Viviendo otra aventura con poca, el primo de mi esposo
Paco es el primo de mi esposo. Desde que lo conocí me gusto, está buenísimo, y es que se la vive en el gimnasio tiene un cuerpo de 10. No me costó nada de trabajo llevármelo a la cama, y es que él es un caliente, no hay mujer que no le guste y con la cual no quiera coger.
Les platicaré una de tantas historias que tengo con Paco. Esta empezó un día en un centro comercial, yo caminaba cuando alguien se acercó a mí y me dijo:
-Que rica estas puta.
Reconocí su voz, era Paco, el hombre que tantos orgasmos me había sacado.
Volteé lo saludé
-Hola mi semental.
-Como me gustas puta, ¿y mi primo?.
-Está en casa.
-Y tu ¿qué haces aquí?, ¿buscando macho?
-No, vine a hacer compras serias.
-Pero no has visto a un hombre que te guste.
-Solo a uno, a ti.
-Pues vamos al Monarca.
-Vamos.
Nos fuimos en su carro, el mío se quedó en el centro comercial. Al llegar al hotel doña Rosa, nos dio la llave del cuarto. Le pedí a Paco que se adelantara.
-¿Qué le parece este doña Rosa?
-Guapísimo, está buenísimo, ¿Quién es?
-Es Paco, un primo de mi esposo.
-No se te va ninguno vivo hija.
Alcance a Paco en el cuarto, él ya estaba desnudo, con el pene erecto. Me sonrió, yo no dije nada solo me desnude.
-Sí mi primo supiera con la puta que se casó.
Me empezó a apretar las tetas, me jalaba los pezones, yo empecé a gemir.
Con los dientes me jalaba los pezones, se detuvo, besó mis labios, mientras llevó un dedo a mi vagina, jugaba con mi clítoris, me recargue en su pecho. Me hizo llegar a un orgasmo con aquel masaje.
Después de recuperarme bese su pecho, lo acaricie, acaricie sus brazos fuertes, los que me volvían loca cuando me abrazaban. Su cuerpo era perfecto. Me cargo y me puso en la cama, ahí acostada él se sentó a mi lado, me acomode, cerca de su pene. Acaricie sus testículos con mis uñas, eso lo vuelve loco, a la mayoría los vuelve locos.
Se le fue parando aquella verga, cuando estuvo bien parada gracias a las caricias, me la metí completamente en la boca, la metía y la sacaba lentamente, Paco se dejaba hacer. Después aumente el ritmo, hasta que los movimientos eran rapidísimos, la verga se salió varias veces de mi boca. El gemía como loco, tomo mi cabeza y con violencia marcaba el ritmo de la mamada que le daba. Acabo en mi boca, me hizo tragar todo su semen, sentí que me ahogaba, cuando el perdió fuerza después de su venida me pude zafar, trate de jalar mucho aire, me estaba ahogando, tosía, sentía como el semen bajaba por mi garganta.
El me miraba sin decirme nada. Poco a poco me fui recuperando. Lo mire a los ojos.
-Qué te pasa cabrón casi me matas.
-Lo mamas muy rico, no me puedo controlar cuando te la metes a la boca.
-Sí no me gustaras tanto te mandaba al diablo, pero es que tu cuerpo me vuelve loca.
Me beso de una forma muy intensa, su lengua jugaba con la mía. Nos separamos, lo vi muy cerca a los ojos.
-Porque tu primo no se parece a ti, me gustaría dormir contigo todas las noches.
-Pues eres demasiado zorra para mí, así estamos bien, tu casada con mi primo y yo dándote verga hasta el cansancio.
-Cabrón, ósea que solo soy tu puta.
-Pues no creo que estés enamorada de mí.
Realmente él me gustaba muchísimo, pero pues lo conocí muy tarde, y me imagino que él no se hubiera relacionado seriamente con una mujer tan golfa como yo.
-Cógeme Paco, necesito sentirte dentro.
Me levanto, me puso en cuatro.
-Prepárate que te la voy a dejar ir toda.
De un golpe me la metió toda.
-Aahhhhh.
Se movía muy rápido, la metía y la sacaba, mi vagina se abría para recibir sus estocadas, su pene caliente llenaba mi vagina. Yo me movía hacia atrás y adelante para sentirlo más, el empezó a tomarme de las tetas las apretaba con rudeza, me excitaba demasiado, no aguante y me corrí como loca.
-Me corro, me corro.
Empape su verga con mis jugos, el no disminuía la fuerza de sus embestidas, esa verga seguía queriendo partirme en dos.
Estuvimos así unos minutos más, cuando se sentó al borde de la cama, me hizo sentarme frente a él clavando su verga de un sentón, el controlaba mi ritmo mientras me tomaba de la cintura y me mamaba las tetas, me hizo acabar otra vez.
-Que rico cabrón, me corro otra vez, aaaahhhhhhhhh.
Él seguía moviéndome rápido, no me daba ningún descanso. No paraba de mamarme las tetas, después me di cuenta que me las dejo moradas.
Me llevo a una pequeña mesa que estaba enfrente de la cama, ahí me hizo ponerme en cuatro, me la volvió a clavar por la vagina, en cualquier momento me iba a tirar de la mesa. Metía y sacaba su pito de mí, más rápido de lo que lo había hecho antes, yo gritaba:
-Aaahhhhhhhh, que rico.
-Toma, toma.
-Dame más, párteme en dos.
La mesa bailaba para todos lados, se escuchaba el plock, plock de su vientre chocando con mis nalgas. Me aventó contra el piso, la mesa cayó a mi lado, el empezó a eyacular sobre mi cuerpo, me cayó semen por todo el cuerpo.
-Aaaaaaaaahhhhhhhhh que rico, eres una puta
Llena de semen, tirada en el piso le dije:
-Desde que te conocí supe que sería tu puta, tú puta para siempre.