Esta fue la primera vez que me follé a Amber, la vecinita del quinto piso que apenas llegaba a los 20 años y era perfecta

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En mi edificio hay mucha gente mayor, y la juventud se concentra en mi vecina del quinto, una chiquilla de apenas 20 años con el pelo castaño que le llegaba hasta los hombros, ella es delgada con un poco de pecho un culo chico pero apretado.

 

Hace varias semanas, ella  y yo empezamos a cruzarnos en el ascensor por las tardes para subir cada uno a su planta. Nuestras conversaciones eran de 2 minutos y eran las típicas de ascensor, saludos, el tiempo y poco más.

 

Una tarde mientras esperaba al ascensor llegó ella y la ví algo triste,

 

 ¿estas bien?

 Sí.- me respondió algo seca, vi que tenía los ojos rojos.

 Perdona, pero no sé tu nombre.

 Amber, me llamo Amber.

 Yo, soy Oliver. Por fin nos conocemos. ella sonrió y la cara se le alumbró un poco.

 ha ha ha ha..- ella empezó a reír.

 

Llegó el ascensor y subimos.

 

 en serio ¿estás bien?

 Si, bueno es que me ha pasado algo…

 Bueno si no quieres contármelo no me lo cuentes, pero por lo menos no debes entrar en casa con esas lágrimas secas.

 Cierto.

 Si quieres te puedo llevar a un sitio secreto donde poder secar tus lágrimas.

 ¿ secreto?, ¿ donde?

 En la azotea.- le dije sonriendo, ella tras una pausa también sonrió.

 

Subimos hasta la octava planta y luego subimos por las escaleras hasta la azotea. Arriba me encendí un cigarro, le ofrecí pero ella me dijo que no fumaba. Nosotros estuvimos hablando, sobretodo de su novio y de cómo se portaba con ella.Era un cabronazo total que solo pensaba en sí mismo y en pasar el tiempo con sus amigos y tenerla a ella como trofeo. Por supuesto no le dije nada solo la animé y la console. Cuando estuvo más tranquila bajamos de la azotea, ella entró en la casa de sus padres y yo fui a la mía. Pasaron varios días en los cuales me estuve cruzando con ella de vez en cuando pero no hablamos de temas personales más, parece que la cosa se había normalizado.

 

Una noche estaba estudiando y miré por la ventana. Había una pareja en el patio y estaban discutiendo, se podía oír desde mi casa. Cuando reconocí que la chica era Amber bajé por si el capullo se ponía muy violento. El capullo de su novio la cogía del brazo y la balanceaba, fue cuando  decidí salir y hacerme el encontradizo.

 

 Hola Amber, ¿todo bien?.-

 

 ¿Qué quieres capullo?.- Dijo el capullo.

 

 Contigo no hablaba. ¿estas bien Amber?.- le volví a preguntar

 

 Claro que está bien.- respondió el capullo.

 

 ¿estas bien Amber?.- le volví a preguntar

 

 Si.- dijo ella algo pausada.

 

 Los ves capullo.- dijo … bueno el capullo.

 

Caminé hasta el portal y no había llegado a la puerta cuando escuché a Amber llamarme para que la espera y luego al capullo gritar “ hemos terminado, que lo sepas zorra”

 

Esperé a Amber con la puerta abierta. Cuando llegó me dijo.

 

 No tengo ganas de ir a casa, ¿ te apetece que hagamos algo?

 

 Vale.- le dije mientras sujetaba la puerta del portal.En él pude oler a Amber olía a alcohol.

 

 ¿Dónde quieres ir?.- le pregunté

 

 Me da igual solo quiero divertirme y olvidar a ese capullo.

 

 Ok.

 

Salimos de la urbanización y en la tienda del chino compramos varias birras y nos fuimos entre dos barrotes del parque entramos.

 

El parque estaba desierto y nos metimos muy adentro para estar lejos de la carretera por si el capullo volví con su amigos cabreado por ver a su ex con otro tío.

 

Me senté en un banco y abrí una cerveza mientras que Amber caminando sobre una raya para probarme que no estaba borracha.

 

 Cuentame, ¿tus novios son todos iguales?

 

 si, la verdad es que siempre elijo a capullos.

 

 Eso debe de ser cosa de chicas, elegir a los chicos malos.

 

 Puede,¿ tu tienes novia?

 

 No. debe ser que soy un chico bueno.

 

 Puede ser.- dijo ella acercándose a mí

 

 ¿Que haces Amber?.- le dije mientras que ponía sus manos sobre mis piernas.

 

 Nada, pero creo que es hora de que seas un chico malo.- y posó sus labios en mi boca y no me lo pensé más y comencé a comerle la boca.

 

 Dios que buenas estas.

 

 Tu tampoco estas mal y tenía ganas de besarte desde que empezamos a coincidir en el ascensor.- dijo ella, cosa que me puso mas cachondo.

 

Me levanté tomé a Amber de la cintura. Estábamos cerca de una farola y a 10 minutos de nuestra casa, quizás no éramos los únicos del parque. Así que la tomé del culo y le dije al oído “vamos nos a otro sitio”, ella pegó un salto y con sus piernas abrazó mi cintura. Fue fácil caminar con su 50 kilos de peso y nos adentramos en la oscuridad del parque detrás de un seto alto. Me puse de rodillas apoyando en el césped luego comencé a desnudarla quitándole la camisa, ella seguía abrazada a mi cuello mientras que nuestras bocas seguían juntas con nuestras lenguas enlazadas.

Le quité su camiseta dejando al descubierto su sujetador rosa el cual desabroché. su pechitos estaban al fresco. Yo me quité la camisa para estar iguales de desnudos. luego le desabroche su pantalón vaquero y se los bajé dejando ver sus braguitas rosa de hello kitty, cosa que a ella le dió un poco de vergüenza pero a mi me pareció algo sensual.

 

 Voy a comerte el conejo.- le dije mientras bajaba sus bragas y las sacaba por las piernas.

 

Le cogí cada pierna con una mano, las abrí  y posé mi cabeza entre sus piernas. Mi lengua humedecía su coñito introduciéndose dentro de él, ella gemía ante las acometidas de mi lengua dentro de ella. Con su manos se posaba sobre mi cabeza para hacer que no dejará de comerle el coño. Tras un largo rato excitando su coño era la hora de meterle mi polla a su coñito apretado. Desabroche mi cremallera y saqué mi polla ante la curiosa mirada de Amber, la cual se sobresaltó cuando la vio, supongo que no había visto nunca una polla tan grande, y la mía no lo era mucho. La humedecí con algo de saliva y se la coloqué en la entrada del coño.

 

 ¿Eres virgen?.- le pregunté.

 

 Si.- respondió ella.

 

. esto te va a doler un poco.Le respondí.

 

 No importa.- Dijo ella.

 

Comencé a meterle la polla suavemente para luego meterle la polla cada vez más rápida en su apretado coño el cual iba cediendo a mis embestidas. Amber gemía de placer y yo disfrutaba escuchando sus gemidos. Me vino mi orgasmo y saqué mi polla de su coño corriendome sobre él pero no dentro.

 

esta fue la primera vez que me follé a Amber pero hubo otras más que os contaré en otro momento.

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