En el chalet de la playa la nuera se resarce de su hambre de sexo con el suegro y su hermano, que disfrutan de todos sus agujeros a placer y ella de sus vergas experimentadas

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En el chalet de la playa la nuera se resarce de su hambre de sexo con el suegro y su hermano, que disfrutan de todos sus agujeros a placer y ella de sus vergas experimentadas.

La historia que os voy a contar sucedió el verano pasado. Era verano, y como cada año fuimos de vacaciones a la playa, a casa de mis suegros. Aquellas prometían ser unas vacaciones muy divertidas, en la casa estábamos 3 parejas, nosotros, mis suegros y un hermano de mi suegro y su mujer. Por las mañanas suelo levantarme temprano, me gusta bañarme en la playa a primera hora. Y cuando acabo de mi baño me gusta preparar el desayuno. En esas primeras horas del día puedo estar sola, nadie me molesta.

Pensé que durante aquellas vacaciones mi marido recuperaría las ganas de hacer el amor. Él siempre está cansado, y nunca tiene ganas de hacer el amor. Yo soy una mujer con unas grandes tetas y paso la mayor parte del día excitada. Cierta mañana que estaba limpiando el chalet sentí mucha calor y me quité la blusa. Mis maravillosos pechos quedaron al descubierto. La verdad, no pensé que nadie pudiera estar viéndome pero al mediodía pude comprobar que si, que alguien me observaba. Después de comer todos se fueron a hacer la siesta, menos mi suegro y su hermano que se fueron al salón. Yo me fui a otra habitación que está justo al lado de donde se encontraban mi suegro y su hermano.

Les oí hablar y oí como mi suegro le decía a su hermano: “caramba, la verdad es que la visión de sus tetas, ha dejado mi polla tiesa.” Su hermano le contestó, mi mayor sueño sería restregarle a esa puta mi polla entre sus grandes tetas. Oí como se reían y decían como todo lo tenga tan grande tu hijo debe disfrutar mucho. Luego ya no oí nada más. Pensé que se habían dormido o estaban callados. Me acerqué y vi como los dos tenían su polla en la mano y se la estaban pelando como monos. Aquella visión me puso muy cachonda. La verdad es que yo estaba muy necesitada y ver dos pollas tan desaprovechadas me puso muy caliente.

Entré sin hacer ruido y cerré la puerta. Ellos se quedaron quietos y me observaron. Les dije, ¿puedo hacer algo por vosotros? El hermano de mi suegro dijo, sí, podrías enseñarnos tus tetas, la verdad es que estamos tan empalmados que nos gustaría volver a verlas. Naturalmente no pude negarme, me quité la blusa y el sujetador y mis pechos quedaron al descubierto. Otra vez volvieron a pelársela como dos monos. Dios mío, casi me da algo, nunca nadie antes se había excitado de esa manera al verme desnuda. Yo les dije que estaba muy caliente. El hermano de mi suegro dijo, eres una calentorra, seguro que tu chocho ya está encharcado, dije que sí. Se levantó de su asiento y empezó a sobarme el culo. Me bajó las bragas y empezó a tocar mi lindo coño, que es negro y peludo. Mi suegro dijo, eres una puta y te vamos a dar tu merecido. Mi suegro comenzó a restregar su enorme pollón por mi coño, y su hermano empezó a lamer mis pezones. Estaba tan caliente que no podía resistirme.

Mi suegro le decía a su hermano, mira Blas seguro que nunca has conocido a una guarra como esta. Blas dijo, ahora vamos a comprobar si es tan guarra como dice tu suegro, venga ahora vas a chupar mis cojones. La verdad es que la visión de sus cojones me excitaba, eran gordos y peludos. Yo empecé a pasar mi lengua por esas dos grandes bolas, Blas decía, joder qué gusto, qué bien chupa esta puerca. Mi suegro, dijo, yo aún no estoy convencida de que sea una auténtica puerca, venga puta chúpame el culo. Empecé a chupar su culo, mi lengua entraba y salía de su agujero y con la otra mano le masajeaba sus cojones. Blas, se puso detrás mío y me metió su polla por mi culo. Vamos zorrita, venga que estamos muy calientes, ahora quiero que te metas la polla de mi hermano en la boca. Mientras Blas me daba por el culo, empecé a chupar la polla de mi suegro.

Mi suegro tenía una tranca maravillosa. Joder, exclamó Blas, es una auténtica puta, la vamos a tener todo el verano abierta de patas, va a ser la puta de la urbanización. Mi suegro dijo venga Blas, déjame que ahora la folle yo por el culo, ya sabes que mi mujer no me deja que se lo haga y quiero saber que se siente. Bien, hermanito aqu&iac

ute; tienes su culito para ti. Mientras mi suegro me la introdujo por el culo, su hermano puso su polla entre mis tetas, y otra vez me puso sus grandes cojones en mi boca. Oh, puta, qué bien lo haces, chupas tan bien, que ahora soy yo el que va a comerte ese chochazo de putona que tienes.

Mi suegro dejó de darme por detrás y puso su polla en mi cara, me la restregó a base de bien, yo chupaba sus grandes bolas. Blas, me estaba haciendo una gran comida de coño. Entonces decidimos que ya era hora de hacer algo en serio. Mi suegro dijo, vamos, tengo ganas de follar tu coño de zorra caliente, y Blas dijo pues yo voy a encularla. Yo estaba muerta de placer, tuvo como 6 o 7 orgasmos. Ellos no paraban de entrar y salir, y decían así, puta, así, te la metemos hasta los cojones. Qué buena estás cabrona. Tiene el culo tan abierto que parece un coño. Menuda zorra tenemos en casa y no lo sabíamos. Yo me estaba relamiendo de gusto y ya no podía más. La verdad es que estaba saciando toda mi hambre atrasada con aquellos dos machos. Ya estaban a punto de correrse y decidieron hacerlo en mi cara. Venga, vamos guapa chúpanosla, nos vamos a correr en tu cara de zorrón. Blas, dijo, yo prefiero correrme en sus tetazas de vaca. Me puso su polla entre mis tetas y empezó a restregarse, yo mientras tanto empecé a chupar la polla y los cojones de mi suegro, se corrieron a la vez.

Fue una tarde muy excitante, durante aquel verano pasaron otras cosas que ya os contaré.

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