Toda mi vida viví en la misma casa, en ese tiempo tuve siempre a la misma vecina. La cual me cumplió todas mis fantasías, me la folle como una puta

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He vivido durante casi toda la vida en la misma casa, y durante ese periodo de tiempo siempre tuve a la misma vecina. Ella se llama Mar y actualmente es morena, de pelo corto, más bien delgada, con unos pechos muy grandes, guapísima, con cara de morbo llena de pecas, ojos color miel, labios ni finos ni carnosos, una nariz neutra, un culo muy bonito, y muy buen puesto, y con solo un «defecto físico» que le impidió ser modelo, algo que ansiaba con fuerza: unas piernas ligeramente cortas que hacían desentonar un poco un cuerpazo de escándalo.

Bueno, dos defectos. Tal y como ella me confesaría con el tiempo: «Imposible Víctor. Me han ofrecido ser modelo de medio cuerpo, pero dicen que me tengo que operar el pecho y rebajarme dos tallas. Son demasiado grandes en proporción a mi cuerpo, y como me pasa con las piernas, me dicen que son bonitos, pero que desentonan.»

Ella me saca 8 años y siempre fue objeto de mis fantasías. Desde que tengo uso de razón por supuesto. Cuando éramos pequeños éramos uña y carne, aunque ella, al ser más mayor, cuidaba de mí. Con 7 u 8 años el contacto se fue reduciendo, ya que ella ya era una adolescente preciosa de 16 añitos y comenzó a salir de fiesta, y un par de años después se mudó para estudiar.

Durante años la veía esporádicamente, hasta que sus padres se mudaron y decidieron cerrar el piso. No lo vendieron ni lo alquilaron, hasta que se mudó con su marido y volvimos a ser vecinos.

La primera vez que nos encontramos la situación fue un poco surrealista.

– Víctor!! Guau, cuánto has crecido tio. Cómo echo de menos cuando éramos peques y jugábamos al escondite en el bloque jajaja. Mira, te presento a mi marido: Pablo.

– Hola Mar!! Me alegro de verte. Ya te digo que cuanto tiempo. Por cierto, encantado de conocerte Pablo.

– Igualmente chaval.

– Oye Víctor, a ver si un dia quedamos a tomar un café ahora que volvemos a ser vecinos, y así nos ponemos al día.

– Cuando quieras.

Pasaron los meses y rara vez coincidíamos. De hecho fue un poco tortura, porque podía ver lo increiblemente buena que estaba y podía escuchar como follaba con su marido. Aunque los gemidos siempre me parecían cortos y breves. Me parecía super extraño. Pero a ella siempre la veía sonriente y el marido me constaba que era una buena persona.

Pasaron dos años y justo terminé mis estudios. Me pillé una buena borrachera para celebrarlo, y aunque por entonces andaba con Mónica como follamiga, esa noche me olvidé de mujeres y me dispuse a celebrarlo a tope con mis amigos.

Traté de subir tres pisos de escaleras haciendo eses, tropezándome cada dos por tres, y dio el casual de que intentando entrar en mi casa no atinaba con la llave. La introducía pero no giraba. Entre tanto alboroto abrió la puerta Mar, a las 7 de la mañana, y justo me di cuenta de lo que estaba sucediendo en realidad. Estaba, con toda mi caraja, tratando de abrir la puerta de mi vecina.

Mar abrió asustada, pero al ver la escena sonrió divertida.

– Pero bueno Victor. Como atines tan mal para todo que te equivocas de puerta…

– Ja… ja… ja… eres muuuuuuu graciosa.

– Shhhhhhh, no levantes la voz o despertarás a todos jodío. Anda ven entra, que Pablo se fue temprano a currar y puedes estar aquí para que se te pase un poco.

– Gracias guapa. Como cuando éramos pequeños tú siempre cuidando de mí, ooooooole, jajaja

– Jajaja qué gracioso eres cuando bebes, y eso que ya eres todo un hombre. ¿Cuántos años tienes?

– 24

– Y tú llamándome guapa, cuando con 32 años ya estoy echada a perder!! aiiiinssss

– No digassss tonteriasssss. Eh, has visto que cuando voy borracho arrastro la esssssssssssssssse? jajaja menudos 32 años tienes, tu marido es el hombre más afortunado de la tierra.

– Anda jodío, que vas borracho y me vas a poner roja.

– Ya sabes que los borrachosssss nunca mienten.

Al final cayeron varios cafeses, se me pasó la borrachera y reimos a tope. Nos pusimos al día, me contó el problema de sus piernas y sus pechos, y yo no pude evitar opinar.

– Menuda chorrada. Sanamente te digo que tienes un cuerpazo y eres guapísima. No te quites ni un lunar, aunque seguro que ya te lo dice tu marido y con toda la razón del mundo.

– Jajajaja ahora ya no vas borracho, asi que te permites el lujo de mentirme ¿eh?

– De mentirte nada jajaja, te digo toda la verdad.

– Muchas gracias guapo.

Y me plantó un beso en la mejilla.

Tiempo después se cambiaron las tornas. Mi padre se habia ido de viaje dos semanas y yo estaba aún buscando curro. Un viernes noche que no salí escuché una llave intentando entrar en mi puerta, asi que abrí la puerta y me encontré una sorpresa tremenda. Mar estaba totalmente borracha y apenas podía sostenerse en pie.

– Uy, no me digas que he hecho lo mismo que tú cuando estabas borracho jajajajajajaja uyyyyyyyyyyy jajajaja que me meoooooooooooooooo jajajaja

– Vas a despertar a tu marido y te va a crujir el lomo. Anda queeee, mira como vienes!!

– ¿No te gusta cómo voy vestida o qué? Creo que estos pantalones me realzan el culo y mira mira, mira que escote me hace esta camiseta.

– Pero Mar!!! que si te ve tu marido al final me mata a mí también.

– A veeeeeeeer, uy, si mi marido se fue a trabajar hace una hora jajajaja, le he escrito hace media hora mientras me tomaba la última. Le he dicho que ya estoy en la cama durmiendo, que bebí poquito.

– Anda que ya te vale, jajaja entra que te preparo un café.

– Hoy me vas a cuidar tú a mí!!! Yujuuuuuuuuuu!!!

Me estuvo contando su noche, completamente borracha, y si bebió lo que dijo… desde luego que era un milagro que estuviese en pie. De repente se puso seria y escrutándome la mirada me dijo.

– Oye, cuéntame pillín, a quién te follaste antesdeayer? Qué manera de gemir!! la hiciste disfrutar como una perra en celo.

– ¿Estabas en casa?

Me puse completamente rojo. La verdad es que el polvazo con Mónica fue increíble, y que gime una barbaridad también.

– Pues claro. ¿Es tu novia?

– No.

– Bien, haces muy bien, no hagas como yo. Chico listo. ¿Cuántas veces se corrió? ¿Cinco?

– ¿Los contaste?

– Hombre claro, me puse tan cachonda que me tuve que tocar y todo.

– Pero Mar!!!

– Shhhhh. Que me hicisteis un favor. Llevaba tiempo sin correrme yo. Y darme placer yo sola sin motivación es un rollo.

– ¿Tiempo sin correrte?

– Llevo 10 años casada, y llevo 11 sin que nadie me provoque un orgasmo. Asi que tú se buen vecino, folla mucho y haz que me imagine a mi marido dándome todo ese placer que me haces escuchar.

– Pero si a ti también te escucho follar.

– ¿En serio? ¿Te da tiempo a escuchar el minuto que tarda mi marido en llenarme el coño?

– Sí, me da tiempo, y joder, qué putada que te dure tan poco.

– Ya te digo Victor, ya te digo. ¿Te has tocado alguna vez escuchándome gemir?

– Ehmmm Mar…

– Vamos, no seas tonto, yo me he tocado mientras follabas!!! ¿Qué hay de malo?

– Vaaale, lo admito.

– Yujuuuu con eso me confirmas que lo que me dijiste el otro día es verdad. Me haces sentir bien. ¿Y te corres mucho cuando te tocas escuchándome?

– Jajajaja sí, bastante.

– Yo acabé chorreando. Tu amiga es una bestia gimiendo, se lo pasó pipa. Uy Victor, te estás poniendo?

Mi pijama desveló lo que yo sentía en mis mejillas. La conversación me había calentado. Me puse rojísimo.

– Lo siento mucho Mar.

– Qué dices! si yo también estoy cachonda. Qué puta rabia esto de estar casada, si no te suplicaría que me provocases lo mismo que a tu amiga!! Lo que pasa es que tu amiga está cañón cañón. La he visto y ella si que podría ser modelo si quisiese. Si yo fuese lesbiana me la follaba sin descanso jajajaja

– Bueno Mar, se me ocurre una manera de ayudarte.

– ¿Y traicionar a mi marido? Lo siento pero no. Te lo agradezco cielo, pero eso si que no. Ni borracha.

– No le vas a traicionar. No va a haber besos ni vamos a follar y el contacto va a ser mínimo.

– A ver a ver. ¿Qué me estás proponiendo?

– ¿Si te acaricio la mejilla lo consideras traición?

– No, pero ya se por donde vas… mmmm… necesito correrme y no ser yo quien se de placer, pero no se si que me toques tú… ¿Y si luego me siento mal por ello?

– Reflexiónalo.

Sentí a Mar incómoda en cuanto mi mano se plantó en sus muslos por encima de su pantalón vaquero.

– Víctor. ¿Crees que haría mal dejándome llevar por tus manos?

– No. Tu marido no va a criar cuernos y tú vas a seguir siendo fiel. Un amigo te ha dado unas caricias y ups!!! si resulta que te vas a correr!!! Pues lo haces y sigues adelante. Aquí no ha pasado nada.

– Jajajaja me encantas jodío. Pero me gusta más que propongas algo tan simple vistiéndolo de inocente, cuando estoy tan cachonda y tan borracha que si quisieras podrías follarme.

– ¿Y hacerte sentir mal? Ni de coña Mar.

– ¿Pero me follarías?

– ¿Qué imbécil no se follaría a semejante monumento? Y encima eres una mujer divertida, lista, simpática y buena persona. Si tu marido algún día te deja dimelo y yo te pido matrimonio.

– Jajajajaja me encantas. Muy bien, me dejaré ayudar, pero este será nuestro secreto.

Mar se abrió de piernas y mi mano pudo posarse en su entrepierna. Solo el contacto hizo a Mar gesticular y a mí sentir una calidez en la mano brutal. Estaba cachondísima.

Comencé a acariciar su rajita a través del pantalón, provocando leves gemidos a Mar. Pero de pronto ella buscó con la boca mi hombro, y medio en sollozo pude escuchar.

– Ayyyy Víctor, estaba demasiado… cachonda… uffff… me… corro…

Y ahogó un grito en mi hombro comenzando a convulsionar.

Acto seguido comencé a desabrochar su pantalón, y ella me susurró al oído:

– Por favor Víctor, no me folles, por favor.

– No te voy a follar Mar, me encantaría pero no lo voy a hacer.

– Tampoco me comas el coño, por favor.

– No voy a hacer eso tampoco. Pero tienes que disfrutar una corrida en condiciones.

– Gracias.

Desabroché por completo el pantalón y me las ingenié para echar a un lado su braguita. Estaba completamente depilada… y encharcada. Dos dedos se deslizaron sin oposición por su vagina. El gemido fue brutal. Y cuando mis dedos comenzaron a entrar y a salir de su vagina mientras se arqueaban en su interior… Mar se deshizo en gemidos.

Fueron pocos minutos, pero mis dedos se vieron atrapados por un terremoto vaginal, mi mano se vio inmersa en un torrente de flujo vaginal y Mar ahogó un «Me corroooo!!!» en un gemido. Tras unos minutos de recuperación, Mar se abrochó el pantalón y muy seria me dijo:

– Gracias. Por hacerme disfrutar de nuevo, por respetarme a mí y a mi matrimonio. Eres increíble Victor, de verdad, gracias.

– De nada mujer, ha sido un placer, ahora un cafecito y a dormir la mona!!

– Jajajaja de eso nada, te tengo que devolver el favor, y además me muero de ganas.

Sus manos bajaron mi pijama y mis gallumbos y dejaron al descubierto mi pene completamente erecto.

– Ay dios, que ni con dos corridas se me quitan las ganas de follarte!! Y viendo tu polla así… Sé fiel Mar, sé fiel!!! jajajaja tranquilo, voy a ayudarte del mismo modo.

Mar comenzó a masturbarme con suavidad, y lo hizo de una manera brutal. Lubricó bien su mano con su flujo vaginal y comenzó a masturbarme. Era la primera mujer que cogía mi glande y pasaba su mano con suavidad. En unos minutos no pude evitar correrme.

– Guau Victor!!! qué potencia!!! Y ahora si guapetón, me voy a casa a dormir la mona… super feliz!!! Ya hablaremos con tranquilidad de todo esto cielo.

– Cuando quieras.

Y se despidió dándome un cálido beso en los labios e introduciendo su lengua en mi garganta.

– Que esto tampoco sean cuernos, asi que sssshhhh pero no he podido evitarlo!!! jajajaja ciao vecinito.

Lo demás lo dejo para la segunda parte.

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