Un Cumpleaños Feliz

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Había llegado el verano y una fecha que no podía dejar pasar por alto, el cumple de mi mejor amigo Lorenzo, ese día fui hasta su casa por la tarde, abrió la puerta.
– Hola Laura que sorpresa tu por aquí.
Me dio un beso en la frente como siempre.
– Lorenzo es que olvidaste el día de hoy.
– Claro que no, solo bromeaba contigo, realmente te esperaba desde esta mañana, pasa a la terraza y ponte cómoda.
Seguí detrás de él y en la terraza ocupé un sillón bajo una sombrilla, sin decir nada él entró en la casa y regresó con dos cervezas en la mano.
– Aquí tienes, está bien fría.
Hablamos de muchas cosas y debe haber pasado más de dos horas. El me pidió que le ayudara a preparar una cena para los dos, porque estaba solo por haber roto con su novia hacia 6 meses.
– Lorenzo, que te pasó con esa chica, hacían una linda pareja.
– Solo me quería para pasar el rato y no estaba para nada serio, dijo él algo triste.
– Bueno Lorenzo sabes que somos amigos desde la infancia y tu sabes todo de mi, hoy es un día para que no estés sólo, me quedaré y cenaremos juntos.
Tengo 30 años y el 33 y siempre nos tratamos con mucho cariño y respeto.
Nos fuimos a la cocina y comenzamos a organizar las cosas, al poco rato le note impaciencia.
– Lorenzo que pasa, te sientes mal?.
– No pasa nada Laura es que hace rato quería preguntarte algo.
– Tu dirás, soy toda oídos.
– Laura aún te gusta andar desnuda.
Me quedé en silencio por un momento, realmente no sabia que responder.
– Lorenzo, hace tiempo que no lo hago, mi nuevo trabajo me ocupa todo el tiempo, es que deseas verme desnuda.
– Bueno no lo tomes a mal, solo lo decía para que estés cómoda un rato.
– Tu y yo nos hemos visto desnudos muchas veces Lorenzo así que no veo nada de malo en estar desnudos.
Allí mismo nos desnudamos y sin decir nada el tomó toda mi ropa y la dobló con mucho cariño y la llevó a su cuarto.
Cuando regresó venia algo nervioso porque tenía erección, yo estaba de espalda y no lo había notado.
– Lorenzo que haces, que te tapas, giré la cabeza y vi que tapaba su pene.
– Ahh, es eso, por favor no seas bobo, sabes que he visto tu pene muchas veces y se muy bien como es.
Parece que eso le dio más confianza y así fuimos preparando la cena poco a poco, riéndonos y haciendo chistes de su pene, el me rozaba algunas veces las nalgas y yo aprovechaba para masturbarme la vagina delante de él.
– Laura aún te gusta masturbarte?
– Si Lorenzo, es lo único que hago porque ya sabes que pareja no tengo.
– Bueno Laura la cena está casi lista, toma un baño y te vistes que tu ropa está en mi cama.
– Lorenzo en todo este tiempo no se te ha bajado la erección, mejor vamos y tu también te masturbas.
– No sé, es que tú, ya sabes.
– Que no se hable más, ya está decidido, le dije yo muy tranquilamente.
– Esta bien, pero debemos venir a revisar lo que falta de la cena.
Nos fuimos a la terraza y me dijo:
– Laura cómo lo quieres hacer?.
– Nos sentamos uno frente al otro y lo vamos haciendo.
Así lo hicimos y fuimos calentandonos poco a poco.
Yo sabía el tiempo de el venirse y le dije:
– El primero que se venga le toca fregar los platos.
Nos pusimos de pie y corrimos a la cocina, preparamos todo en la mesa y le dije:
– Quiero decirte algo Lorenzo, se que lo deseas mucho, y no dejaré que pase el día de hoy sin que hagas el amor, le tome la mano y fuimos a la terraza.
Me acomode en el suelo y el encima de mi muy delicadamente, fue bombeando con cuidado y lo hacíamos riéndonos y yo diciéndole como me gustaba, nos vinimos los dos juntos y fuimos a bañarnos.
Cenamos desnudos los dos muy tranquilamente, esa noche me quedé en su casa haciendo el amor hasta el amanecer.
Regresé unos días después a su casa llevando una maleta de ropa conmigo porque me quede a vivir con el por 5 años, siendo marido y mujer.

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