Un joven penetra en el espacio cibernético de su hermana y encuentra correos, fotos y vídeos porno así como imágenes de su hermana
Un joven penetra en el espacio cibernético de su hermana y encuentra correos, fotos y vídeos porno así como imágenes de ella misma masturbándose. La calentura le puede y decide penetrarla físicamente, tal como ella desea, siendo sometida.
En aquel entonces yo tenía unos diecinueve años, acababa de iniciar mis estudios de universidad. Mi hermana acababa de cumplir los dieciocho Ese verano suspendí bastantes asignaturas, así que tuve que pasármelo en casa, mi hermana le pasó lo mismo, así que mis padres decidieron dejarnos por allí solos todo el mes de agosto.
Todo empezó un día en que entré a la habitación de mi hermana para preguntarle una tontería sobre la casa, se estaba duchando, así que me respondió desde el baño, mientras me hablaba miraba aquí y allí, y me fijé en que tenía el diario abierto sobre la mesa, empecé a hojearlo, teléfonos, direcciones sin más, y entre ellas encontré una dirección de correo con la password, eran el nombre de mi hermana con un número, las normales que se suelen usar. No le di mas importancia, pero aquellos datos se me quedaron en la memoria.
Esa noche estaba yo navegando por Internet en el PC de mi habitación, ya estaba bastante aburrido, así que se me ocurrió entrar en la dirección de correo de mi hermana, no era algo muy ético, pero no me esperaba ni mucho menos encontrarme lo que me encontré. La verdad es que al conectarme y darme el saludo inicial, vi que estaba bastante llena de cosas, empecé a investigar. Tenía varios directorios: “fotos”, “videos”, “historias”, … y alguno más. Empecé por los dos primeros, me imaginé encontrarme fotos de Brad Pitt y videos de los Back Street Boys, pero cuál fue mi sorpresa cuando me encontré fotos porno, bueno, aquello era auténticamente hardcore, la mayoría de mujeres ensartadas por enormes pollas, por el coño, el culo, por ambos, muchas escenas de BDSM, aquello me dejó alucinado, pasé al directorio de vídeos, y era más de lo mismo, especialmente había un montón de vídeos de películas que simulaban violaciones. La verdad es que aquello no podía ser de mi hermana, sólo alguien tremendamente depravado y perverso podía almacenar aquello. Todavía sin recuperarme pasé al ultimo directorio. Allí había un montón de e-mail de un montón de tíos, empecé a leerlos. Según parece mi hermana había puesto algún anuncio en alguna pagina web y la escribían un montón de hombres, le contaban todo tipo de historias, de cómo la follarían, y según por sus respuestas, a ella le encantaba. Según pude averiguar después de varias horas leyendo todos esos e-mail, a mi hermana le encantaría que la violaran salvajemente, entre cuantos más hombres mejor, era una autentica salida. Lo peor vino al final, había un directorio llamado “mis fotos”, me temí lo peor, y así fue, eran fotos de mi hermana, las había difuminado la cara, pero era ella, reconocía su habitación y su cuerpo, la mayoría sobre la cama, metiéndose un enorme pepino en el coño, o con un otro más pequeño por el culo, y algunas con ambos a la vez. Aquello me dejó helado, mi hermana no sólo era una salida, sino una ninfómana, y por aquellas fotos, estaba buenísima, nunca me había fijado en lo buena que estaba, sus pechos eran más grandes de lo que pensaba, muy redondos y puntiagudos, y se depilaba el sexo.
Pasé aquella noche sin dormir, no paraba de darme vueltas todo lo que había visto sobre mi hermanita. A la mañana siguiente salí pronto, le dejé un mensaje a mi hermana en la nevera de que estaría todo el día fuera. No hacía más que andar por la ciudad, no me podía quitar de la cabeza todas esas fotos, y al final siempre acaba imaginándome a mi follando o sodomizando el culito de mi hermana. A media tarde estaba ya cansado y decidí volver. Tenía que hablar con ella.
Llegué a la puerta de la casa, pero antes de abrir, me extrañó que oía ruidos raros dentro, puse la oreja pegada a la puerta, y aquello eran jadeos. Di la vuelta y entré por detrás muy despacio sin hacer ruido. Sí, aquello eran una mujer y varios hombres gritando y jadeando. Me acerqué al salón, allí había una película de video, una mujer con las manos atadas a las piernas era doblemente penetrada por dos negros, mientras mi hermana estaba a cuatro patas, delante de la tele, completamente desnuda, tenía un pepino metido en el coño y se metía y sacaba otro más pequeño en el culo y jadeaba de placer como una loca – “SIIIIII SIIIII FOLLLADME, FOLLLADDDMME, ROMPEDME EL CULO, ROMPÉDMELO AHHHHHHH” gritaba casi fuera de sí.
Estuve un rato viendo aquello, estaba a punto de correrme, antes salí de casa tal y como había llegado. Ya no podía soportar más aquella situación, tenía que hacer mía a mi hermanita, pero tal y como a ella le gustaba.
Esa noche entré en su cuarto, estaba durmiendo sólo con una camiseta y unas braguitas, hacía mucho calor. Me acerqué a su cama. Llevaba unas cuerdas, así que la puse boca abajo y le até las manos a la espalda. Ella se despertó sobresaltada, pero cuando quiso darse cuenta estaba atada.
– “Así que eres una putita” la dije mientras que la tumbaba en la cama y le movía la cabeza para que pudiera verme. Estaba completamente desnudo, y mi polla estaba bastante excitada, y la verdad es que era de un tamaño bastante considerable. Entonces me senté en la cama a su lado, la cogí la cabeza con mis manos y le obligué a que se comiera todo mi rabo, ella intentaba gritar y patalear, pero no podía hacer nada, mi rabo entraba y salía de su boca una y otra vez ” Chupa, puta, chúpalo” la gritaba fuera de mí.
Cuando ya tenía la polla bastante caliente, decidí parar un rato, la volteé para ponerla boca arriba, se quejó, en esa postura se presionaba los brazos y la dolía, le arranqué la camiseta en respuesta a sus quejas. Allí estaba sólo en braguitas, y vaya tanguita. Me arrojé sobre sus pechos y empecé a morderlos, apretarlos, magrearlos, eran lo más increíble que había visto nunca.
“Por favor, déjame, déjame” me suplicaba ella. pero yo seguía apretándole los pechos y mordiéndole los pezones. “Ah, ah, me haces daño AH AH” gritaba.
Aquello me ponía cada vez más cachondo. La verdad es que la manejaba como una pluma, yo soy mucho más grande y fuerte que ella, no me hacía falta ni atarla, pero eso me excitaba más a mí, y creo que a ella también. Así que decidí atarla tal y como había visto en la película. Le até cada tobillo a la muñeca de la mano de su lado, de esa manera estaba completamente abierta para mí. Ella sabía lo que la iba a hacer, me suplicaba y lloraba, pero yo ya era un animal de lujuria. Así la puse encima de la cama, y la penetré el coñito de un solo golpe, no me sorprendió la facilidad con que la perforé, estaba completamente húmedo y lubrificado, creo que ya se había corrido.
AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH
Gritó al sentirse perforada. “Te gusta que te follen así, verdad, toma, toma” la gritaba mientras la perforaba una y otra vez, era como un pozo petrolífero, y yo la perforaba una y otra vez. Mientras que lo hacía se agarraba a sus tetas como si fuesen un salvavidas, Dios cómo las apretaba cada vez que mis huevos tocaban sus nalgas. Sentía cómo su cuerpo vibraba ante cada una de mis embestidas. Su cara representaba la viva imagen de la lujuria, estaba gozando como una autentica zorra. No pude contenerme más y me corrí con saña en su coño, casi hasta reventarlo. Ella no pudo reprimirse más y gritó de placer mientras se corría a la vez “SIIIIIIIIIIIIIII” gritaba, fueron unos segundos increíbles. Al final se la saqué y me quedé sentado, descansando un momento, ella estaba allí retorciéndose.
“FÓLLAME EL CULO, POR FAVOR, NO ME DEJES ASI, RÓMPEME EL CULO, NO PUEDO AGUANTAR MÁS” me suplicaba. La desaté, estaba dispuesto a sodomizar a mi hermana. La cogí en brazos y la llevé al salón, nos tumbamos en el sofá, yo debajo y ella encima de mí, ella me chupaba la polla y yo l
e hacía lo propio con su inundado coñito. No pasó mucho antes de que mi polla creciera en la boca de mi hermanita, ella se aplicaba con esmero, qué manera de chupar, evidentemente la práctica con los pepinos le había servido de mucho.
Mi polla ya estaba otra vez como el palo de la escoba, antes le excité un poquito su ano, que se abría ante el tacto de mi dedo y notaba cómo todo su cuerpo se retorcía. Al final la levanté, la puse en el suelo, encima de la alfombra a cuatro patas, como estaba ese medio día, yo me puse por detrás, ella se abrió completamente. “RÓMPEMELO, RÓMPELOOO”, yo puse mi polla en la entrada de su culito, era descomunal la diferencia, ella se volvió y me miro con ojos de lujuria como no los he visto nunca “NO, DESPACIO, NO, QUIERO QUE SEAS BRUTAL, RÓMPEME, RÓMPEME, ME ABRASO, NECESITO TU POLLA ABRIENDO MI CULO YAAAAA”.
Aquello terminó de sacarme de quicio, le abrí las nalgas y empecé a empujar, me costaba un enorme esfuerzo, incluso me dolía la polla, pensé que podría partirse antes de perforar ese culito, ella gritaba como una cerda “AAAAAAAAAAAAAAUUUUUUUUUUUUUUUAHHHHHHHHHHHHHHHHHHH SIIIIIIIIIIIIIIIIIII MAAAAAAAAAAAAAAASSSSSSSSSSSSSSSS” gritaba, se retorcía como un demonio, al final decidí cogerle de los pechos y empitonarla hasta el fondo, en dos empujones mi polla quedó encajada y perforando todo su ano, ella seguía gritando y jadeando, me contagió toda su lujuria, empecé a follarla como nunca lo había hecho, era como si montase un animal salvaje, mi polla al principio de costaba moverse en su estrecho culito, pero al final se fue dilatando y me era más fácil penetrarla una y otra vez. No sé el tiempo que estuve sodomizándola, ella estuvo a punto de perder el sentido, se tocaba el coño de vez en cuando, creo que se corrió varias veces, yo cuando no me pegaba a ella y agarraba sus tetas, la cabalgaba como una yegua, al final era tal la fuerza con que la embestía que la tumbé en el suelo, completamente abierta y ensartada, allí me corrí como un toro en su culito, ella se corrió a la vez.
Por primera vez allí, en el suelo, con mi polla en su culo, nos besamos. Aquello sólo fue el principio, ese fue el verano más caliente de mi vida, y todavía de vez en cuando quedamos un fin de semana, nos escapamos y follamos como locos, como la primera vez.