Mi padre disfruta haciéndome mimos

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papi y yo hemos vivdo solos desde que yo era pequeña. Él es un hombre de 36 años, mientras que yo tengo catorce. Mi papa siempre me ha cuidado y mimado com el que más al faltar mi madre. Siempre he sido muy celosa en cuanto a mi papi se refiere, es decir que siempre he espantado a sus novias y me ponia celosa si alguna amiga se acercaba a él.

Al final descubrí que estaba enamorada de mi padre y que quería que él fuera mi hombre, por lo que decidí seducirle. Y así empezó en que empecé a mostrarme cada vez más mimosa con él, a ir por casa con menos ropa cada vez. yo veía como el me miraba muchas veces cuando iba con mis pantalones cortos y mi camiseta de tirantes que dejaba entrever mis pechos pequeños pero que ya parecían dos pequeñas mandarinas.

Un día en el que llegué a casa más temprano de lo acostumbrado me encontré a mi papa oliendo mis braguitas usadas mientras se masturbaba y eso acabó por decidirme. De esa noche no pasaba que no fuera mío.

Por lo que para la cena decidí vestirme realmente sexy para él. Con un jersey que se pegaba a mi cuerpo como una segunda piel y una faldita cortita para que pudiera ver que no llevaba nada debajo.

-Guau cielo, cada día estás mas hermosa y mayor – me dijo mi papa cuando me vió y yo me sonrojé de gusto.

-Gracias papi, tu también te ves muy bien – dije acercándome y besandole cerca de sus labios con una sonrisa.

Pude notar como todo el se tensó al sentir mi cercanía.

Mientras estabamos cenando traté de mostrarme más cariñosa de lo normal, apretando los bracitos para que mis pechos se marcaran más y el no perdia vista de ellos.

-Realmente te estas haciendo una mujer muy bella – me dijo mirando hacía mis pechos.

Yo me reí de una forma algo tonta.

-¿Tu crees papi? – me levante y me mordi el labio.

-C-Claro que sí – carraspeo sin dejar de mirarme.

-¿Te gusto papi? – murmuré acercandome a él y sentandome en su regazo – por que tú a mi sí…

-C-claro que me gustas hija, ¿como no ibas a hacerlo? – preuntó poniendo una mano sobre mi rodilla.

-Entonces hazme tu mujer – susurre mirandolo a los ojos y acercando mis labios a los suyos.

Él por un momento se quedó parado, pero no tardó en responder. Sentí la lengua de mi papi entrar en mi boca y saborearme al igual que yo lo hice con él.

-Ummh… – gemí al sentir como su mano subía por mi muslo y me rozaba mi cosita.

-No llevas bragas… Que putita eres cielo – me dijo y eso hizo que me pusiera más cachonda si cabe.

-Soy tuya papi – le dije mientras me refregaba contra él.

-Ven, vamos a mi cuarto – me cogió en volandas y me llevo a su habitación dejandome sobre la cama para luego quitarme el jersey y observar mis pechos desnudos a los cuales no tardo en meter mano – dios cielo, estás tan rica…

-Oh si papi, chupame… – gemía yo al sentir su lengua sobre mis sensibles pezones.

Su una de sus manos viajó a mi entrepierna y empezó a sobarme.

-Zorrita estas chorreando… – murmuro con voz ronca mientras seguia deborandome los pehcos.

-Sí papi… soy tuya – gemía.

Llevé mi mano a su paquete y empecé a sobarlo por encima de los pantalones.

-Eso putita sobame, toca la polla de tu padre – me decía refregandose contra mi mano mientras no dejaba de tocarme y lamerme.

-Oh papi creo que me voy a correr – le dije al sentir como sus dedos entraban en mí.

Estaba super excitada, no quería que parara.

-Sí, correte zorra, correte para tu papi – me decía hundiendo sus dedos más adentro de mí.

y así lo hice, me corrí como nunca antes lo había hecho, sintiendo los dedos de mi papi dentro de mí, moviendose sin cesar.

El se separó de mí y se desabrochó los pantolenes, se los quitó junto con sus calzoncillos dejando ver una polla grande y gruesa. Mi cosita volvió a latir de deseo en cuanto la vi.

-Ven zorrita, ven a lamerme la polla, lame la polla de papi – me dijo acercandome su pene a mi cara.

Yo la cogí con una mano, era la primera vez que veía una en vivo y en directo y su tacto me asombro.

-Esta dura papi…

-Sí, es por tí, anda chupámela – me dijo agarrando mi nuca y llevando su pene a mi boca.

Yo como buena hija abri mi boquita y empecé a chuparsela como había visto en videos. Traté de hacerlo lo mejor que pude. Lamí su glando y sorbi fuerte tratando de darle placer, luego me la metía dentro lo más que podía y el me apretaba la nuca para que cupiera más. A veces me ahogaba, pero él no cejaba en su intento de querer meterme toda su polla en la boca.

-Así, así… ahhh que bien la chupas, chupasela a papi, así, así… – gemía él viendo como entraba en mi boca.

Al final me agarro la cabeza con las dos manos y literalmente empezó a follarme la boca con su pene. Juro que creí que me ahogaba, pero me puso aún más cachonda si cabe que me tratara de esa manera.

-Ya basta o me correre antes de tiempo – dijo sacandome tan dulce caramelo de mis labios – ven, tumbate y abrete de piernas que te voy a hacer una verdadera putita.

-Si papi, seré tu putita – gemí tumbandome encima de la cama y abriendome de piernas para él – pero ten cuidado que aún soy virgen…

-¡Solo faltaría! Pero tranquila zorrita, que papi te cuidará.

Se tumbó encima de mí, sentí su pene rozar mis partes. ¡Dios que bien se sentía!

-Follame papi.

-¿Eso quieres? ¿Quieres que papi te folle?

-Sii!!

-Dimelo, ruegame que te folle zorra.

-¡Follame papi, quiero que me folles que me metas tu polla…

Y eso hizo. Sentí como entraba dentro de mí. Sinceramente me hacía daño, pero no quería que parara, quería que me tomara cual ramera.

-Eso putita, relajate… aah dios, que estrechita estas…. – gemía él. De pronto entro de golpe, rompiendo así mi himen y yo grité.

-¡AAAAHHHH!!! Ya papi, sal, que me haces daño – dije entre lágrimas al sentir tanto dolor.

-Ahora aguanta puta, verás que te va a gustar y vas a venir pidiendome más polla – dijo mientras se apretaba más contra mí – esto es el paraiso.

-Papi duele… – gimoteé.

-Relajate y no te dolera tanto – me beso largo rato hasta que empecé a acostumbrarme – ahora si viene lo bueno.

Y empezó a moverse, al principio lo hizo despacio, pero luego empezó a follarme con fuertes embestidas que casi me partian.

-Aaah si papi follame no pares!! aaahhh siii siii..

-¿Te gusta verdad? ¿Te gusta como papi te folla? si… claro que sí, eres una zorra… – me decía mientras no dejaba de embestirme con fuerza.

-Síiii… no pares, me encanta! dame más! más!!!!!

Y lo hizó. ¡me estaba volviendo loca! Juro que sentía como me partía pero quería más y más. Sentía el cuerpo sudoroso de papa sobre el mio y me encantaba. Él no dejaba de decirme palabras obscenas al oido mientras no dejaba de follarme, de follarse a su niñita.

-Ohh me voy a correr, sientelo putón, siente como me corro dentro de tí – me dijo dando estocadas secas y sentí su leche caliente bañando mi interior haciendo que me viniera con él de un modo que jamás creí posible- AAAahh siiiiiii!!

-Ahhhhh papiiiii – me abracé a él al sentir tal placer.

Luego de eso nos calmamos un poco y el seguia dentro de mí.

-Cielo, a partir de ahora tu vas a ser mi unica mujer.

-Sí papi, solo tuya.

Desde entonces lo hacemos todos los días y algunos repetidas veces. Mi papa también estreno mi culito, pero eso es otra historia.

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