No solo aproveche el fin de semana para pintar, también busque a todas esas mujeres que están solas en sus casas para follarlas
Antes de nada. Os debo de confesar que siempre me he esforzado en mejorar… sexualmente, como bien sabéis me considero curioso en el ámbito sexual, nunca o al menos eso intento, no soy de los que se da por vencido, disfrutando de todo sin pensar si están comprometidas o no. Debo decir que no busco amistad, pues lo mío es simplemente sexo, solo busco relaciones esporádicas. Bueno dejando esto claro, comenzare… vale.
Todos estos hechos son verídicos, ocurrido el pasado año, mientras como por estas fechas me encontraba de Rodríguez… mmm. Iré paso por paso, comenzare por contaros que me ocurrido tal mes como el actual pero del pasado año, todo ocurrió a raíz de quedarme el fin de semana en Sevilla, en vez de irme a la playa junto a mí familia.
Os cuento los motivos, mi mujer el pasado jueves mientras hablábamos me propuso que me quedara pintando, explicándome que al no estar los críos sería mucho más fácil para ambos. Cosa que no me gustaba quedarme también a trabajar el fin de semana, después de haber estado encima trabajando entre semana, pero para no escucharla, tras unos minutos pensándolo acabe aceptar. Ese mismo viernes, tras salir de la oficina, me acerque a un gran almacén a comprar pintura, comprando todo lo necesario y 50 litros de pintura blanca.
Comencé el mismo viernes tarde noche a vaciar los dormitorios, acostándome sobre las dos y media de la mañana a tres de la mañana entre otros menesteres, sobre las 8:00 horas de la mañana me levante el sábado dispuesto a dar un soberbio adelanto… cosa así hice. Dándome un merecido descanso a media mañana, tiempo que me dio tiempo para comprar algo para almorzar, cenar y de paso desayunar. Nada más finalizar de comprar, regrese a casa a modo de continuar pintando, finalizando con uno de los dormitorios, los pasillos y más tarde almorcé, continuando sin descanso con la segunda mano.
Antes de continuar, os debo confesar que yo, soy de esos que se pone la ropa vieja para pintar, o sea vaqueros, camiseta y unas sandalias. La tarde prometía, no solo por el tremendo adelanto, sino por el tremendo calor que hacía, no quedándome otra que darme una ducha fría, volviendo al tajo con tan solo los vaqueros y las sandalias, Ojo! Y digo solo.
Me subí a la escalera y pinte el techo del salón… donde desde la calle me puede ver cualquier transeúnte, lógicamente de sexo estaba a medias… puse un par de anuncios de contacto y solo me contestaron algunos, pero bueno… yo a lo mío. Ojo se me olvidaba a todo esto estaba siempre acompañado de la emisora de radio de Máxima FM.
El domingo me he quedado dormido… tanto que escuchaba de lejos el fijo de casa, tras responder era mi mujer que me recordaba que eran las 10:00 horas de la mañana. Tras levantarme… desayune y me puse a pintar nuevamente, subió en mi escalera y observaba a la gente pasar a pesar del calor, mirando a alguna chica que estaba para hacerle un buen favor… mmm. Estaba animado con la música cuando escuche el timbre de la puerta, tras bajarme de la escalera he ido a abrir, nada más abrir la puerta me encontrado a mi vecina de abajo (la ex de mi vecino el policía). Diciéndole…
“Buenos días vecina, en que te puedo ayudar”.
Contestándome esta…
“Hola vecino, buenos días”.
“Ya quisiera que me ayudaras, pero en fin”.
“Mira desde la calle, te he visto que estas pintado y quería pedirte un favor”.
Respondiéndole…
“Pasa vecina… pasa, que como se diría… que vas a coger frio”.
Respondiéndome, ella…
“No… deja, lo que te voy a pedir, te lo puedo decir aquí en la misma puerta”.
Volviéndole a decirle…
“No seas tonta vecina, como que no vas a pasar, venga entra”.
Esta paso dentro y nerviosa, comenzó a explicarme su situación, me explico que se notaba la falta de un hombre en casa. Donde todo está desatendido, incluso ella misma había dejado de cuidarse, dándome detalles que no venía al cuento (pensé yo). De pronto sobresaltada y decidida me dijo…
“Mira quizás ante debería de preguntárselo a tu esposa”.
“Pues me gustaría que pudieras venirte a mi casa a pintármela, pero eso sí, tanto yo como cualquiera de mis hijas, te ayudaríamos encantada en todo lo que tu quisiera”.
“Querría saber, cuánto cobrarías por pintarme mi casa”.
Respondí…
“Mira, mi mujer no se encuentra en casa, pues está en la playa con los críos en la playa, fue idea suya en que estuviera solo pintando para ir más rápido”.
“En cuanto en ir a su casa a pintar, la verdad es que yo no suelo pintarles a los demás”.
“Siento mucho que falte un hombre en su casa, espero que no todo este todo desentendido. Siento mucho de corazón que vuestro matrimonio, no haya funcionado tanto como hubiera deseado”.
“Pero no por ese motivo, usted no debe usted de cuidarse, debe de salir y conocer gente, debe de buscar nuevos alicientes y en eso digo hombres”.
“Es usted una mujer muy atractiva y con un cuerpo apetecible, que no hay hombres no dude aun en mirar, todo depende de que una mujer como usted se cuide mejor”.
La mujer se quedó callada y sonrojada, me miro de arriba hacia abajo… durante unos segundos, estando callada. Pensé en echarla con delicadeza y tacto, pero me quede a la espera de contestación por su parte. Fue en ese momento en que me pare a mirarla con mayor atención, fijándome sobre todo en sus senos. Quizás porque venía vestida con un traje celeste con un cinturón anudado delante, zapatos a juego y con una bolsa en su mano de haber venido de haber comprado pan.
Mi vecina tendrá unos cincuenta y cuatro años, no está mal llevado pero aun así iba un poco descuidada, esta mujer de cabellos cortos y rubios, pechos grandes (una 110) y un buen culo. Más aún me fije, cuando esta se giró a modo de ver como estaba quedando lo pintado, fijándome mucho mejor en sus nalgas, menudo pandero tiene la jodia… mmm. Soltando mi vecina la bolsa de pan sobre una de las latas de pintura y me pregunta…
“Entonces crees tú que soy atractiva, no te estará cachondeando de mí”.
“Crees que sí me arreglo un poco y según usted…”.
No la deje continuar, pues rápidamente le dije…
“Por favor, no me hable usted de usted, voy a parecer que soy más viejo de lo que soy”.
Rápidamente, ella me respondió…
“De acuerdo, siempre y cuando, tu no me hables también de usted”.
Dijo y continúo…
“Entonces, crees tú que si me cuido un poco más, podre encontrar a alguien que pueda fijarse en mi como una mujer hermosa y sexy”.
Hombre no había pensado la verdad en tener una conversación profunda con mi vecina, pensé en decirle que fuera a buscar a alguien con quien hablar e incluso que buscara a alguna de sus hijas. Pero calle mis opiniones y acabe por contestarle con educación, diciéndole…
“Mire, no me estoy cachondeando, te confieso que me parece muy atractiva e incluso sexy”.
No te ofendas, ni pienses que soy un degenerado, pero no me importaría la verdad poderla ver desnudas, no habiendo mayor premio que probar esos labios y tener la oportunidad de ver esos hermosos senos”.
La mujer bajo la miraba, lógicamente estaba cortada e incluso sonrojada, nuevamente no dijo nada. Levanto la mirada y sonriente, quiso decirme algo que no los nervios no le dejaban, comenzando a actuar de forma mimosa y coqueta, como si pretendiera algo que intuía, no quise dar el paso y esperaba que ella lo diera, cosa que no se hizo esperar al llevar ella su mano derecha a mi entrepierna… mmm. Toco con la palma de su mano a lo largo de mi miembro, notando ella que estaba empalmado, sonreía y alzo la mirada a modo de buscar la mía, soltando…
“Esto es por mí, esto es porque te alegras de verme… mmm”.
Conteste…
“En parte así es… no todos los días tengo a una hermosa mujer a mi lado”.
Al tiempo que le decía cosas que le gustaba oír y que necesitaba oírlas, palabras dulces y picaras, palabras que toda mujer se siente halagadas cuando se les dice. Ella sonreía como una quinceañera y aproveche por soltarle el nudo de ese cinturón, descubriendo que en verdad es parte del vestido, pues cuando se lo desanude su vestido se abrió… mmm. Mostrándome sus senos oculto bajo un sujetador blanco de encajes… mmm, no dije nada y solo me acerque a ella.
Busque su boca y encontré un pico (un beso corto para entendernos) al tiempo que conduje mi mano a uno de sus senos primero, no quise ser tan directo como ella. Note sus pezones duros como piedras… aaahhh!, ella soltó un gemido al tiempo que se mordió los labios. Acto seguido, conduje mi otra mano a su pubis… mmm, notando lo caliente y húmeda que estaba. Me separe con la intención de abrirle por completo el vestido, descubriendo su cuerpo desnudo con esas braguitas de encajes blancas a juego con el sujetador… mmm.
Me acerque a ella sin pensar que estaba sudado, pues como recordareis solo llevaba el pantalón, bese su cuello… descendiendo hasta su hombro, mientras ella se estremecía… aaahhh, tiempo que aproveche por posar mi mano derecha sobre su pubis nuevamente y comenzar a acariciárselo… mmm, notando sus braguitas empapadas al tiempo que ella no dejaba de suspirar y gemir… ooohhh. Cuando fue ella a acercarse a modo de besar mi pecho, fue entonces cuando caí en como estaba, advirtiéndole…
“Espera… lo siento, no me he acordado cómo estoy”.
“Mira, me doy una ducha en un minuto y estoy contigo”.
Volviéndose ella a acercar hacia a mí, volviéndole a decir…
“Ten cuidado… no vayas a mancharte, estoy manchado de pintura y huelo a sudor”.
Contestándome ella…
“No me importa, no te preocupes si es por darte una ducha, nos lo damos los dos”.
“No me importa que estés manchado, además hueles a macho y eso me pone aún más… mmm”.
Dejo entonces que se me acerque y cuando desabotona el botón del pantalón y este cae a mis pies, sobresaltada ve que no llevo más prenda debajo, saltando mi miembro como un resorte… mmm. Cogiéndolo ella con rapidez… mmm, comenzando a masturbarme con su mano y soltándome…
“Joder, que grande que es. Es al menos diez centímetro mayor que la de mi ex marido”.
“Donde coño te has metido todo este tiempo, como que no me has abordado antes cuando más he necesitado esto… mmm”.
Solo sonreí… mientras le miraba, soltándole seguidamente…
“Es tuya ahora, haz lo que desees no pondré impedimento, si quieres arrodillarte e introducírtela dentro de tu boca… puedes hacerlo”.
Le solté con la idea de que pudiera hacer, dudosa me soltó…
“No se cómo hacerlo, no solíamos hacer mucho con mi ex marido, él no era de ese tipo de hombres y ahora me arrepiento… mmm”.
Le explique…
“Es algo sencillo, te arrodillas o te pones en cuclillas, como te veas más cómoda. Coges mi tronco y te lo llevas a la boca, chupas y lames por toda su longitud, acabando por introducírtelo dentro de tu boca. Imagina que es un polo o un cucurucho, solo tienes que poner imaginación”.
Mientras vi como había funcionado, siendo testigo de ver como estaba mujer madura se arrodillaba, quedándose a la altura de mi miembro. Coge mi miembro y comienza acercárselo a su boca, comenzando por las indicaciones que le di, no dejando de poner de su parte, ya sea acariciando mis testículos como pajeandome… ooohhh!. Acerca finalmente su boca a mi glande, topándose con sus labios carnosos… mmm, comenzando ella misma a deslizárselos… mmm, continuando por ir poco a poco introduciéndose mi miembro dentro de su boca, mientras ella no dejaba de mirarme a los ojos… mmm.
Comenzó a moverse a modo de introducirse mi miembro dentro de su boca, desapareciendo poco a poco… mmm. Sacándoselo para masturbármelo y volvérselo a meter en la boca, mientas sus manos acariciaba mi sudado cuerpo… mmm.
Yo comencé a gemir llevado por la excitación, también a modo de gratificarla por la dedicación y empeño, gemía y suspiraba por la manera tan buena que la chupaba… aaahhh. No tragándose más de la mitad de mi miembro, llegando a intentar metérsela entera pero sentía náuseas y arcadas, no dejando de decirme…
“No estoy acostumbrada a una de este tamaño, debes de comprender que mi ex marido la tenía más pequeña y con eso debía de conformarme”.
No le dije nada, ni le conteste. Me limite por apartarla y ayudarla a levantarse, haciéndole sentar sobre la mesa… mmm, baje sus bragas y tras separar sus piernas, me incline hasta introducir mi rostro entre sus muslos… ooohhh!. Ella pego un sobresalto, quizás porque no lo esperaba, comencé a besar la parte interior de sus muslos… mmm, continuando por lamer toda su ingle… aaahhh!, no dejando ella de suspirar y gemir, soltándome ya insultos y obscenidades. Acabando por decir…
“Ooohhh… no pares cabrón”.
“Uuuffff… mmm. Dios, que bueno… ooohhh”.
Mientras me decía estas lindezas, coloco su mano izquierda sobre mi nuca a modo de no dejarme apartarme… aaahhh, continúe chupando sus labios vaginales… uuummm, chupando su clítoris… ooohhh, mordisqueando con suavidad su vulva hasta que entre alaridos exploto. Llenando mi boca de sus fluidos, llenando mi barbilla… aaahhh, saboreando sus fluidos que más parecía que se había orinado… mmm. Acabando por apartarme sonriente, mientras ella se disculpaba…
“Cuanto lo siento, no pude evitarlo, me siento avergonzada, nunca me había ocurrido”.
Me he sentado en el suelo sobre unos cartones que había puesto horas antes, sentado sobre cartones para no coger el frio del suelo, llamando a mi vecina para que se acercara y se colocara en cuclillas sobre mi miembro… mmm. Esta nada más acercarse en vez de sentarse… busco nuevamente mi polla, tras cogerla con su mano la dejo firme para que ella pudiera introducírsela dentro de su boca… mmm, comenzando a chupármela nuevamente… ooohhh. Tras unos minutos dejo de chupar para acabar por colocarse en cuclillas sobre mi polla, siendo ella misma quien tras cogérmela acabo por introducírsela… aaahhh. Soltándome…
“Espera… espera, déjame a mí… mmm”.
“Joder, la tienes muy gruesa y me vas a destrozar… aaahhh”.
Comenzando ella a moverse… mmm, muy lentamente y deteniéndose tras unos pocos segundos, soltándome…
“Espera… espera, por favor que duele… mmm”.
Comenzando ella misma a marcar el ritmo… ooohhhh!, mientras ella comenzaba a botar sobre mi polla, aproveche yo por quitarle el sujetador, magreando sus senos a mi antojo… ooohhh!. Llegue incluso a pellizcarle los pezones— mmm, dejándoselos enrojecidos… aaahhh. Viéndola cansada y no era precisamente por su rostro, sino porque cada vez el ritmo de sus embiste fue perdiendo fuelle. Me vi con las ganas y de paso el deseo de proponerle cambiar, cosa que ella no se opuso y me animo a hacerlo. Tras hacerla sentar sobre una de las latas de pintura, cosa que ella se sorprendió… pero acepto. Me puse delante de ella y tras tomar mi miembro y conducirlo hasta su orificio vaginal, comencé poco a poco a introducírselo… aaahhh. Soltándome ella…
“Aaahhh… aaahhh, si… aaahhh… si… aaahhh”.
Percibí que pronto obtendría mi vecina su segundo orgasmo a no ser que ya lo hubiera tenido, acelere y aproveche por magrear uno de sus senos… aaahhh. Acelere controlado las embestidas… uuummm, ella gemía una y otra vez, mis embestidas alternaba el ritmo de las embestidas… controlaba la profundidad de las penetraciones… uuummm. Aprovechaba para poderla besar la boca, aprovechaba para besar su cuello o hombros, aprovechaba para poder magrear sus senos… ooohhh. Cansado ya de la postura y como suelo hacer con mi esposa… mmm, propongo a esta penetrarla desde atrás… ooohhh, recuerdo su expresión… recuerdo su cara asustada, sorprendida me soltó…
“No por el culo no… no estoy preparada, no por favor que duele mucho”.
Rápidamente le calme, soltándole…
“No te preocupes que por detrás no significa darte por tu orificio anal… sino follarte tu coñito desde atrás”.
“No te preocupes que ya tendremos tiempo para poderte follar ese culo que debe de ser mío… mmm, tranquila tienes que estar que te prepare llegado el momento, no te diré que no duele pero si… que disfrutara… mmm”.
Nada más ponerme detrás de ella, obligándola a echarse hacia delante, haciendo que se apoye sobre el respaldar del sofá, mientras yo colocaba mi glande en su entrada… mmm. Comencé a empujar… ooohhh, comencé a ver como mi glande entraba dentro de su coñito, pudiendo ver como poco a poco desaparecía dentro… uuummm. Entre suplica me soltó…
“Cuando te va a venirte vecino… aaahhh”.
Respondiéndole…
“Cuando te venga a ti… vecina”.
Respondiéndome ella…
“No te preocupes vecino… aaahhh, hace rato que he vuelto a correrme, no sé cuántos llevo… ooohhh, creo que hace siglos que no tenía tantos orgasmos… uuummm”.
Comencé a acelerar las embestidas, mis caderas las movía fuertemente a modo de castigarla por su silencio… ooohhh, ella gritaba y se convulsionaba entre espasmos, no dejo de gozar desde que comenzamos… uuuffff. Suplicaba que fuera más lento… ooohhh, suplicaba que me viniera ya… pues no aguantaba más este ritmo, admitía que estaba ya un poco mayor para estas cosas… aaahhh. Acabando por pregúntale…
“Donde deseas que me venga… mmm”.
Con una cara de viciosa y completamente empapada en sudor, me respondió…
“Vente donde te salga de los cojones, córrete donde quieras… aaahhh, no te preocupes que no me vas a dejar embarazada… ooohhh”.
Dicho esto comencé a correrme… mmm, echando toda mi leche dentro de ella… mmm, mientras observaba su cara de felicidad, mientras observaba con detenimiento su rostro satisfecho… mmm. Soltándole…
“Bueno vecina, creo que ya es hora de dejarlo. Pues te veo desecha, como si no estuvieras acostumbrada a tanto movimiento… mmm”.
Sorprendida se quedó, aceptando mi decisión. Invitándola a ducharse conmigo, no pudiéndome volverme a enrollar conmigo, no deseando ella ser penetrada, pidiéndome un rato para reponerse. Dejándola disfrutar de la ducha, mientras yo salía del baño, dirigiéndome a la cocina con la idea de preparar un tentempié, deseaba que comiera algo “distinto” antes de marcharse. Prepare un picoteo… corte queso viejo, taquitos de jamón y de paso, abrí una botella de vino blanco (Barbadillo o mejor dicho un Catillo de San Diego). Comenzamos a hablar tendidamente sobre lo ocurrido, dejando claro que ha sido algo esporádico y como tal, debe de continuar dejándolo así. Soltando mi vecina…
“Y no lo vamos a volver a repetir”.
Le he dejado que por nuestro bien, no debemos repetirlo, recordándole que no hay compromiso entre nosotros. No dejando de insistir en volverlo a repetir una vez más, volviéndole a repetir nuestra conversación. Pareciendo que por fin ha asumido la realidad, preguntándome una vez más…
“Cuando podemos volverlo a repetir”.
“Cuando podre oler de nuevo tu olor… tu fragancia”.
“Quiero follar de nuevo, quiero disfrutar contigo y que me hagas temblar como hace unos momentos”.
“No me digas que aquí se acaba todo, no me hagas suplicarte… por favor”.
Lógicamente la he tranquilizado, pensé que comprendería que esto era un simple polvo, pero ante tanto lloriqueo hemos quedado en que la llamaría, claro está no por la mañana porque trabajo, acabando por decirle…
“Tu crees que podrías pasar la noche conmigo”.
Nuevamente su cara sorprendida, desencajada ante mi pregunta, no sabiendo que contestar y menos hacer. Dejándome su número de móvil, dejándome la duda que si me llamaría o no, cosa que me saco de dudas cuando sonó mi móvil, soltando ella…
“De acuerdo, voy ya…”.
No me gusto como venía vestida, cosa que la verdad no importaba, tras cerrar la puerta le hice desnudar, no dejándonos de besar. Desde que entro por esa puerta, no dejamos de amarnos, sobre todo en el dormitorio, donde antes de entrar le hice vestir a mis deseos, deseaba que se sintiera como una puta, pues eso deseaba de ella. Tras aceptar a remordiente, dejo ponerse unas prendas muy sexy… medias de ligas con liguero incluido, ropa interior… claro está de mi mujer, cuyas prendas eran un tanga de hilo minúsculo con encajes y sujetador con media copa, dejando sus senos libres… mmm.
Tras acostarnos, acabo siendo una noche memorable, no deje de follarla durante toda la noche (ayuda bastante el Levitra). Acabando por dejarme penetrarla analmente, donde disfruto y comprendió que el dolor, solo lo causa quien no sabe… mmm. Dejándose pervertir por mí, dejándose penetrar por sus orificios por mis juguetes, descubriendo en mí a un pervertido, descubriendo el placer de mi mano. Acabando desecha y vencida, despertándole por la mañana con el desayudo en la cama, sorprendida y al mismo tiempo fuera de juego, pues sabía que yo debía de irme a trabajar, cosa que le calme al hacerla saber que ya avise en la oficina.
Dejándola levantar y darse una ducha, ducha que en esta ocasión aproveche con ella, disfrutando de otra sesión de sexo dentro… mmm. Marchándose con la pena de no saber cuándo volvemos a repetir, aunque ha día de hoy ha dejado de preocuparse por ese detalle, pues sale tan bien correspondida como mi mujer. Pues pocos son los días en que salgo de trabajar temprano , deteniéndome en el piso inferior al mío, cuya vecina me abre la puerta y me besa con pasión, follando allí mismo en la cocina, mientras a veces sus hijas duermen en sus habitaciones… mmm.
Bueno aquí finaliza mí experiencia, ¡OJO!, digo experiencia y no cuento o relato, sino rutina… ya que es algo que he vivido y experimentado. Espero que os haya gustado tanto como a mí recordarla, espero vuestros comentarios. Mi email de contacto es, lógicamente va todo junto… Jhosua 1974 @ Gmail . com