Me termina calentando un chico de la universidad y me fascina tener sexo con él

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Me llamo Nacho, tengo 25 años y os voy a contar una historia que me ha ocurrido recientemente.

Como digo, tengo 25 años, soy un chico normal, 1,75, barba poblada, castaño oscuro, muy peludo en todo el cuerpo y de complexión normalita (hago deporte pero no con la frecuencia que me gustaría).

Tengo pareja (Pedro) desde hace mucho tiempo, unos 5 años. Estamos genial pero ambos tenemos mucho vicio y nos encantan los hombres, por lo que algún trio hemos hecho, pero nada más.

El caso es que yo además de trabajar, estudio en la universidad, lo que me hace estar rodeado de gran cantidad de sementales jovencitos a los que me empotraría sin parar, y en la universidad precisamente ocurre esta historia totalmente real.

Al comienzo de este curso, como siempre, estaba impaciente por ver a los nuevos fichajes que me iban a alegrar la vista todas las mañanas e iban a ser los responsables de las folladas que le iba a meter a mi novio todas las noches.

Parecía que este año no había mucho ganado, hasta que al cabo de una semana vi a un tío que me dejo roto (1´75, barba arreglada, pelazo, un culito y unas piernas apretadas en los pitillos, y un cuerpo ancho, con mucha espalda que cuando se dio la vuelta me descubrió el paraíso, unos pectorales potentes y una barriguita dura que me la puso dura nada más verlo, todo ello rematado con una buena mata de pelo saliéndole por el cuello de la camiseta). Tampoco era el típico guaperas, pero era el prototipo de tío que a mi me mola.

Me quedé embobado mirándole, tanto que creo que se percató aunque actuó con mucho disimulo.

El curso fue avanzando y cada vez que le veía por los pasillos, o coincidíamos en clase, me ponía malo (no os podeís imaginar la de guarradas que se me pasaban por la cabeza).

El caso es que allá por marzo, casualidades (o no), coincidíamos más, aparecía en mi clase cuando me tocaba a mi para hablar con el profesor, se sentaba a comer cerca de donde yo estaba estudiando en los pasillos, e incluso yo empezaba a notar que me miraba demasiado, cosa que me corroboró una compañera de clase.

A todo esto yo ya picado por la curiosidad le había buscado en Facebook e Instagram y había descubierto su nombre, Jose, y porque no decirlo, había buscado a ver si en alguna foto enseñaba ese pedazo de torso peludo que se intuia que tenia.

El tonteo de miradas seguía pero muy discretamente, hasta que ya un dia cerca del final del curso, coincidimos en un aula de trabajo varios compañeros de mi clase, yo y él junto con el profesor (al que también me tiraría sin pensarlo por cierto).

Ese día la cosa empezaba a ser muy descarada. Yo entré en el aula y me senté detrás de donde él estaba, a los 5 minutos se levantó y se paseó por delante de mi quitándose la cazadora y levantándose la camiseta mientras se tocaba esa barriguita peluda de infarto. Al rato se apoyó en su mesa dándome la espalda y enseñándome ese culito apretado un buen rato… yo veía que el en realidad no estaba haciendo nada y simplemente se limitaba a ir de un lado para otro como exibiendose ante mi, cosa que me estaba poniendo muy cachondo.

El caso es que al terminar la clase vi que empezaba a recoger, mis compañeros se marcharon rápido y nos quedamos el y yo para el final, salí detrás de el, bajamos las escaleras sin dirijirnos la palabra y ni siquiera mirarnos, hasta que veo que en el primer piso gira en dirección al baño y me mira de reojo… (os recuerdo que tengo novio pero me estaba danto tanto morbo la situación que tenia que seguirle)

Fuimos al baño, ya no quedaba casi nadie por la facultad, entró en el apartado de minúsvalidos que era más grande y tras el fui yo. Una vez se cerró la puerta empezó la fiesta.

Se me quedo mirando unos segundos como inseguro, pero yo no pude más y le comí la boca con ansia, le empecé e meter la lengua y el respondió con gusto, joder que si respondió!

Mientras nos besábamos con furia, empecé a sobar aquel torso con el que llevaba todo el curso soñando, una barriga dura llena de pelo se abrió ante mis manos, le quité la camiseta y empece a comerle esos pectorales, le lamia los pezones y el bufaba de gusto con esa voz grave que tanto me ponía, yo sobaba y lamía ese pecho sin parar hasta que me levantó la cabeza para comerme de nuevo la boca y restregarnos ya medio en bolas.

Yo estaba en éxtasis, y acabábamos de empezar, después de un rato de morreos con bien de lengua y magreo, el cabrón se agachó y sin miramientos me cogió la polla y empezó a comérmela, … que sensación, como la comía el muy cabrón, parecía hetero pero ese se había comido más rabos que yo (y ya es decir)… a ese ritmo yo me corría en cero coma.

Mientras me la comía él se sacó el rabo para pajearse a la vez, y la verdad es que era muy normalito, unos 15cm, pero de proporciones perfectas y sin circuncidar, como a mi me gustan.

El tío no paraba de chupármela a la vez que me acariciaba los huevos, me estaba habiendo una señora mamada, y yo no podía más, le avisé de que me corría pero el seguía hasta que justo cuando iba a soltar el primer trallazo de lefa se la sacó, me corrí en su cara, toda la barba llena de leche espesa, solté por lo menos 5 trallazos potentes que le pusieron la cara perdida, pero se ve que le molaba porque él se corrió inmediatamente después soltando leche a raudales.

Sin recuperarnos de semejantes corridas, se levantó y me comío la boca con toda mi leche aún por la cara, relamiéndose y compartiéndola conmigo.

Ya repuestos del orgasmo, se limpió, nos vestimos, nos lavamos un poco en el lavavo y salimos juntos de la facultad. Resultó que parte del camino a casa de ambos era el mismo y durante éste nos dimos los teléfonos y quedamos en hablar por wathsapp.

Yo llegé a casa sin asimilar lo que acababa de hacer, tuve que hacerme una paja porque seguía cachondo, y al cabo de un rato ya le escribí y le conté que tenía novio…etc.

Ahora tenía que contarle a mi novio que le acababa de poner los cuernos, aunque no estaba muy preocupado, estaba seguro de que se iba a poner cachondo…

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