Termine con mi mujer porque me engaño, pero su hermana (mi querida cuñada) me consoló de la mejor manera
Esposa Infiel: Las tetas de mi cuñada
Para que puedan ubicarse un poco mejor en la historia les recomiendo que lean mis primeros dos relatos (para los que no lo han hecho aun)
Tal y como acordamos con Patty, me fui de la casa y me mudé a un departamento (pagado por la empresa)
Esta acción fue decisiva, ya que había cambiado de trabajo y era jefe corporativo del área, la empresa me ofreció departamento, no dude en aceptarlo, es más luego la dueña del mismo me lo ofertó a un buen precio y lo compre a ojos cerrados. Queda en el Malecón de Miraflores, zona que me encanta. Se preguntarán, ¿este está loco al comprar un depa en plena separación? Use una argucia legal y valedera… mi madre es la dueña.
La noticia de mi separación no demoró en propagarse, y la primera en conversar conmigo fue Sandra, hermana mayor de Patty, 2 años menor que yo, de 1.70 m., con un par de tetas espectaculares (talla 42B), labios marcados y un trasero bien puesto; pero nada llamativo y la jodían de gorda, porque sus tetas hacían difícil diferenciar si estaba subida de peso o no.
Tenía 02 años de casada y un pequeño hijo, recién lo había destetado. Su marido por cuestiones de trabajo estaba fuera del país, venía a Lima cada 5 meses, y ya llevaba 3 meses fuera. No nos llevábamos mal y de solteros habíamos tenido varios encontrones razón por la cual Patty no la llevaba (problemas típicos de hermanas)
Sandra, una vez enterada de lo ocurrido me llama al celular y me pide que nos reunamos, lo cual acepto, al final no tenía nada que perder y si se ponía lisa la mandaba a volar, como estaba en plena mudanza le di la dirección del depa y que nos veíamos a las 20:00 horas, quedamos y seguí con mi trabajo.
Llegue al depa a eso de las 18:00 horas para desembalar, uno de mis primos iba a ayudarme con la tarea; pero me llamó pidiendo disculpas porque no podía ir.
Entonces el dilema, por dónde rayos empiezo… como en mis mudanzas anteriores, por el dormitorio, así, que a sacar el plástico y acondicionar la cama, luego procedí con la instalación del TV, como ya contaba con cable instalado fue más fácil probar la señal, las conexiones de los decos y del Blu-ray.
Suena mi celular, era Sandra. Oye, estoy abajo en recepción, cuál es el número del departamento. Sube, es el 212. Ok, voy para allá.
Suena el timbre, y recién me percató que no había donde sentarse, menos mal que tenía cerveza en la refrigeradora (fue lo primero que compre)
Hago pasar a Sandra, quien me da un afectuoso beso en la mejilla, echa un vistazo al departamento, recorriéndolo casi de inmediato, ¿sabes que están alquilando el 312? Exclama Sandra, no, no lo sabía, ya tienes los datos le dije. Si ya he llamado y esta baratísimo, es menos de lo que pagamos con Richard (su esposo) en donde estamos.
Porque no aprovechas y te mudas de una vez, transa y somos vecinos, eso le va a encantar a tu hermana, le replique… Jajajaja tu si te pasas, de paso le digo que te voy a cuidar, comento Sandra.
Le ofrecí una cerveza, la cual acepto y empezamos con la ronda de preguntas:
Mira loco, ¿no sé qué mierda ha pasado entre Uds.?
¿Pero cuántos problemas han tenido y siempre han salido adelante?
¿Qué va a pasar con tus hijos?
¿Se van a divorciar?
¿Seguro que ya tienes otra mujer y se enterado mi hermana, por eso te ha botado de la casa?
Tuve que ponerle la mano suavemente sobre la boca para que se detenga y a su vez poder responder sus preguntas, ella hizo el ademan de morderme.
(Respire profundo) Mira Sandra, no lo tomes a mal; pero ya tenemos un acuerdo con Patty y voy a cumplirlo; y si hay necesidad de otras cosas lo conversaremos.
Mira, Lunatacas, a mí no me metas cuento, conozco a mi hermana y sé que así nomás no te va a dejar tranquilo; y mucho menos va a dejar que te la lleves fácil y lo sabes muy bien.
(Nuevamente respire profundo) Sandra, lo que te voy a contar no es ni ha sido fácil de vivirlo y asimilarlo, pero creo que es la única forma que entiendas lo que ha sucedido.
Destape otro par de cervezas, le entregue una a Sandra y empecé a contarle lo sucedido, ella escuchaba sin cortarme ni interrumpirme, ante cada suceso, tomaba un buen sorbo y se quedó sin cerveza, ella misma sacó otra, y continúe con la descripción de los hechos.
Termine el tema y le pedí su opinión, Sandra se mostró incrédula por los hechos; hablaba de su hermana y tenía que defenderla, increpándome que no debía dejarme llevar por las habladurías de los demás y que ponía las manos al fuego por Patty, que ella nunca sacaría los pies del plato.
Sonreí despectivamente, ¿por qué esa sonrisa cachacienta? – me increpó Sandra; ¿cuánto quieres perder?; Sandra me mira, ríe y habla: todo lo que haya hecho mi hermana te lo hago a ti!!!!!! Obviamente si tienes pruebas; como todo hombre eres machista; y crees lo primero que te dicen los demás… ¡No seas huevón! ¡Recapacita!
¿Estas seguras de lo que dices? Estamos hablando de un tema serio y no quiero que después des marcha atrás y me dejes con las ganas de darme el gusto – le reclame.
Mira papacito, extendiéndome la mano, soy mujer de palabra y si te estoy diciendo que, si tienes pruebas de lo que mi hermana ha hecho, contigo hago lo mismo, jaaaaaa mi palabra si vale – recalcó iracunda.
Lo pensé 10 veces; pero no me quedo otra que hacerla pasar al cuarto, encendí el TV y puse el video de la evidencia, le ofrecí otra cerveza, la cual acepto, sentada en el borde de la cama, le manifesté que lo que va a ver puede herir susceptibilidades… Sandra solamente me miró y dijo adelante que es lo que tienes.
Sandra comenzó a ver el video y en cada acción simplemente abría más y más los ojos, se mostraba interesada y su expresión era de asombro y hasta diría que estaba excitándose (lo cual comprobé después), sutilmente salí del cuarto y abrí otra cerveza la cual tome raudamente.
Pasaron como 45 minutos y Sandra sale del cuarto, se me acercó y me abrazo, fue un tierno abrazo y sobretodo mostraba comprensión, me dijo que lo sentía mucho y que comprendía por lo que estaba pasando.
Vinieron las quejas y lamentaciones propias, por lo que tuve que detenerla y hacerle recordar sus palabras, Sandra trago saliva y respiro profundo, me acerque a ella busque sus labios y nos dimos un piquito, sonreímos y nos besamos suavemente, hasta que nuestras lenguas se encontraron y buscaban penetrar profundamente la boca de cada uno, estuvimos besándonos y dándonos suaves caricias por un rato.
Sandra y Patty tienen los labios bien delineados, no son gruesos ni delgados, digamos que son término medio, y cuando los besas mucho tienden a resaltar en su rostro, como dice el maestro Rigoberto tienen labios pingueros.
Sandra se separa de mí, me observo de pies a cabeza y posa su mano en mi entrepierna, diciéndome Lunatacas cumpliré con mi palabra y te compensaré por lo que ha hecho mi hermana; pero (siempre hay un, pero) sólo será esta vez, recuerda que estoy casada y no quiero que nadie salga lastimado.
Dicho esto, procedió a desabotonarse la blusa, mostrando un sostén de encaje negro que a dura penas cubría esas inmensas montañas blancas (mi mente voló a mil por hora), esbozando una sonrisa pícara dejo caer la blusa al piso, soltó su pantalón y mostrando un hermoso calzón de encaje negro (conjunto de ropa interior) y procedió a desvestirme, primero saco la camisa y luego el pantalón.
Ambos quedamos en ropa interior y empezamos a besarnos apasionadamente, nuestras lenguas se entrelazaron otra vez, fueron intensos momentos, esto ocasiono que mi verga se levante en una erección colosal, listo para dar batalla y no dejar prisioneros.
Tome la mano de Sandra y la lleve hacia el cuarto, iba a estrenar la King size y de qué manera, con mi (ahora) ex cuñada, la eche sobre las sábanas y me monte encima de ella, sin dejarla de besar, mi mano derecha acariciaba su rostro y la izquierda peleaba con los sujetadores de la espalda para poder soltar el sostén una vez logrado mi cometido, levante el rostro para poder ver esas inmensas tetas blancas, coronadas con una aureola marrón oscura que contrastaba con su piel broceada (era verano) y un pezón marrón erecto y duro, me lleve el derecho a la boca y mame, succione, lamí, mordisquee a mi antojo, luego el izquierdo y así sin parar durante más o menos 5 minutos. Sandra simplemente me acariciaba y gemía suavemente; por momentos me atragantaba con esas inmensas tetas, sobre todo cuando ella las juntaba parecía que me quisiese ahogar.
Nuevamente nos besamos por un rato, bese sus orejas, sus tetazas, baje a su abdomen, me entretuve un rato en el ombligo, retire el calzón y pude apreciar un hermoso mechón de bellos que formaban un bien elaborado triángulo sobre su monte de Venus, los acaricie suavemente, continúe mi labor lamiendo y besando la parte externa de su sexo, sin entrar a tocar sus labios y vagina, sutilmente evite hacerlo para atacar la parte interna de sus muslos hasta llegar a los pies.
69, mi número favorito
Me puse de pie al borde de la cama, para poder apreciar el cuerpo desnudo de Sandra y nuestras miradas se encontraron, sonrió y me acerque hacia ella, saco mi bóxer y abrió los ojos al ver como estaba mi verga de hinchada, uyyyyyyy ya está listo para dar pelea, esperemos que haga que esto valga la pena – dijo Sandra.
Con su mano derecha me acaricia el torso desnudo y con la izquierda me hace una pequeña paja, luego se introduce el glande en la boca, dándome una mamada espectacular, pasaba la lengua por el glande, luego lamía el tronco, lo pajeaba, me agarraba los testículos, se los metía en la boca uno a uno. Volvía al glande lo lamia suave y luego raudamente, le agarre la cabeza y me hizo un garganta profunda, le dieron arcadas, pero la deje que se acostumbre, para mi sorpresa se dejó hacer y continuo, en eso siento que estaba por venirme y se lo hago saber. Sandra retrocede y me muestra con su mano (dando palmadas sobre la cama) donde debo ubicarme. Ni corto ni perezoso me ubico en el sitio, pero ella se hecha de espaldas volteada, entendí que quería un 69, pero iba a ser yo el que domine la situación, nos acomodamos y me ofreció su sexo, ver esos labios humedecidos por la situación que experimentaba, aun cerrados sus labios mayores cubrían el interior de su vulva, una pequeña lamida y se abrieron como flor al amanecer, los bese, mordisquee y lamí, mientras ella gemía y se clavaba mi verga en su boca, besuqueaba el interior de sus muslos, es más los chupeteaba (le deje varias marcas en la zona), seguía sopeando y sintiendo como sus flujos vaginales empezaban a emanar, Sandra gemía por ratos y luego continuaba con la mamada.
Nos propalábamos placer mutuamente, sincronizados y en buen ritmo. Me entretuve un rato con su clítoris, inmenso clítoris, si sus pezones eran inmensos ni que hablar de su clítoris, lo podía atrapar con mis labios, lo succionaba y lamia, lo mordisqueaba, dos de mis dedos ya había profanado su interior, buscando su punto G, ambos movimientos lograron su cometido, empezó a arquearse y mis movimientos fueron más rápidos, Sandra soltó mi pinga y agarro fuerte las sabanas, exclamando Siiiiiiii, siiiiii, siiiiii que rico que rico me vengooooooo me vengooooooo… mientras sentía como sus jugos vaginales salían en grandes cantidades. Sandra seguía teniendo arcadas, y respiración era entrecortada, me salí de esa posición para contemplarla, estaba riquísima, era una belleza (así lo vi en ese momento) poco a poco recuperaba la respiración y podía ver como sus tetazas subían y bajaban, que tal espectáculo.
La paja rusa
Sandra recupero el aliento, me regala una sonrisa y me dice ahora te voy a devolver el favor, hace que me pare al borde de la cama, se recoge el cabello agarra mi verga y se lo lleva al canal que forman sus enormes tetas, haciéndome un ruso… que tal paja rusa, parecía que estaba dentro de una vagina por el canal que forman sus tetas, besaba el glande y escupía, lubricando el canal, continúo pajeándome en las tetas de mi ex cuñada, y como colofón sus labios esperaban para introducir me glande en su boca, una lengua habida de dar placer a su invasor de turno.
Por momentos me soltaba y con los pezones recorría las venas de mi verga, no dejaba de mirarme, parecía que lo tenía estudiado, se lo metía en la boca sin dejar de mirarme, me masturbaba, y acariciaba los testículos, yo simplemente cogía esas inmensas masas de carne y las acariciaba.
Sandra se hecho en la cama, y con su mano guiaba mi verga, me monte sobre ella y penetré el canal que sus tetas, comencé un mete y saca desenfrenado, sus tetas humedecidas hacían que este movimiento sea, Sandra esperaba el envión para poder succionarme el glande, con sus manos ajustaba o soltaba sus tetas para prodigar más intensidad a la “penetración”
No es por exagerar; pero sus tetas han sido diseñadas para eso, forman un canal en la base que parece un hueco más por donde fornicar, y vaya que Sandra lo sabe.
Mientras seguíamos en el juego con sus tetas, me agachaba para mamarlas, chuparlas, morderlas y succionarlas, que ricas que estaban ese par de tetas ensalivadas y mezcladas con mis jugos. Sandra simplemente gemía y pude apreciar como en momentos se le blanqueaban los ojos.
Hábilmente, Sandra se incorporó y volvió a atrapar mi verga con sus labios, succionaba y lamía, hizo un garganta profunda y no pude contenerme más, sentí como una corriente eléctrica recorría mi médula y terminaba con contracciones en el extremo de mi verga, la descarga soltando un enorme chorro de semen, ella lo recibió con ansias, sabía que ese era su propósito y no dejo caer gota alguna, quede mareado por la explosión y la descarga, me deje caer sobre la cama y ella proseguía limpiando mi verga desde la base hasta el final de la punta.
Sandra limpio hasta la última gota, con una sonrisa coqueta se paró y trajo dos cervezas, brindamos y sonreímos, bien Lunatacas ahora estamos a mano, espero que no demores en recuperarte para poder proseguir con esto. Cogió su celular y llamó a su casa, para decirle a su empleada que iba a demorar en llegar porque tenía una reunión de última hora en la oficina.
Disfrutando de su concha
Descansamos unos minutos y entre juego y juego, mi verga estaba lista, ella lo noto y se la metió en la boca, aplicando una señora mamada con su respectiva paja rusa incluida.
Ahora ya estás listo papacito, quiero que me hagas sentir una mujer deseada y disfrutar todo lo que se pueda – exclamó Sandra.
Me levante de la cama, la puse en 90 grados, hundí mi cara entre sus nalgas para darle un beso negro, posicione mi verga en la entrada de su vulva y entro poco a poco, Sandra se agarraba las tetas con la mano derecha, y con la izquierda hacia equilibrio para no caer sobre la cama, fue incrementando la velocidad a pedido de ella, métemela ya, dame toda tu pinga, exclamaba, yo seguía con el mete y saca, cambiando la velocidad y saliendo por completo para volver a arremeter su vulva de un solo golpe.
En esta variante de perrito, me agarraba de sus caderas y hacia que ella se pegue lo más posible a mí, para que sienta la penetración hasta el fondo, con su mano ella acariciaba mis testículos. Sus gemidos por momentos se convertían en gritos, y eso me calentaba más, además la vista era de lo mejor, en esta posición apreciaba su tatuaje tribal en la zona que ayudaba mucho al morbo.
Luego ella me pidió cambiar de pose, nos echamos en la cama, Sandra me dio otra mamada con paja rusa incluida, para que no pierda la dureza mi verga, la puse piernas al hombro, ubique la cabeza de mi verga en el ingreso de su vulva y adentro, ella gemía, gemía y disfrutaba, se mordía los labios, sus manos agarraban las sabanas y yo seguía profanando su concha, como ajusta esta mujer, ajusta como pocas. Por momentos se agarraba las tetas y dirigía mis manos para que yo haga lo mismo. Asimismo, me incorporaba para que ella juegue con su clítoris.
Ahora, ella se suelta y me monta, a lo cowgirl, con la salvedad que con sus piernas controlaba la penetración, le agarré las piernas y comencé a levantar mi cintura, ella se movía en círculos y de arriba hacia abajo, siempre con una mano agarrándose las tetas, ya había entendido que también tenía que hacerlo, en esa posición se dejó caer y me dio una buena montada, que acabo en un nuevo orgasmo, que ricooooooo, me vengooooo, no te detengas papi, métemela hasta el fondo, no dejes de moverte, mi amor muévete, que rica pinga tienes… hasta que cayó sobre mi pecho, con la respiración entre cortada, sonriendo me dice guau hacía tiempo que no alcanzaba un orgasmo de tal intensidad. Yo tenía la zona de la pelvis completamente mojada de sus jugos producto del intenso orgasmo que había alcanzado.
Déjame descansar un momento, tengo las piernas lapsadas, por favor no continúes, exclamó Sandra; hice caso omiso a su petición, la puse de costado (ella dándome la espalda), acomodando mi verga en la entrada de su vulva, levantándole la pierna izquierda y comencé a arremeter sin contemplaciones. A su vez la besaba, ella ya sostenía su pierna lo cual me dio la opción de amasar sus enormes tetas, que ricas tetas, sus pezones parecían que iban a explotar, los acariciaba suavemente y en cuanto pude (muy incómodo, por cierto) me llevé el izquierdo a la boca para mamarlo y mordisquearlo.
Sandra, ya recuperada movía sus caderas para permitir un ritmo armónico entre los dos, luego se soltó llevándose mi verga a la boca, lo ensalivaba y usaba sus tetas para otra paja rusa, de sólo recordarlo ya estoy empalmado otra vez (la voy a llamar para vernos, luego que termine de escribir)
Se puso en 4 patas y no perdí tiempo la sopee nuevamente y profane esa concha tan rica y adictiva que tiene. Me agarraba de sus caderas para controlar la penetración, ella movía sus caderas en círculos y de arriba hacia abajo, pude notar cierta contracción en su vulva, haciendo más placentera la penetración.
Sandra gemía y suspiraba, que rico papi, métela, siento toda tu pinga en mi concha, ¿sientes como ajusto mi concha? Siiii, claro que siento eso, exclamé.
Nos liberamos para un corto 69, con garganta profunda y beso negro, con mi dedo tanteé su asterisco, Sandra se percata se libera, me besa, Lunatacas te voy a dar mi culito si logras tener una tercera erección. Hummmmm, ¿estás segura de eso? – le dije; sí, si me la vas a meter por atrás no es para que termines, quiero gozarlo hace mucho tiempo que no lo hago por ahí y mi marido (se acordó de él) no lo usa muy seguido – respondió Sandra.
Dicho esto, con un beso sellamos el pacto, ella se montó nuevamente sobre mí, pero esta vez no despego su pecho del mío, nos acompasamos nuevamente y el ritmo se volvió algo natural, otra vez tenía sus tetazas a mi disposición, me concentre sólo en sus pezones, los chupaba, succionaba y lamía a mi antojo, ocasionando que sus movimientos sean más rápidos y logrando otra vez que ella explote, que ricooooooo, me vengooooo, alcanzó un nuevo orgasmo.
Esta vez le costó un poco más recuperarse; ahora estaba yo al borde de la cama y ella dándome la espalda acomodo mi verga en la entrada de su vulva e ingreso sin problemas, estaba muy mojada y lubricada, en esta posición demostró que sabía controlar y ajustar su vagina, parecía que me estaba ordeñando, para que no se me escape la sujetaba de las tetas, agarrándome de sus pezones.
Sandra se levantó y sentó, esta vez mirándome, nos besamos y recuperamos el ritmo, su ajuste de vagina logro lo que ella buscaba, arqueo su espalda y apuro sus movimientos, diciendo muévete papi, mueve tus caderas, haz que esa pinga me haga sentir mujer, cáchame… soy tuya… soy tu mujer ahora… tú eres mi cachero y mi marido ahora! – exclamaba Sandra. Estas palabras retumbaron en mi mente ocasionando que me venga por segunda vez. La explosión fue simultánea en los dos, ambos alcanzamos el clímax al mismo tiempo, ella se desplomo sobre mí, y yo caí sobre la cama, con la respiración agitada y sonriendo por el logro obtenido, nos besamos apasionadamente; parecíamos dos amantes enamorados que se veían después de mucho tiempo.
Gozando de su *
Nos metimos a la ducha, nos besamos y acariciamos mutuamente, enjabonamos todo nuestro cuerpo, dejando limpios nuestros sexos, pude apreciar con más detalle tribal que se había hecho Sandra en la parte baja de la espalda, el mismo que era muy llamativo.
Salimos del baño, fui por dos cervezas, nos echamos en la cama, brindamos, conversamos cosas sin sentido. Por un lapso de 20 minutos.
Sandra cambia el tema, ¿vas a poder meterte otro polvo? Oye esa boquita, de donde me sacar esas palabras técnicas – conteste. Jajaja lo escucho de los chicos en la oficina, hablan de sus polvos del fin de semana, al comienzo no conocía la jerga, pero luego me di cuenta de lo que hablaban respondió.
Claro que puedo, sabes que un descanso es necesario. Dicho esto, nos besamos, ella bajo a mi entrepierna, soltó la toalla y comenzó a chuparme la verga y con esa lengua magistral y sus manos acariciando mis testículos, hizo que se levante, siempre apoyándose con sus tetas.
Sandra, me dice ya lo deje listo ahora que sigue, le quite la toalla, baje y le devolví el cumplido, sopeándola otra vez, que rico el sabor de su concha después del baño, ahora la penetré en misionero, en esta posición Sandra me ordeñaba, su vagina se contraía fuertemente y daba un placer indescriptible. La abrazaba y penetraba, a su vez nos besábamos y le chupaba las tetazas.
Me detuve de golpe y me salí de ella, ¿qué tienes? ¿qué te pasa? me dice Sandra. Acabo de recordar tus palabras, exclamé ¿Cuáles palabras? Que si se me paraba otra vez me ibas a dar tu *.
Jajaja, eres un loco Lunatacas, claro que te lo voy a dar, estaba esperando a ver si te acordabas. Dicho esto, me besa y se pone a 4 patas, acomodando las almohadas bajo su vientre, ten cuidado, recuerda que hace ya tiempo que no lo hago por ahí, pero sé que lo necesitas y te lo he prometido, así que no seas tosco conmigo.
Me puse detrás de ella y la penetre por la vulva, con rapidez para que ella se moje y lubrique, ella sólo aguantaba los enviones, gimiendo de placer otra vez, estuve algo de 4 a 5 minutos en un mete y saca controlado, atacando sus tetazas (sus tetas son su punto de explosión), me solté, y hundí mi cara entre sus nalgas, lamia este pequeño orificio (se veía que no estaba en uso), con sus jugos vaginales humedecí la zona, más saliva (no tenía nada para lubricarla), introduje mi dedo índice en su *, para que se acostumbre, luego el segundo dedo empapados en sus jugos, Sandra voltea me mira, Lunatacas ¡métemelo ya!, quiero sentir tu pinga en mi culo, ¡me estas volviendo loca! Cáchame de una vez, soy tuya mi amor, tu eres mi cachero, no aguanto más; así que me dispuse a colocar mi verga en la entrada, pero ella se volteó y me dio una mamada, dejando bastante saliva para facilitar la penetración.
Nos acomodamos, apunte, sufrí un poco en meter el glande, ella sólo bufaba y se agarraba fuerte las almohadas, me estas partiendo en dos Lunatacas, pero no te detengas ¡métemela toda de una vez! Sorprendido empuje un poco más, Sandra levanta las caderas y se pega fuerte contra mí, lo que hace que mi verga profane completamente su *, sintiendo como su esfínter es vencido y rodea mi verga en toda su extensión. Sandra no se movió, giró su cabeza y pregunto si ya estaba todo adentro, moví mi cabeza afirmando, respiraba lento y se notaba que sentía mucho dolor por la expresión de su rostro, ella sola comenzó a separarse y juntarse de mi cintura, haciendo que la penetración empiece, le agarre las caderas llevando el ritmo que había propuesto, aumentando la velocidad cada vez más.
La sensación que sentía era extraña, parecía que mi verga estaba encapsulada en un lugar muy estrecho, era diferente a otros culos que he penetrado o reventado, es extremadamente estrecha y la sensación era simplemente maravillosa.
Comenzamos a movernos rítmicamente, suave y luego más y más rápido, ella bajo una mano para estimular su clítoris, me pegue a su espalda y le amase las tetazas, cogiendo los pezones entre mis dedos, incrementando su excitación y fuimos mejorando el ritmo.
Luego de un rato, Sandra se sale de esa posición y me dice que me eche en la cama, lo cual obedezco de inmediato, ella se monta sobre mí, introduce mi verga en su vagina por un par de minutos el goce es total, se levanta un poco y lo pone en su *, se sienta suavemente, resopla por el dolor inicial y comienza a cabalgar.
Lunatacas me encanta tu pinga, que rica que esta, ya me había olvidado lo que era sentirte dentro de mí, ¿cuánto tiempo ha pasado? ¿10, 12 años? Más o menos – le respondí (como les comenté en un inicio, tuvimos varios encontrones hace mucho tiempo) Ayyyy, ayyyy me duele mi culito, hummmmm no importa quiero estar así, ensartada, atravesada, me has partido en dos, muévete despacio, auchhhh que rico se siente estar con el culito lleno de carne… hummmmm, hummmmm, no me arrepiento, hoy soy tu puta, hummmmm, espero que lo estés disfrutando tanto como yo – susurraba Sandra; claro que lo disfruto Sandra, siempre has sido una mujer muy especial para mí – le conteste.
Sandra se detuvo un momento, respiro profundo y comenzó a moverse efusivamente en un vaivén de caderas, movimientos circulares, subiendo y bajando, disfrutando del momento, ¡que rico! ¡vamos muévete! ¡no dejes de moverte! ¡goza de mi culito, eres mi cachero ahora!, inclinándose para alcanzar mis labios y besarme, a su vez sentía como mi pecho era invadido por esas enormes tetas.
Cambiamos de posición a la cucharita, con su pierna derecha al aire, y ella dirigiendo mi verga a su *, cuando la volví a penetrar Sandra resoplaba y soportaba el dolor. Amor que rico se siente, tu pinga esta toda hinchada y venosa, vamos hazme gritar como una puta – exclamaba Sandra. Aumentando el ritmo de la penetración y sacándola por completo para volverla a introducirla en su ano.
Nos soltamos y ella se echó por completo ofreciéndome las piernas, entendí claramente sus intenciones, recogí sus pies y los llevé a mis hombros, su mirada era lujuriosa, con su mano dirigió mi verga a la entrada de su arrugado ano y con una sonrisa pícara exclamó – métemela – lo cual hice sin chistar, naturalmente sintió la pegada, y gozaba de mi verga en toda su extensión. Mi bombeo fue incrementando y ella resistiendo todas las embestidas, ver rebotar esas tetas era un espectáculo. Soltaba sus piernas y me inclinaba hacia ella para poder amasar sus tetas, variamos poniendo ambas piernas en uno de mis hombros, para luego suavemente liberas sus piernas y terminar encime de ella, como un misionero, pero penetrándole el ano, Sandra me rodeo con sus piernas la cadera y con los tobillos empujaba, como si quisiera sentir una penetración más profunda, cogimos ritmo y aceleramos, mete y saca, en un par de oportunidades por el impulso se me salió la verga de su ano, pero ella presurosa lo acomodaba y me pedía que no se lo saque; mientras nos besábamos, me levantaba ligeramente para poder amasar sus tetas, mientras ella con los ojos cerrados vivía el momento, y sus manos me halaban para que la vuelva a besar.
No sé cuánto tiempo estuvimos en esta pose; pero sentí como la descarga eléctrica bajaba por mi medula espinal y termino en una potente explosión de semen, al mismo tiempo sentí como se humedeció mi zona pélvica, y entre lo nublado que estaba pude escuchar a Sandra alcanzar un nuevo orgasmo.
Agitados ambos, sólo me deje caer sobre ella, y dormitamos un rato, hasta que el sonido de un celular nos volvió a la realidad. Sobresaltada, me hace a un lado y contesta; se despide y me dice que se tiene que ir.
Nos besamos suavemente, Lunatacas la he pasado muy bien y he disfrutado estar contigo; pero tengo que irme, Sandra se incorpora y mirándome fijamente a los ojos me dice – por si acaso esto lo he hecho porque me demostraste que mi hermana te había engañado, y en este momento te puedo decir que es la única vez que va a suceder. Moviendo mi cabeza acepte su posición.
Sonrió y se levantó de la cama, terminando de vestirse, caballero nomas tuve que vestirme, para dejarla en su casa, que está a 15 minutos, en Barranco, en el camino me dice Lunatacas, mañana hablo con Richard para ver lo del departamento 312 y mudarnos cuanto antes, el contrato del depa actual vence en 2 meses, justo cuando él está en Lima, ¿qué te parece tenerme de vecina? Sonrió Sandra.
No tengo ningún inconveniente, me parece una buena idea, además Richard ha querido vivir en Miraflores – acote.
Estacione en la puerta de su edifico, y ella me dice: Lunatacas, en mi familia están contento porque Patty ha terminado contigo; pero yo me voy a encargar de hablar con las primas para que sepan lo que ha ocurrido y voy a hacer todo lo posible para que sepan lo perra que es.
A los días suena mi celular y veo que es Sandra, conteste; cuñado o excuñado no sé cómo es la cosa ahora, jajajajaja, ya conversé con Richard por el departamento y a aceptado el cambio, ayer hable con la dueña y estoy yendo a firmar el contrato, te parece si nos vemos a las 19:00 horas, porque además quiero comentarte algo más. Ok, Sandra no hay problema estaré a esa hora y conversamos.
A la hora indicada nos encontramos y ella estaba muy feliz y sonriente, había firmado un contrato por 3 años con opción a compra por el departamento, Lunatacas tu siempre tienes trago en casa, podemos celebrar, por su puesto – exclamé.
Ingresamos a mi departamento, Sandra se voltea por sorpresa y me besa a su vez buscaba mi paquete por sobre el pantalón, sabes Lunatacas lo he pensado bien y seré tuya cada vez que me lo pidas, desde ahora eres mi amante, mi cachero, mi marido… besándome otra vez con lujuria. No la corte, pero mi hice una pregunta ¿y tú marido? Al parecer Sandra me leyó la mente y mirándome me dice cuando mi marido este acá, esa semana soy sólo de él.
Mi ex cuñada se ha vuelto en mi incondicional no sé si somos amantes, trampas o algo por el estilo, simplemente nos encontramos y fornicamos las veces que podemos, ya llevamos 4 años en esta situación y no hay nada que indique que pueda terminar.
Sandra difundió la noticia como sólo las mujeres saben hacerlo, mediante el chisme, haciendo quedar a su hermana como una cualquiera (en realidad nuestra sociedad machista hace que esto sea así), la reacción fue la que esperaba y termine siendo premiado, no como el huevón o cachudo, sino que esto sirvió para que las “putitas” de sus primas muestren su verdadera faceta, pasaron por mi cama Edith, Carmen y Carolina. Las dos últimas nunca vieron video o prueba alguna, sólo fueron a buscar lana y terminaron con el culo lleno de semen.