Mi novia viaja a Brasil y se folla a todo lo que se mueve, me entero debido a que la engaño en un chat con sus amigas

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Como se convirtió mi novia en una promiscua en Brasil

Quiero relatarles cómo me enteré que mi novia se convirtió en una promiscua durante su viaje a Brasil.

Esto sucedió hace unos meses, entonces Talía, mi novia, acababa de cumplir los quince años y sus padres le regalaron un viaje a Brasil por veinte días, supuestamente en la casa de una amiga, pero sus planes eran otros, ella quería experimentar con su recién descubierta sexualidad, y que mejor que un país extranjero en donde podía pasar inadvertida.

En ese entonces llevábamos un año de novios y casi estábamos comprometidos y muy enamorados. Se me ocurrió jugarle una broma por internet, Talía estaba en un grupo de chat de muchachas de su edad para compartir experiencias y otras tonterías, yo, con ayuda de un amigo cibernético logré entrar al grupo haciéndome pasar por una joven adolescente y empecé a hacerme su “amiga” y confidente en un chat privado, era un fisgón en pocas palabras, porque así sabía cómo pensaba, que le gustaba y sobre todo que pensaba de mí y nuestra relación. Con el tiempo logré que me contara más intimidades de su novio (yo). Y ahí me enteré que me amaba, pero me consideraba un poco soso en lo que a sexo se refiere, y que ella deseaba tener experiencias antes de casarse conmigo, yo le seguí la corriente durante casi dos meses, fue entonces cuando me enteré que les había pedido a sus padres un viaje a Brasil como regalo de cumpleaños y que les había mentido que se iba con una amiga cuando en realidad se iba sola, casi de mochilera.

A mi naturalmente me dio la versión que les había contado a sus padres, y yo adelantándome un poco le dije que la quería y que iba a ser una oportunidad para que experimentara su vida sola y después nos comprometeríamos, ella se puso feliz y esa tarde pasamos una tarde de sexo increíble.

Cuando estuve solo en el ordenador no tarde en comunicarme con mi “amiga “Talía.

10 de febrero

Beti–“Hola amiga

Talía–Hola Beti (mi nombre falso de internet), te tengo que contar algo sensacional¡¡ ya me dieron autorización mis padres de mi viaje a Brasil y lo que es mejor a mi novio Alex le encantó la idea…así que en una semana me voy veinte días a Brasil ¡¡¡. Y ahí me voy a descocar con cuanto mulato guapo me encuentre, ja ja ja. Ya te tendré informada.

n Beti–Uahuuu, me tienes que escribir todas tus aventuras con toooodo detalle jaja. Y dime ¿tu novio cree que te vas a portar como una santa?

n Talía–Claro que sí, él está locamente enamorado de mí, y yo de él, pero hay que tomar desfogues de vez en cuando ¿No crees?

n Beti—Si amiguita, pero a mí me tienes que contar todas tus travesuras

Pasaron los días hasta que llegó su partida, yo tenía una calentura de pensar en lo que podía hacer Talía en Brasil, y no tardé mucho en descubrirlo. A los cuatro días de su partida recibí la primera comunicación de WhatsApp de Talía a su “amiga” Beti. A mí me había puesto un mensaje que en donde estaba no había internet y que iba a tardar en comunicarse conmigo, que me quería mucho etc. etc.…

Esta es la comunicación de mi novia con su ciberamiga Beti:

21 de febrero

Talía—-Hola Amiga¡¡¡

. Por fin me fui sola a Brasil. A un poblado con una playa preciosa. Mi familia está convencida que iba con una amiga. Este pueblo tiene todo el sabor de un pueblo marinero. Sus playas inmensas están casi desiertas. Apenas llegué me instalé en una hostería muy pequeña cerca de la playa. El primer día que llegué me compré unas tangas súper reducidas. Minúsculas. Me quedaban muy bien. La chica que me atendía me recomendaba una talla más pequeña. Decía que así volvería locos a todos los hombres de la playa. Tenía un problema. Eran tan pequeños que se notaba el vello púbico. La chica me dijo que no había problema. Me vendió una crema depilatoria. Esa noche me depilé dejando mi pubis bien recortadito, pero con algo de vello para estar más sexi. Me miré al espejo quedé estupefacta al verme: una tira muy delgada se metía entre mis nalgas dejando solamente una cinta sobre mis caderas. Por delante un mínimo triangulo tapaba apenas la geografía de mi raja. Por arriba era otros dos triángulos minúsculos que con dificultad tapaban mis pezones, sostenidos por unas cintas delgadísimas que ante el primer viento corría el riesgo de quedar desnuda. De todos modos, me excitaba vestirme así. Además, nadie me conocía.

A la mañana siguiente fui a la playa estrenando con mi tanga y con un pareo que también compré en el pueblo, ya te lo enseñaré. Mis formas no pasaban desapercibidas para los pocos hombres que me crucé en el camino. Llegué a la playa y me quité el pareo. Tiré una toalla y me puse a tomar el sol. Al poco tiempo me embadurne con potingues de esos para proteger la piel, bronceadores, protectores, filtros. De todo un poco. Mientras lo hacía observaba como un muchacho sentado sobre una silla alta me miraba. Comencé a acentuar el extendido de la crema pasándome la mano despacio por todos lados mientras lo miraba. El chico no dejaba de mirarme. Estaba bien. Tenía una espalda y unos hombros muy fuertes. Llevaba puesto un slip pequeñito que dejaba a la vista un abultado paquete. Empecé a ponerme crema en las tetas masajeándomelas mientras no dejaba de mirar a mi fisgón particular. En eso el chico decidió bajar. Me miró y en perfecto castellano me dijo: “Vos no sos brasilera” Con una sonrisa y un mohín le dije «No ¿y vos tampoco?” Nos empezamos a reír. Era el guardavida, el vigilante de la playa. Se ofreció a pasarme crema por la espalda y me preguntó que porque no hacía topless que muchas chicas estaban en la playa haciéndolo.

“¿te parece?” le pregunté, poniendo mi cara de niña inocente.

Me dijo que con el físico que tenía nadie se iba a fijar en que estaba haciendo topless que iban a creer que era una estatua… una escultura.

Me sonrojé un poco por el piropo y le hice caso, me quité el sujetador. Él solo me dijo “Que bonita eres ¿tienes novio?”

“No” le contesté mintiendo.

“¿Cómo te llamas?”

“Talía ¿y vos?”

“Gustavo”.

Ese día me lo pasé en la playa tomando el sol. Cada poco Gustavo venía y me ponía crema. Primero en la espalda. Luego ya empezó a ponerme en todo el cuerpo incluso acariciándome las tetas con mucha suavidad. Yo me hacía la desentendida, como si estuviera acostumbrada a que me manosearan. Me divertía ver como crecía su paquete al tiempo que me acariciaba, ya que siendo tan pequeño el slip que traía el bulto que se le formaba era notable, notoriamente notable.

Al final de la tarde le miraba el paquete sin reparo alguno, haciendo incluso alguna broma al respecto.

Antes de irme me preguntó dónde vivía. Le dije que en la hostería.

Me invitó a una fiesta en la playa y me dijo que después cenaríamos algo y para finalizar la noche podríamos ir a bailar a un sitio que él conocía. Le dije que bien. “¿A qué hora es la fiesta?” “Ahora… en cuanto baje un poco más el sol hacemos una hoguera con el resto de los guardavidas. “Le dije que quería ir a cambiarme.

Me dijo “¿para qué? Si así estas perfecta” me quedé. Empezaron a llegar algunos amigos de mi amigo salvavidas, juntamos entre todos mucha madera, leña, papeles, hojas e hicimos una hoguera. Era ya la noche y solo nos iluminaba la cara el resplandor del fuego. Hicimos una carne a la brasa con unos tomates. Todo muy rudimentario e improvisado. En un momento nos miramos y nos acercamos… nuestras bocas quedaron tan cerca que el paso siguiente fue un beso, inevitable, de deseo. Le dije que no quería ir a bailar. Me dijo que él tampoco.

Entonces me llevo ahí mismo a su cabaña. Estaba entre unos árboles junto al mar. No hizo falta ningún preámbulo. Ni hablar de nada más.

Pues así pasó mi primer día de descocada, ja, ja. Ya te contaré después los detalles. Chao amiga.

Yo ya estaba completamente por un lado encabritado y por otro con una calentura que parecía que iba a romper mi pantalón.

Beti—Amiga Talía, no me vas a dejar con esa curiosidad, vamos cuéntame que pasó en la cabaña de ese chico.

Talia—-Muy bien amiga, voy a tratar de relatarte con detalles, así recreo esos momentos excitantes y maravillosos.

Apenas entramos me quité el pareo y el tanga quedando totalmente desnuda delante de él que, hasta unas horas antes era un desconocido para mí. Él también se desnudó fundiéndonos en un abrazo tan fuerte que aplastó mis pechos sobre el suyo, arrimándome su polla erecta junto a mis labios vaginales. De pronto, me agarró de una mano y me dijo” Sígueme” Abrió la puerta y me llevo desnuda a la playa. Nos metimos en el agua. Nos besábamos cada poco. En el agua se sumergió desapareciendo por un instante de mi vista. De pronto sentí una mano que acariciaba mi entrepierna. Me abrí un poco y sentí su polla intentando penetrarme. A él no le veía, con lo que mi excitación y morbo subían a niveles increíbles. De un solo empujón me penetró y recién ahí vi su cara salir debajo del agua. La tenía toda adentro. El bamboleo del agua, la cálida temperatura del mar y el erotismo de la situación me produjo un primer orgasmo. Gustavo se dio cuenta y entonces cambio de posición. Me hizo hacer la plancha, me cogió de las piernas y empezó a moverme hacia adelante y hacia atrás con su polla metida en mi coño. Yo me acariciaba las tetas apretándome los pezones de modo que enseguida me corrí de nuevo. Abrí mis ojos y vi la cara de felicidad de Gustavo. La tenía durísima y me pareció que era un poco más grande que la de Alex.

Le dije que quería chupársela. Fuimos donde las aguas eran un poco menos profundas. Me puse de rodillas delante de él y le hice una mamada que termino enseguida chorreándose sobre mis pechos con grandes cantidades de semen. Yo estaba salida. Me lavé en el agua del mar y le dije que quería volver a la cabaña. En el camino observé que dos chicos mulatos nos estaban mirando. Entramos en la cabaña y antes de cerrar la puerta me di la vuelta sonriéndole a los dos mulatos muy coquetamente.

Entré y me tiré encima de una alfombra esperando que Gustavo me volviera a atravesar. Su polla no respondía. Le dije”¡¡quiero que me folles!!”

“Espérame un rato… estoy cansado y….”

“¡quiero follar ahora! Si vos no podés ¿por qué no les dices a los mulatos y nos montamos una buena orgía?”

“¡Al final sos más puta de lo que pensaba!… ¿te cogerías a los negritos?”

“¿por qué no?”.

No me reconocía a mí misma… era otra persona. Gustavo salió y llamó a los negros. Tenían unos cuerpos estupendos. Solo estaban vestidos con el pantalón y tan pronto como Gustavo les dijo de venir a la cabaña no se hicieron rogar. Yo estaba desnuda en el medio del único cuarto. Ellos entraron y en cuanto se acercaron a mi empezaron a rodearme como dos salvajes con su presa. Me abrazaron al tiempo que dejaron caer sus pantalones. Gustavo se sentó en un sillón que estaba a un lado y me dijo que quería ver cómo me follaban los mulatos, esto me excitó muchísimo, mientras me acariciaban, con cada una de mis manos agarré sus pollas. Estas sí que eran grandes.

Uno de ellos se llamaba Mariño y el otro Júnior. Mariño tenía una polla gorda, larga y muy venosa. Júnior la tenía larga pero más delgada. Me puse de rodillas y empecé a chupárselas a ambos, tenían un sabor y olor fuerte a macho que me hizo calentar más. Luego de un rato y cuando estaban a punto me puse en cuatro patas chupándosela a Júnior mientras que Mariño me penetraba por el coño desde atrás. Cada poco miraba a Gustavo y veía sus ojos llenos de lujuria por el espectáculo, Mariño se movía dentro de mí dándome todo el placer de su polla. Entraba hasta el fondo enterrándome ese trozo de carne oscura y volviéndome loca de placer. Empecé a tener un orgasmo tras otro. Estaba salida. Le dije a Mariño que quería cambiar de posición. Quería sentir la polla de Júnior en mi culo. Senté a Mariño en el suelo y me senté sobre el enterrándome toda su polla. Júnior me la metió por el culo. Estaba tan caliente que casi no sentí dolor. Lo que si sentía eran esas dos pollas entrar y salir con una cadencia de vértigo. Tenía un orgasmo tras otro. Estaba en la gloria, gimiendo y gritando, cuando sentí una polla en mis labios. Con los ojos cerrados abrí mi boca y comencé a mamarle la polla a Gustavo. Al cabo de poco se corrieron los tres en mis orificios. Mariño me regó el coño que luego chorreo hasta las rodillas. Júnior dejo mi culo lubricado y Gustavo me dejo todo su semen en la boca. Nos quedamos los cuatro exhaustos. Tirados sobre la alfombra. Mariño y Júnior salieron y al cabo de un instante volvieron bañados con el sabor del agua de mar sobre su piel. Ya estaba repuesta con lo que volví a follar con ambos dos veces más. Finalmente se fueron y volví a follar con Gustavo. Ya amanecía. Pensé que me había pasado de los límites para follar como lo había hecho con tres desconocidos que veinticuatro horas antes ni sabía que existían. Al día siguiente me desperté y volví a la playa. Había decidido irme. Me había expuesto demasiado follando con tres desconocidos… pero me había encantado. llame a Gustavo y le dije: “Mira… lo que pasó anoche nunca lo había vivido y no creo que lo vuelva a vivir. Solo se trató de una experiencia. De una manera de aprender cosas nuevas diferentes ¿lo entiendes?”

Y me dijo: “Yo no te pregunto nada… pero se me ocurre que podrías quedarte otros dos o tres días, te presentaré a un amigo que sin duda te enseñará cosas que nunca antes has experimentado…»

Me quede mirándolo ¿por qué no? ¿Que tenía que hacer en otro lugar de este país? Además, podría hacer lo que quisiera total no me conocía nadie. Le dije que lo pensaría pero que me iba a la hostería a cambiarme y a ducharme. Además, quería dormir un poco. Fui a la hostería y me duché. Pero después te contaré si en realidad este amigo de Gustavo es tan especial como me lo pintó….

Beti–__Wauuu.. Talía, esto si estuvo subido de tono, pero dime, tengo curiosidad puesto que dijiste que uno de los mulatos te había follado por el culo ¿Qué lo haces seguido?

Talía —No, la verdad nada más lo había hecho una vez anteriormente y bastante incompleto hace algún tiempo con un compañerito de la escuela.

Beti– ¿entonces no lo haces con tu novio?

Talía—no, no quiero que piense que soy una promiscua, ja, ja—

En fin, te seguiré contando a ver que pasa mañana.

Después de toda esta comunicación con su amiga ficticia Beti, ya no sentí celos ni nada por el estilo, al contrario, cada vez me excitaba más, y quería que siguiera en esa espiral de perversidad, en la cual, sin saberlo mi novia, me involucraba más y más.

25 de febrero

Talía—-Hola amiga, perdóname que no te haya escrito en tres días, pero han pasado unas cosas realmente inimaginables, han sido experiencias increíbles que han despertado la puta que está dentro de mí. jajaja.

Beti—Mmmm amiga esto promete bastante.

Talía—Mira, te cuento:

Al día siguiente por la tarde noche, Gustavo me llevó a un barrio del pueblo en donde estaba una disco que frecuentaba su amigo Roberto. Los lugares estaban realmente horribles y me empezó a dar miedo que me fueran a asaltar o cosas peores, las calles eran verdaderos lodazales, llegamos a la Disco, por cierto nada como las que frecuentamos por allá, el lugar estaba bastante lleno de gente humilde, todos parecían obreros malvivientes, en una mesa al fondo estaba un negro medio gordo, feo y con cara de maleante, me impresiono pues intuí que era el famoso Roberto, nos acercamos y ahí me presentó a su amigo Roberto, de cerca todavía era más feo el negro, sobrepasaba los cincuenta años, y despedía un tufo de alcohol , sudor y otras cosas, …Una de las cosas que inmediatamente atrajo mi atención y que me atrajo de sobremanera era que tenía una cara de mucho vicio. Roberto. Apenas nos presentaron se dirigió a Gustavo y le dijo, “¿Así que esta es la putita que dices que mama muy bien? Yo me sentí como un objeto de venta, pues el infeliz ni siquiera se molestaba en mirarme, pero a la vez me sentí desafiante y dirigiéndome a él le dije, ¿dime que te dijo Gustavo? El gordo se volteó hacia mí y me dijo “Que eras una puta guarra, y que comías la polla como ninguna”

“¿quieres probar?” le dije, desafiante.

“¡Claro!”

— “¿A dónde vamos?”

“Tú Sígueme”. Lo seguí y a medida que caminábamos me di cuenta lo puta que me había vuelto. Un tipo me pedía que le comiera la polla y allí iba yo a comérsela sin más trámite.

Tomamos un taxi hacia un barrio en las afueras, Llegamos a una casa de chapas y paredes muy endebles.

Estábamos en una zona muy despoblada con casas con corrales … Entramos en la casucha que olía a establo por los caballos y burros que había en el corral. Roberto cerró la puerta que más parecía una hoja de papel que de madera. Me dijo imperativo “¡Desnúdate!”.

Sin entender porque, obedecí. Me quité la ropa quedando totalmente desnuda delante de un negro del cual solo conocía el nombre. Definitivamente estaba volviéndome loca. Me preguntó porque me había afeitado la raja… le dije que era más cómodo para la playa. Me contesto que solo las putas se afeitaban el chocho… No le contesté. Me dijo que me acercara donde él estaba y le bajara los pantalones. Casi muero de la sorpresa. ¡¡Tenía una polla impresionante!! No menos de 35 cm. De tan grande que era no la podía levantar, tenía un prepucio enorme que le cubría todo el glande. Se le ponía dura, pero la tenía que mover con las manos. Era increíble. Me hinqué y se la chupé un poco, cuando le subí el prepucio, apareció un glande enorme como hongo negro cubierto con una especie de mantequilla, creo que es lo que llaman esmegma, el olor fuerte que despedía acrecentaba mi morbo… Le pregunté que desde cuando no se la lavaba y me dijo que nunca se la lavaba, que para eso tenía a las putas que se la lavaban con la lengua…Le dije que esa polla no era para comerla sino para gozarla. ¡Lo terminé de desnudar, lo senté sobre una silla y empecé a cabalgarlo no sin antes chuparle toda la cabeza para saborear aquella mantequilla apestosa, me la comí toda y le dejé el glande brillante, jaja! Su tremenda herramienta tocaba el cuello de mi útero provocándome dolor, y la tenía casi toda afuera. Me movía sobre él como una poseída. Me encantaba sentir esa polla inmensa. Fue tanto el frenesí que no me di cuenta cuando se corrió… Me enteré cuando empezó a ablandarse. Me arrodillé delante suyo y comencé a comérsela ya que al ablandarse me permitía chupársela mejor. Luego de unos minutos volvió a entonarse. Le dije que quería que me rompiera el culo. Tenía un poco de miedo ya que nunca me habían metido nada igual. Él estaba preparado ya que según me dijo follaba con muchos homosexuales por dinero. En realidad, vivía de eso según me dijo. Me dio la vuelta, agarró un tazón con un líquido viscoso y me lo embarró en el culo y me empezó a meter los dedos. Primero uno, luego otro y al final tres dedos. Estaba tan excitada y caliente esperando esa polla que no me hubiera importado que me metiera la mano entera. Mientras yo me masturbaba, acariciándome el clítoris con ambas manos. Roberto tenía experiencia. Me la fue metiendo de a poco. Moviéndose en círculos. Yo desmayaba de placer. Empecé a sentir su polla en la boca del estómago. Cuando me di cuenta… ¡¡me la había metido toda hasta que sus huevos lo impidieron!! Era imposible que me comiera una polla semejante. Me movía como si tuviera una convulsión. Roberto volvió a correrse. Luego de un rato salió de dentro de mí. Mi culo aún latía y sentía el ojete completamente dilatado. Descansamos un instante y entonces volvió al tazón del que previamente había sacado aquel liquido viscoso.” Esto es mi afrodisiaco. ¿Sabes que es? Mira huélelo bien” me dijo, acercándome el tazón ,inmediatamente noté el fuerte olor a macho que salía del líquido viscoso y blanquecino..”Es esperma de caballo y burro , yo mismo los ordeñé “me dijo con una sonrisa maliciosa mientras bajaba el tazón y con sorpresa vi como metía la polla en el tazón y la sacaba bien impregnada de lefa,”Ahora chúpamela bien” me dijo, ya lo esperaba, y sin perder tiempo me arrodille y agarrando el pringoso vergón lo empecé a mamar como una posesa, el sabor amargo y fuerte que tenía me puso a cien y sobre todo el morbo que me provocaba pensando que era esperma de animales..” ¿Ya ves que bien actúa mi jarabe? Ya pronto estará lista ja. Ja. “Y sacándola de mi boca la volvió a meter en el tazón para volverla a meter en mi boca, así estuvo hasta casi terminarlo y me volvió a encular con una fuerza increíble “.

Cuando se terminó le pregunte ¿Y ya no te queda más jarabe?

“Cuando se termine allá afuera hay más mi putita” me dijo dirigiéndose al corral, después te enseñaré a ordeñarla.

Esa noche Roberto me folló él solo, seis veces… terminamos cerca de la mañana y dormimos hasta bien pasado el mediodía. Cuando despertamos me dolía el culo y las piernas. Me vestí, me despedí y quedamos que a la noche siguiente nos volveríamos a ver en su casa para presentarme a sus amigos y que organizaría una fiestecita muy especial.

Ya te contaré amiga chau

Beti…amiga, si que has convertido en un putón, jaja. Y dime le ¿contaras esto a tu novio?

Talía—Por supuesto que no amiguita, a nadie más que a ti, ya me imagino al santurrón de mi novio si le contara lo puta que me he vuelto jajaja.

1 de marzo

Hola amiga, estos últimos días han sido fenomenales, te trataré de contar con detalle, pues es increíble.

no sé cómo tuve el valor de asistir a la velada que me invitó Roberto, pero así fue, sus amigos ya esperaban en su casa cuando llegué, eran 6 negros, había de todo, desde un hombre grande y barrigón hasta un adolescente todo mugriento que después supe que era un mendigo de la calle que se habían encontrado y que lo invitaron para dar más morbo a la fiesta, Roberto me presentó como la mujer más puta que había conocido y eso me excitó muchísimo, me dijo que porque no les hacia un strip tease para mostrarle la clase de cuerpo que me cargaba.

–¿Por qué no? Le dije, así empecé el strip mientras ellos se iban quitando la ropa también, cuando terminó mi baile el negro barrigón me dijo que ahora querían que les mostrara si en verdad era tan puta como les había dicho Roberto.

Claro, le dije, dime que quieren que haga, entonces llamó al joven mendigo y me dijo que les mostrara como mamaba la polla, todos me rodearon mientras yo me arrodillaba frente al joven, que se llamaba Joao, a pesar de su tamaño pequeño tenía una polla impresionante que inmediatamente al acercar mi cara me llego el olor fuerte como a pescado, queso roquefort y orines, pero como ya sabes, a mí me enloquecen los sabores y olores fuertes, así que proseguí con una mamada que no tardo mucho pues mi joven mendigo además de no haberse lavado en varios días , también al parecer no había vaciado sus huevos en un largo tiempo, así que apenas habían pasado unos minutos empezó a lanzar directo a mi garganta varios chorros de leche caliente, era tal cantidad que apenas pude tragar todo, el ultimo borbotón escurrió al piso, y para hacer más morbosa la escena empecé a lamerlo para acabármelo todo. Cuando terminó les enseñe a todos mi lengua para que vieran que me había tragado todo, al estilo de las pelis porno, todos aplaudieron y entonces le dijeron a Joao que se pusiera en cuatro y a mí que ahora me tocaba mostrarles si era tan buena lamiendo culos como lo era comiendo pollas. Yo estaba completamente salida, nunca antes había lamido un culo, ni siquiera a mi novio, pero que tal era mi calentura que no me lo dijeron dos veces, yo también me puse en cuatro detrás de Joao y acerqué mi carita a su hermoso culo adolescente y con las manos le abrí las nalgas, el olor a mierda inundo el cuarto, tanto que uno de los negros dijo, “Este puerco parece que no se limpia el culo cuando va a cagar, porque ya apestó todo el cuarto”. Todos rieron, y yo dudé un poco pero enseguida metí la cara entre sus nalgas y le empecé a lamer el sucio ojete, aquello sabia realmente mal, pero como te decía, la calentura te hace hacer las peores marranadas y además las gozas. Me pasé un rato lamiendo y metiéndole la lengua lo más que podía, cuando separé la cara de mi tarea, vi a todos los negros ya en cuatro abriéndose las nalgas y Roberto me dijo, bien chiquilla ahora vas a lamer el culo de todos nosotros.

Beti—-Amiga, esto si es una marranada, nunca imaginé que te atrevieras a hacer algo así, y dime ¿Ya lo habías hecho antes?, digo esto de mamarle el culo a un hombre.

Talía—No que va, nunca, pero es una experiencia única, jaja

Beti—Pero sigue, sigue que ya me picaste la curiosidad.

Talía—Después de esto hicimos de todo, incluso cuando estaba en cuatro lamiéndole el culo a uno de ellos, Roberto se acercó con una fusta y me empezó a azotar las nalgas diciéndome toda clase de insultos, al principio me descontrole un poco, pero después ya me empezó a excitar y hasta les incitaba a los demás que me azotaran también pero más fuerte, esto pareció excitarles también pues todos tomaban su turno para azotarme, mientras Roberto reía y les decía,” Denle mas caña a la puta hasta que sangren sus nalgas!!!

esto los enardeció más.

Beti—amiga cada vez me asombras más, ahora sé que también te gusta la flagelación!!, pero esto me hace ponerme caliente, así que cuenta más amiga.

Talía— estuvimos follando toda la noche en la cual no hubo cosa que no me hicieran hacer, la perversión que no se le ocurría a uno se le ocurría a otro, se terminaron los dos tazones que tenían preparado del “afrodisiaco” y me hicieron beber “cerveza afrodisiaca” que no era otra cosa que meados de burro mezclados con los de Roberto.

Beti— No me dejes a medias tintas amiga, me dices de perversiones que te hicieron, pero no las explicas, dime por favor ¿Cuáles eran esas perversiones que te hicieron hacer?

Talía—Bueno amiga, te voy a relatar.

Durante toda la noche, estos barbaros estuvieron bebiendo litros de cerveza, y como has de suponer, a cada rato iban a mear al retrete que por cierto ya estaba a rebosar pues se había descompuesto la cadena, entonces a Roberto se le ocurrió y les dijo, que necesitaba un baño para reponerme, así que me llevaron al baño y me dijeron que me hincara y empezaron todos a mear encima de mí, incluso uno de ellos me dijo que abriera la boca y me hecho tremendo chorro que tuve que tragar para no ahogarme, eso excitó a Roberto que también hizo lo mismo.

Beti—¿así que también bebiste orines de todos?

Talía—Si, fue excitante, además no saben tan mal, después te acostumbras, jajá.

Bueno para terminar también salí con el culo reventado. Ya no volví a su casa al día siguiente. Descanse dos días seguidos. Me miraba al espejo para ver si me había quedado alguna señal de la noche con Roberto. No había nada externo, el culo todavía estaba rojo y dilatado y con la señal de los fuetazos que espero que se me quiten completamente para cuando tome el viaje de regreso.

Beti—Te deseo un buen viaje querida amiga, y seguiremos nuestro chat para que me cuentes de tu regreso y del recibimiento de tu novio chao

Cuando regresó Talía no le dije nada de lo que sabía, y ella lógicamente tampoco, me dijo que todo el tiempo había estado pensando en mí, bla,bla, bla.

He seguido chateando con ella como Beti, no sé si algún día le diré la historia, por lo pronto vivo muy feliz, tenemos una vida sexual plena y espero que tome otras vacaciones el próximo verano.

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