Mi vecino de 70 años necesitaba ayuda es por eso que acudí a su solicitud, estaba desnudo y entre tantas miradas nos calentamos. Follamos como nunca había imaginado que lo haría

3.7/5 - (4 votos)

MI VIEJO VECINO

Mi vecino es un tio mayor, entre 70 y 73 años, corpulento, fuerte y bastante alto, la verdad es que se conserva muy bien para su edad, es bastante ágil y dicharachero. Hace muchos años que se quedó viudo y vive con uno de sus hijos, que se pasa el día trabajando fuera de casa, por lo que siempre está solo.

Yo tengo 53 años, regordete y de estatura normal. De un tiempo a esta parte, le veo con otros ojos, pienso en el tiempo que hará que no folla, que alguien no le lame la polla y los huevos, que no mete su polla en ningún coño o culo y termino masturbándome pensando en el.

Tanto el como yo, tenemos las llaves de nuestras respectivas casas, por si algún día tuviésemos la necesidad de utilizarlas. La semana pasada, estaba solo en mi casa, mi mujer e hijos se marcharon a comprarse ropa y no me apetecía salir con ellos, recibí una llamada de teléfono de Manuel, así se llama mi vecino, la verdad es que me extrañó, siempre que necesitábamos algo acudíamos directamente a la casa.

.- Que pasa Manuel, le dije saludándole

.- Pedro, pedro, contestó alterado

.- ¿Que te pasa?

.- Pedro, ven corriendo a mi casa, me he caído al salir de la ducha y me he hecho daño en la pierna

Cuando hace calor, en casa suelo estar con pantalón corto y bastante ligero, sin slips. Como estaba, cogí las llaves y salí corriendo. Me acerqué a su puerta y la abrí.

.- Pedro, estoy aquí

Fui rápidamente y lo encontré tumbado en el suelo y completamente desnudo

.- Pero que te ha pasado

.- Joder, al salir de la ducha, he resbalado y me he caído

.- Donde te duele

.- Aquí, en la pierna derecha, dijo tocándose el muslo

En ese momento me fijé y vi su polla y huevos reposando sobre su pierna, a pesar de estar en reposo, su polla debía medir unos 18 centímetros, muy morena y bastante gorda, además estaba descapullada, como a mi me gustan. Sus huevos eran gordos y tanto su polla como sus huevos, tenían una gran mata de pelo alrededor. Tragué saliva

.- Lo siento, no he podido taparme con nada

.- Tranquilo, no pasa nada. Vamos a ver si puedes levantarte

Me agaché y pasé mi brazo por debajo de su axila, con gran esfuerzo conseguimos entre los dos que pudiese levantarse. Su polla quedó colgando entre sus piernas y en medio de sus grandes huevos.

.- Llevame al sillón, me dijo

Fuimos andando hasta el sillón, su polla se bamboleaba a cada paso. Yo no dejaba de mirarla de reojo, me encantaba esa polla y se comenzaba a notar en mi pantalón. ¿Y si este era el momento con el que soñaba últimamente?, ¿podría mamársela, me dejaría hacerlo?. Estos pensamientos hicieron que mi polla, más pequeña que la suya, se pusiera dura.

.- Que tal te encuentras, quieres que llamemos al médico

.- No, no te preocupes, me duele pero creo que solo será el golpe, pronto pasará

.- Como tu quieras. Si necesitas algo más o puedo hacer algo, me lo dices

Yo intentaba disimular mi erección, ponía las manos delante de mi polla, intentando tapar el bulto. Manuel seguía desnudo, sentado con las piernas abiertas, su polla y huevos descansaban entre sus piernas. Mis ojos no miraban a otro sitio.

.- Pues ya que lo dices, si puedes hacer algo

.- Dime

.- Podrías hacerme una mamada, dijo mientras cogía su polla con una mano y la blandía delante de mi

.- ¿Pero que dices Manuel?, contesté sin dejar de mirar como su mano meneaba esa preciosa polla

.- Pedro, desde que me has visto en el suelo tumbado, no has parado de mirarme la polla y los huevos y mira la tuya, dijo haciendo un gesto con la cabeza, está empalmada, eso es porque te ha puesto cachondo, ¿no es cierto?

No sabía que decirle, sus palabras me dejaron paralizado.

.- Pedro, llevo mucho tiempo sin correrme, hace mucho que no follo a una mujer, nunca lo he probado con un tío, pero creo que tú estás deseando hacerlo, no dejas de mirarla y estás salivando. Venga, agachate y comémela

Sin decir nada, me agaché delante de el, apartó su mano de la polla.

.- Toda tuya

La cogí y comencé a acariciarla, estaba muy caliente y comenzaba a ponerse dura, con la otra mano, cogí sus huevos y los amasé, estaban completamente llenos de leche.

Acerqué mi boca, saqué la lengua y comencé a lamer su capullo, lo hacía despacio, disfrutando el momento, lo pasé por su tronco, recreándome en el, luego subí hasta su capullo y lo metí en mi boca.

.- Así, así, chupame la polla, mmmm

Con ella dentro, jugaba con mi lengua, la movía alrededor de su capullo, empapándolo de saliva. Cada vez su polla se ponía más dura y larga.

.- Mmmm así, ¿te gusta verdad?

Hice gestos afirmativos con la cabeza

.- No es la primera que mamas, ¿verdad?

Volví a hacer gestos dándole la razón, no era la primera

.- Nunca imagine que te gustasen las pollas, que eras un maricón

Yo no decía nada, permanecía callado, tragando su gran polla ya crecida del todo, debía medir al menos 23 centímetros.

.- ¿Eres maricón?

Sacando un segundo su polla de mi boca

.- Creo que sí, me gustan mucho las pollas, aunque hacía mucho que no comía una, dicho esto volví a tragarme su polla

.- Bufffff, lo haces muy bien maricón, te llamaré así de ahora en adelante, ¿te importa?

Negué con la cabeza

.- Ya lo imaginaba. Ahora, sigue mamando que estás haciendo que la pierna no me duela

Mientras no dejaba de amasar sus huevos, con la otra mano comencé a pajearlo sin sacar su polla de mi boca.

.- Mmmm siiiiii asíiiiiiiiiiii

Sus manos se pusieron en mi cabeza y comenzaron a presionar, su polla entraba más y más en mi garganta, hasta el punto de ahogarme. Con un gran esfuerzo, pude zafarme de ellas y sacar la polla de mi boca, dejándola completamente llena de babas.

.- Ahhhhhhhhhh

.- Venga maricón, no te quejes y vuelve a tragártela, verás como al final, te entra toda

Volví a meterla y puso de nuevo sus manos en mi cabeza. Otra vez comenzó a presionar.

.- Venga maricón, me gusta meterla hasta el fondo, decía mientras presionaba

Su polla se introducía poco a poco en mi garganta, esta vez entró algo más que la anterior, pero llegó un punto en el que no podía tragar más. El ejercía presión para que entrara y yo, agarrado a sus muslos, empujaba para sacarla.

.- Un poco mássss, un poco másssss, decía sin parar de empujar mi cabeza

.- Agggggggggggggg

De mi boca abierta y completamente llena de polla, no paraba de caer baba, empapando su polla y huevos y cayendo sobre el asiento del sillón.

.- Asiii maricónnnn, asíiiiii, decía sin soltarme

Mi boca se acostumbró a tenerla dentro, en la profundidad de mi garganta, pero no dejaba de caer baba.

.- Mmmm como me gusta que babeen mi polla, siiiii sigue asíiiiiii

Por fin, dejó de hacer presión y soltó mi cabeza, entonces pude sacar la polla y respirar.

.- Manuel, que me vas a ahogar

.- No creo, tienes una boca muy tragona, solo hay que acostumbrarla. Venga, sigue mamando maricón y no pares hasta que me corra

Me agaché de nuevo y metí la polla en mi boca. Con mi mano seguía jugando con sus huevos y con la otra agarré la base de la polla y comencé un baiben de follada con mi cabeza.

.- Asiii maricón, hazlo solo con la boca, suelta la polla

Solté su polla y huevos, puse mis manos en sus muslos y comencé a pajearlo con mi boca, su polla entraba y salía rápidamente, mi cabeza subía y bajaba a un ritmo desenfrenado, deseaba que se corriera, deseaba sentir su leche inundando mi boca, deseaba saborearla y tragarla.

.- Siiii ohhhhhhhhh no paresssssssss

Notaba en mi boca como su rabo se ponía más gordo y caliente, signo inequívoco de que su corrida estaba cerca.

.- Siiiiiiiiiii ahhhhhhhhhhhhh

Manuel se retorcía en el sillón, levantaba su culo y metía más la polla en mi boca, el dolor de la pierna se le había olvidado, era más fuerte el placer de mi mamada que el dolor de la caída. Cogí su rabo y, sin sacarlo de la boca, comencé a pajearlo. Mi boca se cerraba sobre su capullo, mi lengua no dejaba de lamerlo y recorrerlo, mientras mi mano le pajeaba.

.- Ohhhh siiii me corroooooooooooo

Sentí una primera y gran descarga de leche, la tragué entera. Mi mano no dejaba de pajearle a la vez que su polla no dejaba de escupir leche dentro de mi boca, era tal la cantidad que, por la comisura de mis labios caían grandes regueros de leche, pero no la saqué, seguí mamándola, quería hasta la última gota de leche dentro de mi boca.

.- Diosssssss que buenoooooooooo nooo paresssss

Seguí con su polla en mi boca, pajeandola con mi mano hasta que de su rabo dejó de salir leche. Cuando la saqué, me puse a lamer su tronco y huevos, para dejarlos bien limpios, no quería desperdiciar ni una gota de tan delicioso manjar.

.- Así maricón, limpiámela bien, que no quede ni rastro de leche

Manuel acariciaba mi cabeza y yo le miraba directamente a los ojos, mientras mi lengua no dejaba de lamer sus huevos.

.- Como te gusta mamar polla, eres un buen maricón. Lo vamos a pasar muy bien juntos. Desde hoy la vas a mamar todos los días

.- No se si podré hacerlo, sabes que mi mujer está en casa todas las tardes y por las mañanas trabajo

.- Ya lo arreglaremos, pero me la vas a mamar todos los días. No recuerdo una mamada como esta, eres muy bueno mamando polla

Yo seguía con su polla en mi mano, no la había soltado, no quería soltarla, me gustaba su tacto caliente, su dureza que, aún después de haberse corrido, no había desaparecido.

.- ¿Alguna vez te han follado el culo?

.- A veces meto algo, pero no tan grande como tu polla

.- Así es que te gusta meterte cosas y que te metes

.- Zanahorias, mangos de cepillo del pelo y a veces, un mango de un martillo. Ana, de vez en cuando, me mete un consolador que tenemos

.- ¿Y te gusta que te folle?

.- Si, me encanta

.- Cuentame como empezaste

.- Hace mucho, cuando tenía unos quince años, con un amigo

.- ¿Que hacías, se la mamabas tu a el o los dos?

.- No, solo yo a el

.- ¿A nadie más?

.- Si, a otros amigos, cinco en total

.- Separados o juntos

.- a veces, juntos

.- ¿Te tragabas su leche?

.- No, me daba asco

.- Y entonces, ¿porque has tragado la mía?

.- No se, me apetecía hacerlo

.- ¿Has tragado otra antes?

.- La mía

.- ¿Te tragas tu leche?

.- Si

.- Sabes, eres un buen maricón

.- Lo se

.- Te gusta mamar polla, verdad?

.- Si, me encanta

.- ¿Sigues empalmado?

.- Si

.- Hazte una paja, quiero ver como te tragas tu leche

Saqué mi polla del pantalón y comencé a pajearme.

.- Es pequeña. ¿no?

.- Si, es pequeña

Mientras que la meneaba, Manuel no dejaba de hablarme.

.- Dime, ¿hasta que punto te gusta mamar polla?

.- Mucho, me gusta muchooo

.- ¿Te gustaría mamar más?

.- Siiii, me gustaría

.- Tengo unos amigos, que igual quieren que se la mamen, ¿que te parece si se lo digo?

.- Looo que tu quierassss

.- ¿Se la mamarás a ellos?

.- Si, si tuuu quieressss

.- ¿Dejarás que te follemos?

.- Siiiii

.- Seguro?

.- Siiiii seguroooo

Estaba tan cachondo, debido a la mamada, a la visión de su polla y a sus palabras, que no tarde en correrme. Puse mi mano debajo para recoger la corrida.

.- Has tardado muy poco. Venga, tragala

Lleve mi mano a la boca y, sin dejar de mirarle, comencé a lamerla hasta dejarla completamente limpia.

.- Pues si que te gusta la leche

.- Me encanta

.- Entonces, ¿se la vas a mamar a mis amigos?

.- No se Manuel, este pueblo es pequeño ¿y si alguien se entera?

.- Dejate de gilipolleces, me has dicho que lo harás y lo vas a hacer

.- Pero Manuel ….

.- Ni peros ni hostias, se la vas a mamar y además te vamos a follar ese culo de maricón que tienes, ¿entendido?

.- Si, entendido

.- Bien, mañana a las cinco ven a casa. Tengo dos amigos que están en mi misma situación, hace mucho que no follan y se corren, les vendrá bien una mamada

.- Como tu quieras

.- Si te portas bien, quizás te follemos con cuidado, sino, preparate porque te follaremos como animales

.- Me portaré bien

.- ¿Te gusta obedecer, que te manden?

.- Si

.- Jaja perfecto. Venga, marchate y mañana a las cinco, ¿entendido?

.- A las cinco, no faltaré

Me subí los pantalones y salí por la puerta, dejándolo sentado en el sillón desnudo y con sus huevos descargados y completamente limpios, igual que su polla. Al llegar a casa, comencé a pensar en lo que le diría a mi mujer, Ana. Aún no habían regresado de comprar. Por mi cabeza, además de pensar en la excusa que le pondría, circulaban pensamientos de lo que ocurría al día siguiente y mi polla volvió a ponerse dura y me pajee de nuevo, volviendo a tragar mi semen.

Deja una respuesta 0

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *