Fui dominado por Sheila, me puso una camisa de fuerza y me hizo todo lo que quería. Me sentí con miedo al mismo tiempo sentía mucho placer

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Continuación del relato anterior «Dominando a Sheila»: https://todorelatos.com/relato/136728/

Me quede profundamente dormido, tuve sueños eróticos. En uno de ellos estaba con 2 mujeres, las 2 vestidas con catsuits de latex, una estaba en una mesa con un fuerte hogtied a la que le ofrecía mi polla y ella la chupaba; y cambiaba a la otra que estaba atada en la cama, en posición de perrito la cual penetraba, una imagen deliciosa. Me desperté a mitad de la noche con una erección de caballo, fui hasta la cocina a tomar algo fresco y volví a la habitación, seguía caliente y vi a Sheila durmiendo al otro lado de la cama, dude de despertarla pero preferí dejarla tranquila y seguir durmiendo.

Los sueños volvieron a aparecer, mas bizarros tal vez como todos sueños, estaban las mismas chicas, atadas de la misma forma, la que estaba en con el hogtied me la estaba chupando pero cuando cambiaba a la otra que estaba atada a la cama, ya no era una mujer, sino que era Sheila. La miraba extrañado y al final aprovechaba su situación y enterraba violentamente mi polla en su culo dilatado. Los sueños no tienen una línea temporal racional y las cosas a veces pasan sin sentido alguno, mientras sodomizaba a Sheila, la otra chica ahora estaba libre y me chupaba el culo mientras me follaba a Sheila, y después sin ningún sentido yo era el que estaba atado a la cama mientras Sheila me sodomizaba a mí y la otra chica se convertía en un transexual que me ofrecía su polla para mamar.

Me desperté, agitado, confundido, pero indudablemente caliente. La erección me dolía y me dio la impresión que si el sueño hubiera seguido todo habría terminado con una polución nocturna cual adolescente. Me levanté nuevamente, me mojé la cara, tomé algo y me volví a dormir.

Me despierto, una agradable sensación de calidez emerge desde mi polla, no sé si estoy despierto o soñando hasta que escucho la voz de Sheila:

Sheila: buenos días dormilón, me encontré con esto (mi polla) despierta antes que tú. – me dijo y se volvió a engullir mi polla

Abrí los ojos y me di cuenta que no podía ver nada, Sheila me había puesto el antifaz, me lo fui a sacar pero Sheila me dijo: «no te lo saques, ahora me toca a mí jugar un ratito». Me relaje y ella siguió chupando, suave sin prisas. Me fue calentado poco a poco.

Al cabo de un rato, me dijo que me siente en el lateral de la cama, ella se arrodilló en el suelo y fue haciendo su mamada más profunda, estaba a punto de caramelo cuando ella se subió a la cama y se puso detrás mío, pasando una mano por delante y me empezó a masturbar lentamente mientras me besaba el cuello. En un momento dado, me dijo muy sensualmente: «sube los 2 brazos, por favor»

Recién ahí recordé lo que me había dicho la noche anterior, un escalofrió recorrió mi cuerpo. Levantar los 2 brazos era mucho más que una simple petición, era una acción con fuerte repercusión en muchos ámbitos, los cuales no estaba al 100% seguro de querer afrontar o mejor dicho, querer «entregar». Mi cabeza empezó a maquinar si realmente quería seguir este camino, hasta este momento no había nada que no hubiera hecho antes, ya había agarrado un polla en algún trio con Clara no era para tanto, nunca me había besado con un hombre (aunque a Sheila la había besado, pero la seguía viendo como una mujer), nunca había chupado un polla y claramente nunca me había penetrado una. Todo esto daba vueltas en mi cabeza mientras resonaba en mi cabeza el «sube los 2 brazos, por favor».

No sé qué pasó, tal vez mi cuerpo reacciono solo, no recuerdo haberle dados a mis brazos órdenes de levantarse mientras pensaba todo esto, pero cuando me di cuenta yo tenía los 2 brazos hacia adelante. Evidentemente, mi polla que estaba como un mástil, se había hecho cargo de mi cerebro mientras yo pensaba todo eso y había levantado los brazos. Para cuando me di cuenta de la situación, la camisa de fuerza se estaba deslizando por mis brazos y Sheila la estaba abrochando en mi espalda. Sin saber muy bien como atar la camisa, Sheila fue pasando lentamente los lazos de las mangas por las hebillas, probando donde iba cada una y ajustando fuertemente cada una. Primero cerro toda la camisa por la espalda, luego paso el brazo izquierdo el cual fue el primero en quedar atrapado, luego el derecho. Fue hacia adelante, donde está la cinta que junta los antebrazos para que no se muevan y la ajustó. Me hizo levantar y luego ajusto las 2 cintas que pasan por las ingles para que la camisa no se salga por la cabeza. Desde atrás me empezó a masajear la polla y a decirme lo mucho que nos íbamos a divertir. También me tranquilizó diciendo que no me preocupara, que iba a ser cuidadosa y que todo iba a ser placer.

Me hizo sentar nuevamente, me volvía a mamar la polla su avente y luego me dijo: «he estado mirando en tu cajita de juguetes, tienes muchos y me gustan todos, alguno vamos a utilizar». Dicho esto, me dijo que abra la boca, yo ya estaba jugado y me imaginé que me iba a poner el mismo ball-gag rojo que había usado con ella, pero me confundí. Cuando sentí lo que estaba entrando entre mis dientes me di cuenta que era un ring-gag (para aquellos que no lo conocen un ring-gag es un aparato que te deja la boca completamente abierta con un agujero en el medio en el cual puedes pasar una polla de tamaño no muy grande, más o menos como la de Sheila). Evidentemente, esa mañana iban a desvirgar mis 2 agujeros.

Ajusto fuertemente el ring-gag y acto seguido, sentí la polla de Sheila como se introducía en mi boca sin yo poder absolutamente nada. La verdad que pensé que iba a ser peor, que me diera asco o algo, pero todo lo contrario. Me había metido la polla suavemente y todavía no estaba completamente erecta, poco a poco fui moviendo la lengua mientras Sheila hacia un pequeño vaivén hacia atrás y adelante. Sentir crecer su polla en mi boca me éxito, y ella también estaba más excitada porque cada vez intentaba llegar más lejos en mi boca, al poco rato ya intentaba llegar hasta la garganta, me estaba follando por la boca. Cuando yo pensé que no podía entrar más, sentí que me agarró por la nuca y me incrusto fuertemente contra su pubis, tenía su polla en la garganta y no podía respirar, la tuvo así unos segundos, la sacó completamente con todas mis babas, yo respire profundamente y acto seguido volvió a repetir la operación unas cuantas veces hasta que, dejando enterrada su polla durante más tiempo, acabo directamente en mi garganta.

Me sacó rápidamente el ring-gag y se lanzó a besarme y a recoger todo el resto de su semen mientras nos fundíamos en un beso profundo, acto seguido me hizo volver a abrir la boca y ahora si me puso el ball-gag rojo en la boca «es por si se te escapa algún gritito» me dijo riéndose. Yo me puse algo nervioso, pero mi polla seguía estando tan dura como toda la mañana, en ningún momento bajo su erección y ya me empezaba a molestar tanto tiempo erecta.

Me recostó en la cama y volvió a mamarme la polla, pero estaba vez recorría todos mis huevos, el perineo y mi ano, cada vez pasaba más tiempo con mi ano que con mi polla. Jugaba a introducir su lengua en mi culo, cada vez más profunda yo hacía rato que estaba perdido en una nube de disfrute, su lengua en mi culo, y su mano masturbando lentamente mi polla. Empezó a cambiar nuevamente, mamando mi polla pero ahora era un dedo el que jugaba con mi ano, primero fue uno, con sus babas para lubricar, pero luego empezó a verter abundante lubricante en mi ano, y rápidamente tenía ya 2 dedos jugando y dando círculos. El tercero no se hizo esperar y ya a esa altura quería mas, ya no me chupaba la polla, sólo me follaba con tres dedos, me estaba reventando la próstata.

Tomo mis piernas y las levanto hacia sus hombros, me paso un cojín por la base de mi espalda y sin decir una palabra fue tanteando mi culo con su polla suavemente y luego lo empezó a introducir. Pensé que me iba a partir del dolor, pero lo que paso es que con la dilatación de los 3 dedos y el abundante gel, su polla se deslizó indolora hasta el final, sentí sus huevo chocar contra mí y luego empezó a follarme, primero suave y luego más fuerte según yo no me quejaba. Estuvo un largo rato follandome hasta que con una mano agarro la base de mis huevos y luego me empezó a masturbar rápidamente mientras me taladraba el culo, en esa posición y con ese trato, ya no pude aguantar más, no fue un orgasmo lento de aquellos que se ven venir, este fue todo lo contrario, me llegó de forma explosiva, y empecé a tirar violentos latigazos de leche para todos lados. Si el día anterior al acabar en el culo de Sheila pensé que no podía haber algo mejor, ahora no sabía que pensar, estaba totalmente derrotado después de semejante orgasmo. Sheila siguió bombeando al mismo ritmo y luego de unos pocos segundos ella también llego a su clímax dando gritos de satisfacción.

Luego de eso, se derrumbó junto a mí, me saco el ball-gag, me besó y me preguntó cómo estaba. Le dije la verdad aunque me costara admitirlo, que había disfrutado como hacía mucho tiempo que no lo hacía. Me dijo «habrá que dormir una pequeña siesta para descansar, no?» a lo que conteste afirmativamente, ella se levantó, la escuche rebuscar algo, suponía en mi caja de «juguetes» y me dijo: «me gustaría que te duermas así», acto seguido deslizo un pequeño tapón anal con vibración en mi culo, lo encendió a muy baja vibración y dejo ahí atrapado su semen dentro mío, me dio la vuelta, un beso y me dijo:

Sheila: «ahora a dormir un ratito»

Yo: «habrá una venganza por esto» – respondí

Sheila: «eso espero»

Me fui quedando dormido, maquinando mi venganza, mientras mi polla volvía a ponerse firme y los sueños eróticos me asaltaban nuevamente.

Continuara….

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