Conocí al tío con la verga perfecta, se convirtió en una obsesión tan grande que prefería tenerla bien adentro antes de comer
– ¿Notas mi polla como te roza por todo el ojete abriéndotelo? Tu culo está pidiendo rabo… mmm… ¿se lo doy?
– Si…. por favor… llénalo de polla.
– Pídelo bien.
– Por favor, señor… lléneme con su rabo… fólleme.
Noto como su glande comienza a hacer presión contra mi culo. Aún me duele un poco por su grosor, pero no puedo evitar lanzar un gemido solo por notar su enorme cabeza intentando abrirse paso. Estoy cachondo perdido y ni siquiera ha comenzado a follarme como a él le gusta. Sé que me luego me llevaré un castigo. Aún no soy capaz de controlarme, y cuando por fin consiga meter todo su rabo dentro de mí, cuando sus huevos presionen también mi esfínter totalmente abierto y lleno de polla y su capullo me golpee la próstata con fuerza, me correré sin parar. Ni siquiera me habré tocado. Y a él todavía le quedará mucho hasta que por fin llegue al orgasmo. Probablemente por eso no me preñe, ni tampoco me dé de beber su leche caliente recién ordeñada con mi culo. Se limitará a correrse encima de mí y luego me limpiará rápido para que no me de tiempo de recoger un poco y saborearlo. Aunque sé que es mi culpa, no puedo evitar pensar que ahora mismo solo quiero correrme cuanto antes. Llevo horas con la polla hinchada, desde que me envió el whatsap para que fuera a verle. Me limpié bien a fondo pensando en su lengua, su polla, su boca…. No sé como aguanté sin hacerme una paja antes de venir.
Por fin llega el momento. Sus huevos se aplastan contra mi, y al notar su piel contra la mía empiezo a notar como mi propio orgasmo se aproxima anunciando una buena oleada de leche que luego me obligará a limpiar. Ha ido despacio, asegurándose de que notara cada centímetro palpitante entrando en mi ojete. Y ahora por fin hace lo que me vuelve loco. Su capullo se mueve en círculos, rozando mi próstata en cada giro. Noto como me embiste despacio, sin sacar mucho su polla, solo siguiendo ese vaivén que me hace poner los ojos en blanco y lanzar gemidos con cada roce. Si cualquiera me hubiera dicho que hace unas semanas me encontraría en esta situación, me habría reído en su cara.
Fue hace unas semanas. Estaba en el gimnasio al que llevaba ya un par de meses yendo. Me había hecho bastante amigo de uno de los monitores del gimnasio hasta el punto que solíamos bromear y lanzarnos pullas todo el tiempo. Como suelo estar trabajando por el día, voy siempre a última hora. Algunos días incluso nos hemos llegado a duchar a la vez porque él tiene que cerrar y al ser los últimos del gimnasio no le importa. Fue uno de esos días cuando pasó. Habíamos comenzado a ducharnos, o eso pensaba. Yo me estaba enjabonando cuando de repente la puerta se abrió y vi a un hombre que no conocía de nada. Creo que alguna vez había estado entrenando pero en ese momento no le reconocí. Solo sabía que me sacaba una cabeza y el doble de masa muscular. Imponía bastante a primera vista, pero intenté enfrentarme a él.
– Perdona pero está ocupado, ¿no lo ves?
– No está mal. Parece que tiene un buen culo.
– Llevo un tiempo entrenándole a base de sentadillas. Seguro que lo tiene como a ti te gusta. – el monitor del gimnasio estaba detrás. Me asusté un poco porque no sabía de qué iba la cosa. Pero seguí con mi actitud desafiante mientras el jabón corría por mi cuerpo.
– Oye tio, ¿de qué va esto? Me estoy duchando, cierra la puerta que hace frio joder.
– Cálmate nene. Solo queremos jugar un poco. – el tipo le hizo una señal con la cabeza al monitor y éste inmediatamente se desnudó delante de todos con una sonrisa. Noté que tenía la polla morcillona. Me eché hacia atrás dándome contra la pared sin saber qué podía hacer.
– Tranquilo. Tú solo cierra los ojos y disfruta. – el monitor se agachó poniéndose de rodillas y me agarró la polla. Antes de que pudiera decir nada se la comenzó a tragar entera. No le costó mucho trabajo pues aun estaba flácida. Intenté agarrarle por la cabeza para apartarle pero él era más fuerte que yo. Me agarró por las caderas y empezó a sorberme la polla como una ventosa. No quería soltarme y mi polla comenzó a reaccionar.
El tipo que había abierto la puerta seguía de pie mirándonos. Había comenzado a ajustarse un poco un pantalón corto de deporte que llevaba puesto. La otra mano la llevó al pecho y vi que se estaba tocando un pezón por encima de la camiseta de tirantes. Se le notaban unos pectorales enormes bien formados. Pude ver que el otro pezón estaba sobresaliendo a través de la camiseta. Por alguna razón verle ahí delante, con la mirada fija en nosotros, poniendo de vez en cuando una sonrisa pícara cuando me devolvía la mirada, me comenzó a poner cachondo. Mi polla comenzó a crecer dentro de la boca de mi monitor, quien no paraba de tragar polla hasta el fondo para volver a sacarla y darle un lametazo a mis huevos. Luego se la volvía a tragar entera hasta la garganta y movía la boca. Quería que notara que toda mi polla estaba dentro de su boca, que mi capullo le estaba rozando la garganta. Mis huevos se tambaleaban al ritmo de la mamada y mi polla comenzó a gotear precum dentro de su boca. En poco tiempo unos buenos goterones de saliva comenzaron a caer por mi polla y la boca de mi monitor al suelo. Aun funcionaba la ducha así que rápidamente se mezclaba con el agua y desparecía. Pero solo el hecho de ver como babeaba con la mamada me hizo agarrarle la cabeza, no para apartarle, sino para meterle aun mas mi polla hasta dentro y comenzar a follarle la boca.
El tipo empezaba a tener una erección considerable. Una auténtica tienda de campaña se levantaba por su pantalón corto mientras el seguía solamente sobándose el paquete y tocándose los pezones. Tras unos minutos comenzó a revolverse la pernera del pantalón y su rabo comenzó a asomar en todo su esplendor. Una auténtica polla gorda y larga, digna de cualquier actor porno, asomó erecta y algo babeante. Era venosa y gruesa y no podía dejar de mirarla. Sin darme cuenta comencé a relamerme un poco mientras la miraba fijamente. Quería saber como sabría en mi boca, como sería que se pusiera así de dura dentro de mi boca mientras los mismos goterones de saliva y precum caían esta vez de mi boca. Debió darse cuenta de lo que estaba pensando porque emitió un pequeño silbido. No sabía qué significaba hasta que noté como mi monitor del gimnasio me agarró bien fuerte del culo y me separó las nalgas. Con la excitación del momento, más que molestarme me gustó. Entonces noté como uno de sus dedos comenzaba a rozarse contra mi ojete, dando círculos y acariciándolo despacito, rozándolo. En un momento hizo un poco de presión y yo cerré los ojos y solté un gemido. Ese fue el comienzo del fin.
El tipo dio un chasquido con los dedos, y rápidamente el monitor me dio la vuelta en la ducha. Yo me dejé llevar, pero sobre todo empecé a gemir cuando noté como su boca se metía entre mis nalgas y comenzaba a lamerme el ano. Al principio eran solo lametadas largas por encima. Pronto comenzó a jugar con la lengua, dando vueltas, pasándolo por varios sitios alrededor de mi ano pero todavía sin llegar a más. A veces solo lo dejaba abierto para que el tipo de atrás pudiera verme bien mi ojete expuesto. Éste lanzaba un escupitajo que me hacía estremecer y entonces el monitor volvía a la carga. Empecé a notar como mi ano se iba dilatando. Al menos eso supuse porque su lengua comenzó a entrar cada vez más dentro de mí. Antes de que me diera cuenta llevaba ya un buen rato con los ojos cerrados y solo gimiendo, incluso había movido mis manos para agarrarme el culo yo mismo y dejarle vía libre al monitor.
Deberíamos llevar unos veinte minutos jugando a ese juego dentro de la ducha. De vez en cuando el flujo de agua se paraba pero alguien lo volvía a abrir. No sé quién pues ya llevaba rato con los ojos cerrados disfrutando de una comida de ojete que nunca me había imaginado. Supongo que el tipo debería llevar rato pajeándose y estaría a punto porque una de sus manos de repente me agarró de la nuca aplastándome contra la pared. El monitor había dejado de jugar con mi culo, y en su lugar un capullo gordo comenzó a frotarse contra mi ojete virgen. El tipo me mordió la oreja y comenzó a lamerme el cuello y a besarme. Noté su rabo abrirse paso, no le costó mucho tras la comida de culo del monitor. Pero aun así noté como si me fuera a romper, no me podía creer lo que me estaba pasando, y mucho menos lo mucho que lo estaba disfrutando.
– Ya está nene, ya está entera dentro de ti. Ahora puede gemir de verdad todo lo que quieras. – noté sus huevos chocar contra mi culo y supe que decía la verdad. Yo estaba con la boca abierta casi sin poder respirar, sin poder emitir sonido alguno, y aun así, mi culo comenzó a moverse solo. Él lo notó y me dio un azote para que me moviera más deprisa. Lo intenté pero al ser mi primera vez fue un poco fracaso. En ese momento el se rió un poco y me agarró de las caderas, haciendo presión en mi culo. Entonces comenzó a bombearme fuerte. Como a él le gusta. Despacio pero siempre hasta el fondo, haciéndome sentir toda su polla entrando poco a poco en mi culo hasta que su capullo se aplasta contra mi próstata y a mí me hace gritar gemidos de placer. Aceleró el ritmo aumentando al mismo tiempo el sonido que los golpes de sus huevos hacían contra mi culo. No sabía como esa pedazo de polla podía entrar y salir tan fácilmente de mi ojete y con tanta rapidez. Nunca me habían follado, pero me daba la sensación de que debía tener el culo abierto al máximo. Tras unos minutos me corrí de placer con un fuerte alarido. Él lo notó porque mi culo se apretó contra su polla, retorciéndosela y exprimiéndole todo el precum con el que me estaba llenando. En ese momento se volvía a acercar a mi oreja mientras me metía toda la polla hasta el fondo, aplastando su cuerpo contra el mío.
– Tranquilo. Ya estamos terminando.
Unas embestidas más y empecé a notar como algo se derramaba dentro de mi. En una cantidad ingente. No los fui contando pero estoy seguro de que fueron más de seis trallazos de pura lefa caliente que se derramaron dentro de mi culo llenándolo. Quedó exhausto encima de mi, mientras su polla seguía dentro y la movía despacio. Se apartó poco a poco mientras me daba un cachete en el culo y me ordenó que no me moviera. Se giró hacia el monitor que llevaba todo el rato sentado haciendose una paja.
– Ahí tienes tu premio.
Rápidamente se vino hacia mi y se puso de rodillas. Me abrió bien el culo y comenzó a aplastarlo de diferentes formas mientras su boca invadía mi culo de nuevo. Se estaba comiendo la lefa que el otro tipo había soltado dentro de mi. Y la estaba desgustando de lo lindo. Cuando por fin se aseguró, incluso tras meter un par de dedos y retorcerlos bien dentro de mi haciéndome gemir de nuevo, que no quedaba más lefa dentro de mí, se volvió hacia el tipo que seguía con la polla erecta y comenzó a limpiársela. Mientras se la limpiaba, el tipo volvió a mirarme directamente a mi.
– Más te vale empezar a cuidar de ese culo desde ahora. No puedo llamar a este cada vez que quiera follarte para no hacerte daño. Aprende a limpiártelo y a dilatártelo. Recibirás noticias mías.
Cuando terminó se apartó con su polla morcillona bambaleando. Le dio una cachetada en la cara al monitor y se fue. En ese momento me di cuenta que el monitor llevaba restos de leche seca por el pecho. Debió de haberse corrido mientras nos veía follar a los dos. Tras limpiarme un poco vestirme el monitor me pasó mis cosas con mi móvil y me dio un cachete en el culo al despdirnos.
Y así fue como acabé aquí. Tumbado en una cama, con mi estómago y la toalla que se encuentra debajo llenas de mi propia lefa caliente. El ojete abierto por la polla del tipo que ahora me folla al menos una vez a la semana. Y su propia lefa desparramada sobre mi espalda. Me ha dado la orden de no moverme hasta que la limpie, y si quiero que vuelva a follarme más me vale obedecer. Sé que tiene varios chicos con los que queda distintos días. Alguna vez me ha acabado llamando cuando alguno le ha fallado. También sé que los que no le hacen caso los acaba borrando y bloqueando de su número. No vuelve a buscarlos nunca. Y yo quiero seguir notando como esa polla me llena mis entrañas y descarga dentro de mi dejándole a él y a mi satisfechos.
Como supuse al principio, me corrí demasiado tiempo. Eso no le gusta, le da la sensación de que por parte de uno de los dos el juego ya ha acabado. Me gustaría decirle que no es así, que me gusta que me siga follando incluso aunque me haya corrido. Que me gustaría correrme hasta quedarme completamente vacío de los huevos mientras me sigue follando sin parar. Pero aun no tengo la confianza suficiente para decírselo a la cara. Sabía que me tocaría un castigo, pero nunca me imaginé que me pediría algo así. Uno de sus chicos le ha fallado por última vez. Fue a verle con el culo recién follado por otro tio. No le gusta que hagan eso porque a pesar de todo le gusta el sexo seguro y saber que es el único que nos folla y nos da polla. Mientras me follaba la última vez revisó mi móvil. Ahora estoy de camino a su casa con mi mejor amigo. No sé como lo supo, ni como lo hará, pero sé que para cuando acabemos, mi mejor amigo se habrá convertido en otro de sus chicos. Y yo me habré comido toda su lefa directamente del culo de mi mejor amigo.
Tengo la polla dura solo de pensarlo.
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Gracias por leer. Como siempre, cualquier comentario o mensaje será bienvenido. Si tenéis alguna duda también podéis contactarme, bien por aquí o bien por mi correo. Un saludo y espero que hayáis tenido unas buenas vacacioens 😉