo a orgasmo con Dulce, algunos en compañía de Ale, y quise pasarla bien con Ale y Les, pero no resultó bien, a Les no le cayó bien la integración de Les.
Recuerdo 3 días antes de que regresaran mis papás, estaba empezando a ver porno zoo, una compilación de eyaculaciones de caballo en la boca de putas. Sentía mi concha súper húmeda, mis pezones duros y las tetas algo pesadas, pues Nicka ya no tomaba tanta leche como antes. Empecé a acariciar mis pezones despacito, llenandolos de mi humedad.
Estaba por ir a buscar a Dulce, para que me comiera el coño mientras veía esas boquitas llenas de lechita caliente de caballitos.
Pero una llamada que no pensaba atender me retrasó, era mi nueva putita, Ale.
Contesté pero la voz me delató, demostrando mi excitación, Ale se burló y recuerdo perfecto su pregunta «Acaso estás caliente perrita?» Y no lo negué, quedó de llegar a mi casa en 10, pero no podía esperar, le dejé la puerta abierta para que entrara sin problemas, mientras dejaba entrar a Dulce a mi cuarto, supongo el olor de mi excitación la llamó pues me empezó a querer lamer el coño.
Me senté en el suelo de mi habitación, recargada contra la cama y en la TV se mostraba en pausa el video que estaba viendo anteriormente, le di al play y dejé Dulce comiera mi coño, a diferencia de otras veces, no empezó tímida, su lengua pasaba rápido desde mi entrada a mi clitoris, como si estuviera sedienta de mi.
Empecé a acariciar mis tetas y cuando apreté mis pezones y salió lechita Dulce se enderezó para mamar de ellas, no podía con la excitación. Ver porno, estar desnuda a la espera de Ale y con Dulce comiendome me tenia cerca del orgasmo.
Justo cuando empecé a sentirme temblar, esa sensación deliciosa en el clitoris, la piel erizada y mis gemidos más agudos, escuché a Ale entrar, pronto llegó a mi cuarto, y venía sin blusa, sus tetas enormes estaban al aire libre.
Una falda negra y medias de red fue lo segundo que vi, y después sus labios, tintados de un color vino hermoso, que contrastaba excelente con su piel clara me hizo imaginar sus besos marcados por mi piel morena.
Se sentó frente a mi, abriendo sus piernas y mostrándome ese coñito virgen desnudo, la puta no llevaba ropa interior. Pero no pude concentrarme tanto, pues Dulce no me daba tregua, me sentía a punto de terminar.
Ale comenzó a masturbarse mientras me veía, era el show de esa puta.
Me mostraba sus dedos llenos de humedad y alternaba entre manchar sus tetas y chuparlos.
Empecé a gemir más alto, mis piernas estaban temblando e intentado cerrarse, estuve a punto de acabar en el osico de Dulce, pero Ale la alejó de mi, la jaló poco antes de que acabara y mi clitoris se quedó palpitando y con la sensación molesta de perder el orgasmo. Me quejé pero Ale solo gozaba de la lengua de Dulce, le estaba comiendo el coño y la nena estaba chorreando. Me senté a su lado y nos besamos, ella bajó a mi cuello y sentí sus mordidas y como me marcaba
—Eres una puta, te encanta que te coma el coño Dulce, cierto?–Algo quiso decir pero fue ahogado en un gritito pues jale de su pezon izquierdo, los tenía sensibles desde que le ponía succionadores por horas.
Me encantaba verla mojadita y lloriqueando cada que la amarraba y no la dejaba acabar.
—Parate, quiero que me comas el coño.–su sonrisa maliciosa y su mirada coqueta me prendían.—no….quiero, mami–su voz quebrada y pastosa por su grado de excitación solo me complacía.
Pensé sería buena idea poner en sus pezones los succionadores con aleta mientras yo veía porno y a mis 2 putitas.
Su cara roja y sus piernas temblorosas más sus gemidos me hacian mojar, mi coño palpitaba.
De un momento a otro Dulce se aburrió y Ale me suplicó
—Mami, chupame el coño mami, te necesito–Su cara me encantaba, siempre me ha gustado ver las facciones y las expresiones de mis putas. Y con ella no era la excepción, su cara aun algo aniñada pero de mirada seductora me prendían.
—Sientate en la cama, y abre esas piernas, puta.–Obediente, acató mi orden, su coño se veía delicioso, húmedo y rojito por la fricción de la lengua de Dulce.—Soy tu puta, mami, comele el coño a esta puta.–Sus tetas se movían al ritmo de su respiración, verdaderamente se veía deliciosa, y no quise hacerla esperar, hincada entre sus piernas, con su coño frente a mi cara, su clitoris palpitante he hinchado rogaba atención, y pasé la lengua despacio, un lenguetazo para calarla. Su gemido agudo acompañado de un jadeo me encantó.
Seguí dando lenguetazos, jugando con mi putita.
Sus caderas se meneaban de atrás a adelante, su coño mojadito sonaba tan delicioso cada que pasaba la lengua, y los gemidos que soltaba cada que succionaba su clitoris me fascinaban.
—Di que eres mi puta, o no te como el coño.
—Soy tuya, tu puta…Mmmm mami me comes bien rico.
Mientras temblaba agarraba en sus puños mi cabello y subí mis manos para pellizcar sus pezonez sensibles.
Comenzó a temblar y moverse sin control, sus piernas se cerraron en mi cuello pero no dejé de mamarla hasta que gritó y su coño comenzó a soltar juguitos ricos
Habrá continuación, más extensa claro.
He estado ausente pues la Uni ha estado algo pesada últimamente, pero ya he estado escribiendo todo lo que he hecho.